EVAGRIO PONTICO
Vida: Nació en Ibora, en el Ponto. Acompañó a Gregorio Nacianceno al concilio de Constantinopla (381), quedándose posteriormente en esta ciudad con el patriarca de la misma, Nectario. Disgustado por el ambiente de la ciudad, pasó a Jerusalén y de allí (382) a Egipto. Vivió dos años en las montañas de Nitria y luego catorce en Celia. Allí conoció a los Macarios ganándose la vida como amanuense. Rehusó ser ordenado obispo por Teófilo de Alejandría. Murió en el 399.
Obras: Evagrio fue el primer monje autor de obras que disfrutarían de influencia en el cristianismo desde el s. IV hasta el XV, e incluso el XX. Quasten lo considera el fundador del misticismo monástico. Con todo, no nos han llegado sino escasos fragmentos de sus obras ya que fue condenado como origenista por los concilios ecuménicos quinto y sexto. Escribió el Antirético o Sugerencias contra los ocho vicios capitales (donde habla de los ocho demonios que tientan al monje constantemente), el Monje (un conjunto de ciento cincuenta sentencias), el Espejo de monjes y monjas, los Problemas gnósticos o Centurias, un tratado Acerca de la oración, otro Acerca de los malos pensamientos, una exhortación Al monje Eulogio, una serie de comentarios bíblicos y algunas cartas de las que nos han llegado sesenta y siete.
Teología: Evagrio abogó por la consustancialidad del Padre y del Hijo a partir del testimonio de las Escrituras e hizo lo mismo en relación con la divinidad del Espíritu Santo. Con todo, como ya hemos señalado, su mayor aportación se dio en relación con la espiritualidad, puesto que dejó huella en Paladio, Juan Clímaco, Hesiquio, Juan Bar Caldún, Juan Casiano y otros.
VIDAL MANZANARES, César, Diccionario de Patrística, Verbo Divino, Madrid, 1992
Fuente: Diccionario de Patrística