Biblia

EXPIAR

EXPIAR

v. Propiciación, Reconciliar
Lev 16:20 acabado de expiar el santuario y el
Num 35:33 tierra no será expiada de la sangre
1Sa 3:14 la iniquidad de .. Elí no será expiada
Dan 9:24 y expiar la iniquidad, para traer la
Heb 2:17 para expiar los pecados del pueblo


jilaskomai (iJlavskomai, 2433) se usaba entre los griegos con el significado de hacer propicios a los dioses, de aplacar, propiciar, en tanto que no se concebí­a que fueran bien dispuestos de natural, sino que esta buena disposición de parte de ellos debí­a ser conseguida ganándola. Este uso de la palabra es ajeno a la Biblia griega, con respecto a Dios, tanto en la LXX como en el NT. No se usa nunca de ningún acto mediante el que el hombre conduzca a Dios a una actitud favorable o disposición de gracia. Es Dios quien es propiciado por la vindicación de su carácter santo, habiendo actuado de tal manera con respecto al pecado mediante el sacrificio vicario y expiatorio de Cristo que puede mostrar misericordia al pecador que cree, quitando su culpa y dándole la remisión de sus pecados. Así­, en Luk 18:13 significa ser propicio o misericordioso hacia (con la persona como objeto del verbo), y en Heb 2:17 expiar, hacer propiciación por (siendo los pecados el objeto del verbo). Mediante el sacrificio propiciatorio de Cristo, el que cree en El es por el acto propio de Dios liberado de la ira que en justicia se merece, y entra en el pacto de gracia. Nunca se dice que Dios es el reconciliado, hecho que por sí­ mismo es indicativo de que es el hombre quien tiene que ser reconciliado con Dios, y no Dios con el hombre. Dios es siempre el mismo, y, debido a su propia inmutabilidad, su actitud relativa cambia hacia aquellos que cambian. Puede actuar de forma diferente hacia aquellos que acuden a El por la fe, y solo sobre la base del sacrificio propiciatorio de Cristo, no debido a que El haya cambiado, sino debido a que siempre actúa conforme a su inmutable justicia. Por ello, la obra expiatoria de la cruz es el medio por el cual queda rota la barrera que el pecado interpone entre Dios y el hombre. Por la entrega en sacrificio de su vida inmaculada, sin pecado, Cristo anula el poder del pecado para separar a Dios del creyente. En el AT, el verbo hebreo kafar está relacionado con kofer, una cubierta (véase PROPICIATORIO), y se usa en relación con el holocausto (p.ej., Lev 1:4; 14.20; 16.24), la ofrenda por la culpa (p.ej., Lev 5:16,18), la ofrenda por el pecado (p.ej., Lev 4:20,26, 31,35), la ofrenda por el pecado y el holocausto conjuntamente (p.ej., Lev 5:10; 9.7), la oblación y el sacrificio de paces (p.ej., Eze 45:15,17), así­ como en otros respectos. Se usa del carnero que se ofrecí­a en la consagración del sumo sacerdote (Exo 29:33), y de la sangre que Dios dio sobre el altar para hacer la propiciación por las almas del pueblo, y ello debido a que «la vida de la carne en la sangre está» (Lev 17:11), y «la misma sangre hará expiación de la persona». El hombre ha perdido el derecho a la vida debido al pecado, y Dios ha provisto el único camino posible por el que podí­a otorgarse la vida eterna, esto es, la entrega voluntaria de su vida hecha por su Hijo, bajo la retribución divina. Todos los antiguos sacrificios del AT establecidos por Dios eran sí­mbolos que prefiguraban este acto de Cristo.

Fuente: Diccionario Vine Nuevo testamento