FILISTEOS

pueblo no semí­tico, de raza indoeuropea, muy civilizado, que se asentó en la parte costera del sur de Palestina, en el siglo XII a. C., en lo que hoy es Cisjordania. En el A. T., se dice que los f. procedí­an de Kaftor, esto es, de la isla de Creta, Dt 2, 23; Jr 47, 4; Am 9, 7. Eran parte, al igual que los micenios, los egeos y otros, de los denominados †œPueblos del Mar†, asentados en las islas y las costas septentrionales del mar Egeo.

Hacia el año 1200 a. C. los f., junto con otros pueblos, salieron de sus territorios y vencieron a los hititas; llegaron hasta Egipto, donde fueron repelidos por el faraón Ramsés III, 1198-1176 a. C. Posteriormente, los f. se asentaron en las costas de Palestina, cuyo nombre se debe a que en hebreo se les llamaba pelishtim.

Los f. estaban agrupados en cinco ciudades-Estado Asdod, Ascalón, Ecrón, Gat y Gaza, y al frente de cada provincia una habí­a prí­ncipe o tirano, Jos 13, 3; Jc 3, 3; 1 S 29, 2; Jl 4, 4. Fueron enemigos constantes de los israelitas desde la época de los jueces. Contaban con un ejército muy fuerte y bien armado, tení­an carros de guerra, empleaban el hierro, 1 S 13, 5 y 19-22.

Los israelitas fueron derrotados en Afeq por los f. quienes les capturaron el Arca, 1 S 4, 1-11. Cuando Samuel fue Juez, Israel venció a los f. y recuperó las ciudades que éstos le habí­an quitado, 1 S 7, 2-14. Ya en la monarquí­a, durante el reinado de Saúl hubo guerra permanente con los f.; en la batalla de Gelboé, murieron Saúl y sus hijos Jonatán, Abinadab y Malquisúa, 1 S 31, 1-13; 1 Cro 10, 1-14. Sólo David los derrotó definitivamente, 2 S 5, 17-25; 1 Cro 14, 8-17. En tiempos del rey Salomón, los f. le pagaban tributo, 1 R 5, 1. Cuando el reino de Israel se dividió, los f. volvieron a la guerra, y en tiempos del rey Ajaz, le quitaron varias ciudades de la Tierra Baja y del Négueb, 2 Cro 28, 18; Is 9, 12; 14, 28-32; pero su hijo Ezequí­as los derrotó, a finales del siglo VIII a. C., 2 R 18, 8. En los siglos II y I, los f. fueron dominados por los asirios y, posteriormente, nombre se perdió en la historia.

Diccionario Bí­blico Digital, Grupo C Service & Design Ltda., Colombia, 2003

Fuente: Diccionario Bíblico Digital

Nombre dado al pueblo que habitó en la llanura filistea de Palestina durante la mayor parte del perí­odo cubierto por el AT. Las cinco ciudades de los filisteos eran Gaza, Asdod, Ascalón, Gat y Ecrón (Jos 13:3; 1Sa 6:17). Estaban situadas en la vasta llanura costera del sur de Palestina, excepto Gat, que está en la sefela (tierra de colinas). Nuestra palabra Palestina deriva de Filistea.

Se dice que los filisteos provení­an de Caftor (Jer 47:4; Amo 9:7) que, según se cree, es la isla de Creta, o quizá el conjunto de islas del Egeo.

Los filisteos tení­an una organización polí­tica muy particular. Sus cinco ciudadesestados eran gobernadas por cinco jefes de los filisteos (Jos 13:3; Jdg 16:5 [BJ: tiranos; RVR-1960 y RV-1909: principales]). Es claro que los filisteos eran más ricos y tení­an una tecnologí­a más avanzada que sus vecinos, los hebreos. Según 1Sa 13:19-22, ellos conocí­an la metalurgia; pero los hebreos, no. Los filisteos guardaban celosamente este monopolio, obligando a los hebreos a recurrir a ellos hasta para procurarse elementos agrí­colas, que eran reparados con un costo exorbitante (1Sa 13:21). Esta superioridad (los filisteos, incluso, tení­an carros, 1Sa 13:5) es el motivo por el cual dominaron militarmente a los hebreos, lo que se hace evidente a fines del perí­odo de los jueces y en el reinado de Saúl.

Los filisteos adoraban a los dioses semí­ticos Dagón (Jdg 16:23, 1Sa 5:1-7), Astarte (1Sa 31:10 [RVR-1960: Astarot]) y Baalzebub (2Ki 1:2, 2Ki 1:6, 2Ki 1:16). Por otra parte, su origen no semí­tico resuena en la referencia a los incircuncisos (Jdg 14:3 [DDH: paganos]), tan frecuentemente utilizada con respecto a ellos en la Biblia.

El libro de los Jueces señala a los filisteos como un importante contendiente de los hebreos por la posesión de Palestina. Sin duda Simeón y Dan, tribus de Judá, fueron las que más sintieron la presión ya que sus tierras limitaban con las de los filisteos. El juez Samgar luchó contra ellos (Jdg 3:31). En Jdg 10:7-9 se hace breve mención de un perí­odo de opresión de los filisteos sobre Israel. La vida de Sansón, el último de los libertadores que se menciona en Jueces, transcurre en el marco de una violenta lucha contra los filisteos (capí­tulos 13—16; ver 14:4c; 15:11). Sansón, un hombre de gran fuerza pero poca autodisciplina, finalmente cayó en la trampa de Dalila, una espí­a filistea (16:4-21). Sin dudas, la migración de los danitas (cap. 18) fue provocada por la presión de los filisteos, que les impedí­a ocupar el territorio que les habí­a sido asignado. El libro de 1 Samuel comienza con el mismo tema de la opresión de los filisteos con el que concluye Jueces. El perí­odo en que Elí­ fue juez parece haber sido caracterizado por la dominación filistea (1 Samuel 4—6). Samuel pudo ver una cierta victoria cuando los venció en la batalla de Mizpa y los obligó a devolver algunas ciudades que habí­an quitado a Israel (1Sa 7:7-14). El reinado de Saúl terminó con una derrota total de los hebreos; y los filisteos aparentemente arrasaron con la mayor parte de Palestina al oeste del Jordán, hasta ocupar Bet-seán en el extremo oriental del valle de Jezreel (1Sa 13:5; 1Sa 14:1-52; 1Sa 17:1-58; 1Sa 31:1-13).

Durante el último perí­odo del reinado de Saúl, David, su contendiente por el trono, huyó, refugiándose en tierra de los filisteos (1Sa 21:10-15; 1Sa 27:1—1Sa 28:2; 1Sa 29:1-11), quienes gustosamente le brindaron protección, esperando así­ contribuir al debilitamiento de los hebreos. Quizá David siguió siendo vasallo de los filisteos durante los siete años y medio que reinó en Hebrón (2Sa 2:1-4). Cuando, al final de este perí­odo, afirmó su independencia y unió a todo Israel bajo su gobierno, los filisteos se le opusieron inmediatamente, pero él los derrotó por completo en dos batallas (2Sa 5:17-25). En campañas posteriores (2Sa 21:15-22; 2Sa 23:9-17), David siguió derrotándolos en forma continuada, y parece ser que desde entonces los filisteos quedaron confinados a su propio territorio y dejaron de ser una amenaza. David parece haber tenido una relación pací­fica con ellos de tanto en tanto, ya que sus guardaespaldas, los quereteos y los peleteos, aparentemente fueron reclutados de entre ellos (2Sa 8:18; 2Sa 15:18).

Luego de la muerte de Salomón y la división del reino hebreo, los filisteos reafirmaron la independencia que habí­an perdido a manos de David y Salomón.

Aparentemente, en sus ciudades se practicaba un activo comercio, para lo cual su ubicación era ideal (Joe 3:4-8; Amo 1:6-8). Algunas pagaron tributo a Josafat, después de cuya muerte los filisteos invadieron Judá (2Ch 17:11; 2Ch 21:16-17). Sargón (722-705 a. de J.C.) capturó las ciudades filisteas, deportó a algunos de sus habitantes y puso un gobernador asirio sobre ellas. En los dí­as de Ezequí­as, los filisteos jugaron un importante papel en la revuelta contra Senaquerib.

Eseradón y Asurbanipal mencionan tributarios filisteos, además del rey Manasés de Judá. Las últimas luchas entre Egipto y Asiria fueron causa de grandes sufrimientos para las ciudades filisteas, y prácticamente cierran su historia como ciudades estrictamente filisteas. Sin embargo, continuaron siendo centros predominantemente no judí­os y finalmente se convirtieron en ciudades helení­sticas en el perí­odo griego.

Fuente: Diccionario Bíblico Mundo Hispano

El nombre Palestina se deriva de un pueblo conocido como los filisteos quienes se radicaron en la llanura costera del sur, posteriormente conocida como la llanura filistea, durante el siglo XII antes de Cristo. Sus cinco ciudades principales, conocidas como la pentápolis filistea, fueron Gaza, Ascalón, Asdod, Ecrón y Gad. El monte Carmelo constituyó el lí­mite norte del territorio filisteo. En tiempos de fortaleza militar los filisteos amenazaron el control israelita del centro de Palestina, aunque el hogar propio de los filisteos era la llanura costera y el de Israel el distrito central de las tierras altas.
De acuerdo con el profeta Amós (9:7) los filisteos llegaron a Canaán de Caftor, generalmente identificada con la isla de Creta. Durante el segundo milenio a. de J.C. , la Creta minoica controló mucho del área egea y su cultura elevada se extendió por todo el mundo mediterráneo. Empezando ca. 1400 a. de J.C. , se inició un perí­odo de declinación y la evidencia arqueológica muestra que la mayor parte de las ciudades de Creta fueron destruidas. Hacia el fin del perí­odo de declinación (1400–1125 a. de J.C. ) los griegos dóricos llegaron a la isla y sus anteriores habitantes se encontraron en numerosos lugares en el Mediterráneo oriental. Las †œgentes del mar† saquearon el Asia Menor y el norte de Siria, causando como consecuencia la caí­da del imperio heteo ( ca. 1200 a. de J.C. ). La capital hetea en Hattusas y la ciudad-estado cananea de Ugarit fueron destruidas alrededor de este tiempo. Los filisteos estuvieron entre las gentes del mar que atacaron a Egipto durante los reinados de Merneptah y Ramesés III. Aunque rechazados por los egipcios, a los filisteos se les permitió radicarse en la costa sur de Canaán donde la clase dirigente de guerreros se radicó con sus familias.
Después de su radicación en Canaán, los filisteos parecen haber adoptado rápidamente una de las formas del lenguaje cananeo y también algunas de sus prácticas religiosas. Ellos adoraban a Dagón, una deidad mencionada en la literatura ugarí­tica (véase UGARIT). El hecho de que los filisteos eran incircuncisos (Jue. 14:3; Jue. 15:18) los diferenciaba de los hebreos. Los israelitas entraron a Canaán desde el oriente y se radicaron en las montañas aproximadamente al mismo tiempo que los filisteos se radicaron en los territorios de la costa sur de Palestina. Los intereses de los dos pueblos estaban necesariamente destinados a chocar, y la amenaza filistea condicionó mucha de la historia de Israel durante los dí­as de Samuel, Saúl y los primeros años de David.
Antes del tiempo de David los filisteos tení­an un monopolio sobre el hierro (1 S. 13:19-22) dándoles así­ una superioridad tecnológica sobre los israelitas. Han sido excavadas unas calderas de fundición en los lí­mites del territorio filisteo en Tell Qasile, Tell Jemme y †˜Ain Shems (Bet Semes).
En Medinet Habu, en Egipto, hay escenas que representan los vagones, carros y barcos usados por los filisteos. Un guerrero filisteo es representado usando un tipo de falda hegea. Su yelmo es un sombrero de plumas con bandas para asegurarlo a la mandí­bula, similar al que aparece en el disco Faestos de Creta.
En Canaán los filisteos capturaron Ascalón, Asdod, Gad y Gaza de los cananeos. Ellos mismos pudieron haber fundado la ciudad de Ecrón. El libro de los Jueces registra las proezas del juez Samgar quien le quitó la vida a seiscientos filisteos, y también habla de Sansón quien se enamoró de una muchacha filistea pero posteriormente vino a ser un enemigo acérrimo de los filisteos.
Las armas superiores de los filisteos los capacitaron para ocupar una posición segura en el territorio montañoso de Judea ( ca. 1050 a. de J.C. ). En la batalla de Afec los israelitas fueron totalmente humillados. Los hijos de Elí­fueron muertos y el arca de Jehová cayó en manos filisteas. Aproximadamente en este tiempo los filisteos destruyeron a Silo y ocuparon los fuertes de *Meguido y *Bet-sán en el valle de Esdraelón y Gabaón en Benjamí­n. Sin embargo, después de Ebenezer (1 S. 4), las fuerzas israelitas fueron capaces de pelear nuevamente. La amenaza filistea en parte motivó a los israelitas en su deseo de tener un rey, y bajo Saúl, Israel obtuvo importantes victorias sobre sus opresores. La historia de David y Goliat (1 S. 12) muestra que los filisteos aún eran capaces de aterrorizar a los ejércitos de Israel.
La derrota del ejército de Israel en el monte Gilboa, ocasión en la cual Saúl y su hijo Jonatán murieron, permitió a los filisteos asumir el control de mucho del territorio israelita. David, sin embargo, quien habí­a vivido con los filisteos por un tiempo cuando Saúl estaba queriendo quitarle la vida, conocí­a sus tácticas y fue capaz de atacarlos con éxito (2 S. 5:17-25). El recuperó el territorio montañoso para Israel y confinó a los filisteos al área de la costa.
Mientras que los filisteos nunca llegaron a ser una amenaza seria para Israel nuevamente, continuaron causando problemas a través de toda la historia del reino dividido. Hubo luchas periódicas en la frontera (véanse 1 R. 15:27; 16:15). Josafat recibió tributo de los filisteos (2 Cr. 17:11) pero bajo Joram la ciudad limí­trofe de Libnah se perdió para Israel (2 R. 8:22). Eran aún agresivos en el tiempo de Acaz (Is. 9:8-12). Los filisteos se aliaron con Egipto contra Nabucodonosor, pero sus gobernantes y su población fueron deportados casi de la misma manera en que Judá fue llevada al exilio (véanse Jer. 25:20; 47:2-7; Sof. 2:4-7; Zac. 9:5, 6). El nombre Filistia o Palestina, continuó siendo usado para referirse al territorio ocupado por los filisteos, pero para la época del Nuevo Testamento las ciudades fueron predominantemente helénicas con una población mixta.
Las excavaciones en los centros filisteos revelan un tipo distintivo filisteo de cerámica que data del siglo XII y de la primera parte del siglo XI. Esta es una imitación de las formas micénicas del siglo XIII y tiene afinidades con la cerámica excavada en Chipre y Rodas. Entre los tipos principales están los tazones listados de amarillo, los jarrones de cerveza de cuello alto, las copas y los vasos cubiertos con una pintura blanca sobre la cual se dibujaron diseños geométricos con pintura negra o rojo-púrpura. Durante los años posteriores los estilos de cerámica de los filisteos llegaron a ser difí­ciles de distinguir de los de otros pueblos del sur de Palestina.
BIBLIOGRAFIA: G. von Rad, †œDas Reich Israel und die Philister†, Palästina Jahrbuch, XXIX, 1933, págs. 30–42. W. A. Heurtley, †œThe Relation between †˜Philistine†™ and Mycenaean Pottery†, Quarterly, Department of Antiquities of Palestine, V, 1936, págs. 90–110. J. Bérard, †œPhilistins et Préhellenes†, Revue Archealogique, 1951, págs. 129–142. T. Dothan†, †œArchaeological Reflections on the Philistine Problem†, Antiquity and Survival, II, 1957, págs. 151–164.

Fuente: Diccionario Bíblico Arqueológico

Pueblo que en dos oleadas emigró hacia la costa de Canaán, alrededor de los siglos XIII y XI a.C. desde el mar Egeo, especialmente †¢Creta, que en la Biblia es llamada †¢Caftor (Deu 2:23; Jer 47:4Amo 9:7). En la primera de ellas vinieron los f. de †¢Gerar, que fueron amigos de Abraham (Gn. 20 al 21) y estaban gobernados por una persona que usaba el tí­tulo de †¢Abimelec, †œrey de los filisteos† (Gen 26:1). Los que vinieron más tarde ocuparon cinco ciudades, cada una de ellas con su rey. Adoptaron la cultura de los cananeos, especialmente su religión. Todos los dioses de los f. que se mencionan son cananeos, como †¢Dagón, †¢Baal-zebub, †¢Astoret, etcétera. Su llegada no fue muy anterior a la de los israelitas, pero manejaban mejor la tecnologí­a del hierro. En la rivalidad suscitada entre los dos pueblos, los f. trataron de monopolizar esa técnica †œpara que los hebreos no hagan espada o lanza† (1Sa 13:19-22).

Mientras que los egipcios, los moabitas, los edomitas y otros pueblos practicaban la circuncisión al igual que los israelitas, los f. eran incircuncisos (Jue 14:3). Los jefes de los f. eran llamados en hebreo seranim, o lí­deres. Su reunión podí­a anular la decisión del rey o jefe principal, como en el caso de †¢Aquis y David (1Sa 29:1-11). Los conflictos entre israelitas y f. muchas veces terminaron en victorias para estos últimos. Se nos dice de los israelitas que †œJehová … los entregó en mano de los f.†, quienes los oprimieron (Jue 10:7, Jue 10:11). Los choques eran mayormente con las tribus de Judá y Dan, como puede verse por las historias de †¢Sansón, quien tras muchos encuentros con los f. murió en el †¢templo de Dagón (Jue. 13 al 16). Los f. llegaron en una ocasión a capturar el †¢arca de Jehová (1 S. 4 al 6). Finalmente la victoria se definió del lado israelita, pues †œDavid derrotó a los f. y los sometió† (2Sa 8:1).

Fuente: Diccionario de la Biblia Cristiano

tip, TRIB HIST DIOS

ver, EGIPTO

sit, a3, 131, 55

vet, Descendientes de Filistim a través de Casluhim, hijo de Mizraí­m (Gn. 10:13, 14). Procedí­an de Caftor, que probablemente es Creta (Jer. 43:4), la egipcia Kefti o Keftiu, aunque hay eruditos que sitúan su origen en Capadocia. Ya cuando Abraham fue a morar en Gerar se encontraban en el suroeste de Palestina (Gn. 20); tanto Abraham como Isaac tuvieron ciertos problemas con ellos por unos pozos que habí­an cavado (Gn. 21:25-34; 26:1-18). Eran una nación guerrera, siendo ésta la razón por la que Dios no llevó a los israelitas por tierra de ellos al sacarlos de Egipto (Ex. 13:17). En época de Josué, el territorio de Filistea estaba dividido en cinco ciudades-estado con sus territorios, con un rey o señor en cada una (Gaza, Asdod, Ascalón, Gat, Ecrón: Jos. 13:2, 3). En época de los jueces oprimen a Israel, interviniendo Samgar contra ellos (Jue. 3:31). Hubo entonces guerras intermitentes entre filisteos e israelitas. Su conocimiento de la metalurgia del hierro, desconocida por los israelitas, los dotó de una enorme superioridad militar sobre estos últimos (1 S. 13:20). En los primeros tiempos de la monarquí­a israelita hubo un fuerte choque con ellos, en el que Saúl perdió la vida (1 S. 31). David los sometió (2 S. 5:25); bajo Salomón quedaron reducidos a la condición de tributarios (1 R. 4:21). Al dividirse el reino bajo Roboam, los filisteos consiguieron recobrar mucho de su antigua independencia. Uzí­as (2 Cr. 26:6, 7) y Ezequí­as (2 R. 18:8) los quebrantaron. A la caí­da del reino norteño de Israel en el año 721 a.C. los filisteos se dedicaron a hostigar al rey Acaz, dándose asimismo una fuerte tensión entre ellos y los asirios en su competencia por el control de Judá (inscripciones de Tiglat-pileser y Sargón). El final definitivo de los filisteos tuvo lugar bajo uno de los reyes de la XXVI dinastí­a egipcia (Jer. 47:1-5), aunque no puede descartarse que asirios o babilonios tuvieran su parte en su extinción. Los problemas cronológicos que afectan a la reconstrucción de la historia de Egipto (véase EGIPTO) tienen su reflejo en el tratamiento que se da a la historia de los filisteos. Según el marco cronológico comúnmente difundido, se identifica a los filisteos con los llamados “Pueblos del Mar”, desembarcados en las costas de Canaán en el año 1.200 a.C., y siendo posteriormente rechazados por los egipcios, acaudillados por Ramsés III. Sin embargo, el estrecho examen de la llamada nueva cerámica no permite la identificación de los Pueblos del Mar con los filisteos. Por otra parte, la destrucción de Ascalón por Senaquerib (705-681 a.C.) en una expedición de castigo se halla arqueológicamente en el nivel inmediatamente inferior al de la ocupación de esta localidad por los Pueblos del Mar. Así­, la irrupción de los Pueblos del Mar no tuvo lugar en 1.200 a.C. sino, siguiendo la cronologí­a revisada de Egipto, alrededor del año 700 a.C. Estos Pueblos del Mar fueron una migración de pueblos helénicos muy posterior al establecimiento en Palestina de los filisteos. La identificación de los filisteos con los Pueblos del Mar no solamente contradice a las Escrituras, sino también la evidencia monumental de la existencia anterior de adoradores de Dagón en Ascalón. Esta identificación de los Pueblos del Mar con los filisteos reposa en una mera suposición que su originador, Brugsch, abandonó posteriormente, pero que parece tener una fuerte tendencia a perpetuarse. Los filisteos eran idólatras. Tení­an diversos centros de culto dedicados a varios dioses: Gaza y Asdod eran centros del culto a Dagón; Ascalón era un centro de adoración para Astoret, y Ecrón era la sede de Baal-zebub (1 S. 5:2; 2 R. 1:1-16). Bibliografí­a: D. A. Courville: “The Exodus Problem and its Ramiflcations” (Challenge books, Loma Linda, California 1971); J. P. Free: “Archaeology and Bible History” (Van Kampen Press, Wheaton, Illinois, 1950); I. Velikovsky: “Ages in Chaos” (Doubleday, Garden City, New York 1952).

Fuente: Nuevo Diccionario Bíblico Ilustrado

[012]

Pueblo que aparece en la historia de Israel en la época de los jueces, aunque su existencia se remonta tal vez a un par de siglo antes.

Aunque anacrónicamente se habla de ellos en otros lugares de la Biblia (Deut. 2.23) su historia es posterior a Israel.

Parece ser que eran hábiles en el manejo del hierro, que procedí­an de Asia menos y que trataron de instalarse en Egipto hacia el año 1200. Rechazados por Ramses III hacia el 1194, según datos egipcios, los restos de estos llegados por mar (“pueblos del mar” se les llamó) se establecieron en la costa marí­tima del sur de Palestina. Ante su expansión en la región de Gaza con cinco ciudades autónomas. Al entrar en colisión con los israelitas, tuvieron varias guerras con ellos a lo largo de los siglos. David los sometió plenamente y los reyes siguientes les mantuvieron tributarios en las ciudades de Gaza, en donde se organizaron como pueblo. Los Macabeos los sometieron y los “judaizaron” quedando restos de ellos hasta los tiempos del Nuevo Testamento.

Con todo, al destruirse el Reino de Judá después de la revuelta judí­a del 66, los romanos denominaron al territorio de Israel con el nombre de “Tierra de los Filisteos” o Palestina.

Pedro Chico González, Diccionario de Catequesis y Pedagogí­a Religiosa, Editorial Bruño, Lima, Perú 2006

Fuente: Diccionario de Catequesis y Pedagogía Religiosa

Véase FILISTEA, FILISTEOS.

Fuente: Diccionario de la Biblia

(Set. phylistieim en el Pentateuco y Josué, en otros lugares allophyloi, “extranjeros”).

En el relato bíblico, los filisteos adquieren prominencia como los habitantes de la planicie marítima de Palestina desde el tiempo de los Jueces en adelante. Se les menciona en la genealogía de las naciones (Gén. 10,14; cf. 1 Crón. 1,11-12) donde, junto con los kaftoritas, están establecidos como descendientes de Misrayim. Se conjetura con probabilidad que vinieron originalmente de Creta, algunas veces identificada con Caftor, y que pertenecían a un pueblo marinero y pirata.

Hacen su primera aparición en la historia bíblica en la parte final del período de los Jueces en relación con el profetizado nacimiento del héroe Sansón. El ángel se le apareció a Saraa, esposa de Manóaj de la raza de Dan, y le dijo que, aunque estéril, ella tendría un hijo que “comenzará a salvar a Israel de las manos de los filisteos” (Jueces 13,1-5); y el mismo pasaje nos dice que la dominación de los filisteos sobre Israel había durado cuarenta años. En los capítulos siguientes se dan relatos gráficos de encuentros entre Sansón y estos enemigos de su nación, que fueron invadiendo la frontera occidental de Israel.

En los primeros días de Samuel, encontramos a los filisteos tratando de adueñarse del interior de Palestina, y en una de las batallas siguientes lograron capturar el Arca de la Alianza (1 Sam. 4). La caída de una peste sobre ellos, los indujo a retornarla y permaneció durante muchos años en la casa de Abinadab en Quiryat Yearim (1 Sam. 5, 6, 7). Sin embargo, la llegada de una pestilencia sobre ellos los indujo a regresarla, y ésta permaneció muchos años en la casa de Abinadab en Quiryat Yearim

Después que Saúl llegó a ser rey, los filisteos trataron de quebrar su poder, pero no tuvieron éxito, principalmente debido a la valentía de Jonatán (1 Sam. 13; 14). Sin embargo, su progreso no fue detenido permanentemente, pues se nos dice (1 Sam. 14,52) que hubo “una guerra encarnizada contra los filisteos en los días de Saúl”, y que al final del reinado de éste aún encontramos a su ejército en posesión de la rica planicie de Jezrael, incluyendo la ciudad de Bet Seán en su frontera oriental (1 Sam. 31,10).

Sin embargo, sufrieron una severa derrota temprano en el reinado de David (2 Sam. 5,20-25), quien tuvo éxito en reducirlos a un estado de vasallaje (2 Sam. 8,1). Antes de esta fecha, el poder de los filisteos parece haberse concentrado en las manos de los gobernantes de las ciudades de Gaza, Ascalón, Azoto (Asdod), Acarón y Geth, y cada uno de estos pequeños monarcas llevaba el titulo peculiar de “Señor de los Filisteos”. Los filisteos recobraron su independencia al final del reinado de David, probablemente cerca de la época del cisma, pues encontramos a los reyes de Israel en el siglo IX tratando de arrebatarles la ciudad de Guibbetón, que se encontraba en la frontera de la planicie marítima (1 Reyes 15,27; 16,15). A fines de ese mismo siglo el gobernante asirio, rey Adad-Nirari, los colocó bajo tributación y con ello comenzó la larga serie de interferencias asirias en los asuntos filisteos. En Amós (1,6.8) encontramos una denuncia de los monarcas filisteos como parte de los reinos independientes de ese tiempo.

Durante la última parte del siglo VIII y durante todo el siglo VIII la historia de los filisteos se compuso de una continua serie de conspiraciones, conquistas y rebeliones. Sus principales enemigos fueron los asirios por un lado y los egipcios por el otro. En el año de la caída de Samaria (721 a.C.) se convirtieron en vasallos de Sargón. Sin embargo, diez años más tarde se rebelaron bajo el liderazgo de Ashdod, pero sin éxito permanente. Otro intento por librarse del yugo asirio fue realizado a fines del reinado de Senaquerib. En este conflicto el rey filisteo de Acarón, quien permanecía fiel a Senaquerib, fue hecho prisionero por Ezequías rey de Judá. Los aliados así reunidos fueron derrotados en Eltekeh y el resultado fue el sitio de Jerusalén por Senaquerib (2 Rey. 18; 19). Esarjadón y Asurbanipal en sus campañas occidentales cruzaron el territorio de los filisteos y lo mantuvieron subyugado, y luego de la caída de Asiria, las invasiones asirias dieron lugar a las de los egipcios bajo la Dinastía XXVI.

Es muy probable que los filisteos sufrieran una derrota a manos de Nabucodonosor, aunque no se ha conservado ningún registro de su conquista. El viejo título de “Señores de los Filisteos” ha desaparecido y los asirios les concedían el título de “rey” a los gobernadores filisteos. Es famoso el asedio de Gaza, que se mantuvo firme Alejandro el Grande, y a menudo encontramos a los ptolomeos y a los seléucidas disputándose el territorio filisteo. El territorio finalmente pasó bajo el poder romano y las ciudades tuvieron subsecuentemente una importante historia. Después del tiempo de los asirios, los filisteos dejaron de ser mencionados por ese nombre. Así Herodoto habla de que los “árabes” estaban en posesión de la costa baja del Mediterráneo en los tiempos de Cambises. Algunos infieren a partir de esto que en ese tiempo los filisteos habían sido substituidos. En las bajadas y subidas de las naciones guerreando por estas tierras, es más que probable que los filisteos fueran gradualmente absorbidos y perdieran su identidad

En general se supone que los filisteos adoptaron en lo esencial la religión y la civilización de los cananeos. En 1 Sam. 5,2, leemos “Tomaron los filisteos el arca de Dios, la introdujeron en el templo de Dagón y la colocaron al lado de Dagón”, a partir de lo cual inferimos que su dios principal era esta deidad semítica. Esto último aparece en las Tablas de Tell el-Amarna y también en las inscripciones babilónicas. Asimismo en Ascalón había un templo dedicado a la diosa semítica Ishtar, y como la religión de los filisteos era así evidentemente semítica, así también lo eran probablemente otros rasgos de su civilización.

Bibliografía: Además de los comentarios estándares vea MASPERO, Histoire ancienne des peuples de l’Orient (6th ed., Paris, 1904), tr., The Dawn of Civilization (4ta ed., Londres, 1901); BRUGSCH, Egypt under the Pharaohs (tr., Londres, 1880), IX-XIV.

Fuente: Driscoll, James F. “Philistines.” The Catholic Encyclopedia. Vol. 12. New York: Robert Appleton Company, 1911.
http://www.newadvent.org/cathen/12021c.htm

Traducido por Giovanni E. Reyes, L H M.

Fuente: Enciclopedia Católica