G1067

Diccionario Strong

γέεννα

géenna

de origen hebreo [H1516 y H2011]; valle del (hijo de) Hinón; gehena (o Ge-hinón), valle de Jerusalén, usado (figurativamente) como nombre del lugar (o estado) de castigo eterno: infierno.

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Diccionario Tuggy

γέεννα, ης, ἡ. Infierno, gehena : Mat 5:22; Mat 5:29; Mat 5:30; Mat 10:28; Mat 18:9; Mat 23:15; Mat 23:33; Mar 9:43; Mar 9:45; Mar 9:47; Luc 12:5; Stg 3:6.

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Diccionario Swanson

(Swanson 1147)

γέεννα (geenna), ης (ēs), ἡ (hē): s.fem.; ≡ DBLHebr 1628 + 2183; Strong 1067; TDNT 1.657-LN 1.21 infierno, Hades, una traducción helénica del hebreo “Valle del Hinom”. Una quebrada al sur oeste del Monte del Templo en Jerusalén. Un lugar donde se quemaba basura y desperdicios que ardían constantemente, de allí la extensión figurativa de lugar de eterno castigo (Mat 5:22, Mat 5:29; Mat 10:28; Mat 23:15, Mat 23:33; Mar 9:43; Luc 12:5; Stg 3:6)

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Diccionario Vine NT

geenna (γεέννα, G1067), representa el término hebreo Ge-Hinnom (el valle de Tofet) y una palabra aramea correspondiente. Se encuentra doce veces en el NT, once de ellas en los Evangelios Sinópticos, y en cada caso es mencionado por el mismo Señor. El que le diga a su hermano, fatuo (véase bajo INSENSATO), quedará expuesto «al infierno de fuego» (Mat 5:22); es mejor arrancar (descripción metafórica de una ley irrevocable) un ojo que haga caer a su poseedor, que no que «todo su cuerpo sea echado al infierno» (Mat 5:29); similarmente con la mano (Mat 5:30). En Mat 18:8-9 se repiten las amonestaciones, con una mención adicional al pie. Aquí, también la advertencia va dirigida a la persona misma, a la que se refiere evidentemente el término «cuerpo» en el cap. 5. En Mat 18:8, «el fuego eterno» es mencionado como la condenación, dándose el carácter de la región por la misma región, quedando ambos aspectos combinados en la frase «el infierno de fuego» (Mat 18:9). El pasaje de Mar 9:43-47 es paralelo al de Mateo 18 : En este se añaden descripciones más extensas, como «fuego que no puede ser apagado» y «donde el gusano de ellos no muere, y el fuego nunca se apaga».

El hecho de que Dios «después de haber quitado la vida, tiene poder de echar en el infierno», constituye una razón para que se le tema con el temor que preserva del mal hacer (Luc 12:5); el pasaje paralelo a este en Mat 10:28 declara, no el arrojamiento adentro, sino la pérdida que sigue, esto es, la destrucción (no la pérdida del ser, sino del bienestar) del «alma y el cuerpo en el infierno».

En Mateo 23 el Señor denuncia a los escribas y fariseos, que, al proselitizar a alguien, lo hacían «dos veces más hijos del infierno» que ellos mismos (Mat 23:15), siendo esta frase expresiva de carácter moral, y anuncia la imposibilidad de que escapen «de la condenación del infierno» (Mat 23:33). En Stg 3:6 se describe el infierno como la fuente del mal hecho por el mal uso de la lengua. Aquí la palabra significa los poderes de las tinieblas, cuyas características y destino son los del infierno.¶

Para términos descriptivos del infierno, véanse, p.ej., Mat 13:42; Mat 25:46; Flp 3:19; 2Ts 1:9; Heb 10:39; 2Pe 2:17; Jud 1:13; Apo 2:11; Apo 19:20; Apo 20:6, Apo 20:10, Apo 20:14; Apo 21:8.

Notas: (1) Para «infierno» como traducción de Hades, como sucede en la RV, véase HADES.

Fuente: Varios Autores