G1100

Diccionario Strong

γλῶσσα

glossa

de afinidad incierta; lengua; por implicación lenguaje, idioma (específicamente uno adquirido no naturalmente: lengua.

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Diccionario Tuggy

γλῶσσα, ης, ἡ. Lengua, idioma. A.T. כָּבוֹד , Sal 15:9(Sal 16:9). לָשׁוֹן , Gén 10:5. לִשָּׁן Dan 3:4. פֶּה , Jue 7:6. שָׂפָה , Gén 11:7. N.T.

A) La lengua, órgano de la boca.

1) lit.: Mar 7:33; Mar 7:35; Luc 1:64; Luc 16:24; Hch 2:26; Rom 3:13; Rom 14:11; 1Co 14:9; Flp 2:11; Stg 1:26; Stg 3:5-6; 1Pe 3:10; 1Jn 3:18; Rev 16:10.

2) fig.: Hch 2:3.

B) Lengua, idioma, dialecto : Rev 5:9; Rev 7:9; Rev 10:11; Rev 11:9; Rev 13:7; Rev 14:6; Rev 17:15.

C) Lengua, del hablar en lenguas (γλῶσσα λαλία): Mar 16:17; Hch 2:4; Hch 10:46; Hch 19:6; 1Co 12:10; 1Co 12:28; 1Co 12:30; 1Co 13:1; 1Co 13:8; 1Co 14:2; 1Co 14:4-5; 1Co 14:6; 1Co 14:13-14; 1Co 14:18-19; 1Co 14:22-23; 1Co 14:26-27; 1Co 14:39.

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Diccionario Swanson

(Swanson 1185)

γλῶσσα (glōssa), ης (ēs), ἡ (hē): s.fem.; ≡ DBLHebr 4383; Strong 1100; TDNT 1.719-1. LN 8.21 la lengua, parte del cuerpo (Stg 3:5); lengua de fuego Hch 2:3, Hch 2:11; 2. LN 33.2 lenguaje, lengua conocida (Hch 2:4); 3. LN 33.3 lenguaje extático (1Co 12:10-14:39; Mar 16:17 v.l.), esto según varios estudiosos, para otra interpretación, ver entrada previa; 4. LN 33.74 habla, discurso (Hch 2:26); 5. LN 33.75 habla, facultad o capacidad (Luc 1:64); 6. LN 33.101 declaración, lo que se dice (1Jn 3:18); 7. LN 9.18 persona, quien pronuncia algo (Flp 2:11)

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Diccionario Vine NT

glossa (γλω̂σσα, G1100), se usa de: (1) las «lenguas … como de fuego» (Hch 2:3), que aparecieron en Pentecostés; (2) la lengua, como órgano del habla (p.ej., Mar 7:33; Rom 3:13; Rom 14:11; 1Co 14:9; Flp 2:11; Stg 1:26; Stg 3:5-6, Stg 3:8; 1Pe 3:10; 1Jn 3:18; Apo 16:10); (3) (a) un lenguaje, lengua; junto con fule, tribu, laos, pueblo, ethnos, nación, siete veces en Apocalipsis (Apo 5:9; Apo 7:9; Apo 10:11; Apo 11:9; Apo 13:7; Apo 14:6; Apo 17:15); (b) el don sobrenatural de hablar en otro lenguaje sin haberlo aprendido. En Hch 2:4-13 se registran las circunstancias desde el punto de vista de los oyentes. Para aquellos en cuyo lenguaje se hizo el discurso constituía un fenómeno sobrenatural; para otros, el tartamudeo de los ebrios. Aquello que fue proclamado no estaba dirigido a la audiencia, sino que consistía en una proclamación de «las maravillas» de Dios; Cf. Hch 2:46. En 1 Corintios, caps. 12 y 14, se menciona el uso del don de lenguas como ejercido en las reuniones de las iglesias locales. En 1Co 12:10 se habla del don en términos generales, y lo une con el de «interpretación de lenguas». El cap. 14 da instrucciones con respecto a la utilización del don, siendo el principal objetivo la edificación de la iglesia; a no ser que la lengua fuera interpretada el orador no estaría hablando a los hombres, «sino a Dios» (1Co 14:2); se edificaría solo a sí mismo (1Co 14:4), a no ser que interpretara (1Co 14:5), en cuyo caso su interpretación tendría el mismo valor que el don superior de profecía, por cuanto sería para edificación de la iglesia (1Co 14:4-6); tenía que orar para tener interpretación (1Co 14:13); en caso de no haber intérprete, tendría que guardar silencio (1Co 14:28), porque todas las cosas debían ser hechas «para edificación» (1Co 14:26). «Si yo voy a vosotros hablando en lenguas, ¿qué os aprovechará?», dice el apóstol, expresando el gran objeto en todo ministerio oral, «¿si no os hablare con revelación, o con ciencia, o con profecía, o con doctrina?» (1Co 14:6). Las lenguas eran para señal, no para los creyentes, sino para los incrédulos (1Co 14:22), y especialmente para los incrédulos judíos (véase 1Co 14:21); cf. el pasaje en Hechos.

No hay evidencia alguna de la continuidad de este don después de la época apostólica. De esta manera, esto da confirmación del cumplimiento de 1Co 13:8, que este don cesaría en las iglesias, de la misma manera en que cesarían las «profecías» y «conocimiento» en el sentido de un conocimiento recibido por un poder sobrenatural inmediato (cf. 1Co 14:6). Al haber sido dadas las Sagradas Escrituras en su totalidad, se ha dado a las iglesias todo lo necesario para la conducción, instrucción y edificación, tanto individual como colectivamente.

Fuente: Varios Autores