G3439

Diccionario Strong

μονογενής

monogenés

de G3441 y G1096; único nacido, i.e. solo: único, unigénito.

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Diccionario Tuggy

μονογενής, ές. Unico. A.T. יָחִיד Sal 21:21(Sal 22:20). רַק יָחִיד , Jue 11:34. N.T., Luc 7:12; Luc 8:42; Luc 9:38; Jua 1:14; Jua 3:16; Jua 3:18; Heb 11:17; 1Jn 4:9.

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Diccionario Swanson

(Swanson 3666)

μονογενής (monogenēs), ές (es): adj.; ≡ Strong 3439; TDNT 4.737-LN 58.52 único, sólo, uno y único, es decir, uno del tipo; (en muchas versiones) único y unigénito (Luc 7:12; Luc 8:42; Luc 9:38; Jua 1:14, Jua 1:18; Jua 3:16, Jua 3:18; Heb 11:17; 1Jn 4:9+; Jua 1:34 v.l.)

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Diccionario Vine NT

monogenes (μονογενής, G3439), el único engendrado, unigénito (Nº 1 y genos, descendencia). Tiene el significado de «único», de descendencia humana, en Luc 7:12 : «hijo «único» de su madre»; también en Luc 8:42; Luc 9:38. Este término tiene una connotación de afecto, así como de unicidad. Para Heb 11:17, veáse UNIGéNITO.

Notas: En 1Co 12:9, 1Co 12:11, 1Co 12:13 b aparece la expresión «un mismo Espíritu», así como en Efe 4:4 «una misma esperanza». Estas expresiones son, lit. «el único Espíritu», como traduce LBA, y «la única esperanza». Veáse UNO, etc.

monogenes (μονογενής, G3439), se emplea en cinco ocasiones, todas ellas en los escritos del apóstol Juan, de Cristo como el Hijo de Dios. Se traduce «unigénito» en Heb 11:17 de la relación de Isaac con Abraham.

Con referencia a Cristo, la frase «el unigénito del Padre» (Jua 1:14) indica que como el Hijo de Dios, él era el único representante del ser y carácter de aquél que le envió. En el original se omite el artículo determinado tanto delante de «unigénito» como delante de «Padre», y su ausencia en cada caso sirve para destacar la característica a que se hace referencia en los términos empleados. El objeto del apóstol es demostrar qué clase de gloria era la que él y sus compañeros en el apostolado habían contemplado. Que no está él simplemente haciendo una comparación con las relaciones terrenas queda indicado por para, «procedente de». La gloria era la de una singular relación, y la palabra «engendrado» (unigénito = único engendrado) no implica un inicio de su filiación. Sugiere ciertamente relación, pero tiene que distinguirse de generación en tanto se aplica al hombre.

Solo podremos comprender acertadamente el término «el unigénito», cuando se emplea del Hijo, en el sentido de una relación inoriginada. «El engendramiento no es un evento temporal, por muy remoto que se quiera, sino un hecho independiente del tiempo. El Cristo no «vino a ser», sino que necesaria y eternamente «es» el Hijo. él, una persona, posee todos los atributos de la misma Deidad. Ello demanda eternidad, el ser absoluto; en este respecto, él no es «después» del Padre» (Moule). La expresión sugiere asimismo el concepto del más profundo afecto, como en el caso de la palabra hebrea del AT yajid, variadamente traducida como «único» (Gén 22:2, Gén 22:12); «hijo único» (Jer 6:26); «unigénito» (Amó 8:10), etc.

En Jua 1:18 la cláusula «El unigénito Hijo, que está en el seno del Padre» expresa tanto su eterna unión con el Padre en la Deidad y la inefable intimidad y amor entre ellos, participando el Hijo en todos los consejos del Padre y gozando de todos sus afectos. Otra lectura es monogenes Theos, «Dios unigénito». En Jua 3:16 la declaración «De tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito» no debe entenderse en el sentido de que Cristo vino a ser el Unigénito Hijo por la encarnación. El valor y la grandeza del don reside en la filiación de aquél que fue dado así. Su filiación no fue el efecto de ser dado. En Jua 3:18 la frase «el nombre del Unigénito Hijo de Dios» pone el acento sobre la plena revelación del carácter y de la voluntad de Dios, su amor y gracia, comunicada en el nombre de aquél que, teniendo una singular relación con él, fue dado por él como el objeto de la fe. En 1Jn 4:9 la declaración «Dios envió a su Hijo unigénito al mundo» no significa que Dios envió a uno al mundo que por su nacimiento en Belén vino a ser su Hijo. Cf. la expresión paralela: «Dios envió … el Espíritu de su Hijo» (Gál 4:6), lo cual no puede significar que Dios envió a aquél que vino a ser su Espíritu una vez lo hubo enviado.¶

Fuente: Varios Autores