GRAU. MICAELA.

[967](1837-1885)

Fundadora de las Hermanas de la Doctrina Cristiana en 1880, modelo de instituto religioso de acción catequí­stica. Fue mujer fuerte que, al igual que Jesús en la tierra, «treinta años oculto y tres anunciando el Reino de Dios», Micaela Grau llevó una vida evangélica de muchos años de trabajo silencioso y unos pocos de servicio y de predicación.

Cuando llegó la hora de la Providencia, se entregó a fundar una comunidad apostólica y se dedicó a anunciar el Reino de Dios. Sencilla como cualquier persona piadosa, humilde como mujer que no quiere llamar la atención, laboriosa como las trabajadoras de su entorno, contrajo matrimonio y quedó viuda con un niño pequeño al que cuidar. Le sacó adelante y le abrió camino en la vida. Luego se entregó al apostolado catequí­stico, que desde siempre habí­a sido su vocación más acendrada.

Nació en 1837 en Provensals, cerca de Barcelona. Sus padres debieron morir pronto pues fue adoptada por un piadoso matrimonio de Horta. Su infancia y adolescencia pasaron en la intimidad de esa familia. Recibió educación y asistió al a escuela. En 1855, a los 18 años, contrajo matrimonio con Andrés Grau, maestro del pueblo de Horta. A los tres años quedó viuda con un hijo. Se dedicó a obras apostólicas en la parroquia y a enseñar el catecismo a los niños. Se trasladó con el sacerdote al que serví­a como ama de llaves a Villanueva y Geltrú.

En 1879, veinte años después, con dos compañeras de vida apostólica, formó una Comunidad para el apostolado de la catequesis. Así­ nació la Congregación de la Doctrina Cristiana.

En 1880 el Obispo de Barcelona autorizó la obra. Se abrió la casa de Molins del Rey. En 1883 ya eran doce y abrieron nueva casa apostólica en San Viçenc dels Horts. Y un año más tarde, en 1884 inician la fundación de Valencia.

Otras fundaciones siguieron durante los ocho años en que actuó de Fundadora. En 1888 viajó a Cataluña, donde se extendí­a una epidemia de cólera. Cuidó a diversos enfermos y ella misma cayó contagiada y falleció. Dejaba cinco casas establecidas y la promesa al morir de que la obra crecerí­a, como así­ fue

Pedro Chico González, Diccionario de Catequesis y Pedagogí­a Religiosa, Editorial Bruño, Lima, Perú 2006

Fuente: Diccionario de Catequesis y Pedagogía Religiosa