GREGORIO NACIANCENO
Vida: Miembro de una familia acomodada y noble, nació el 330 en Arianzo. Asistió a la escuela retórica de Cesárea de Capadocia y visitó las de Cesárea de Palestina y Alejandría de Egipto. Tras un breve paso por Atenas, regresó a su tierra el 357 recibiendo entonces el bautismo. Como un año después, ayudó a Basilio en la compilación de la Filocalia. En el 362 fue ordenado sacerdote. Consagrado obispo de Sásima, nunca llegó a tomar posesión de esta sede y no mucho después se retiró a Seleucia para dedicarse a la contemplación. El 379 la minoría nicena — realmente reducida — de Constantinopla le rogó que les ayudara a reestructurar la Iglesia. En aquel entonces todos los edificios estaban en manos de los arrianos pero, en el 380. la entrada de Teodosio en la ciudad provocó la devolución de los edificios a los ortodoxos. Tras renunciar a la sede de Constantinopla, Gregorio se hizo cargo provisionalmente de la diócesis de Nacianzo. Retirado a su finca familiar en Arianzo, falleció el 390.
Obras: Han llegado hasta nosotros 45 discursos, un conjunto de poemas y algunas cartas.
Teología: Gregorio se destacó por su defensa del dogma de la Trinidad. Llama Dios al Espíritu Santo, y elaboró una cristología aprobada en Efeso (431) y Calcedonia (451). Mariológicamente se adelantó a Efeso en la utilización del término †œZeotokos† referido a María. El dogma de la maternidad divina de María — si bien con un enfoque aún mayormente cris-tológico — es clave para definir la ortodoxia de una persona. Concibió la Eucaristía como sacrificio incruento relacionado con los sacrificios de alabanza y de su propia vida ofrecidos por el creyente.
VIDAL MANZANARES, César, Diccionario de Patrística, Verbo Divino, Madrid, 1992
Fuente: Diccionario de Patrística