H3820

Diccionario Strong

לֵב

leb

forma de H3824; corazón; también usado (figurativamente) muy ampliamente para los sentimientos, la voluntad e incluso el intelecto, de manera similar para el centro de cualquier cosa: amorosamente, angustiar, ánimo, aplicar, arbitrio, atención, caso, corazón, cordura, cuidado, dar, decidir, deseo, entendimiento, esforzado, gozoso, juicio, pensamiento, sabiduría, voluntad, voluntariamente.

—-

Diccionario Chávez

לֵב

1) Corazón (2Re 8:24).

2) Centro de la vitalidad (Jer 4:18).

3) Mente, centro de las motivaciones, intenciones, pensamientos y del entendimiento (Gén 6:5; Gén. 29:3/Gén 29:4).

4) Centro de los sentimientos e impulsos (Gén 6:6; Jue 16:15).

5) Centro de la intuición y de la clarividencia (2Re 5:26).

6) Centro de la fidelidad o lealtad (2Sa 15:13; 1Re 8:23).

7) Centro de la determinación y del valor:

yatsá libó = salió su corazón, es decir, se le sobresaltó (Gén 16:2-8; Ver nota RVA). El ser en su totalidad:

amár el libó = dijo a su corazón, es decir, se dijo a sí mismo (Gén 8:21).

10) La conciencia:

mijshól lev = estorbo de (o para) la conciencia (1Sa 25:31).

11) Centro, interior:

be-lév yam = en medio del mar (Éxo 15:8). — a) ke-tóv libám = cuando el corazón de ellos estaba alegre, es decir, cuando estaban eufóricos (Jue 16:25). b) al tásem et libejá = no pongas tu corazón, es decir, no te preocupes (1Sa 9:20). c) mi-libó = por gusto (Lam 3:33). d) jajám lev = sabio de corazón, es decir, dotado de talento (Éxo 31:6). e) lo shátah libáh = no puso en ello su corazón, es decir, no prestó atención (1Sa 4:20). f) éin lev = sin entendimiento (Jer 5:21). g) va-yedabér al lev ha-naaráh = y habló al corazón de la chica, es decir, la enamoró (Gén 34:3). h) ve-heishívu el libám = y vuelven en sí (1Re 8:47). i) be-lév va-lév yedabéru = hablan con uno y otro corazón, es decir, con doblez de corazón (Sal. 12:3/Sal 12:2). j) lev qamáy = el centro de mis adversarios, nombre críptico de Babilonia (Jer 51:1; Ver nota RVA). — Suf. לִבִּי; Pl. לִבּוֹת; Suf. לִבּוֹתָם; Var. לֵבָב (Ver allí).

—-

Diccionario Vine AT

leb (לֵב, H3820), «corazón; mente; en medio de». Leb y su sinónimo lebab aparecen 860 veces en el Antiguo Testamento. La ley, los profetas y los salmos hablan a menudo acerca del «corazón». La raíz aparece también en acádico, asirio, egipcio, ugarítico, arameo, arábigo y en el hebraico posbíblico. Los nombres arameos correspondientes aparecen siete veces en el libro de Daniel .

La primera vez que aparece «corazón» es en relación con seres humanos, en Gén 6:5 : «Y vio Jehová que la maldad de los hombres era mucha en la tierra, y que todo designio de los pensamientos del corazón era de ellos era de continuo solamente el mal». En Gén 6:6 leb se usa en relación con Dios: «Y se arrepintió Jehová de haber hecho hombre en la tierra, y le dolió en su corazón».

«Corazón» puede referirse al órgano del cuerpo: «Y llevará Aarón los nombres de los hijos de Israel en el pectoral del juicio sobre su corazón» (Éxo 28:29); «Joab … tomando tres dardos en su mano, los clavó en el corazón de Absalón» (2Sa 18:14); «Mi corazón está acongojado» (Sal 38:10).

Leb también puede referirse al interior («en medio») de algo: «Se cuajaron los abismos en el corazón del mar» (Éxo 15:8 LBA); «El monte ardía con fuego hasta el corazón de los cielos» (Deu 4:11 RVA); «Serás como el que yace en medio del mar» (Pro 23:34).

Lebab puede señalar el fuero interno, en contraste con lo externo, como en Deu 30:14 : «Porque muy cerca de ti está la palabra, en tu boca y en tu corazón, para que la cumplas» (cf. Joe 2:13); «El hombre mira lo que está delante de sus ojos, pero Jehová mira el corazón» (1Sa 16:7). A menudo lebab y «alma» se usan juntos para mayor énfasis, como en 2Cr 15:12 : «E hicieron pacto para buscar al Señor, Dios de sus padres, con todo su corazón y con toda su alma» (LBA; cf. 2Cr 15:15). Nepesh («alma»; vida; ser) se traduce varias veces como «corazón» en la RV . En cada caso, connota el «fuero interno» («hombre interior»): «Porque cual es su pensamiento en su corazón [nepesh]), tal es él» (Pro 23:7; «en su alma» RV; «en su mente» RVA; «íntimos» RV-95; «dentro de sí» LBA; «en sí mismo» LBL).

Leb puede referirse a la persona o a su personalidad: «Entonces Abraham se postró sobre su rostro y se rió diciendo en su corazón» (Gén 17:17 RVA); también, «mi corazón ha percibido mucha sabiduría y ciencia» (Ecl 1:16). Leb se usa además en este sentido en cuanto a Dios: «Oseas daré pastores según mi corazón» (Jer 3:15).

«Corazón» puede connotar la fuente de deseo, inclinación o voluntad: «El corazón de Faraón es terco» (Éxo 7:14 LBA); «todo aquel que sea de corazón generoso, traiga … ofrenda al Señor» (Éxo 35:5 LBA; cf. vv. 21, 29); «Te alabaré, oh Jehová, Dios mío, con todo mi corazón» (Sal 86:12). Leb se usa también cuando Dios se expresa: «Ciertamente los plantaré en esta tierra, con todo mi corazón y con toda mi alma» (Jer 32:41 LBA). Cuando dos personas están de acuerdo se dice que sus «corazones» están bien el uno con el otro: «¿Es recto tu corazón, como mi corazón es recto con tu corazón?» (2Re 10:15 RVA). En 2Cr 24:4 (RV), «Joas tuvo voluntad de reparar la casa de Jehová» (en heb: «tuvo en su corazón»).

El «corazón» se tiene como el centro de las emociones: «Amarás a Jehová tu Dios de todo tu corazón» (Deu 6:5); «Al verte, [Aarón] se alegrará en su corazón» (Éxo 4:14; cf. 1Sa 2:1). De la misma suerte hay corazones «alegres» (Jue 16:25), corazones «temerosos» (Isa 35:4) y corazones que «tiemblan» (1Sa 4:13).

El «corazón» se tiene como el centro del conocimiento y de la sabiduría y como sinónimo de «mente». Esta acepción aparece a menudo cuando los verbos «conocer» y «saber» acompañan a «corazón»: «Reconoce asimismo en tu corazón» (Deu 8:5); y «Pero hasta hoy Jehová no os ha dado corazón para entender» (Deu 29:4). Salomón oró: «Da, pues, a tu siervo corazón entendido para juzgar a tu pueblo, y para discernir entre lo bueno y lo malo» (1Re 3:9; cf. 1Re 4:29). La memoria es una actividad del «corazón», como en Job 22:22 : «Pon sus palabras en tu corazón».

El «corazón» se tiene como el centro de la conciencia y del carácter moral. ¿Cómo responde uno a la revelación de Dios y del mundo que nos rodea? Job responde: «No me reprochará mi corazón en todos mis días» (Job 27:6). Lo contrario aparece con David al que «le pesó en su corazón» (2Sa 24:10 LBA). El «corazón» es la fuente de las acciones del ser humano: «En la integridad de mi corazón y con manos inocentes yo he hecho esto» (Gén 20:5 LBA; cf. v. 6). David anduvo «con rectitud de corazón» (1Re 3:6); y Ezequías «con corazón íntegro» delante de Dios (Isa 38:3). Únicamente la persona «de manos limpias y corazón puro» (Sal 24:4 LBA) puede estar en la presencia de Dios.

Leb puede referirse al centro de la rebelión y del orgullo. Dijo Dios: «Porque la intención del corazón del hombre es mala desde su juventud» (Gén 8:21 LBA). Tiro es como todo ser humano: «Por cuanto tu corazón se enalteció, y porque, a pesar de ser hombre y no Dios, dijiste: «Yo soy un dios … »» (Eze 28:2 RVA). Todos llegan a ser como Judá cuyo pecado «está grabado en la tabla de su corazón» (Jer 17:1).

Dios controla el «corazón». Por su «corazón» natural, la única esperanza del ser humano está en la promesa de Dios: «Oseas daré corazón nuevo … y quitaré de vuestra carne el corazón de piedra, y os daré un corazón de carne» (Eze 36:26). Por esto el pecador ora: «Crea en mí, oh Dios, un corazón puro» (Sal 51:10); y «Afirma mi corazón para que tema tu nombre» (Sal 86:11). También, como dice David: «Yo sé, oh Dios mío, que tú pruebas el corazón y que te agrada la rectitud» (1Cr 29:17). Por tanto, el pueblo de Dios busca su aprobación: «Escudriña mi mente y mi corazón» (Sal 26:2). El «corazón» simboliza el fuero interno del ser humano, su propia persona. Como tal, es la fuente de todo lo que hace (Pro 4:4). Todos sus pensamientos, deseos, palabras y acciones fluyen desde lo más profundo de su ser. Con todo, ninguna persona logra entender su propio «corazón» (Jer 17:9). Al seguir el ser humano su propio camino, su «corazón» se endurece cada vez más. Pero Dios circuncidará (recortará la inmundicia) del «corazón» de su pueblo, para que le amen y obedezcan con todo su ser (Deu 30:6).

leb (לֵב, H3820), «tiernamente; amistosamente; confortablemente». Leb se usa como adverbio en Gén 34:3 : «Pero se sintió ligado a Dina … se enamoró de la joven y habló al corazón de ella» (RVA; «le habló tiernamente LBA»). En Rut 2:13, «al corazón» (RV, RVA, NRV) significa «amistosamente» o «bondadosamente»: «Has hablado con bondad a tu sierva». El vocablo significa «confortablemente» en 2Cr 30:22 y en Isa 40:2.

Fuente: Varios Autores