Biblia

H4467

H4467

Diccionario Strong

מַמְלָכָה

mamlaká

de H4427; dominio, i.e. (abst.) estado (gobierno) o (concretamente)la nación (ámbito): real, reinado, reino.

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Diccionario Chávez

מַמְלָכָה

1) Reino (Gén 10:10; Deu 28:25).

2) Realeza:

a) ir ha-mamlajáh = ciudad real (1Sa 25:5). b) bet mamlajáh = templo real (Amó 7:13; la RVA traduce Lit., «casa del reino»). — Const. מַמְלֶכֶת; Suf. מַמְלַכְתּוֹ; Pl. מַמְלָכוֹת; Const. מַמְלְכוֹת.

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Diccionario Vine AT

mamlakah (מַמְלָכָה, H4467), «reino; soberanía; dominio; reinado». El vocablo se encuentra unas 115 veces en todo el Antiguo Testamento. Mamlakah se halla primero en Gén 10:10 : «Y fue el comienzo [«fueron las capitales» NBE] de su reino Babel, Erec, y Acad, y Calne, en la tierra de Sinar».

El significado básico de mamlakah tiene que ver con el territorio de un «reino». El término se refiere a naciones no israelitas gobernadas por un melek, «rey»: «Acontecerá que al fin de los setenta años visitará Jehová a Tiro; y volverá a comerciar, y otra vez fornicará con todos los reinos del mundo sobre la faz de la tierra» (Isa 23:17). Mamlakah sirve de sinónimo de am, «gente» o «pueblo», y gôy, «nación»: «Cuando andaban de nación en nación, y de un reino a otro pueblo» (Sal 105:13 RVA). Mamlakah también señala a Israel como el «reino» de Dios: «Vosotros me seréis un reino de sacerdotes y una nación santa» (Éxo 19:6). El reino davídico fue el agente teocrático por el que Dios reinaba sobre su pueblo y los bendecía: «Tu casa y tu reino serán firmes para siempre delante de mí, y tu trono será estable para siempre» (2Sa 7:16). No obstante esto, el mamlakah unido se dividió después de Salomón en dos reinos que Ezequiel predijo se reunirían: «Haré de ellos una sola nación en la tierra, en los montes de Israel, y todos ellos tendrán un solo rey. Nunca más serán dos naciones, ni nunca más estarán divididos en dos reinos» (Eze 37:22 RVA).

Similar al significado básico es el uso de mamlakah para denotar «rey», puesto que el rey se consideraba la personificación del «reino». Se le tenía por símbolo del propio reino: «Así ha dicho Jehová Dios de Israel: Yo saqué a Israel de Egipto, librándoos de mano de los egipcios y de mano de todos los reinos que os oprimieron» (1Sa 10:18; en hebreo el nombre «reinos» es femenino, pero el verbo «oprimir» tiene una forma masculina, lo cual indica que «reinos» significa «reyes»).

La función y la posición de un rey es importante dentro del concepto de «reino». «Reino» puede indicar la cabeza del reino. El vocablo además tiene el significado adicional de «gobierno» real, «soberanía» real y «dominio». A Saúl se le retiró la «soberanía» real (su «reinado») por su desobediencia (1Sa 28:17). Este concepto de la «soberanía» de un rey subyace en Jer 27:1 : «En el principio del reinado de Joacim hijo de Josías». Es más, el Antiguo Testamento define como manifestaciones de un «reinado» todas las cosas que se asocian con un rey: (1) el trono: «Y sucederá que cuando se siente sobre el trono de su reino, él deberá escribir para sí en un pergamino una copia de esta ley, del rollo que está al cuidado de los sacerdotes levitas» (Deu 17:18 RVA); (2) el santuario (pagano) patrocinado por un rey: «Y no profetices más en Bet-el, porque es santuario del rey, y capital del reino» (Amó 7:13); y (3) una ciudad real: «Entonces David dijo a Aquis: Si he hallado ahora gracia ante tus ojos, por favor, que se me dé un lugar en alguna de las ciudades en el campo, para que habite allí. ¿Por qué ha de habitar tu siervo contigo en la ciudad real?» (1Sa 27:5 RVA).

Todo dominio humano está bajo el control de Dios. Por consiguiente, el Antiguo Testamento reconoce plenamente el reinado de Dios. El Señor gobernó como rey sobre su pueblo Israel a través de David y sus sucesores hasta el cautiverio (1Cr 29:11; 2Cr 13:5).

En el Nuevo Testamento todos los significados analizados se asocian con el término griego basileia («reino»). Así se traducen la mayoría de los casos de mamlakah en la Septuaginta, por lo que no debe sorprender que los autores neotestamentarios usaran este vocablo para referirse al «reino» de Dios: el dominio, el rey, su soberanía y nuestra relación con Dios mismo.

Fuente: Varios Autores