Biblia

H5358

H5358

Diccionario Strong

נָקַם

nacám

raíz primaria; rencor, i.e. vengar o castigar: castigar, retribuidor, vengador, venganza, vengar, -se, vengativo, vindicación.

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Diccionario Chávez

נקם QAL:

Vengar (Lev 19:18). — Perf.suf. נְקָמַנִי; Impf. יִקּוֹם; Inf. נְקֹם, נָקֹם; Part. נׄקֵם.

NIFAL:

1) Sufrir la venganza, ser castigado (Éxo 21:20).

2) Vengarse (1Sa 18:25; Eze 25:12). — Perf. נִקַּמְתִּי; Impf. יִנָּקֵם, אִנָּֽקְמָה; Impv. הִנָּקֵם, הִנָּֽקְמוּ; Inf. הִנָּקֵם.

PIEL:

Vengar, llevar a cabo la venganza (2Re 9:7; Jer 51:36). — Perf. נִקַּמְתִּי.

HOFAL:

1) Ser vengado, ser castigado (Gén 4:24; Éxo 21:21). — Impf. יֻקַּם.

HITPAEL:

Tomar venganza uno mismo:

titnaqém nafshí = se vengará mi alma, es decir, me vengaré a mí mismo (Jer 5:9). — Impf. תִּתְנַקֵּם.

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Diccionario Vine AT

naqam (נָקַם, H5358), «vengar, vengarse, castigar». Esta raíz y sus derivados aparecen 87 veces en el Antiguo Testamento, con mayor frecuencia en el Pentateuco, Isaías y Jeremías. Se encuentra a veces en los libros históricos y en los Salmos. La raíz también aparece en arameo, asirio, arábigo, etiópico y hebreo tardío.

El canto de Lamec es un desafío desdeñoso a sus prójimos y un ataque patente a la justicia de Dios: «A un hombre maté por haberme herido y a un joven por haberme golpeado. Si siete veces será vengado Caín, Lamec lo será setenta veces siete» (Gén 4:23-24 RV-95).

Dios guarda para sí el derecho de vengarse: «Mía es la venganza, yo pagaré … Porque él vengará la sangre de sus siervos. él tomará venganza de sus enemigos y expiará la tierra de su pueblo» (Deu 32:35, Deu 32:43 RVA). Por esta razón la Ley prohibía la venganza personal: «No te vengarás, ni guardarás rencor a los hijos de tu pueblo, sino amarás a tu prójimo como a ti mismo. Yo, Jehová» (Lev 19:18). De modo que el pueblo de Dios encomienda su caso a él, como lo hizo David: «Juzgue Jehová juzgue entre tú y yo, y véngueme de ti Jehová; pero mi mano no será contra ti» (1Sa 24:12).

El Señor usa a las personas como instrumentos de su venganza; por eso dijo a Moisés: «Lleva a cabo por completo la venganza de los hijos de Israel contra los madianitas. Entonces Moisés habló al pueblo diciendo: Armaos algunos de vuestros hombres para la guerra e id contra Madián, para llevar a cabo la venganza de Jehová contra Madián» (Núm 31:2-3 RVA). La venganza de Dios es venganza para Israel.

La Ley declara: «Si alguien golpea con un palo a su esclavo o esclava, y lo mata, se le hará pagar su crimen» (Éxo 21:20 LVP). En Israel se encomendaba esta responsabilidad a un «vengador de la sangre» (Deu 19:6). Tenía la responsabilidad de preservar la vida e integridad personal de su pariente más cercano.

Cuando atacaban a un hombre por ser siervo de Dios, tenía derecho a clamar por venganza sobre sus enemigos, como cuando Sansón oró que Dios le diera fuerzas «para que de una vez tome venganza de los filisteos por mis dos ojos» (Jue 16:28).

En el pacto (alianza), Dios advierte que su venganza podría recaer sobre su propio pueblo: «Traeré sobre vosotros espada vengadora, en vindicación del pacto» (Lev 26:25). Es en este contexto que Isaías dice acerca de Judá: «Por tanto, dice el Señor, Jehová de los ejércitos, el Fuerte de Israel: Ea, tomaré satisfacción de mis enemigos, me vengaré de mis adversarios» (Isa 1:24).

Fuente: Varios Autores