HAGEO (LIBRO)

tip, LIBR LIAT

vet, El libro de Hageo es el décimo en el grupo de los doce profetas menores. Se compone de cuatro profecí­as dadas en el espacio de cuatro meses en el año segundo de Darí­o Histaspes, en el año 520 a.C.: (a) Primera profecí­a: El primer dí­a del sexto mes, el profeta dirige sus reproches a aquellos que se han construido casas artesonadas, pero que han dejado en ruinas el templo de Dios, y les muestra que Dios no ha dado bendición a sus trabajos habituales, A continuación de esta exhortación, se reanuda la reconstrucción del templo el dí­a veinticuatro de este mismo mes (Hag. 1). (b) Segunda profecí­a: El dí­a vigesimoprimero del mes séptimo, Hageo da palabras de aliento a los que lamentan la pobre apariencia del nuevo edificio, al compararla con el esplendor del antiguo. Predice que la gloria postrera del templo serí­a más grande que su gloria primera, por cuanto Dios hará temblar las naciones; lo que ellas tengan de más precioso afluirá a la casa del Señor, llena de su gloria y de su paz. Será en esta etapa del templo que vendrá el Deseado (v. 7). Es de señalar aquí­ cómo, a diferencia de tantos comentaristas, que hablan del «primer templo», del «segundo templo», el lenguaje de la profecí­a se toma un sumo cuidado en destacar el carácter único del templo («Esta casa en su gloria primera… la gloria postrera de esta casa será mayor por la primera», Hag. 2:3, 9). Así­, es de destacar que por lo que a Dios concierne, sólo ha habido y habrá un templo, aunque en fases históricas y glorias distintas. (c) Tercera profecí­a: El dí­a vigesimocuarto del mes noveno, Hageo dio la secuela de la primera profecí­a. De la misma manera que el contacto con algo impuro contamina lo que es puro, de la misma manera la negligencia anterior de los israelitas con respecto a Dios habí­a contaminado sus esfuerzos. Por tanto, Dios les habí­a retirado su bendición. Pero la renovación de su celo por Jehová devolverí­a la fertilidad a las estaciones (Hag. 2:10-19). (d) Cuarta profecí­a: El mismo dí­a, Hageo pronunció su última profecí­a. Cuando el Señor haga temblar los cielos y la tierra y trastorne las naciones, El establecerá a Zorobabel, representante de la lí­nea real de la casa de David (Hag. 2:20-23). El mensaje de Hageo tiene una aplicación práctica permanente. De hecho se puede resumir en la lapidaria afirmación del Señor Jesús «Buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas (Mt. 6:33). Dios quiere de su pueblo una lealtad a El sin reservas, subordinándolo todo al cumplimiento de su voluntad, y El cuidará fielmente de los suyos.

Fuente: Nuevo Diccionario Bíblico Ilustrado