HAMMURABI

el más importante de los soberanos de la primera dinastí­a de Babilonia, cuyo reinado sucedió aproximadamente entre 1792 y 1750 a. C. Extendió los territorios del Imperio babilonio hacia el norte desde el golfo Pérsico, a lo largo de los valles del Tigris y el Eufrates, y hacia el oeste hasta las costas del Mediterráneo. La prosperidad de la hasta entonces modesta ciudad de Babilonia fue obra de A., quien se distinguió, además de militar, como gran administrador y constructor de grandes obras.

El legado más importante de este soberano es el llamado Código de Hammurabi, primer código conocido en la historia, compilación del derecho de Babilonia hasta su época, de mucha influencia en otros pueblos y cuyo paralelismo con el Código de la Alianza es evidente, Ex 20, 22; 21; 22; 23; 24. Antiguamente se identificaba a H. con Amrafel, rey de Senaar, Gn 14, lo que ya está descartado.

Diccionario Bí­blico Digital, Grupo C Service & Design Ltda., Colombia, 2003

Fuente: Diccionario Bíblico Digital

Rey de Babilonia, famoso por su “Código de Hammurabi”, que abarca todo el derecho publico y privado vigente en Babilonia. Fue encontrado por los franceses en las excavaciones de Susa, en 1902, y está en el Museo del Louvre. Tiene muchos paralelismos con la legislación Mosaica.

“HASTA QUE”: En Mat 1:25, el último verso del cap.l, se hace una recopilación de todo lo dicho anteriormente en el capí­tulo diciendo: Y sin haberla conocido o tocado, dio a luz a su hijo primogénito, y le puso el nombre de Jesús. Pero la Biblia Reina-Valera traduce así­: “Pero no la conoció hasta que dio a luz a su hijo primogénito.” Y muchos cristianos interpretan este “hasta que”, diciendo que la Virgen tuvo relaciones después de tener a su hijo. Es un gran error, porque es cambiar todo el sentido de lo que dice el capí­tulo, donde se trata de demostrar que la Virgen tuvo su hijo siendo Virgen, sin haber tenido relaciones con San José, sin aludir a nada en absoluto a lo que pasó después.

De todas formas, la traducción de Reina-Valera no es incorrecta, porque en la Biblia se usa ese “hasta que” varias veces y nunca implica que lo que no ha tenido antes lo tuvo después. Por ejemplo, en 2Sa 6:23 se dice: Y Michal, hija de Saúl, nunca tuvo hijo hasta que murió, ¡que no quiere decir que después de morir sí­ tuvo hijo! Y lo mismo en 2Cr 26:21 : El rey Ozí­as fue leproso hasta que murió, ¡y no significa que después de morir ya dejó de ser leproso!: También usa erróneamente en este verso la palabra “primogénito”, para concluir que la Virgen tuvo más hijos, lo que es un gran error. Ver “Primogénito”, “Virgen Maria”, “Hijo de Maria”, “Hermanos de Jesús”.

Diccionario Bí­blico Cristiano
Dr. J. Dominguez

http://biblia.com/diccionario/

Fuente: Diccionario Bíblico Cristiano

Sexto rey de la primera dinastí­a que gobernó Babilonia (1792-1750 a.C.). Era de origen amorreo. No se menciona con este nombre en la Biblia, pero algunos lo identificaban con el †œ †¢Amrafel, rey de Sinar† que se menciona en Gen 14:1, aunque modernamente no se considera válida esa teorí­a. Es de interés para los estudios bí­blicos, porque en el año 1901 se descubrió una estela de diorita negra de unos 2.5 m de altura, en excavaciones arqueológicas en †¢Susa, la cual contiene inscripciones de una colección de doscientas ochenta y dos decisiones judiciales de ese rey, conocidas con el †œCódigo de H.†, en las cuales se pueden identificar disposiciones que tienen algún parecido con las leyes del AT. Se estudia este código para entender mejor las costumbres de la época de los patriarcas, al tener en cuenta que Abraham salió originalmente de Caldea. Las decisiones en la famosa lista incluyen temas de comercio, tarifas, precios, el matrimonio, el adulterio, la adopción. También sobre robo, asalto, la esclavitud y otros temas. Se estatuyen distintas penas, según la gravedad de las faltas. Aunque el Código de H. se conserva en idioma acádico (semí­tico), se sabe que resumí­a las costumbres de muchos otros pueblos civilizados de la época en los cuales se aplicaba.

Las penas criminales se imponí­an teniendo en cuenta la jerarquí­a social de la persona perjudicada. Muchos detalles del Código de H. pueden señalarse como probables antecedentes de otros en el código mosaico. Se castigaba con la pena de muerte la hechicerí­a (Exo 22:18; Deu 18:10), el falso testimonio (Deu 19:18-19), el robo, incluyendo la venta de una propiedad perdida (Exo 22:1-4, Exo 22:9; Lev 6:3-5), el secuestro (Exo 21:16; Deu 23:15), el incesto y el adulterio (Lev 19:20-22; Lev 20:10-12; Num 5:11-28), el homicidio (Exo 21:12-15), así­ como otros delitos. Lo que después fue llamado †œley del talión†: †œojo por ojo, diente por diente†, era aplicada. A un hijo que golpeara a su padre habí­a que cortarle la mano. Si alguien dañaba el ojo a otro debí­a perder uno de los suyos. Lo mismo si le rompí­a un diente o un hueso. Asimismo contení­a disposiciones penales en forma de multas. Las leyes relativas al matrimonio, la herencia, la adopción, etcétera, guardan también similitud con lo que se estipula en la ley de Moisés.

Fuente: Diccionario de la Biblia Cristiano

tip, BIOG REYE HOMB HOAT ARQU

ver, AMRAFEL, BABILONIA

vet, Sexto rey de la primera dinastí­a de Babilonia. En el pasado se habí­a identificado con Amrafel (véase, cfr. Gn. 14:1), pero esta identificación no es ya posible debido al descubrimiento, en 1937, de millares de tabletas en Mari, ciudad del curso medio del Eufrates. La cronologí­a es muy discutida entre diversos expertos, aunque la más comúnmente aceptada (según Albright 1728-1686 a C.) ya lo deja bien alejado y posterior a la época de Abraham. Otros autores lo sitúan entre 1792 a alrededor de 1750. Courville, por su parte, lo sitúa en 1430-1375 a C. Al principio, Hammurabi no dominaba más que una región poco extensa. Después arrebató Larsa a los elamitas y se proclamó señor de toda Babilonia (véase BABILONIA). Hammurabi buscó el bien de sus súbditos; reparó los antiguos canales y construyó otros nuevos, a fin de fertilizar el norte y sur de Babilonia. Consolidó las fortificaciones, construyó y hermoseó templos, presidió la administración de la justicia, y codificó las leyes del paí­s. El Código de Hammurabi constituye la más antigua colección de leyes conocida. Está escrita en cuneiforme sobre una estela de 2,25 m. de altura, descubierta en 1901-1902 por J. de Morgan, y guardada en el Museo del Louvre. Es de basalto negro. En la parte superior, un relieve muestra al rey en actitud de adoración, recibiendo las leyes de la mano derecha del dios-sol (shamash). Sobre la estela hay 28 columnas de texto cuneiforme, comprendiendo: (a) Una introducción que recuerda los beneficios otorgados a los templos y ciudades de Babilonia por parte del rey. (b) El texto de las leyes reunidas y ordenadas por Hammurabi, comprendiendo 282 preceptos. Estas leyes tratan de la vida cotidiana, y a ellas se hallan sometidas todas las clases de la sociedad. La ley recomienda el trabajo a sus súbditos, y ordena a los padres que enseñen su oficio a sus hijos y que les enseñen matemáticas. Presuponen una sociedad desarrollada en lo artí­stico y cientí­fico, pero también disoluta, materialista y cruel. Es indudable que hay algunas caracterí­sticas comunes entre este código y la Ley de Moisés, como las puede haber entre todas las legislaciones. Pero es inadmisible hacer de Hammurabi el inspirador y precursor del código mosaico. Por una parte, las leyes de Hammurabi son, a menudo, inspiradas por el sentido común y por un verdadero espí­ritu de justicia, pero no se pueden comparar con las del legislador del Sinaí­ en su elevación moral y espiritual. El Código de Hammurabi es esencialmente utilitario, desprovisto del sentido de la dignidad de la persona humana. Además, es sumamente duro frente a los pobres, y de una gran severidad al que se muestre compasivo hacia los esclavos. Sus favores son dados a los grandes, a los favoritos de este mundo. No hay ningún cuidado hacia los niños, ancianos, débiles o extranjeros. No hay ninguna noción de un Dios único, todopoderoso, personal. Además, el dios de este código parece ser el mismo Hammurabi que, en su prólogo, parece no hallar ninguna expresión lo suficientemente fuerte para proclamar su propia gloria. El Código de Hammurabi es de pura inspiración pagana, y no permite más que una comparación muy limitada, por lo que a su contenido legislativo se refiere, con la admirable revelación de la fe moral y de la santidad divina del Decálogo. Por otra parte, queda en pie la cuestión cronológica, puesto que no está en absoluto probado que el Código de Hammurabi fuera muy anterior al éxodo, y es, además, muy factible que resulte cierta la posición de Courville, muy bien fundamentada, de que fuera contemporáneo con Moisés. Bibliografí­a: Pirenne, J.: “Historia Universal”, vol. I (Exito, Barcelona, 1974); Courville, D. A.: “The Exodus Problem and its Ramifications” (Challenge Books, Loma Linda, California, 1971); Free, J. P.: “Archaeology and Bible History” (Van Kampen Press, Wheaton, Illinois, 1950).

Fuente: Nuevo Diccionario Bíblico Ilustrado

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Monarca de la Primera dinastí­a babilónica conocida. Fue el sexto rey. Su reinado tuvo lugar a mediados del XVIII antes de Cristo, extendiendo su reino por al Norte durante 43 años.

Se le conoce pos sus cartas y normas de gobierno. Sobre todo por haber llegado hasta nosotros uno de los códigos o conjunto de leyes que, con escritura cuneiforme, esculpió en una estela de las que se usaban en las ciudades o en los caminos para conocimiento general de las obligaciones sociales. Se halla en el Museo del Louvre. Tiene la estela 39 columnas, con 282 párrafos o normas.

Interesa por ser contemporáneo de las fechas en que se puede situar la figura de Abraham. Y es probable que sus leyes eran influyentes en toda la región quedando eco de muchas de ellas en la Biblia (Deuteronomio y Leví­tico), tanto en forma de leyes cultuales, familiares, comerciales, etc. como en forma de hábitos y usos sociales, pues que su difusión se dio por toda la región de Mesopotamia.

Pedro Chico González, Diccionario de Catequesis y Pedagogí­a Religiosa, Editorial Bruño, Lima, Perú 2006

Fuente: Diccionario de Catequesis y Pedagogía Religiosa