HISTORIA DE LA EVANGELIZACION
El significado de la historia de la evangelización
El camino que ha realizado la Iglesia durante veinte siglos de historia, es camino de vivencia, de anuncio y de explicitación del mensaje evangélico. En estas tres facetas, ha habido siempre una acción del Espíritu Santo y una inserción en los corazones, las culturas y los pueblos. Las limitaciones humanas por parte de los creyentes, pueden servir de contraste para discernir la acción divina. «La presencia y la actividad del Espíritu Santo afecta a la historia» (RMi 28).
La historia interna de toda comunidad eclesial, en el conjunto de la comunión universal, ha sido siempre una historia de gracia y de dones del Espíritu Santo (cfr. LG 13; UR 14). Los errores y pecados de las personas y de las instituciones hacen resaltar mejor la acción de la gracia. El camino espiritual de la Iglesia asume armónicamente la herencia del pasado, para discernir y seguir los valores permanentes, purificar las expresiones imperfectas y hacerse disponible a la nueva acción de la gracia en el presente, preparando un futuro de encuentro de toda la humanidad con Cristo resucitado.
La historia de la evangelización equivale a la historia de una Iglesia que ha querido ser fiel al encargo misionero de Jesús «Id por todo el mundo» (Mc 16,15), «seréis mis testigos» (Hech 1,8), «estaré con vosotros» (Mt 28,20). La misión es la vida de todo el Pueblo de Dios, que camina hacia un encuentro de toda la humanidad con Cristo resucitado.
La historia se hace camino, como actitud constante de insertar el evangelio en todas las culturas. La comunidad «convocada» por Jesús (la «ecclesía»), después de recibir el Espíritu Santo el día de Pentecostés, comenzó a comunicar a todos los hermanos la «buena nueva». En el caminar eclesial, ya desde el principio y entre luces y sombras, se manifiesta una historia de salvación. La persecución hizo que los primeros discípulos tuvieran que llevar el mensaje fuera de Palestina (Hech 8). La historia de la evangelización es siempre historia de «sangre» martirial, como «semilla de cristianos» y como purificación de actitudes de los mismos creyentes.
Criterios de valoración
La historia de la evangelización ha sido la del anuncio de la novedad del misterio de Cristo, que ha hecho descubrir el misterio del hombre. Los fracasos han sido debidos a los personalismos y a los intereses particularistas, que han impedido vivir y anunciar rectamente el misterio de Cristo. Pero también en ese caso han que reconocer que «donde abundó el pecado, sobreabundó la gracia»(Rom 5,20). Entre luces y sombras, la historia de la evangelización es historia de salvación, dentro de los planes de Dios Amor sobre toda la humanidad, con la presencia de Cristo resucitado y la acción de su Espíritu. Los errores históricos indican que el mensaje transmitido no es propiedad de los evangelizadores, sino de Cristo resucitado presente en la vida de todos los pueblos.
Los éxitos son debidos a esta acción divina que acompaña el anuncio y el testimonio de los apóstoles de todos los tiempos. Hay que pedir perdón a los hermanos y hay que dar gracias a Dios por esta historia salvífica. Los hombres de buena voluntad podrán descubrir las «bienaventuranzas» en la vida de los cristianos, que saben reconocer las propias limitaciones y que hacen de los dones recibidos un servicio gozoso a los demás.
Hay que aprender a juzgar los hechos históricos sin anacronismo y sin trasponer a esos hechos la propia problemática y menos aún los propios resentimientos. No es buen instrumento, para juzgar la historia, la ideología subyacente en el análisis marxista de la realidad, que baraja los datos históricos de modo dialéctico, condicionado y unilateral. A cada época hay que juzgarla dentro de su misma perspectiva histórica. Los «hechos de gracia» de todo momento histórico van siempre acompañados de signos pobres y limitados. Así es el misterio de la Encarnación. Amar al hombre es también amar a la historia, especialmente cuando se trata de las propias raíces culturales y religiosas.
El estilo evangelizador de cada época
El estilo evangelizador de cada época depende de la mayor explicación de los datos revelados y de la mejor inserción de los mismos en las culturas y situaciones humanas personales y comunitarias. Habrá que dar más importancia a las figuras misioneras ejemplares (como son los santos), así como a los documentos que orientan la acción evangelizadora, discerniendo lo que tiene valor permanente y valorando en sus justos términos lo que es pasajero y secundario.
Referencias Figuras misioneras, historia, historia de salvación, modelos apostólicos.
Lectura de documentos AG 3, 5, 8-9, 16, 26; EN 78,80; RMi 90.
Bibliografía M. COLLINS REILLY, Spirituality for mission (New York, Orbis Book, 1978); J. COMBY, Deux mille ans d’évangélisation (Paris, Desclée, 1992); B. DE VAUX, Les Missions leur histoire (Paris, Fayard, 1960; S. DELACROIX (edit.), Histoire universelle des Missions Catholiques (Paris, Lib. Grund, 1956); H.W. GENSICHEN, El peso y la enseñanza de la historia, en K. MÜLLER, Teología de la misión (Estella, Verbo Divino, 1988) 177-194; J.Mª LABOA, La misión en la Iglesia, en La misionología hoy (Estella, Verbo Divino, 1987) 138-170.
(ESQUERDA BIFET, Juan, Diccionario de la Evangelización, BAC, Madrid, 1998)
Fuente: Diccionario de Evangelización