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JASOR

JASOR

patio. Nombre de ciudad y de un grupo de tribus. 1. Ciudad real muy grande al suroeste del lago Hulé, invadida bajo el mando de Josué por los israelitas, incendiada y destruida completamente, cuando la conquista del Norte, cuyos reyes se aliaron, liderados por Yabí­n, rey de J., y juntaron un gran ejército, con carros de guerra, muy superior a los israelitas, Jos 11, 10-14; 12, 19. Los estudios arqueológicos confirman este dato bí­blico, J. fue incendiada a finales del Bronce Superior, época de la incursión israelita. En Jc 4, 2 y 17, aparece de nuevo Yabí­n, rey de J., lo que es un error, pues la invasión a Canaán la llevó a cabo Josué entre el 1220 y el 1200 a C., y la victoria de Baraq y la profetisa Débora sobre los cananeos sucedió ca. 1125 a. C. La sexta suerte en la repartición de la tierra de Canaán le correspondió a la tribu de Neftalí­, y entre su heredad esta ciudad de J., Jos 19, 36. El rey Salomón amuralló esta ciudad, cuando la leva, en la cual trabajaban los israelitas en las obras del rey, sin paga, 1 R 9, 15. En el año 734 a. C., J. fue tomada, lo mismo que otras ciudades de Neftalí­, por Teglatfalasar III, rey de Asiria, y llevó a sus habitantes a Asiria, primera deportación de israelitas, 2 R 15, 29. 3. En el oráculo contra las ciudades árabes, el profeta Jeremí­as habla de los reinos de J., con lo que se refiere, en general, a las tribus árabes semisedentarias, y reino se tiene que ver con un grupo bajo la autoridad de un jefe tribal, Jr 49, 28-33.

Diccionario Bí­blico Digital, Grupo C Service & Design Ltda., Colombia, 2003

Fuente: Diccionario Bíblico Digital

Una de las excavaciones más interesantes del perí­odo bí­blico es Jasor y pocas veces en los últimos tiempos ha cambiado tanto a nuestros ojos la imagen histórica de un asentamiento por obra de los resultados cientí­ficos como en el caso de Jasor. Las excavaciones originarias de ese cambio de imagen las ha llevado a cabo el profesor Yigael Yadin (Israel) desde 1955 durante varias campañas.
El año 1928 J. Garstang identificó la Jasor de la Biblia con tell el-Qedaj, una elevación sobre el seis veces mayor tell Waqqas, a unos 8 km al suroeste del lago Hule. De sus excavaciones Garstang sacó la conclusión de que Jasor se habí­a reducido a una ciudad-fortaleza (sobre el actual tell el-Qedaj), que dominaba un campamento rectangular bien protegido (el actual tell Waggas).
Esas conclusiones se mantuvieron en lí­neas generales como ciertas hasta 1955. Pero con las excavaciones de Yadin se llegó al conocimiento de que también el †œcampamento† habí­a sido construido, en parte incluso ya durante el perí­odo posterior del bronce medio (2100-1600 a.C.). Pero es posible que el muro de tierra apisonada, que rodea el †œcampamento,† sea más antiguo que la construcción del amplio rectángulo, de modo que la hipótesis anterior de que la instalación defensiva se remontaba al perí­odo palestino de los hicsos no tenga que ser necesariamente falsa. Las amplias instalaciones se consideraron como un campamento permanente o reserva de caballos (jaser susim) de los hicsos y como el depósito de sus carros de guerra. De tales funciones podrí­a haber tomado el nombre toda la ciudad (†œJasor,† de jsr).
Mientras que hasta 1955 muchos defendí­an la opinión de Garstang de que en los siglos XIV-XIII a.C. la población de la fortaleza habí­a sido escasa, ahora se echa de ver que la ciudad floreció también en el bronce tardí­o (1600-1200 a.C.) y que sólo hacia el 1200 fue destruida, aunque poco después de esa fecha volvió a reconstruirse siendo habitada de nuevo.
No obstante lo inesperado de los resultados, no puede decirse que las excavaciones representasen una sorpresa absoluta, pues por testimonios escritos conocidos con anterioridad cabí­a esperar que se tratase de una ciudad singularmente importante, y que la visión de Jasor que se apoyaba en las excavaciones de Garstang de alguna manera estaba en contradicción con tales testimonios escritos, según se desprendí­a de los textos egipcios de imprecación (siglos XIX-XVIII a.C.), los fragmentos de los archivos de Mari (siglo XVIII a.C.) y Amarna (siglo XIV a.C.). Era casi increí­ble que una ciudad de la fortaleza y vigor expansivo de su dominio, según certifican las piezas escritas, sólo se hubiera asentado sobre una colina de 600 x 200 m (el tell el-Qedaj).
La historia de Jasor se presenta poco más o menos así­: los hicsos conquistaron la pequeña colina (tell el-Qedaj) y la fortificaron o reforzaron sus fortificaciones (hacia el 1800 a.C.). Luego aseguraron con un muro los terrenos de la gran colina (tell Waqqas). En la lengua de Canaán el asentamiento recibió el nombre tal vez de ese parque de caballos y carros (jaser): Jasor reflejaba la caracterí­stica más destacada del lugar.
Los hicsos, que por doquier aparecen como una pequeña clase dominante que ejerce el gobierno, se mezclaron en los siglos sucesivos con el pueblo al que habí­an sometido. Con ello Jasor fue perdiendo poco a poco, incluso en lo arquitectónico el carácter especí­fico de los hicsos; en cualquier caso, antes del año 1600 a.C. fue también fortificada la colina espaciosa (el †œcampamento†). Así­, Jasor se convirtió en una gran ciudad: treinta veces mayor que la Jerusalén de David, y más de diez veces superior a la de Salomón. Jasor fue seguramente una ciudad de 40 000 habitantes, que podí­a sostener bien a un ejército de 10 000 hombres. En esa †œciudad baja† de Jasor se encontraron testimonios de viviendas y talleres de artesanos, cisternas y canales, templos y santuarios al aire libre, pasillos subterráneos y cámaras de enterramiento.
En el extremo norte (punto de excavación H) los restos de un templo (25 x 17 m), con pórtico de entrada, salón y santí­simo, certificaban que hacia el 1350 a.C. se construyó en Jasor el mismo tipo de templo (¿hittita?) que el que se levantarí­a hacia el año 1000 a.C. en Jerusalén. En el santí­simo o santo de los santos, entre numerosas figurillas de divinidades, se encontró también la imagen de un becerro. Un altar para el incienso, hecho de basalto, está adornado con el sí­mbolo divino de un disco solar. Una pila de basalto, probablemente destinada al culto y con un diámetro de 50 cm, está rodeada de una espiral. Entre los hallazgos más importantes de la excavación se cuenta aquí­ el cilindro de un sello que muestra a un dios sentado bajo un disco solar alado, ante el que aparece el rey con algunos vasallos que van a ofrecer un sacrificio. Tal vez era el sello con que se estampillaban y certificaban las ofrendas hechas por el rey y presentadas por los súbditos.
En el punto de excavación F, en un atrio, se encontró un altar monolí­tico, con un peso de 5 t. Junto a ese altar al aire libre se encontraron además estatuas de basalto, una piedra de alabastro para el incienso y una mesa de degollación (?) para la preparación de las ví­ctimas.
En el punto C salió a luz un santuario cananeo con objetos de culto del siglo XIV. Desde el punto de vista de la historia de las religiones lo más importante aquí­ es la imagen en bronce, con adornos de plata, de una diosa con serpientes y una serie de massebás, entre las que se encuentra la estela con dos manos bajo un sí­mbolo divino — ¿el disco solar? . El motivo de las manos levantadas es de por sí­ frecuente en el mundo sirio, pero no hay ningún otro testimonio tan temprano. (Más tarde las manos alzadas significan el grito que pide venganza por la muerte injusta. ¿Tendrán aquí­ el mismo sentido?).
Esa ciudad baja de Jasor fue destruida en torno al 1200 a.C., como certifican los hallazgos de la excavación; los restos de cerámica se remontan al siglo XIII. Con ello los datos de la excavación confirman el dato de la destrucción de Jasor en Jos 11:13 como una posibilidad de que también hubiera sido destruida la ciudad baja. También la ciudad alta fue destruida en ese perí­odo, pero más tarde fue reconstruida.
En Jos 11:1-15 se cuenta que Josué venció a una gran coalición de cananeos del norte de Palestina, a las órdenes del rey Yabí­n de Jasor, junto a las aguas de Merom (15 km al suroeste de dicha ciudad de Jasor). De ese modo el norte de Canaán habrí­a caí­do de golpe en manos de Israel. También Jasor fue entonces conquistada y destruida por Israel.
Es difí­cil decir si bajo Josué o en qué otro momento preciso tuvo lugar realmente esa batalla decisiva en el norte de Canaán. Preferentemente se ha situado tal batalla en el perí­odo de los jueces, hacia el 1150 a.C. y bajo Débora, ya que Jue 4 permite sacar la conclusión de que entonces no sólo fue vencido el general de Yabí­n, el †œrey de Canaán,† sino que también Jasor fue tomada. Muchos han visto en Jos 11:10ss una anticipación, al perí­odo de las primeras luchas por la conquista del paí­s, de sucesos ocurridos en la época de los jueces. Y aunque todaví­a hoy la mayor parte de los historiadores de la Biblia creen que los relatos de Jos 11 y de Jue 4 se refieren al mismo suceso histórico, hoy — sobre la base de las excavaciones de Jasor, que hacen probable la destrucción de la ciudad en la época en torno al 1200 — se considera posible que el acontecimiento transmitido ocurriera en la conquista de Canaán hacia el 1200.
Así­ pues, la ciudad baja no fue reconstruida más tarde por Israel. Pero la ciudad fortificada fue una comunidad israelita a más tardar desde el tiempo de Salomón. Fue él el que renovó la tradición ecuestre de Jasor y el que hizo de ella uno de sus parques de carros de guerra. Por encima del estrato salomónico hay otros seis estratos, por los que puede demostrarse que la ciudad siguió floreciente hasta poco más o menos el año 650 a.C. El rey Ajab reforzó la fortaleza contra Damasco. Con posterioridad el lugar siguió vegetando como un asentamiento sin importancia. Durante los últimos años de Asirí­a, con los caldeos, los persas y en el perí­odo helení­stico se mantuvo una pequeña fortaleza en uno de los ángulos de la colina fortificada. El empobrecimiento general del reino del norte bajo los últimos asirios y los neobabilonios, como lo prueban también las ruinas de otras ciudades (por ejemplo, Meguiddó y Samarí­a), se confirma también aquí­ con la excavación de los estratos superiores.

Fuente: Diccionario de Geografía de la Biblia