JEROBOAM I

(heb., yarov†™am, la gente contiende, o la gente llega a ser numerosa). Hijo de Nabat, de la tribu de Efraí­n, y de Zerúa, una viuda (1Ki 11:26-40). Fundó el reino de Israel cuando la nación se dividió después de la muerte de Salomón. Previamente habí­a sido el supervisor de los trabajos públicos bajo Salomón (1Ki 11:28); posteriormente, Ají­as el profeta le dijo que él llegarí­a a ser el jefe de las diez tribus. Salomón trató de matarlo pero él se escapó a Egipto. Después de la muerte de Salomón, su hijo Roboam rechazó las demandas del pueblo y las diez tribus se rebelaron en contra de la casa de David y pusieron por rey a Jeroboam (1Ki 12:1-16).

Temiendo que la gente no permaneciera leal a él si viajaban a Jerusalén cada año para adorar en el templo, Jeroboam optó por establecer centros de adoración en los dos extremos de su reinado: Dan en el norte y Betel en el sur (1Ki 12:26-33; 1Ki 16:26). Con el deseo de afirmar su trono, Jeroboam guió a su gente a practicar las inmoralidades del paganismo, las que con el tiempo causaron la destrucción de la nación. Los reyes que le sucedieron, con excepción de Jehú, apoyaron este tipo de adoración idólatra hasta que Israel cayó.

Por intermedio de un profeta desconocido, el cual viajó desde Judá a Betel, Dios le envió una solemne advertencia a fin de que enmendara sus malvados caminos (1Ki 13:1-6). Pero a pesar de esta terrible advertencia Jeroboam continuó en sus malvados pasos. Jeroboam reinó durante 22 años y fue sucedido en el trono por su hijo Nadab (2Ki 14:20). Para la gente de Israel, el reino de Jeroboam fue una calamidad, tanto en el campo polí­tico como religioso. La guerra entre los dos reinos inevitablemente los debilitó a ambos, haciéndolos vulnerables al ataque de otros.

Fuente: Diccionario Bíblico Mundo Hispano