JOAB

Mata a Abner, 2Sa 3:22-30; pone a Urías al frente, 2Sa 11:6-21; reconcilia a David y Absalón, 2Sa 14:28-33; mata a Absalón, 2Sa 18:9-17; persigue a Seba y mata a Amasa, 2Sa 20:3-23; Salomón ordena matarlo, 1Ki 2:28-34.


Joab (heb. Yô’âb, “Yahweh es padre” o “paternidad de Yahweh”). 1. Hijo de Sarvia, hermana de David, y comandante en jefe de los ejércitos de éste (2Sa 20:23; 1Ch 2:16). Primero aparece en la batalla entre las fuerzas de David y las del hijo de Saúl, lsboset, en Gabaón, en la que condujo a las suyas a la victoria. En la batalla, Abner, comandante en jefe de Is-boset, mató al hermano menor de Joab, Asael (2Sa 2:12-32). Más tarde, Abner después de pelearse con Is-boset y de negociar con David para pasarle el reino, fue asesinado por Joab y Abisai, su hermano (3:12, 20-30). Este hecho fue ostensiblemente una venganza por la muerte de Asael, pero probablemente también motivado porque Joab temí­a que Abner pudiera ocupar su cargo. Aparentemente, David no se sentí­a lo suficientemente fuerte como para llevar a los 2 hermanos ante la justicia; sin embargo, no pasó por alto el crimen de ellos (vs 31-39). La captura de Jerusalén se debió principalmente al valor de Joab. Como recompensa, David lo puso como jefe del ejército del reino unido (1Ch 11:6). Como tal, Joab llegó a ser un hombre muy poderoso en el reino, no sólo capitaneando las guerras de David, sino también realizando muchas obras pací­ficas como la reparación de la ciudad de Jerusalén (v 8). Durante 6 meses dirigió una campaña contra Edom, matando a todos los varones (1Ki 11:16). También emprendió operaciones exitosas contra los sirios y los amonitas (2Sa 10:6-14; 1Ch 19:6-15). Un año más tarde sitió la capital amonita de Rabá (Rabá de los Amonitas). En las etapas finales del sitio envió a buscar a David para que el rey dirigiera al ejército en el último asalto a la ciudadela y así­ tuviera el honor de la victoria (2Sa 11:1; 12:26-29; 1Ch 20:1-3). Durante este sitio de Rabá, Joab, por instrucciones de David, puso a Urí­as en una posición expuesta para que muriera en el ataque y David quedase libre para tomar a su esposa (2Sa 11:6-27). Joab simpatizó con Absalón durante el exilio del prí­ncipe, e influyó sobre el ley para que trajera de regreso a su hijo (14:1-24), pero se volvió contra Absalón cuando el prí­ncipe comenzó 643 una rebelión abierta contra su padre. Si bien o dirigió personalmente la batalla contra las fuerzas de Absalón, en abierto desafí­o de la voluntad expresa de David mató a Absalón, concluyendo así­ la rebelión (18:1, 2, 11-17). Reprendió al rey por el excesivo dolor por su hijo, en lo que tení­a razón (19:1-8). Después del incidente, David, impaciente por los actos independientes y a veces insubordinados de Joab, designó a Amasa como comandante en jefe del ejército (v 13). Más tarde, cuando el benjamita Seba se rebeló, Amasa recibió el encargo de dominar la rebelión (20:1-4). Joab, sin embargo, impulsado por los celos, asesinó a Amasa, tomó las cosas en sus manos y con la ayuda de su hermano Abisai aplastó la rebelión (vs 5-22). Aparentemente, más tarde recuperó su cargo de general en jefe del ejército de David (v 23). Cuando David le encargó que hiciera un censo de Israel, Joab se opuso al decreto y la cumplió con poco entusiasmo y a medias (2Sa 24:1-9; 1Ch 21:1-6). También se opuso al deseo de David de poner a Salomón en el trono. Joab favorecí­a a Adoní­as, y tomó parte en los preparativos abortados para ponerlo como nuevo rey (1Ki 1:7, 18, 19). Sin embargo, cuando Salomón fue proclamado rey, Joab abandonó la causa de Adoní­as (v 49). En su lecho de muerte, David, que nunca se habí­a sentido lo suficientemente fuerte como para manejar a Joab, le pidió a Salomón que llevara a Joab ante la justicia por sus crí­menes pasados (2:5, 6). Salomón lo hizo, ordenando a Benaí­as, el comandante de la guardia real, que ejecutara a Joab, que habí­a huido al tabernáculo buscando refugio (vs 28-34). Joab fue enterrado en su propia casa en el desierto, y Benaí­as fue nombrado en su lugar (vs 34, 35). 2. Parte de un nombre de lugar (1Ch 2:54). Véase Atrot-bet-joab. 3. Descendiente de Judá, jefe de una familia de artesanos o artí­fices (1Ch 4:13, 14). 4. Judí­o destacado de la familia de Paatmoab, de la que 2.812 o 2.818 varones regresaron de Babilonia en el tiempo de Zorobabel (Ezr 2:6; Neh 7:11). Algunos de sus descendientes se quedaron en el exilio, porque 218 varones más de su familia regresaron con Esdras unos 80 años más tarde (Ezr 8:9).

Fuente: Diccionario Bíblico Evangélico

hijo de Sarvia, hermana de David, y hermano de Abisay y Asahel. Formó parte, junto con sus dos hermanos, de los llamados †œVeteranos de David†, 2 S 2, 13, y llegó a ser jefe de su ejército, 2 S 8, 16; 1 Cro 18, 15.

Cuando Murió el rey Saúl David fue ungido rey de Judá, en Hebrón, y Abner, jefe del ejército de Saúl, levantó como rey a Isbaal, único hijo sobreviviente de éste. Hubo guerra entre la casa de Saúl y la de David. J. y los Veteranos de David se encontraron en la alberca de Gabaón con Abner y los benjaminitas de Isbaal. Abner propuso un combate entre doce de los Veteranos de David y doce de Isbaal, y J. aceptó el reto; pero, en el enfrentamiento, todos murieron. La batalla se generalizó, y J. y los Veteranos de David vencieron a los hombres de Isbaal. Abner huyó, y en su persecución salió Asahel, hermano de J., quien, a pesar de los ruegos de aquél de que desistiera y se apartara para no tener que matarlo y atraerse sobre sí­ la venganza de sangre de J., persistió en su persecución y fue muerto atravesada por la lanza de Abner. J. y Abisay partieron en persecución de Abner, los Veteranos de David mataron a trescientos sesenta de los benjaminitas de Isbaal. J. y sus hombres volvieron a Hebrón, 2 S 2, 12-32. Habiéndose disgustado Abner con Isbaal por una mujer que habí­a sido concubina de Saúl, aquél propuso una alianza a David, para entregarle el reino de Israel, y estuvo en Hebrón, donde David le dio un banquete y le despidió en paz. Enseguida, llegó J. a Hebrón, de una campaña militar, y se enteró de la reunión del rey con Abner, y le reclamó por no haberlo detenido, pues, según dijo, su visita tení­a por objeto espiar a David. J., sin que lo supiera el rey, hizo devolver a Abner hasta Hebrón, le tendió una trampa y lo asesinó, en venganza por la muerte de Asahel, en la batalla de Gabaón, 2 S 3, 22-25. David, recientemente coronado rey, nada pudo hacer ante el homicidio: †œHoy estoy reblandecido, pues soy rey ungido, pero estos hombres, hijos de Sarvia, son más duros que yo†. David, entonces, dejó el castigo de los asesinos en manos de Yahvéh y maldijo a J. y a la casa de su padre, 2 S 3, 26-39.

Cuando David fue ungido también, rey de Israel, en Hebrón, marchó a la conquista de Jerusalén, habitada por los jebuseos, ciudad que tení­a la mejor fortaleza de Palestina, la de Sión, y J. mostró su valentí­a, fue el primero en atacar, por lo que fue nombrado jefe y capitán, según lo prometió David al que lo hiciera antes que los demás combatientes, 1 Cro 11, 6. J. se distinguió al frente del ejército de David, en la primera campaña contra los ammonitas y los arameos, a quienes derrotó, 2 S 10, 114; 1 Cro 19, 8-15. Igualmente en la segunda campaña contra Ammón, cuando David se quedó en Jerusalén y sucedió lo de Betsabé, lo mismo que lo de Urí­as, esposo de ésta, a quien J. puso en el frente de la batalla, por orden de David, para que muriera, 2 S 11. En esta guerra contra los ammonitas, J. puso sitio a la ciudad de Rabbá, capital de Ammón, y la tomó, tras lo cual envió mensajeros a David para que reuniera el resto del ejército, y el rey finiquitara la acción a fin de que los honores no fueran para J. sino para el rey, 2 S 12, 26-28. Absalón, hijo de David, habí­a huido del rey a Guesur, a causa del asesinato de Amnón, por la violación de Tamar. Al cabo de tres años, habiendo aminorado la ira del rey contra su hijo, J. intervino para que Absalón regresara a Jerusalén, 2 S 14. Posteriormente, al cabo de cuatro años, Absalón se rebeló contra su padre David y se proclamó rey en Hebrón. David debió huir. Los Veteranos de David derrotaron al ejército de Absalón, al frente del cual estaba Amasá, pariente de J. David, antes de la batalla habí­a ordenado a sus soldados que no le hicieran daño a su hijo. Sin embargo, cuando Absalón huí­a, su cabello se enredó con las ramas de una encina y quedó suspendido de ella, situación que aprovechó J., desobedeciendo a su señor, para clavarle tres dardos en el corazón, tras lo cual fue rematado por diez jóvenes escuderos. J. mandó tocar el cuerno y cesó la batalla, 2 S 18, 1-16. Estando David llorando la muerte de su hijo Absalón, J. entró en casa del rey y le reclamó por su desinterés para con quienes combatieron por él y lo salvaron junto con toda su familia, lo que podrí­a producir un alzamiento de los combatientes que acabaron la rebelión del hijo del rey; David, entonces, se sentó a la puerta y el ejército vino ante el rey, 2 S 19, 1-9. Tras estos acontecimientos, David nombró a Amasá jefe de su ejército, en lugar de J., y volvió a Jerusalén, 2 S 19, 14-15. Cuando Seba, hijo de Bicrí­, se rebeló contra David, J. Aprovechó la ocasión para quitarse de encima a Amasá, a quien asesinó, engañándolo con un gesto de paz, cerca de la piedra grande de Gabaón, en donde se encontraron, 2 S 20, 8-10. Tras la muerte de Amasá, J. siguió en persecución de Seba hasta Abel Bet Maaká, donde sus habitantes le entregaron la cabeza del rebelde, para que J. no hiciera daño a la población. J. volvió donde el rey David, y ocupó de nuevo la jefatura del ejército, 2 S 20, 14-23.

Ya anciano David quiso que su hijo Salomón le sucediera en el trono, pero Adoní­as, el mayor de los hijos vivos del rey, pretendió rebelarse a la voluntad de su padre, usurpando el trono para lo cual obtuvo el concurso de J., jefe del ejército, y la del sacerdote Abiatar, 1 R 1, 7. Sin embargo, Salomón prevaleció sobre los conspiradores, a quienes no castigó en el momento, 1 R 1, 50-53.

Estando David para morir hizo llamar a Salomón para comunicarle su testamento. Le encomendó que tomara las medidas necesarias contra J. por lo que habí­a hecho contra los dos jefes de los ejércitos de Israel, Abner, hijo de Ner, y Amasá, hijo de Yéter, a quienes J. asesinó, 1 R 2, 5-6.

Muerto el rey David su hijo Salomón ordenó a Benaí­as la muerte de Adoní­as y el sacerdote Abiatar fue destituido; J., ante los rumores de lo sucedido, fue a refugiarse en la Tienda de Yahvéh y se agarró a los cuernos del altar, y allí­ lo ejecutó Benaní­as, según mandó el rey Salomón. Benaí­as fue nombrado jefe del ejército, en lugar del muerto J., 1 R 2, 28-35.

Diccionario Bí­blico Digital, Grupo C Service & Design Ltda., Colombia, 2003

Fuente: Diccionario Bíblico Digital

(heb., yo†™av, Jehovah es padre).
1. El segundo de los tres hijos de Sarvia, la media hermana de David; los otros dos eran Abisai y Asael (2Sa 8:16; 1Ch 2:16). Después de la muerte de Saúl, Joab se convirtió en el capitán del ejército de David, mientras que Abner dirigió las fuerzas armadas de Isboset. Cuando los dos ejércitos se enfrentaron, hubo una competencia entre 12 hombres de cada lado, seguido por un enfrentamiento general en el cual, después de que los hombres de Israel habí­an sido derrotados, Asael fue muerto cuando perseguí­a a Abner (2Sa 2:12-32). Cuando Abner se alió con David, Joab se confabuló con Abisai y lo asesinó traidoramente, por haber dado muerte a Asael en la batalla de Gabaón, aunque Abner lo habí­a hecho en defensa propia.

Joab fue nombrado comandante de las fuerzas armadas de David en recompensa por haber sido el primero en entrar a la fortaleza de Sion cuando ésta fue atacada. En la guerra en contra de los amonitas, Joab logró una gran victoria, derrotando por completo al enemigo (2Sa 10:1-14; 1Ch 19:1-15). En otra ocasión, cuando ya tení­a sometida la ciudad de Rabá, Joab envió por David para que atacara la ciudad de Rabá a fin de que él obtuviera el crédito por la victoria (2Sa 11:1; 2Sa 12:26-29). Esta fue la misma guerra en la cual David hizo que Joab pusiera a Urí­as al frente de la batalla para que fuera muerto y él quedar libre para casarse con Betsabé (2Sa 11:6-7).

Joab fue quien logró que David nuevamente permitiera que su hijo Absalón regresara a la casa real después de su destierro por la muerte de su hermano Amnón (2Sa 14:1-33). Cuando Absalón se rebeló, el rey nombró a Amasa, otro de sus sobrinos, como general en lugar de Joab (2Sa 17:24-25). Joab permaneció siendo leal a David, y cuando el rey huyó siendo perseguido por Absalón, él dirigió una de las tres divisiones de las fuerzas reales y derrotó a los rebeldes. Cuando se le informó que Absalón estaba atrapado de los cabellos en un árbol, al principio regañó a su informante por no haberlo matado, pero después él mismo mató al prí­ncipe clavándole tres dardos en el corazón. Cuando David dio rienda suelta a su dolor, Joab lo reprendió seriamente (2Sa 19:1-8).

Cuando David retornó a Jerusalén puso a Amasa como capitán de sus fuerzas armadas en lugar de Joab. Poco tiempo después de esto, Seba, de la tribu de Benjamí­n, dirigió una revuelta en contra de David; y cuando Amasa tomó más del tiempo necesario para prepararse y controlar la situación, David pidió a Abisai que se encargara del asunto y, aparentemente, Joab lo acompañó. Al encontrar a Amasa en Gabaón, Joab, pretendiendo besar a su rival, lo mató ahí­. Después asumió el mando de los hombres de Amasa, sitió la ciudad de Seba en Abel-bet-maaca e hizo arreglos con una mujer de la ciudad para que le entregara la cabeza de Seba, acabando así­ con la revuelta (2Sa 20:1-22).

Joab se opuso a la sugerencia de David de censar al pueblo, pero después cumplió las órdenes, aunque intencionalmente no hizo un buen trabajo (2Sa 24:1-9; 1Ch 21:1-6). Joab apoyó a Adoní­as en su reclamo del trono, pero lo desertó cuando supo que Salomón habí­a sido proclamado rey (1Ki 1:7, 1Ki 1:28-49). En su lecho de muerte, David dio a saber que Joab debí­a ser juzgado por las muertes de Abner y Amasa (1Ki 2:5).

Salomón ordenó darle muerte a Joab cuando éste se asió de los cuernos del altar en el atrio del tabernáculo. Su ejecutor fue Benaí­as, jefe de la guardia de seguridad, quien fue su sucesor al mando del ejército. Joab fue enterrado en su casa en el desierto (1Ki 2:5-6; 1Ki 2:28-34).
2. Hijo de Seraí­as y padre de los del valle de Jarasim (1Ch 4:14).
3. Fundador de una de las familias que regresaron del exilio (Ezr 2:6; Ezr 8:9; Neh 7:11).
4. Una villa, aparentemente en Judá (1Ch 2:54).

Fuente: Diccionario Bíblico Mundo Hispano

(Jehová es padre). Nombre de personas del AT.

1. General de los ejércitos de David (2Sa 8:16). Al igual que Abisai y Asael, era hijo de Sarvia, la cual era hermana de David (1Cr 2:16). Aunque ocupó un lugar de liderato entre los hombres de David aun cuando éste estaba huyendo de Saúl y cuando reinaba en Hebrón, J. no vino a ser hecho comandante en jefe del ejército sino hasta el momento en que participó en la toma de Jerusalén de mano de los jebuseos (1Cr 11:6-7; 1Cr 18:15). Pero siempre se distinguió por su valor y su capacidad como jefe. En la batalla contra las tropas de Is-boset, comandadas por Abner, éstas fueron derrotadas por los hombres de David a cuya cabeza estaba Joab con sus hermanos. En su huida, Abner mató a Asael (2Sa 2:13-32). Más tarde Abner pacta con David, pero Joab le mata arteramente †œen venganza de la muerte de Asael su hermano†, cosa que David desaprobó (2Sa 3:23-30). J. comandó las fuerzas de David que se enfrentaron a los amonitas y los sirios y resultaron victoriosas (2Sa 10:6-14; 1Cr 19:1-19). Continuando la guerra contra los amonitas, Joab estaba al frente del ejército que sitiaba a Rabá, mientras †œDavid se quedó en Jerusalén†. Fue así­ que recibió la carta del rey que ordenaba la muerte de Urí­as, la cual obedeció (2Sa 11:1-25), creándose así­ una situación de complicidad con David. Pero siempre se mostraba leal para con David y no quiso incluso tener la gloria de conquistar Rabá, pidiendo a David que viniera en el momento en que ésta iba a caer para que no se le atribuyera el triunfo (2Sa 12:27-29; 1Cr 20:1).

Cuando Absalón mató a su hermano Amnón y se fue al exilio, Joab hizo arreglos para que David le perdonara y fue a Gesur a buscarlo, y lo trajo a Jerusalén (2Sa 14:1-24). Al rebelarse el hijo del rey, tocó a J. ser uno de los tres jefes que dirigieron las tropas en batalla frente a los rebeldes, y los vencieron; y mataron a Absalón a pesar de la orden contraria del rey, al cual amonestó por llorar la muerte de su hijo en vez de alegrarse por la victoria (2 S. 18 y 19). Derrotada la rebelión, David quiso ganarse a Amasa, primo de J., que habí­a sido general del ejército de Absalón, y le mandó a ofrecer hacerle †œgeneral del ejército … en lugar de J.†, lo cual éste aceptó (2Sa 19:13). Pero J., resentido por ese hecho, le mató en un momento en que simuló que iba a dar un beso a Amasa, tomándole afectuosamente por la barba, pero hundiéndole una daga †œen la quinta costilla† (2Sa 20:8-10). También sofocó J. la rebelión de Seba hijo de Bicri (2Sa 20:13-23). Una de sus victorias más famosas fue cuando †œdestrozó a doce mil de Edom en el valle de la Sal† (tí­t. del Sal. 60). Se opuso al deseo de David de realizar un censo, †œpero la palabra del rey prevaleció sobre J.† y éste tuvo que obedecer (2Sa 24:1-9; 1Cr 21:2). J. aparece mencionado, junto con Samuel y Saúl, entre las personas que consagraban tesoros para la casa de Jehová (1Cr 26:28). Luego se alió con Adoní­as, hijo de David que aspiraba al trono, pero el escogido del rey fue Salomón. David recordó a éste los crí­menes de J. y le aconsejó hacer justicia (1Re 2:5-6). J. participó en otra conspiración con Adoní­as y al ser descubierto huyó al †¢templo †œy se asió de los cuernos del altar†, donde fue muerto por órdenes de Salomón (1Re 2:28-34).

2. Personaje en la descendencia de Judá. Hijo de Seraí­as. Fue †œpadre de los habitantes del valle de †¢Carisim, porque fueron artí­fices† (1Cr 4:14).

. Ascendiente de un grupo de 2.812 personas que regresaron del exilio en tiempos de Esdras (Esd 2:6).

Fuente: Diccionario de la Biblia Cristiano

tip, BIOG HOMB HOAT EJER FUNC

vet, = “Jehová su padre”. (a) Hijo de Sarvia hermana de David, y hermano de Abisai y Asael, jefe del ejército de David durante casi todo el reinado de éste (2 S. 2:13, 28; 10:7; 1 R. 11:15; 1 Cr. 27:34). Fue valiente guerrero y hábil general, y estadista sagaz, y su grande influencia en los negocios públicos fue a menudo ejercida en bien de la nación, como en la rebelión de Absalón, y en el censo que se mandó formar de Israel (2 S. 18; 19; 24). Pero, como hombre, era altanero, vengativo y sin miramientos, lo cual lo corrobora la muerte que traidoramente dio a su rival Abner y a su primo Amasa (2 S. 3:27; 20:9, 10), su conducta para con David (2 S. 3:39; 19:5) y su connivencia con éste en el asunto de Urí­as; el haber dado muerte a Absalón y conspirado con Adoní­as contra el heredero designado por Dios para el trono; motivos por los cuales fue al fin condenado a muerte por Salomón y ejecutado al lado del altar (1 R. 2) hacia el año 1013 a.C. (b) Hijo de Seraí­a, cuyos descendientes fueron artí­fices (en hebreo “charashim”) en un valle al norte de Jerusalén (1 Cr. 4:14; Neh .11:34). (c) Cabeza de una familia que regresó después de la cautividad (Esd. 2:6; 8:9; Neh. 7:11).

Fuente: Nuevo Diccionario Bíblico Ilustrado

[012]

General más significativo del Rey David, violento, influyente, decisivo en el reinado. Venció la revuelta de Absalón, al que ejecutó por su propia mano. Cometió diversos asesinatos, por lo que Salomón, so pretexto de haber puesto de parte de Adoní­as, lo condenó y mató cuando llegó al trono, a pesar de haber sido el gran defensor de David en todo momento.

Pedro Chico González, Diccionario de Catequesis y Pedagogí­a Religiosa, Editorial Bruño, Lima, Perú 2006

Fuente: Diccionario de Catequesis y Pedagogía Religiosa

(Jehová Es Padre).

1. Hijo de Seraya, descendiente de Quenaz de la tribu de Judá. Fue †œel padre de Gue-harasim† (que significa †œValle de los Artí­fices [o, Artesanos]†), †œporque —según informa el registro bí­blico— artí­fices llegaron a ser†, lo que al parecer se refiere a que Joab fue †œpadre†, o fundador, de la comunidad de artí­fices que residió en aquel valle. (1Cr 4:1, 13, 14; véase GUE-HARASIM.)

2. Segundo de los tres hijos de Zeruyá, la hermana o medio hermana de David (posiblemente, hija de la madre de David de un matrimonio anterior con Nahás; 2Sa 17:25). Por lo tanto, Joab era sobrino de David, y sus hermanos eran Abisai y Asahel. (2Sa 8:16; 1Cr 2:13-16.) Cuando se identifica a estos tres hombres, se registra el nombre de la madre, no el del padre, porque ella era la hermana de David; así­ se hace patente su relación con él.

Caracterí­sticas. Joab era un general capaz, un hombre con habilidad para organizar, ingenioso y decidido. Por otro lado, era un oportunista ambicioso, vengativo, astuto y en ocasiones carente de escrúpulos.
Joab estaba a la cabeza de los hombres de David cuando Is-bóset, hijo de Saúl, gobernaba sobre todo Israel, con la excepción de la tribu de Judá, que se adhirió a David. (2Sa 2:10.) Los siervos de Is-bóset y los de David se enfrentaron unos contra otros en el estanque de Gabaón. Las fuerzas de Is-bóset estaban al mando de Abner, tí­o de Saúl, que habí­a sido el responsable de colocar a Is-bóset en el trono. Mientras los hombres estaban sentados unos frente a otros, Abner propuso un combate entre doce hombres de cada lado. Se agarraron los unos de los otros por la cabeza y cada uno atravesó a su oponente con la espada, de modo que todos murieron. (2Sa 2:12-16.) Como no se zanjó el asunto con el combate, el resultado fue una batalla total. Un recuento posterior reveló que las fuerzas de Is-bóset habí­an perdido 360 hombres, y las de David, tan solo 20. (2Sa 2:30, 31.)
Abner huyó durante la pelea, pero el veloz Asahel, hermano de Joab, lo persiguió. A pesar de las objeciones y advertencias de Abner, Asahel persistió hasta casi alcanzarlo, y Abner lo atravesó con el cuento de su lanza. (2Sa 2:18-23.) Cuando Abner y sus hombres llegaron a la colina de Amá, se reunieron en la cima, desde donde Abner hizo un llamamiento para terminar la pelea con el fin de evitar más amargura y que continuase la matanza. En esta ocasión Joab demostró sabidurí­a práctica al prestar atención al llamamiento y volver a David en Hebrón. (2Sa 2:24-28, 32.)

Mata a Abner en venganza. Sin embargo, Joab contuvo su afán de venganza a la espera de un momento más conveniente. Entretanto, mientras David se hací­a más fuerte, Joab entabló una guerra prolongada con la casa de Saúl, que estaba en franco declive. Finalmente, Abner, ofendido con Is-bóset por un asunto personal, hizo un pacto con David, prometiéndole conseguir pleno apoyo de Israel. (2Sa 3:6-21.) Joab no estuvo de acuerdo con esa maniobra y acusó a Abner de ser un espí­a. No obstante, fingió amistad con Abner para que no recelara, y luego lo asesinó en venganza por la muerte de Asahel, su hermano. Puede que también haya pensado que al mismo tiempo estaba eliminando un posible rival para el puesto de comandante del ejército de David. (2Sa 3:22-27.)
Cuando David se enteró del asesinato, negó rotundamente ante todo Israel cualquier culpabilidad por parte de su casa y añadió: †œÂ¡Que vuelva remolineando sobre la cabeza de Joab y sobre toda la casa de su padre, y no sea cortado de la casa de Joab hombre que padezca flujo, o leproso, u hombre que asga el huso giratorio [quizás, un lisiado], o uno que caiga a espada, o uno que tenga necesidad de pan!†. David no actuó en este tiempo contra Joab y Abisai, quien se confabuló con Joab en el asesinato, porque, como dijo: †œHoy yo soy débil, aunque ungido por rey, y estos hombres, los hijos de Zeruyá, son demasiado severos para mí­. Pague Jehová al hacedor de lo malo conforme a su propia maldad†. (2Sa 3:28-30, 35-39.)

Comandante de los ejércitos de Israel. Después que se le ungió por rey sobre todo Israel, David subió contra Jerusalén (Jebús). Los jebuseos se mofaron de él, pensando que su posición era inexpugnable. Sin embargo, David vio que la ciudad era vulnerable a través del túnel del agua. Por lo tanto, ofreció la posición de †œcabeza y prí­ncipe† a cualquiera que subiera por el túnel y fuese el primero en herir a los jebuseos. Joab subió, la ciudad cayó ante David y a Joab se le recompensó con la elevada posición de comandante de los ejércitos de Israel. (2Sa 5:6-8; 8:16; 20:23; 1Cr 11:4-8.) En su calidad de comandante, Joab tení­a un cuerpo de diez servidores personales que llevaban sus armas, entre quienes estaba Naharai el berotita, un hombre poderoso. (2Sa 18:15; 1Cr 11:39.)
Después que David conquistó Edom, Joab permaneció allí­ durante seis meses en un esfuerzo por aniquilar a todos los varones. (2Sa 8:13, 14; 1Re 11:14-17.) Posteriormente, Joab mostró sus dotes de mando en la pelea contra los ammonitas y los sirios, al colocar a Abisai, su hermano, a cargo de una división, para derrotar un ataque simultáneo desde dos frentes por parte de las fuerzas del enemigo. (2Sa 10:8-14; 1Cr 19:6-16.) Asimismo, sin duda desempeñó un papel importante en las otras batallas que David peleó contra los filisteos, los moabitas y otros pueblos.

Apoya el reino de David. En el sitio de Rabá de Ammón, Joab demostró lealtad a David como el rey ungido de Jehová. El tomó †œla ciudad de las aguas†, una expresión que quizás haga referencia a la parte de la ciudad que contení­a el suministro de agua o a la fortaleza que lo protegí­a. Una vez tomada esta parte vital, la ciudad capital no podí­a resistir mucho más, y al final la rendición se hizo inevitable. En lugar de forzar el sitio de la ciudad hasta conseguir tomarla él mismo, Joab, bien por verdadero respeto al rey, por el bien de Israel o por beneficio personal, mostró la debida honra a su soberano terrestre. Dijo que preferí­a que fuese el rey ungido de Jehová quien tomara la ciudad real enemiga y consiguiese la fama por esta hazaña, a pesar de que él ya habí­a realizado la parte más importante. (2Sa 12:26-31; 1Cr 20:1-3.)

Propició la muerte de Urí­as. Durante el sitio de Rabá, David envió una carta por medio de Urí­as en la que le mandaba a Joab que colocase a Urí­as donde la batalla era más intensa a fin de que lo matasen. Joab apoyó esta treta; no obstante, cuando informó al rey del resultado de la batalla, hábilmente se valió de este hecho para impedir que David lo reprendiera debido a que habí­a perdido hombres valientes al enviarlos demasiado cerca del muro de la ciudad. Joab dijo en su informe: †œMurieron algunos de los siervos del rey; y tu siervo Urí­as el hitita también murió†. Como Joab habí­a esperado, la respuesta de David no contení­a ningún tono de desagrado, sino que más bien encomió a Joab. (2Sa 11:14-25; véase DAVID.)

Secunda a Absalón, pero después se opone a él. Después que Absalón habí­a pasado tres años desterrado por haber asesinado a su medio hermano Amnón, Joab envió a una mujer desde Teqoa a David para que le suplicase que Absalón regresara. La petición tuvo éxito y Joab llevó a Absalón de nuevo a Jerusalén, aunque David no quiso verlo. Dos años después, Absalón le solicitó dos veces a Joab que se presentase ante él para que hablara al rey en su favor, pero Joab rehusó. Finalmente, Absalón recurrió al ardid de prender fuego al campo de cebada de Joab, y provocó una rápida y airada respuesta por su parte. Luego, pudo explicar la razón de su acto, e indujo a Joab a que viese al rey para que este le volviese a mirar con favor. (2Sa 13:38; 14:1-33.)
Aunque Joab apoyó la causa de Absalón para que pudiera regresar, cuando Absalón se rebeló, apoyó a David. El rey le colocó a cargo de una tercera parte de sus hombres, con órdenes estrictas de tratar con amabilidad a Absalón. No obstante, durante la pelea Joab desobedeció la orden del rey y mató a Absalón. (2Sa 18:1-17.) En esta ocasión, al igual que otras veces, Joab antepuso su opinión a las órdenes teocráticas que el rey ungido de Dios le habí­a dado. Sin embargo, tuvo el valor de dirigirse a David de manera resuelta y directa cuando más tarde su duelo por Absalón poní­a en peligro la unidad del reino. (2Sa 19:1-8.)

Destituido y después nombrado de nuevo jefe del ejército. Por lo visto, debido a la desobediencia de Joab al matar a Absalón, David le sustituyó como jefe del ejército y nombró a Amasá. (2Sa 19:13.) No obstante, Amasá no fue un general de la talla de Joab. Cuando David le mandó que convocase a los hombres de Judá para pelear contra el rebelde Seba, hijo de Bicrí­, Amasá convocó a Judá, pero llegó después del tiempo señalado por David. Debido a que la situación era urgente, David comisionó a Abisai para ir en busca de Seba, diciendo: †œPara que realmente no halle para sí­ ciudades fortificadas y escape ante nuestros ojos†. Parece ser que durante la pelea Joab tomó la iniciativa al igual que cuando era jefe del ejército. Sitió Abel de Bet-maacá, y los ciudadanos arrojaron la cabeza de Seba por encima del muro, y así­ cumplieron la orden de Joab. Como resultado, Joab perdonó a la ciudad, se retiró y volvió a Jerusalén. (2Sa 20:1-7, 14-22.)

Asesina a Amasá. Mientras perseguí­a a Seba, Joab cometió un crimen grave. Cuando Amasá, que era primo suyo (2Sa 17:25; 1Cr 2:16, 17), fue a su encuentro cerca de Gabaón, Joab dejó caer la espada de su vaina. Al recogerla, la sostuvo convenientemente en su mano izquierda mientras así­a la barba de Amasá con su mano derecha como si fuese a besarlo. Como Amasá estaba desprevenido, Joab pudo matarlo con su espada. Es posible que Joab haya desconfiado de Amasá debido a que habí­a encabezado el ejército del rebelde Absalón, pero sea como fuere, el oportunista Joab se valió de un tiempo de emergencia y disensión para asesinar a su rival y así­ autopromocionarse. Puede que David aplazase la acción contra Joab debido a los ví­nculos existentes entre Amasá y Absalón, así­ como al hecho de que Joab acababa de pelear contra las fuerzas rebeldes de Absalón bajo el acaudillamiento de Amasá. Tal como Joab ambicionaba, se le volvió a nombrar cabeza del ejército. (2Sa 20:8-13, 23.)
¿Por qué no ejecutó David a Joab cuando asesinó a Abner, y por qué volvió a nombrarle general del ejército después de haber asesinado también a Amasá, que habí­a sido nombrado general en su lugar? La Biblia no da ninguna explicación. Si fue por debilidad a la hora de aplicar la ley de Dios, puede que haya sido debido a la fuerza e influencia de Joab y su familia en el ejército. O puede que existiesen otras circunstancias que la Biblia no menciona. De cualquier modo, hay que tener en cuenta que sea que David tuviese una buena o una mala razón para no ejecutar a Joab, tampoco le perdonó, sino que encargó a Salomón, su hijo y sucesor, que le hiciese pagar su maldad.

Hace un censo incompleto. En otra ocasión †˜Satanás incitó†™ a David a hacer un censo ilegal del pueblo. Joab reconvino a David, pero en vano. Aquel no completó el censo, sino que dejó fuera a las tribus de Leví­ y Benjamí­n †œporque la palabra del rey habí­a sido detestable a Joab†. (1Cr 21:1-6; 2Sa 24:1-9; véase INSCRIPCIí“N.)

Se une a Adoní­as en su intento de usurpar el trono. A pesar de que Joab habí­a prestado servicio a David, cuando el rey envejeció y enfermó, lo abandonó y se unió a la conspiración de Adoní­as, hijo de David. (1Re 1:18, 19.) Quizás lo hizo pensando que si Adoní­as era el rey, él podrí­a controlar los resortes del gobierno, o tal vez se sintiese más seguro de su posición con Adoní­as que con Salomón. Cuando oyó que David habí­a hecho rey a Salomón, abandonó a Adoní­as. (1Re 1:49.) Más tarde, una vez muerto Adoní­as, Joab corrió a la tienda de Jehová y se asió de los cuernos del altar. (1Re 2:28.) Esto no le sirvió de protección, pues era un homicida voluntario; por lo tanto, Salomón envió a Benaya para que lo ejecutara allí­ mismo. De este modo llevó a cabo el consejo pronunciado por David en su lecho de muerte de que no permitiese que las canas de Joab bajasen en paz al Seol, debido a su culpabilidad por derramamiento de sangre por los asesinatos de Abner y Amasá, †œdos hombres más justos y mejores que él†. Enterraron a Joab en su propia casa, en el desierto, y a Benaya se le designó cabeza del ejército. (1Re 2:5, 6, 29-35; 11:21.)
Los últimos versí­culos (8-12) del Salmo 60, de David, están dedicados a la victoria de Joab sobre los edomitas. (Véase el encabezamiento de este salmo.)

3. Cabeza de una familia de †œlos hijos de Pahat-moab†, algunos de cuyos miembros regresaron con Zorobabel del exilio babilonio en 537 a. E.C. (Esd 2:1, 2, 6; Ne 7:6, 7, 11.)

4. Según Esdras 8:1, 9, †œlos hijos de Joab† figuraban entre los que volvieron con Esdras en 468 a. E.C. Por entonces, el cabeza de familia era Abdí­as, hijo de Jehiel. Si bien este texto no los vincula a la casa de Pahat-moab, cabe la posibilidad de que fuesen de la misma familia que el núm. 3 o estuviesen emparentados con él.

Fuente: Diccionario de la Biblia

(heb. yô˒āḇ, ‘Yahvéh es padre’). 1. Hijo de Sarvia, hermanastra de David (2 S. 2.18). Aquí no se registra el nombre de su padre, pero Josefo (Ant. 7.11) lo da como Suri, cuyo sepulcro estaba en Belén (2 S. 2.32).

La primera vez que aparece Joab es cuando, con sus hermanos Asael y Abisai, llevó las fuerzas de David a la victoria en Helcat-hazurim contra las fuerzas rebeldes de Is-boset al mando de Abner (2 S. 2.12–17). En su huida, *Abner, sin realmente quererlo, se vio obligado a matar a *Asael en defensa propia; a su vez fue muerto a traición por Joab, ostesiblemente como ven de sangre (2 S. 2.23; 3.27, 30), pero probablemente también a causa de que la reciente lealtad de Abner hacia David enfrentaba a Joab con un rival en potencia por los favores del rey.

David se enojó con su sobrino por este asesinato, y lloró grandemente a Abner como “príncipe y grande”, y profetizó que Dios castigaría a su asesino (2 S. 3.31–39). Sin embargo, después de tomar la plaza fuerte de los jebuseos, Joab fue nombrado comandante en jefe de todo Israel (2 S. 5.8; 1 Cr. 11.6, 8), del que David ya era rey en esa época.

Joab dio muestras de ser un hábil general, que contribuyó considerablemente al establecimiento de la monarquía, pero su carácter era una extraña mezcla. Aparte de sus hechos personales de violencia, y de su oportunismo, podemos ver su crueldad en la forma en que rápidamente aceptó y llevó a cabo el plan de David de hacer matar a Urías (2 S. 11.6–26). Pero también podía ser magnánimo, como cuando permitió que David se llevara la gloria por la captura de Rabá de Amón (2 S. 12.26–31). Quizás más notable y sorprendente es el hecho de que trató de disuadir a David de llevar a cabo el censo que había proyectado (2 S. 24.2–4).

Encontramos a Joab en el papel de mediador de paz reconciliando a David y Absalón en una ocasión (2 S. 14.23, 31–33), pero más tarde cuando la culpa de Absalón se perfiló claramente, participó en su muerte (2 S. 18.14–33), a pesar de la orden de David de respetar la vida del joven. Después de esto David destituyó a Joab y nombró comandante a Amasa (2 S. 19.13), pero el astuto Joab sofocó la revuelta de Seba y aprovechó la primera oportunidad que se le presentó para matar al nuevo comandante, que demostró no tener capacidad para el cargo (2 S. 20.3–23). Posteriormente, y durante un tiempo, Joab parece haber vuelto a disfrutar del favor del rey (2 S. 24.2).

En los últimos días de David disminuyó la lealtad de Joab hacia el rey, y con Abiatar y otros apoyó a Adonías en sus aspiraciones al trono (1 R. 1.5–53), desafiando a David, que había resuelto que Salomón tenía que sucederlo (1 R. 2.28). Esta vez Joab se puso del lado del perdedor, lo que finalmente le costó la vida (1 R. 2.34), cuando, con la aprobación de Salomón, fue muerto por Benaía ante el altar de Gabaón, al que había huido en busca de asilo.

2. Hijo de Seraías (1 Cr. 4.14; cf. Neh. 11.35), un judaíta. 3. Una familia que retornó con Zorobabel (Esd. 2.6; Neh. 7.11). Probablemente el “Joab” de Esd. 8.9 sea la misma persona.

Bibliografía. B. M. Ubach, “Joab”, °EBDM, t(t). IV, cols. 554–558; J. Bright, Historia de Israel, 1966, pp. 209–213.

J.D.D.

Douglas, J. (2000). Nuevo diccionario Biblico : Primera Edicion. Miami: Sociedades Bíblicas Unidas.

Fuente: Nuevo Diccionario Bíblico