JOPPE
hebreo Yafó, belleza. Ciudad portuaria en la costa centropalestina, en el Mediterráneo, al noroeste de Jerusalén y al sur de Cesarea, actualmente hace parte de Tel Aviv Jaffa. Fue casi el único puerto de Palestina, aunque de poca profundidad y desprotegido de los vientos.
Poblada desde muy antiguo existen inscripciones ca. siglo XV a. C., donde se menciona, y es tenida por una de las ciudades portuarias más viejas del mundo. Alguna tradición judía afirma que su fundador fue Jafet, hijo del patriarca Noé, y que fue construida después del diluvio. El nombre Jafet, Yafet, se considera emparentado etimológicamente con el de la ciudad; Alejandro Magno helenizó el nombre original Yafó, de donde salió J.
Fue posesión egipcia bajo el faraón Tutmosis III, quien la conquistó en el año 1486 a. C., como consta en los inscripciones en piedra de las gestas de este soberano. Posteriormente fue dominio de los fenicios.
En el A. T. se dice que le tocó en suerte a la tribu de Dan Jos 19, 46, cuyos miembros no pudieron poseer la ciudad, pues la presión de los amorreos no les dejó establecerse en el territorio que se le había adjudicado, Jos 1, 34-35; y después por el acoso de los filisteos. A pesar de ser territorio cananeo o filisteo, Israel comerciaba por el puerto de J.
Por este puerto llegaron las maderas del Líbano que Jiram, rey de Tiro, le suministró al rey Salomón para la construcción del Templo y de su palacio; éste, a su vez, le enviaba víveres al rey de Tiro, 1 R 5, 23; 2 Cro 2, 15. Tras la vuelta del destierro en Babilonia, se hizo algo similar a lo del rey Salomón, pues para la reconstrucción del Templo, se intercambiaba madera por víveres, a través del puerto de J., con autorización del rey de Persia, Esd 3, 7. Cuando Yahvéh envió al profeta Jonás a predicar a la ciudad de Nínive, quiso huir del Señor hacia Tarsis, y se embarcó en J., tras lo cual naufragó, Jon 1, 1-3. Al principio del período intertestamentario, J. estaba bajo dominio sidonio, y quedó como parte del Imperio persa cuando Artajerjes III, rey de Persia, 359-338 a. C., destruyó Sidón. En el año 332 a. C., J. quedó bajo el poder del Imperio macedonio de Alejandro Magno. Muerto Alejandro, al dividirse el Imperio entre los diadocos, J. pasó a manos de los soberanos Tolomeos de Egipto y de los seléucidas. Después que Judas Macabeo venció a Lisias, hicieron la paz; sin embargo, en J. se llevó a cabo un acto criminal contra esos tratados de paz, los habitantes de esta ciudad invitaron a los judíos residentes allí a subir a unas embarcaciones, con muestras de amistad, pero ya en alta mar las naves fueron hundidas, muriendo unos doscientos judíos. Judas Macabeo emprendió la lucha contra J., incendió el puerto y las naves, y mató a los allí refugiados, pero no pudo conquistar la ciudad, 2 M 12, 3-7. Jonatán, hermano de Judas, sí la conquistó, 1 M 10, 75-76. Simón Macabeo, hermano de Jonatán, la tomó, expulsó a los gentiles, estableció en ella una población judía y la fortificó, 1 M 12, 33; 13, 11; 14, 5 y 34.
En el año 63 a. C. Cneo Pompeyo Magno, general romano, conquistó J., que pasó a ser parte de la provincia romana de Siria. Después, Julio César la devolvió en el año 47 a. C., quedando en la provincia de Judea, y el rey Herodes el Grande le construyó el puerto rival de Cesarea, con lo decayó.
El mensaje cristiano llegó pronto a J. allí estuvo un buen tiempo el apóstol Pedro, alojado en casa de un tal Simón, curtidor. En Lida, cerca de J., Pedro resucitó a Tabitá, con lo que muchos en J. se convirtieron y creyeron en el Señor, Hch 9, 36-43. Estando Pedro en esta ciudad, en una visión, el Señor le reveló que el Evangelio era un mensaje universal, no únicamente dirigido a los judíos; de J., precisamente fue a Cesarea donde fue bautizado el primer gentil, Cornelio, el centurión romano, Hch 10; 11, 5-18.
Diccionario Bíblico Digital, Grupo C Service & Design Ltda., Colombia, 2003
Fuente: Diccionario Bíblico Digital