v. Leoncillo
Gen 49:9 cachorro de l, Judá; de la presa subiste
Gen 49:9 encorvó, se echó como l, así como l viejo
Num 24:9 encorvará para echarse como l, y .. l
Jdg 14:5 un l joven que venía rugiendo hacia él
1Sa 17:34 cuando venía un l, o un oso, y tomaba
2Sa 23:20; 1Ch 11:22 él mismo .. mató a un l en
1Ki 13:24 yéndose, le topó un l en el camino, y le
2Ki 17:25 envió Jehová contra ellos l que los
Job 10:16 si mi cabeza se alzare, cual l tú me
Job 38:39 ¿cazarás tú la presa para el l?
Psa 17:12 como l que desea hacer presa, y como
Psa 22:21 sálvame de la boca del l, y líbrame de
Psa 57:4 mi vida está entre l; estoy echado entre
Psa 91:13 sobre el l y el áspid pisarás; hollarás al
Pro 22:13; 26:13
latín leo. Mamífero carnívoro de los félidos, de cabeza grande, zarpas y uñas poderosas Sal 10, 10, dientes fuertes Jl 1, 6, pelaje pardo amarillento, emite un rugido característico Sal 22, 14; Is 5, 29; Pr 19, 12; 20, 2; Ap 10, 3, el macho se distingue por la melena. En el Antilíbano existían guaridas de leones Ct 4, 8. El l. era cazado Ez 19, 4 y 8-9, y algunos reyes tenían fosos con l., como aquel en que fue arrojado Daniel por el rey Darío Dn 6. Un hombre ante un l. es poco lo que puede hacer Am 3, 12; Is 5, 29, sin embargo, la Escritura trae varios valientes que se enfrentaron a él y lo vencieron, como Sansón Jc 14, 5-6; David 1 S 17, 32-36; Benaías, hijo de Yehoyadá, 2 S 23, 20. Hay muchas alusiones en la Escritura a este animal por su fortaleza Jc 14, 18, por eso a él se comparan Saúl y Jonatán por su fuerza 2 S 1, 23, igualmente Judas Macabeo 1 M 3, 4. El l. es imagen de la valentía, a él se compara Judá Gn 49, 9; Nm 24, 9; también Gad y Dan Dt 33, 20 y 22.
La manera como el l. acecha y se hecha sobre su víctima es usada en la Escritura como imagen del mal, por ejemplo, las malas lenguas Si 28, 23; el demonio es l. rugiente a nuestro alrededor 2 P 5, 8; el justo pide al Señor que lo libre del enemigo, como de un l., Sal 22 (21), 22. Y el Señor lo libra del l. 2 Tm 4, 17. La figura del l. es empleada para referirse al Dios que castiga Is 31, 4; Os 5, 14. El rey de Asiria deportó gentes a Samaría, a las cuales estableció en sus ciudades en lugar de los israelitas, y Yahvéh envió leones para castigarlas por su idolatría 2 R 17, 25-26.
Figuradamente cuando el exilio en Babilonia, el profeta dice que Israel es un rebaño disperso por los leones Jr 50, 17.
El l. también es imagen del poder y la autoridad de los monarcas 1 R 10 19-20; Pr 19, 12 y 20, 2.
Isaías quien al igual que los demás profetas, pronosticó calamidades a Israel por su infidelidad para con Yahvéh, también anuncia el perdón, la reconciliación con Dios, la justicia y la paz de la nueva Alianza, en la era mesiánica, paz que se extenderá hasta el reino animal cuando †œel l., como el becerro, comerá paja† Is 11, 6-7 y 65, 25.
Diccionario Bíblico Digital, Grupo C Service & Design Ltda., Colombia, 2003
Fuente: Diccionario Bíblico Digital
ver ANIMALES
1. Apodo del equipo de Estudiantes de la Plata, Tricampeón de América y del Mundo.
Fuente: Diccionario Bíblico Mundo Hispano
En hebreo hay varios términos que se usan para nombrar al l. Este animal y el oso son descritos como los más poderosos de las bestias (Lam 3:10; Pro 28:15). El l. es muy valiente, pues aunque se reúna †œcuadrilla de pastores contra él, no lo espantarán sus voces, ni se acobardará por el tropel de ellos† (Isa 31:4). Pero en la era mesiánica †œel l. como el buey comerá paja† †œy un niño los pastorearᆠ(Isa 11:6-7). De un encuentro entre un hombre y un l., el primero saldrá lastimado o muerto (1Re 13:24; 1Re 20:36), pero †¢Sansón despedazó a un l. †œsin tener nada en su mano† (Jue 14:5-6). David se enfrentaba a los l. y los mataba (1Sa 17:34-36). Daniel fue echado en un foso con leones, pero Dios le salvó (Dan 6:7-24).
Se emplea muchas veces la palabra l. en sentido metafórico. Así, se compara a la tribu de Judá con un l. (Gen 49:9) y también a la tribu de Dan (Deu 33:22). †¢Balaam dijo de los israelitas: †œHe aquí el pueblo que como l. se levantará, y como l. se erguirᆠ(Num 23:24). Parte de la ornamentación del †¢templo se hizo con figuras de l. (1Re 7:29). Una de las bestias en las visiones de Daniel tenía la forma de l., y representaba al reino de Babilonia (Dan 7:4).
el NT, cuando Pablo sale del peligro al salir libre del juicio ante †¢Nerón, escribe a Timoteo: †œAsí fui librado de la boca del l.† (2Ti 4:17). También se describe a †¢Satanás como un †œl. rugiente† que †œanda alrededor buscando a quien devorar† (1Pe 5:8). Pero el Señor Jesús es †œel L. de la tribu de Judá†, quien ha vencido siempre (Apo 5:5). El l. se ha usado tradicionalmente como símbolo de poder, de realeza y fiereza. Nombre científico: Felis leo. †¢Animales de la Biblia.
Fuente: Diccionario de la Biblia Cristiano
tip, FAUN CUAD
vet, El “Felis leo” de los naturalistas. Esta fiera está esparcida por ífrica, y en algunas partes de Asia meridional, hasta la provincia india de Gujarat. Existía en Grecia, pero ya no se encuentra más por allí ni en el resto de Europa. En épocas bíblicas, el león no era infrecuente en Palestina. Los israelitas los designaban con seis términos diferentes, que se correspondían con diferentes estados o con diferentes periodos de crecimiento. Los términos corrientes, “‘aryeh” y “‘ari” aparecen 80 veces en el AT. Se menciona: la fuerza del león (2 S. 17:10; Pr. 30:30); su valor (2 S. 17:10; Pr. 28:1); sus dientes y muelas (Jl. 1:6); su hábito de agazaparse antes de atacar (Gn. 49:9); las víctimas que provoca entre los corderos, los terneros y otros animales (1 S. 17:34; Is. 11:6, 7) o entre los seres humanos (1 R. 13:24; Jer. 2:30); su rugido (Jb. 4:10; Pr. 20:2; 1 P. 5:8). Se le representa al acecho: en la espesura (Jer. 4:7), en las selvas (Jer. 5:6) o en otros parajes (Jer. 25:38). Infestaba especialmente la espesura de las riberas del Jordán (Jer. 49:19). Los seres vivientes de la visión de Ezequiel tenían todos un rostro de león a la derecha (Ez. 1:10; cfr. Ez. 10:14). El primero de los seres vivientes que vio Juan se parecía a un león (Ap. 4:7). Nuestro Señor Jesús recibe el nombre de “León de la tribu de Judá”, al que está unido el símbolo de la realeza, por cuanto el cetro fue asignado a Judá (Gn. 49:9, 10; Ap. 5:5). Satanás tiene también su reino y recibe el nombre de “fuerte” (Mt. 12:26), y es comparado con el “león” que busca a quien pueda devorar, rampante y rugiente (1 P. 5:8).
Fuente: Nuevo Diccionario Bíblico Ilustrado
(heb. ´ar·yéh; ´arí; la·ví´; lá·yisch; schá·jal [leoncillo]; kefír [leoncillo crinado]; levi·yáh [leona]; aram. ´ar·yéh; gr. lé·on).
Mamífero de gran tamaño y color pardo amarillento que pertenece a la familia de los félidos. Su larga cola termina en una borla de pelos. Las características melenas del macho empiezan a crecer cuando el animal tiene unos tres años de edad. Aunque actualmente ha desaparecido de Palestina, en la antigüedad había muchos leones en esa zona. Se hallaban en las cordilleras del Antilíbano y el Hermón (Can 4:8), en los matorrales que había a lo largo del Jordán (Jer 49:19; 50:44; Zac 11:3) y en †œla tierra de angustia y duras condiciones†, es decir, el desierto que está al S. de Judá. (Isa 30:6; compárese con Dt 8:15.)
A veces los pastores tenían que proteger a sus rebaños de los ataques de los leones. En una ocasión David derribó valientemente a un león y rescató a la oveja que se había llevado. (1Sa 17:34, 35.) Sin embargo, este suceso fue excepcional. Por lo general, ni siquiera †œun número cabal de pastores† podía asustar a un leoncillo crinado. (Isa 31:4.) A veces el pastor simplemente recuperaba de la boca del león una parte del animal doméstico (Am 3:12), pero al menos la podía presentar como prueba para no tener que hacer compensación. (Ex 22:13.)
Aunque David, Sansón y Benaya mataron leones sin ninguna ayuda (Jue 14:5, 6; 1Sa 17:36; 2Sa 23:20), hubo otros que no escaparon de la zarpa del león. (2Re 17:25, 26.) Jehová usó leones para ejecutar su juicio contra un profeta que le había desobedecido (1Re 13:24-28) y contra un hombre que rehusó cooperar con uno de sus profetas. (1Re 20:36.)
Las Escrituras hacen referencia en repetidas ocasiones a las características y los hábitos del león, y también a su ensordecedor rugido y sus gruñidos. (Pr 19:12; 20:2; Am 3:4, 8.) Aunque por lo general el león no ruge cuando está a la caza de un animal salvaje, sí lo hace si se trata de una manada encerrada en un cercado. Con su impresionante rugido los pone en estampida a fin de conseguir que rompan la cerca, y una vez que esto ha ocurrido, aísla a su víctima hasta que logra atraparla. El animal †˜procede bien en su paso medido†™. (Pr 30:29, 30.) Su fuerza es proverbial. (Jue 14:18; Pr 30:30.) El poderoso león puede romper de un solo zarpazo la cerviz de un antílope pequeño. Puede matar y arrastrar animales más grandes que él, y sus cortas y fuertes mandíbulas están equipadas con dientes capaces de romper grandes huesos. (Sl 58:6; Joe 1:6; Isa 38:13.) No es de extrañar que el hombre perezoso se excuse con los siguientes términos: †œÂ¡Hay un león afuera!†. (Pr 22:13; 26:13.) Sin embargo, como los leones son carnívoros, pueden perecer por falta de presa. (Job 4:11; véase también Sl 34:10.) Y un †œperro vivo [aunque despreciado] está en mejor situación que un león [en su día majestuoso, pero ahora] muerto†. (Ec 9:4.)
El león suele pasar parte del día durmiendo en su cubil y cazar por la noche. Para conseguir su alimento, practica la emboscada o acecha a su presa hasta que está lo suficientemente cerca como para precipitarse sobre ella en una rápida estirada (Job 38:39, 40; Sl 10:9; Lam 3:10), en la que puede alcanzar una velocidad de hasta 65 Km/h. A los tres meses de edad, los cachorros ya acompañan a la madre para adquirir experiencia en la caza, a los seis o siete meses se les desteta, a los cuatro años alcanzan la madurez sexual y a los seis, su plenitud física. (Eze 19:2, 3.)
El hombre ha cazado leones desde hace mucho tiempo. Para capturarlos se utilizaban fosos y redes. (Eze 19:3, 4, 9.) En la antigua Asiria, la caza del león era uno de los deportes favoritos de los monarcas. Bien en carro o a caballo, el rey perseguía a los leones armado con un arco y flechas. (GRABADO, vol. 1, pág. 955.)
En la antigüedad se usaban leones hambrientos para aplicar la pena capital. Protegido por el ángel de Jehová, el profeta Daniel escapó de esta muerte. (Da 6:16, 17, 22, 24; compárese con Heb 11:33.) En el siglo I E.C., al apóstol Pablo se le libró de la †œboca del león†, aunque esta expresión puede tener un sentido figurado. (2Ti 4:17.)
Uso ornamental y figurado. Las paredes laterales de los carros de cobre que se usaban en el templo estaban adornadas con grabados de leones. (1Re 7:27-36.) En los escalones que llevaban al trono de Salomón había alineadas las figuras de doce leones (seis en cada lado), además de los †˜dos leones que estaban de pie al lado de los brazos†™. (1Re 10:19, 20.) El templo que Ezequiel vio en visión también estaba adornado con querubines que tenían dos rostros, uno de un hombre y el otro de un leoncillo crinado. (Eze 41:18, 19.)
La mayoría de las referencias bíblicas al león son figurativas o ilustrativas. A toda la nación de Israel (Nú 23:24; 24:9), así como a las tribus de Judá (Gé 49:9) y Gad (Dt 33:20), se las comparó proféticamente a leones, que representaban tanto su cualidad de invencibles como su valor en la guerra justa. (Compárese con 2Sa 17:10; 1Cr 12:8; Pr 28:1.) Jehová se asemeja a sí mismo a un león cuando ejecuta juicio sobre su pueblo infiel. (Os 5:14; 11:10; 13:7-9.) Y el principal oficial judicial de Dios, Jesucristo, es †œel León que es de la tribu de Judá†. (Rev 5:5.) Por consiguiente, como símbolo de justicia valerosa, es propio asociar al león con la presencia y el trono de Jehová. (Eze 1:10; 10:14; Rev 4:7.)
Debido a sus características feroces, rapaces y depredadoras, también se usó al león para representar a los inicuos (Sl 10:9), a las personas que se oponían a Jehová y su pueblo (Sl 22:13; 35:17; 57:4; Jer 12:8), a los falsos profetas (Eze 22:25), a los gobernantes y príncipes inicuos (Pr 28:15; Sof 3:3), a la potencia mundial babilonia (Da 7:4) y a Satanás el Diablo (1Pe 5:8). Se dice que a la bestia salvaje de siete cabezas y diez cuernos que sale del mar, la cual obtiene su autoridad de Satanás, tiene una boca de león. (Rev 13:2.) En el Salmo 91:13, el león y la cobra parecen denotar el poder del enemigo: el león, representando ataque abierto, y la cobra, la maquinación solapada o el ataque repentino desde un lugar oculto. (Compárese con Lu 10:19; 2Co 11:3.)
Cuando en 537 a. E.C. los israelitas regresaron a su tierra natal, Jehová los protegió de los leones y del ataque de otras fieras. (Isa 35:8-10.) Era de esperar que durante los setenta años de desolación hubiese aumentado en toda esa tierra la cantidad de leones y de otros depredadores (Ex 23:29), pero seguramente gracias al cuidado de Jehová sobre su pueblo, al parecer los leones no atacaron a los israelitas y sus rebaños, como sí les ocurrió a los extranjeros que los asirios trasladaron a Samaria. (2Re 17:25, 26.) Por consiguiente, puede decirse que desde el punto de vista de los israelitas, el león estaba †˜comiendo paja justamente como el toro†™, es decir, no les hacía daño ni a ellos ni a sus animales domésticos. (Isa 65:18, 19, 25.) No obstante, bajo el gobierno del Mesías estas profecías alcanzarán un cumplimiento mayor: las personas que en un tiempo manifestaron actitudes fieras, animales e irracionales, lograrán convivir en paz con aquellas de disposición mansa y ya no buscarán hacerles daño alguno. Tanto en sentido literal como figurado, habrá paz entre el león y los animales domésticos. (Isa 11:1-6; véase BESTIAS SIMBí“LICAS.)
Fuente: Diccionario de la Biblia
leon (levwn, 3023) se usa en 2Ti 4:17, probablemente figurativo del inminente peligro de muerte, quedando representada la figura por toda la frase, no solo por el término “león”. Algunos suponen que la referencia es a los leones del anfiteatro. Los comentaristas griegos suponían que el león denotaba a Nerón; otros consideran que se trata de Satanás. Esta forma de expresión está probablemente sacada de Psa 22:21 y Dan 6:20: También se usa metafóricamente en Rev 5:5, donde Cristo recibe el nombre de “León de la tribu de Judá”. En los demás pasajes tiene el significado literal (Heb 11:33; 1Pe 5:8; Rev 4:7; 9.8,17; 10.3; 13.2).¶ Tomando sus usos en el AT y NT, las alusiones son a las tres grandes características del león: (1) su majestad y fuerza, indicativas de realeza (p.ej., Pro 30:30); (2) su valor (p.ej., Pro 28:1); (3) su crueldad (p.ej., Psa 22:13).
Fuente: Diccionario Vine Nuevo testamento