El Libro de los Muertos es el nombre dado a cientos de textos funerarios egipcios descubiertos en las tumbas del nuevo reino. Se originaron de los textos piramidales del antiguo reino, escritos en las paredes de las pirámides, los que fueron seguidos por inscripciones en los ataúdes del imperio medio conocidos como los textos de los ataúdes. Los textos piramidales, los textos de los ataúdes y el Libro de los Muertos nos dan el cuerpo más extenso de la literatura religiosa egipcia.
En su historia posterior, el Libro de los Muertos pudo haber sido escrito sobre cuero o papiro en cualquier forma de escritura: jeroglífica, hierática o demótica. Esto refleja las ideas egipcias referentes a la vida del más allá, pero no es en ningún sentido la Biblia egipcia. En realidad, el Libro de los Muertos, una colección informal de textos mágicos, está destinado a asegurar al cuerpo del fallecido con el cual se colocaba un †œadvenimiento durante el día†, un modo de surgir a la luz desde las tinieblas de la tumba.
La revisión tebana del Libro de los Muertos contiene ciento noventa hechizos. Entre ellos están los himnos a los dioses Re y Osiris, discursos dirigidos a varios dioses y a los muertos, y hechizos mágicos tales como los que se escribieron en los *escarabajos.
La parte más conocida del Libro de los Muertos es la confesión negativa (capítulo 125) en la cual el fallecido niega, delante de los dioses, haber cometido una serie de acciones malas. El fallecido afirma no haber cometido robo, asesinato o adulterio, que no ha movido los mojones limítrofes o interferido con los controles de irrigación. Mientras que la negación misma pudo haber tenido cualidades mágicas, las normas morales reflejadas en la confesión indican que los dioses están interesados en algo más que la religión ceremonial.
Al fallecido se lo representa como siendo guiado de la mano ante sus cuarenta y dos jueces, a cada uno de los cuales se dirige por nombre, afirmando su inocencia de un crimen en particular. Frente al dios Osiris está una balanza atendida por Anubis. A Thoth, el escriba de los dioses, se lo representa calculando en su paleta los resultados del peso del corazón del hombre fallecido contra la verdad. Si la balanza es justa, se declara al fallecido como con †œvoz verdadera† como Osiris y esto le garantiza una vida futura de felicidad. Si la prueba no resulta satisfactoria, al fallecido lo destruye el †œdevorador de los muertos†, un monstruo que espera al lado de la balanza.
El Libro de los Muertos es en sí mismo, una evidencia de la tendencia democrática en la vida religiosa de Egipto. En los textos piramidales sólo el faraón podía esperar ser identificado con Osiris en la vida más allá. Hacia el fin de la sexta dinastía, la reina y otros miembros de la familia real podían de este modo ser así identificados. En el último período de la historia egipcia cualquier individuo privado podría esperar el ser identificado de esta manera, asegurándose así una bendición futura.
BIBLIOGRAFIA: Thomas George Allen, ed. , The Egyptian Book of the Dead: Documents in the Oriental Institute Museum at the University of Chicago, University of Chicago Press, 1959. E. A. Wallis Budge, ed. , The Book of the Dead. The Hieroglyphic Transcript of the Papyrus of Ani, the Translation into English, and An Introduction, University Books (reprint) New Hyde Park, N. Y., 1960.
Fuente: Diccionario Bíblico Arqueológico