MALTA

Act 28:1-10.


Malta (gr. Melí­t’). Isla en el Mediterráneo, con una superficie de 236 km², a unos 96 km al sur del extremo sudoriental de Sicilia. Fue ocupada por los fenicios y los cartagineses antes que llegara a ser posesión de Roma en el 218 a.C. Los romanos la incorporaron a la provincia de Sicilia, pero el grueso de su población siguió siendo semita. Por eso, la gente que hablaba griego la llamaba “bárbaros” (Act 28:2, 4). Con este término se designaba a algunos pueblos que no eran griegos ni romanos por descendencia o lenguaje, aunque fueran altamente civilizados y tení­an la ciudadaní­a romana, como lo eran los de Malta; los habitantes de la isla han retenido su lengua semí­tica maltesa hasta el dí­a de hoy. La isla fue administrada por un princeps municipii, “jefe de la comunidad”, documentado por una inscripción temprana encontrada en la vecina isla de Gozo. Este tí­tulo corresponde al término usado por Lucas en Act 28:7, quien llama a Publio el “hombre principal de la isla”. Mapa XX, B-1. 331. Bahí­a de San Pablo en Malta, mencionada por Lucas, el escenario tradicional del naufragio de Pablo. El barco en el que viajaba Pablo como prisionero, después de haberse encontrado con una tempestad en el Mediterráneo, fue arrastrado hacia Malta, donde naufragó entre las rocas de la costa (Act 27:27-28:1). La tradición afirma que este naufragio ocurrió en la ahora llamada Bahí­a de San Pablo (fig 331), a unos 13 km al noroeste de La Valeta, entre la costa occidental de la bahí­a y la isleta Salmonetta. El apóstol pasó allí­ 3 meses (28:11), probablemente durante el invierno del 60-61 d.C. Que ahora no se encuentren serpientes venenosas en Malta ha sido tomado como una indicación de que el relato de Act 28:3-6 es falso o que ocurrió en otra isla. Sin embargo, que la isla haya estado densamente poblada por muchos siglos puede ser responsable de la completa extinción de todas las serpientes venenosas. Algunos eruditos han sugerido identificar la Melí­t’ del NT con la isla de Meleda, la isla grande más sureña del archipiélago dálmata, que fue llamada 741 Melí­t’ por los griegos, Melite en latí­n y Mljet en eslavo. Sin embargo, la narración de la continuación del viaje de Pablo hacia Roma, ví­a Siracusa, Regio y Puteoli, hace muy improbable que hubiera pasado el invierno anterior en una isla cerca de la costa de Dalmacia; en consecuencia, la mayorí­a de los comentaristas aceptan la identificación tradicional de Melita con Malta. Bib.: 0. F. A. Meinardus, BA 39 (1976):145-147.

Fuente: Diccionario Bíblico Evangélico

isla en el centro del mar Mediterráneo al suroeste de Sicilia. En la costa de esta isla naufragó la nave que llevaba al apóstol Pablo prisionero hacia Roma, bajo la vigilancia del centurión Julio, Hch 28, 1; aquí­ pasó Pablo el invierno y a los tres meses reanudó el viaje en una nave alejandrina, que habí­a invernado también en M., Hch 28, 10.

Diccionario Bí­blico Digital, Grupo C Service & Design Ltda., Colombia, 2003

Fuente: Diccionario Bíblico Digital

Una isla ubicada en una posición estratégicamente importante a unos 100 km. al sur de Sicilia. Roma adquirió la isla en 218 a. de J.C., pero el idioma cartageno se siguió utilizando, lo que explica la frase de Lucas: los nativos (Act 28:2, naturales en RVR-1960), una palabra que daba a entender el sentido gr. de uno que habla un idioma extranjero. Malta fue la escena donde Pablo sufrió naufragio (Act 27:27 ss.).

Fuente: Diccionario Bíblico Mundo Hispano

Isla a 95 kms de Sicilia donde Pablo naufragó y sanó él mismo de la picadura de una ví­bora, y donde luego hizo muchos milagros, Hec 28:1-10.

Diccionario Bí­blico Cristiano
Dr. J. Dominguez

http://biblia.com/diccionario/

Fuente: Diccionario Bíblico Cristiano

Isla de unos 246 km2 en el centro del Mediterráneo, 100 km al sur de Sicilia. Cuando Pablo era llevado como prisionero a Roma el barco fue azotado por †œun viento huracanado llamado Euroclidón† que soplaba del estenordeste generalmente durante la primavera en el Mediterráneo oriental, el cual arrastró la nave hasta esta isla, donde naufragó. Los naturales trataron bien a los náufragos. Una ví­bora mordió a Pablo, pero éste no sufrió daño. El †œhombre principal de la isla† se llamaba Publio. Los arqueólogos han encontrado inscripciones con el nombre de este funcionario, que en el Imperio Romano estaba bajo la autoridad de la isla de Sicilia. El apóstol sanó a su padre que estaba †œenfermo de fiebre y disenterí­a†. Los viajeros quedaron en M. unos tres meses y luego se embarcaron en †œuna nave alejandrina que habí­a invernado en la isla† (Hch 28:1-11). Una playa en M., en un lugar llamado †œBahí­a de San Pablo† es identificada por la tradición como aquella donde ocurrió el naufragio.

Fuente: Diccionario de la Biblia Cristiano

tip, ISLA

sit, a9, 70, 261

vet, (gr., “Melí­ta”; el nombre actual de Malta es árabe). Isla del Mediterráneo, al suroeste de la punta más meridional de Sicilia. En Hch. 28:1 la nave que conduce a Pablo a Roma encalla en Melita, es decir, según la tradición, en Malta. La tradición también señala en Malta una bahí­a de S. Pablo (13 Km. al nornoroeste de La Valetta). Aun cuando los habitantes (Hch. 28:2-4: bárbaros) eran súbditos de Roma desde el año 218 a.C. y ciudadanos desde César, su lengua propia era púnica (fenicia), y, por consiguiente, fácil de entender para Pablo. Todaví­a hoy se habla en Malta un dialecto semí­tico. Pero, según se deduce de las inscripciones, el latí­n y el griego eran comprendidos en la isla. Esta se hallaba gobernada por un “princeps municipii”l, al que Hch. 28:7 da el nombre de Publio. Véase MELITA.

Fuente: Nuevo Diccionario Bíblico Ilustrado

Isla del Mediterráneo situada aproximadamente a 100 Km. al S. de Sicilia, con una extensión de unos 246 Km.2 En Malta naufragó el apóstol Pablo y permaneció por tres meses. Durante este tiempo curó al padre de Publio y a otras personas aquejadas de enfermedades. (Hch 28:1, 7-9, 11.)
En el pasado, algunos relacionaron la palabra griega que se traduce †œMalta† (Me·lí­Â·te) con Mljet (en italiano Meleda), una isla situada cerca de la costa de Yugoslavia, debido a que antiguamente esta isla se llamaba Melita. No obstante, tanto la tradición como las Escrituras señalan que Malta fue el lugar donde Pablo naufragó. La denominación †œmar de Adria†, donde se dice que estaba la embarcación cuando se acercaba a Malta, comprendí­a las aguas del Mediterráneo que están al E. de Sicilia y al O. de Creta, por lo que se puede decir que Malta se encontraba en el †œmar de Adria†. (Hch 27:27.)

Naufragio de Pablo. Después del Dí­a de Expiación (en septiembre u octubre), el barco en el que iba prisionero Pablo abandonó el puerto cretense de Bellos Puertos y fue alcanzado por un viento tempestuoso (el euroaquilón) que al parecer procedí­a del ENE. Arrastró al barco desde la costa de Creta hasta Cauda, y los marineros temieron encallar en la Sirte, las arenas movedizas de las playas del N. de ífrica. (Hch 27:8, 9, 13-17.) Un viento del ENE. no podrí­a haber llevado al barco hasta Mljet, situada a unos 1.000 Km. al NNO. de Cauda. Después de ser arrastrada unas dos semanas, la embarcación debió llegar a Malta, que se encuentra a unos 870 Km. al ONO. de Cauda. (Hch 27:33; véase EUROAQUILí“N.)
Lo que en la actualidad se conoce como la bahí­a de San Pablo, situada en el NE. de Malta, podí­a alcanzarse yendo hacia el ONO. sin tocar previamente ninguna otra parte de la isla. Es probable que los marineros, cuyo oí­do estaba acostumbrado, supiesen que se estaban aproximando a tierra al oí­r las olas de gran tamaño estrellarse contra las rocas del Koura, un promontorio que se adentra en el mar Mediterráneo desde el extremo oriental de la bahí­a de San Pablo. Las profundidades de †œveinte brazas† y †œquince brazas† (una braza equivale a 1,8 m.) que calcularon corresponden con las que dieron unos sondeos realizados a mediados del siglo XIX en la zona de la bahí­a de San Pablo. (Hch 27:27, 28.)
Es posible que los marineros solo conociesen otro de los puertos de Malta y que por eso no identificaran la isla, ni siquiera a la luz del dí­a. El puerto más grande y más conocido es el de La Valetta, a 13 Km. al SE. de la bahí­a de San Pablo. (Hch 27:39.)
A lo largo del extremo occidental de la bahí­a de San Pablo hay dos ensenadas. Probablemente los marineros confiaban †˜varar el barco†™ en una de ellas, pero no pudieron, debido a que (según el texto griego literal) †˜habí­an caí­do en derredor hacia un lugar bimar [es decir, de dos mares]†™. Esto puede significar que el barco dio contra †œun lugar donde se encontraban dos mares† (Mod), †œun bají­o, bañado por el mar por ambos lados† (NM), o que se vio atrapado entre dos corrientes contrarias que le hicieron encallar. La proa del barco se hincó e inmovilizó, quizás en el barro, que en algunos lugares de la bahí­a de San Pablo se encuentra a una profundidad de menos de tres brazas por debajo de la superficie, mientras que la popa quedó hecha pedazos por las olas. (Hch 27:39-41.)

Experiencia de Pablo en Malta. En ese momento los soldados decidieron matar a Pablo y a los otros prisioneros. Puede que esta decisión se haya debido a la estricta disciplina militar romana, que hací­a a los guardias responsables si se escapaban los prisioneros que estaban a su cargo. (Compárese con Hch 12:19; 16:27.) Puesto que el oficial del ejército (centurión) contuvo a los soldados por causa de Pablo, todos los que estaban a bordo, que ascendí­an a 276, sobrevivieron al naufragio, unos nadando hasta la costa y otros valiéndose de tablas o de otros objetos que flotaban, procedentes de la nave naufragada. (Hch 27:37, 42-44.)
Los habitantes de Malta, que no eran de habla griega, mostraron extraordinaria bondad humana a los supervivientes y encendieron un fuego para ellos a fin de que pudiesen calentarse. Cuando el apóstol Pablo depositó un haz de leña sobre el fuego, salió una ví­bora venenosa y le mordió en la mano. Sorprendidos por el hecho de que Pablo no se hinchase ni muriese, los habitantes de Malta empezaron a decir que era un dios. (Hch 28:1-6.)
Hoy no hay ví­boras en Malta, pero hay que tener en cuenta que han ocurrido grandes cambios desde el siglo I E.C. En la actualidad Malta es una de las islas más densamente pobladas del mundo, con unos 1.280 habitantes por Km.2, pero en tiempos de Pablo pudo haber grandes extensiones de bosque. El aumento de población ha tenido un efecto considerable en el hábitat de la fauna. La deforestación puede haber acabado con todas las ví­boras, como sucedió en Arran, una isla cercana a la costa SO. de Escocia. No obstante, en 1853 se informó haber visto una ví­bora cerca de la bahí­a de San Pablo.

Fuente: Diccionario de la Biblia

(gr. Melitē; Hch. 28.1 °vrv1 “Melita”). Isla en el centro del Mediterráneo, 100 km al S de Sicilia y de una extensión aprox. de 246 km2 (no debe confundirse con la isla Mlyet o Melitene cerca de la costa dálmata; cf. O. F. A. Meinardus, “St Paul Shipwrecked in Dalmatia”, BA 39, 1976, pp. 145–147). El barco de Pablo fue arrastrado hacia allí desde Creta por el viento ENE, denominado Euroclidón (27.14; °vm mg “nordeste”; °NBE “noroeste”; * Viento). Después de su naufragio pasó tres meses en la isla antes de seguir viaje a Roma pasando por Siracusa, Regio, y Puteoli (28.11–13). Pablo llevó a cabo actos de sanidad, y el grupo fue tratado con gran respeto.

Malta había sido ocupada desde el ss. VII a.C. por los fenicios. El nombre mismo significa “refugio” en esa lengua (J. R. Harris, ExpT 21, 1909–10, pp. 18). Posteriormente también llegaron griegos sicilianos; hay inscripciones bilingües del ss. I d.C. en la isla. En 218 a.C. la isla pasó del control cartaginés al romano (Livio, 21.51), y posteriormente adquirió la “civitas”. Sus habitantes eran barbaroi (28.2, 4) solamente en el sentido de que no hablaban griego. Es posible que Lucas se refiera a uno de sus dioses en el vv. 4 como Dikē (Justicia). Publio, “el hombre principal” (v. 7), probablemente sirvió bajo el propretor de Sicilia. Su título (gr. Prōtos) está confirmado por las inscripciones (CIG, 14. 601; CIL, 10. 7495).

Se cree que el lugar en que se produjo el naufragio es la “bahía de san Pablo”, 13 km al NO de la moderna Valetta (cf. W. M. Ramsay, SPT, pp. 314ss).

Bibliografía. P. P. Saydon, “Malta”, °EBDM, t(t). IV, cols. 1218–1220; °AHWB, pp. 98.

J. Smith, Voyage and Shipwreck of Paul4, 1880; W. Burridge, Seeking the Site of St Paul’s Shipwreck, 1952; J. D. Evans, Malta, 1959; C. J. Hemer, “Euraquilo and Melita”, JTS s.n. 26, 1975, pp. 100–111.

B.F.H.

Douglas, J. (2000). Nuevo diccionario Biblico : Primera Edicion. Miami: Sociedades Bíblicas Unidas.

Fuente: Nuevo Diccionario Bíblico