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MATER ET MAGISTRA

MATER ET MAGISTRA

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Encí­clica de Juan XXIII del 15 de Mayo de 1961 sobre la Iglesia y su función magisterial en el Mundo, de manera particular en el tiempo que más requieren los hombres iluminación ante los problemas.

Pedro Chico González, Diccionario de Catequesis y Pedagogí­a Religiosa, Editorial Bruño, Lima, Perú 2006

Fuente: Diccionario de Catequesis y Pedagogía Religiosa

Esta encí­clica de Juan XXIII aparece el 15-5-1961 con motivo de los setenta años de R.N. En la década de los sesenta se empiezan a producir una serie de cambios sociales, polí­ticos, económicos y religiosos que crean un ambiente de mayor optimismo y confianza entre las naciones y ante el futuro. En esta encí­clica aparecen las intuiciones y la sensibilidad del Papa que convocó el Concilio Vaticano II y que tanto influyó en el nuevo rostro de la Iglesia.

Partes de M.M. Consta de una introducción y cuatro partes. 1 a parte: recorrido desde R.N. hasta los motivos que llevan al Papa a escribir esta encí­clica. 2a parte: principales enseñanzas del magisterio anterior. 3a parte: aspectos actuales e importantes de la cuestión social. 4a parte: la aportación de la Iglesia a la recomposición de las relaciones sociales.

Contenidos de M.M.

– La economí­a parte de la iniciativa privada, pero los poderes públicos deben intervenir según el principio de subsidiariedad. Esta intervención del Estado es más necesaria en la situación actual.

– El Papa explica qué debe entenderse por socialización, cómo valorar la socialización de los bienes de producción y las condiciones para llevarla a la práctica.

– La situación deplorable de muchos asalariados y la regulación del salario para que sea justo. El progreso económico y el social deben ir juntos. El medio más importante para conseguirlo está en la participación de los trabajadores en la propiedad de la empresa. Las estructuras económicas deben respetar la dignidad humana; en consecuencia, el cooperativismo y la participación de los trabajadores en la empresa son positivos y necesarios. El asociacionismo obrero es el medio adecuado para lograr avances sociales.

– Se reafirma el carácter natural del derecho de propiedad, pero también se subraya la prioridad del trabajo sobre la propiedad, y la legitimidad de la propiedad de titularidad pública. Tanto en las empresas privadas como en las públicas debe asegurarse la función social de la propiedad.

– La propiedad debe ser replanteada, pues hay otros valores económicos que son más importantes que la propiedad.

– Se está empezando a dar la remundialización de la economí­a. Ante este fenómeno el Papa subraya algunos temas que requieren atención especial: la agricultura como el sector más descuidado, la relación entre zonas con distinto nivel de desarrollo, y la intervención equilibradora del Estado, la relación de ayuda entre paí­ses pobres y ricos, el respeto a las culturas de los pueblos, el problema del incremento demográfico y el respeto a la dignidad humana, y el esfuerzo a nivel mundial para frenar la carrera de armamento.

– ¿Qué puede aportar la Iglesia a la convivencia humana? Juan XXIII propone lo siguiente: la valoración de la persona completa y sin separarla de Dios, la aplicación de la Doctrina Social de la Iglesia, y la formación de los católicos para poder comprometerse de forma eficaz y significativa. El Papa afirma claramente que la perfección cristiana y el compromiso temporal no se oponen.

Principales aportaciones de M.M. Juan XXIII asume y parte de las enseñanzas del Magisterio Pontificio anterior y aporta sus intuiciones con un estilo sencillo. Tiene en cuenta también a los no creyentes, e insiste en la aportación fundamental de la Iglesia a las cuestiones sociales: la imagen del hombre que da la revelación cristiana como el fundamento del ser y el hacer. MM aporta el concepto de Bien Común y lo define como la creación de igualdad de posibilidades para que cada persona pueda desarrollar al máximo sus capacidades. No es el bien de la mayorí­a ni la igualdad de todos, pues socialmente hay que respetar las peculiaridades de cada persona. El Bien Común consiste en que las personas, que somos distintas, podamos buscar la mayor realización porque contamos con las mismas oportunidades. La vida económica es una realidad compleja y el Estado interviene en la economí­a; esta nueva situación pide una mayor participación en las diferentes estructuras de la vida social.

Jesús Sastre

Vicente Mª Pedrosa – Jesús Sastre – Raúl Berzosa (Directores), Diccionario de Pastoral y Evangelización, Diccionarios «MC», Editorial Monte Carmelo, Burgos, 2001

Fuente: Diccionario de Pastoral y Evangelización

Encí­clica de Juan XXIII sobre los desarrollos de la cuestión social, publicada el 21 de mayo de 1961. Aunque recoge substancialmente las enseñanzas de la Rerum novarum de León XIII y de la Ouadragesimo anno de pí­o XI, demuestra una significativa evolución de pensamiento, de lenguaje y en general de actitud ante la sociedad contemporánea: elementos todos ellos que hacen pensar en el concilio Vaticano II, que pronto habrí­a de inaugurarse.

La primera parte reexamina rápidamente y sintetiza los temas de fondo de la Rerum novarum (nn. 7-16), de la Quadragesimo anno (nn. 17-27) y del mensaje radiofónico de Pentecostés de 1941, con el que pí­o XII habí­a conmemorado el quincuagésimo aniversario de la Rerum novarum (nn. 18-33). Los nn. 34-37 aluden rápidamente a los principales factores que convierten el escenario de comienzos de los años 60 en notablemente distintos de los de veinte años atrás.

La parte segunda recoge las ideas fundamentales de la Rerum novarum, pero con una notable modernidad de acentos. Se subraya particularmente la importancia de la socialización (nn. 45-55). Se señalan las ventajas de la misma, así­ como el hecho de que restringe notablemente el campo de libertad de acción de los individuos y su independencia, incluso de pensamiento.

Se toca luego el problema de la retribución del trabajo (nn. 56-59) y de la justa distribución de bienes. Es fundamental la idea del bien común, cuya definición implí­cita aparece más dúctil, articulada e integral que en los documentos anteriores, bajo la influencia de la reciente doctrina del personalismo cristiano. Los nn. 69-90 exponen las exigencias de la justicia respecto a las estructuras productivas.

Se reafirma el carácter positivo de la participación directa de los trabajadores en la vida y en las decisiones de las medianas y grandes empresas: «se debe tender a que la empresa se convierta en una comunidad de personas, en las relaciones, en las funciones y en la posición de todos sus sujetos» (n. 7S), Siguiendo las orientaciones de la Rerum novarum y de la Ouadragesimo anno, se vuelve a proponer la licitud y el valor ético-social de la propiedad privada como garantí­a de la libertad esencial de la persona y como elemento insustituible del orden de la sociedad, especificando sin embargo que esto no debe entenderse como defensa en principio del status quo o como apoyo que se presta al rico contra el pobre.

La parte tercera va dedicada a los nuevos aspectos de la cuestión social. Entre éstos hay que mencionar la crisis de la agricultura y la necesidad de una polí­tica económica adecuada (nn. III-135). Se puede advertir que se le dedica a la agricultura una atención particular, incluso en términos de espacio (llegando incluso algunos a pensar que la Iglesia tiende a privilegiar o idealizar una forma de ordenamiento social rural, patriarcal y precapitalista). Se alude luego a la exigencia de una obra de reequilibrio social y de impulso a las zonas en ví­as de desarrollo (nn. 136- 142) y a las exigencias de justicia en las relaciones entre las diversas comunidades polí­ticas, así­ como a la aportación especí­fica que compete a la Iglesia en este sector tan delicado (nn. 136-171). Finalmente, se trata un problema del que en tiempos de León XIII todaví­a no habí­a una conciencia adecuada, a saber, el desequilibrio entre el crecimiento de la población humana (sobre todo en ciertas áreas) y la disponibilidad de los medios de subsistencia.

La parte cuarta muestra el deseo de que las relaciones humanas vuelvan a establecerse según criterios de verdad, de justicia y de amor (nn. 197-241), aludiéndose, como ya se habí­a hecho en la Quadragesimo anno de pí­o XI, a la importancia de la acción apostólica de los laicos.

L. Sebastiani

BibI.: Texto en MPC, 11, 690-736; A. Herrera Oria (ed.), Comentarios a la «Mater et Magistra», BAC, Madrid 1965; AA. VV., Mater et Magistra. Estudio y comentario, CBE, Madrid 1963.

PACOMIO, Luciano [et al.], Diccionario Teológico Enciclopédico, Verbo Divino, Navarra, 1995

Fuente: Diccionario Teológico Enciclopédico