MEDITAR

v. Considerar, Pensar
Gen 24:63 había salido Isaac a meditar al campo
Jos 1:8 que de día y de noche meditarás en él
1Ki 18:27 quizá está meditando, o tiene algún
Psa 1:2 y en su ley medita de día y de noche
4:4


hagah (hgEh; , 1897), “meditar; gemir; llorar, rugir; pronunciar; hablar”. El vocablo es común tanto en hebreo antiguo como moderno. Propio únicamente al Antiguo Testamento hebreo, parece ser un término onomatopéyico que refleja los suspiros y murmullos que los antiguos hací­an cuando meditaban. Este es el significado que se encuentra en el primer caso del verbo: “Este libro de la ley no se apartará de tu boca, sino que meditarás en él dí­a y noche” (Jos 1:8 lba). Tal vez la cita más famosa sobre “meditar” sobre la Ley de dí­a y de noche sea Psa 1:2: Hagah también expresa el “rugido” de leones (Isa 31:4) y el “lamento” de palomas (Isa 38:14). Cuando el vocablo se usa con el significado de “lamentar” o “llorar”, al parecer tiene que ver con los sonidos quejumbrosos del antiguo lamento semí­tico, como se puede ver en el siguiente paralelismo: “Por tanto, yo aullaré sobre Moab; sobre todo Moab haré clamor, y sobre los hombres de Kir-hares gemiré” (Jer 48:31). Proverbios 24.1–2 parece referirse a “mascullar”, hablar entre dientes al hacer ejercicio mental o planificar,: “No tengas envidia de los hombres malos †¦ porque su corazón piensa en robar, e iniquidad hablan [mascullan] sus labios”.

Fuente: Diccionario Vine Antiguo Testamento

sumbalo (sumbavllw, 4820), arrojar junto, conferenciar, etc., tiene el significado de meditar, esto es, de poner una cosa con otra en la consideración de circunstancias (Luk 2:19); véanse CONFERENCIAR, DISPUTAR, GRAN, GUERRA, PROVECHO, REUNIRSE.

Fuente: Diccionario Vine Nuevo testamento

Desde un punto de vista bíblico, esta palabra está casi exclusivamente relacionada con el AT. La palabra griega meletaō, traducida «meditar» aparece dos veces solamente en el NT: (1) la forma promeletaō, «meditar con anticipación», es la palabra clásica para indicar la preparación de un discurso con antelación (Lc. 21:14); (2) meletaō, «meditar», significa ser cuidadoso, preocuparse, ser diligente en estas cosas; de meletē, cuidado o práctica (1 Ti. 4:15). El derivado latino es meditare, «reflexionar», «ejercitarse en», «practicar». En las varias formas del AT, dos palabras hebreas, hāḡāh y śîaḥ se traducen «meditar». Ellas señalan a «aquel musitar silencioso y secreto al que se exhorta a los hijos de Dios». La meditación es «una conversación dentro de la mente lo cual impulsa a hablar. Es el susurro íntimo del corazón». De esta forma, la meditación es una forma de devoción privada o ejercicio espiritual consistentes en una profunda y continua reflexión sobre algún tema religioso. Santa Teresa confesaba que, cuando hizo el primer intento, se sintió incapaz de unificar sus pensamientos y de fijar su atención y que no fue sino hasta que pasaron más de catorce años que pudo practicar la meditación sin la ayuda de un libro.

  1. Carlton Booth

Harrison, E. F., Bromiley, G. W., & Henry, C. F. H. (2006). Diccionario de Teología (384). Grand Rapids, MI: Libros Desafío.

Fuente: Diccionario de Teología