METALES

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Fuente: Diccionario Bíblico Mundo Hispano

(-> estatua, vivientes). La comparación del proceso de la historia con una serie de metales aparece desde antiguo y se conoce tanto en Mesopotamia como en Grecia. La formulación clásica de la Biblia se encuentra en el libro de Daniel: “Una estatua majestuosa… Tení­a la cabeza de oro fino, el pecho y los brazos de plata, el vientre y los muslos de bronce, las piernas de hierro y los pies de hierro mezclado con barro” (Dn 2,32-33). El libro de Daniel destaca la unidad de la historia (una estatua) y su diversidad progresiva, desde la cabeza (oro) hasta los pies (hierro y barro), identificando cada metal con un reino (babilonios, medos, persas, Alejandro Magno y los reinos helenistas). Hay una decadencia, pues se pasa de la edad de oro a la del hierro. Pero, al mismo tiempo, hay un progreso técnico y militar, que lleva del oro, que es decorativo y honorable, al hierro de las armas destructores. El texto supone, paradójicamente, que la edad de hierro, siendo la más fuerte y sangrienta, es la más débil, pues el hierro está mezclado con el barro. Un mito semejante habí­a sido desarrollado en Grecia por Hesí­odo (Erga), que habla de cinco edades de la historia de los hombres: de oro, de plata, de bronce, de los héroes y de hierro. Ahora estamos en la Edad de Hierro, que es una era de violencia y guerra. Platón (La República) adapta este mito al orden social, supo niendo que los diversos metales corresponden a los diversos tipos de personas (oro, plata, bronce, hierro), de manera que unos nacen con capacidad de pensar y dirigir la República, otros tienen que defenderla (soldados), otros trabajan como personas libres al servicio de la economí­a del conjunto, y otros, en fin, son esclavos; todos nacen de la misma madre tierra, como de ella provienen los metales; pero unos y otros son muy diferentes. Las aplicaciones de Hesí­odo y Platón son significativas para conocer la visión de la historia y de la sociedad humana, pero no tienen las implicaciones crí­ticas y utópicas del texto de Daniel.

PIKAZA, Javier, Diccionario de la Biblia. Historia y Palabra, Verbo Divino, Navarra 2007

Fuente: Diccionario de la Biblia Historia y Palabra

Setenta y ocho de los más de cien elementos que conoce el hombre. En las Escrituras se hace referencia especí­fica al oro, la plata, el cobre, el hierro y el plomo. La primera vez que se mencionan los metales es en Génesis 4:22.
Entre sus propiedades fí­sicas caben destacar su opacidad y ductilidad, además de que pueden fundirse; tienen un brillo metálico, y en general son buenos conductores del calor y la electricidad. Los metales presentan también ciertas caracterí­sticas distintivas en el orden quí­mico y fí­sico. Se puede hallar información especí­fica sobre ellos, así­ como el número de veces que se mencionan en la Biblia, en los artí­culos especí­ficos de los metales ya mencionados y en el artí­culo REFINAR, REFINADOR.

Fuente: Diccionario de la Biblia