MINERIA Y METALES

El teatro de la historia veterotestamentaria es la llamada “Media luna fértil” (e. d. Mesopotamia, Siria, Palestina, y el delta del Nilo). Las planicies aluviales de los valles del Nilo y el Tigris-Éufrates proporcionan muy poca piedra. Buena parte del yeso de Asiria, más aun, proviene de canteras de piedra cercanas a Mosul; y existe una veta de piedra cerca de Ur que ha sido trabajada. Pero en general en dichos valles se usaban, en la antigüedad, los ladrillos de arcilla en la edificación (Gn. 11.3; Ex. 1.11–14; 5.7–19).

La “media luna fértil” está limitada al N y al E por altas cadenas montañosas plegadas, formadas por rocas de muchos tipos y edades. Están bien mineralizadas y proporcionan mineral de oro, plata, cobre, latón, plomo, y hierro. En el S aparece un complejo de rocas antiguas en las que se encuentran tipos tales como el granito, la diorita y el porfirio. Este grupo se extiende a lo largo del desierto oriental, entre el río Nilo y el mar Rojo, atravesando la mitad S de la península de Sinaí y hacia el E hasta alcanzar la meseta de Arabia. En algunas de estas rocas hay oro, plata, hierro, turquesa y otras piedras semipreciosas, como también piedras de construcción de muchos tipos.

Al N de Sinaí y de la meseta de Arabia se encuentran el desierto, la Transjordania, y Palestina. Estos se componen principalmente de rocas cretáceas (caliza, creta, y arenisca), pero al N y al E del Jordán superior hay zonas de basaltos volcánicos más recientes.

I. Materiales no metálicos

a. El pedernal

El pedernal existe abundantemente en la creta de la zona y en las gravas derivadas de la creta. El pedernal es una roca dura de veta apretada en la que una hoja de acero no hace mella. Se lo puede trabajar por percusión o presión para producir un agudo filo cortante. Las herramientas cortantes más antiguas con que contaba el hombre eran de pedernal. El hombre de la edad de piedra hacía puntas de flechas, cinceles, raspadores y cuchillos con él, y este material siguió siendo usado hasta el período del bronce. Séfora, mujer de Moisés, circuncidó a su hijo con un cuchillo de pedernal (Ex. 4.25). En las Escrituras se hace referencia al pedernal con el fin de denotar dureza, inflexibilidad, firmeza (Dt. 8.15; Sal. 114.8, °nbe; Is. 50.7; Ez. 3.9).

b. La piedra

Fuera de las planicies aluviales de la Mesopotamia y el bajo Egipto los suministros eran abundantes. En Egipto la piedra caliza y la piedra arenisca se encontraban fácilmente en los acantilados de los ríos, y el granito, la diorita y otras rocas ígneas se encuentran en la superficie. En Palestina la piedra caliza y la arenisca existen en toda la zona montañosa, y el basalto se encuentra al E del valle del Jordán superior. La extracción y erección de enormes piedras verticales en épocas neolíticas proporcionó experiencia y para las tareas posteriores de extracción y minería. La caliza se trabaja fácilmente, dado que es relativamente blanda, y se utilizaba para la excavación de cisternas y tumbas, y la fabricación de objetos tales como vasijas para agua (Jer. 2.13; Mt. 27.60; Jn. 2.6). El término “alabastro” tal como se usa en Mt. 26.7 se refiere propiamente a la calcita (carbonato de calcio), piedra mucho más dura que la que se compone de sulfato de calcio y que también se denomina alabastro.

c. El mármol

Piedra caliza cristalina de veta apretada, generalmente blanca o crema. Puede ser rosada, o veteada en rojo o verde. El mejor mármol para estatuas en el Cercano Oriente procedía de Paros (Minoa), pero existe también en la costa O del golfo de Suez, en el S de Grecia y en Asiria al E del río Tigris. “Piedras de mármol en abundancia” se mencionan en 1 Cr. 29.2, las que pueden haber sido calizas locales pulidas, pero, considerando que el comercio era vigoroso y extenso en los tiempos de David y Salomón, pudo haber sido traído por mar o del NE.

II. Metales y minería

El orden en que comenzaron a usarse los metales fue el oro, el cobre (bronce) y el hierro. El oro es el primer metal que se menciona en la Escritura (Gn. 2.11), y posteriormente se asocia íntimamente con la plata, el otro metal noble de la antigüedad. Todos los que anteceden pueden existir en estado natío, y es así como se los usó al comienzo. La plata se encuentra frecuentemente en aleación con el oro. Después del período en que se emplearon los metales natíos, principalmente para ornamentos (* Artes y oficios), los metales de cobre se obtuvieron de afloramientos en la superficie, pero la minería comenzó en fecha muy temprana, y se había alcanzado una etapa avanzada de explotación del metal (no de la minería) en Ur más de mil años antes de la época de Abraham. Según R. J. Forbes (Metallurgy in Antiquity, 1959, pp. 297), “es indudable que en la antigüedad se practicó toda forma de minería, desde la minería a cielo abierto hasta la perforación de galerías en las laderas de las montañas con el fin de seguir los estratos portadores de cobre. Pero los datos que existen sobre las minas antiguas son escasos.”

La extracción de turquesa y cobre probablemente comenzó en tiempos de la 1ª dinastía de Egipto ca. 3.000 a.C. en Magharah y Serabit el-Khadim en el O de Sinaí, y en el período ramesida (s. XIII a.C.) se han encontrado pruebas de que los egipcios trabajaban el cobre en gran escala en el Arabá, en Timna. En Egipto se han encontrado pozos de más de 35 m de profundidad en algunas minas. Se habían perforado túneles en las laderas de las montañas, ventiladas por pozos, con pilares en las excavaciones amplias para sostener el techo.

Al principio se empleaban herramientas de piedra, pero más tarde se usó el bronce juntamente con la piedra. Para partir la roca se empleaban cuñas y fuego, y el mineral se separaba triturando, lavando y separando a mano. La fundición se efectuaba generalmente alimentando una carga de minerales de cobre finamente triturados y de flujos o fundetes (óxidos de hierro, calizas o conchas marinas), mezclados con carbón vegetal, por la abertura superior del horno, para que cayeran sobre el fuego. A medida que el mineral se reducía los glóbulos de cobre caían al fondo del horno en forma de cuenco. La escoria que se formaba encima del cobre se hacía caer en un pozo para este fin cuando todavía estaba en estado líquido, y el lingote de cobre se retiraba apenas se solidificaba. El lingote tenía que ser fundido nuevamente en un crisol a fin de que se le diera forma en un molde. En muchos sitios antiguos es dable ver crisoles y montones de escoria. Para transportar el mineral se empleaban canastas, y para eliminar el agua sobrante se construían túneles de drenaje. Job 28.1–11 ofrece un cuadro de la minería en la antigüedad.

a. El oro

Existe en estado natío, generalmente en aleación con la plata, en proporciones diversas. Es extremadamente maleable y dúctil, y no se empaña. Esta propiedad lo hizo muy aceptable como material para adornos, tales como cuentas y anillos, incluso para el hombre de la edad de piedra. El oro estaba indicado para su uso en el mobiliario más importante del tabernáculo mosaico (Ex. 25) y en el templo de Salomón (1 R. 6). Este metal era particularmente abundante en el depósito aluvial del desierto oriental egipcio, y los israelitas deben haber retirado grandes cantidades del mismo en la época del éxodo. Otras fuentes conocidas en el mundo antiguo fueron la costa occidental de Arabia, las montañas de Armenia y Persia, el O del Asia Menor, y las islas egeas. El oro se convirtió muy temprano en artículo monetario valioso.

b. La plata

La plata ocupa una posición a la par del oro como metal noble, con el que frecuentemente se la asocia en la Escritura. No se empaña en una atmósfera pura, y se pule hasta ofrecer una imagen como la de un espejo. Generalmente se la extrae de la mena del sulfito de plomo (galena), pero puede encontrarse en estado natío. La plata era tan abundante en la época bíblica que los procedimientos de extracción y refinación tienen que haber sido conocidos desde fecha temprana. Jeremías (6.29–30) utiliza el fracaso del proceso de refinación del plomo y la plata como ilustración de la negativa del pueblo a hacerse obediente a Dios. Las fuentes del metal son las mismas que las del plomo, a saber, Asia Menor, las islas del mar Egeo, Laurión en el S de Grecia, Armenia y Persia. Hay tres o cuatro lugares en la parte oriental del desierto de Egipto también.

c. El plomo

El plomo aparece en las Escrituras en algunas listas de metales. Se lo utilizaba ocasionalmente para hacer tablillas para inscripciones (Job 19.24).

d. El cobre (bronce)

El heb. neḥōšeṯ generalmente se traduce “bronce” en °vrv2, a veces tamb. “cobre”. El bronce se usaba comúnmente antes de la época patriarcal (Abraham vivió en la edad media del bronce). Por lo tanto el “bronce” de las Escrituras podía ser cualquiera de los dos. El heb. ḥašmal en Ez. 1.4 (°vrv1 “ámbar”; °vrv2 “bronce refulgente”) podría referirse al latán (aleación de cobre y zinc, de uso tardío). El primer metal de uso general fue el cobre más o menos puro, aun cuando los métodos de producción significaban que generalmente había algunas impurezas, y más tarde se obtuvo y se producía expresamente la aleación de cobre y estaño (bronce). También se conocen algunos ejemplos de latón (cobre y zinc), pero probablemente se obtuvieron accidentalmente, hasta que los romanos comenzaron la producción de latón para la fabricación de monedas y otros usos alrededor del 20 a.C. Los minerales de cobre que aparecen en la superficie son carbonatos vivamente coloreados de verde y azul, y se usaban como pintura para los ojos o para producir un color azul en barniz. El calentamiento accidental de estos minerales puede haber conducido a la producción de cobre. No hay indicios en Egipto del uso común del cobre natural, aun cuando se usaba en época temprana en la industria cuprífera palestina. Los minerales se encontraban abundantemente en la “Media luna fértil” en Sinaí, Madián, el E de Egipto, Armenia, Siria y Persia, y en Chipre naturalmente, ya que su nombre deriva de este metal. Se usaba para una gran cantidad de fines. Además de su uso en el tabernáculo y el templo, se hacían objetos tales como artículos del hogar, palanganas, aguamaniles, ídolos, instrumentos musicales, como también armaduras, espejos, etc.

e. El estaño

El estaño se menciona en la Escritura únicamente en listas de metales. En la antigüedad se lo confundía frecuentemente con el plomo. Un pequeño porcentaje mezclado con cobre produce bronce. Como el estaño aparece frecuentemente en combinación con el cobre, el primer bronce probablemente se produjo por accidente. La casiterita, mineral de óxido oscuro y pesado, se obtenía principalmente de las arenas de los arroyos, y por lo tanto no se extraía como los otros metales, con procedimientos mineros, hasta alrededor de la época de los romanos.

f. El hierro

Raros y ocasionales usos del hierro se conocen en épocas muy antiguas, pero sólo en estado natío, que tiene su origen en fragmentos de “estrellas fugaces” o meteoritos. Esta es probablemente la explicación de su mención tan temprana en Gn. 4.22, que pertenece a una época muy anterior al comienzo de la verdadera edad del hierro. Los experimentos con el hierro prosiguieron durante mucho tiempo antes de que se pudiesen hacer herramientas con él, ya que esto depende para su éxito de la producción de un metal con la propiedad del acero. Los hititas fueron los primeros que, según se tiene conocimiento, emplearon el hierro sistemáticamente, si bien en escala limitada, y cuando el reino hitita llegó a su fin el conocimiento correspondiente pasó a otros pueblos. Los filisteos introdujeron el arte en Palestina, y los israelitas se vieron en desventaja en este sentido (Jue. 1.19; 1 S. 13.19–22). El equilibrio se restableció en los reinados de David y Salomón (1 Cr. 29.7). El hierro abundaba, juntamente con el cobre, en el uadi Arabá, entre el mar Muerto y el golfo de Ácaba. Los minerales de hierro abundaban alrededor de Palestina, y se los encontraba cerca del mte. Carmelo, del mte. Hermón, el SO de Madián, y el E del desierto egipcio, en Siria, Chipre, la costa del Ponto en Asia Menor, como también en las islas egeas. El hecho de que tanto el cobre como el hierro se pudiesen extraer dentro de los límites del reino de Salomón cerca de Ezión-geber señalaba el cumplimiento literal de Dt. 8.9.

El acero se menciona en °vrv1 en 1 S. 17.5; 2 S. 22.35 (= Sal. 18.34); Job 6.12; 20.24; 41.27, pero la palabra heb. correspondiente es la que corresponde a cobre o bronce (neḥōšeṯ); °vrv2 traduce acertadamente “bronce”.

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Douglas, J. (2000). Nuevo diccionario Biblico : Primera Edicion. Miami: Sociedades Bíblicas Unidas.

Fuente: Nuevo Diccionario Bíblico