MOLINO, MUJER DE LA PIEDRA DE

A las heroí­nas bí­blicas antiguas de nombre conocido (Débora*, Rajab*, Yael*) podemos unir la mujer de la piedra del molino: «Abimélec llegó hasta la misma (torre), luchó contra ella y se acercó hasta su puerta para prenderle fuego. Y una mujer arrojó una piedra de molino sobre la cabeza de Abimélec y le fracturó el cráneo. El llamó en seguida a su joven escudero y le dijo: Saca tu espada y mátame, para que no se diga de mí­ Â¡le mató una mujer!» (Je 9,52-54). La torre es morada de mujer (como la casa de Rajab y la tienda de Yael). Abimélec, reyezuelo tirano de Siquem, hijo de Gedeón*, quiere destruirla, quemando a su gente. Con intención de defenderse (proteger la torre, salvarse a sí­ misma) responde la mujer, que no tiene espada, no emplea arco ni flechas; pero sabe manejar la muela del molino doméstico que sirve para hacer pan en la casa; y así­, lo mismo que Yael, mujer nómada, mató a un guerrero con la clavija de su tienda, esta mujer sedentaria mata a otro guerrero usurpador con la piedra de molino de su casatorre. No le mata en guerra exterior, por la conquista o posesión de un territorio, sino por la defensa de su casa. Ella quiere proteger el honor de su torre, el sentido de su vida, pues sabe bien lo que le espera de violencia (violación y esclavitud) si cae en manos de un guerrero. Mientras haya mujeres como éstas, defendiéndose a sí­ mismas en la casa, al servicio de la vida, la vida sobre el mundo seguirá siendo posible, aunque el guerrero patriarcalista piense que es deshonra que le mate una de ellas.

PIKAZA, Javier, Diccionario de la Biblia. Historia y Palabra, Verbo Divino, Navarra 2007

Fuente: Diccionario de la Biblia Historia y Palabra