MONTE DE LOS OLIVOS

Monte de los Olivos (heb. maalêh ha-zêthîm, “cuesta de los olivos”, y har ha-zêthîm, “monte de los olivos”; gr. óros tí‡n elaion). Cerro al este de Jerusalén, del otro lado del valle del Cedrón. El nombre aparece sólo 2 veces en el AT (2Sa 15:30, Zec 14:4), aunque tal vez se refiera a este lugar el pasaje de Eze 11:23; pero el nombre aparece 11 veces en el NT. Cuando David salió de Jerusalén durante la rebelión de Absalón, subió el monte de los Olivos y adoró a Dios en su cumbre en su viaje de huida (2Sa 15:30, 32). Probablemente fue sobre este monte que Ezequiel vio que descansaba la gloria de Dios (Eze 11:23). Zacarí­as profetizó que cuando el Señor volviera, sus pies se posarí­an sobre el monte de los Olivos que se partirí­a, formando un enorme valle (Zec 14:4). 808 Durante las visitas de Jesús a Jerusalén, con frecuencia pasaba la noche en el monte de los Olivos, probablemente en Betania (Luk 21:37; 22:39). Comenzó su célebre entrada triunfal en Jerusalén desde este monte (19:37, 38), y sobre él dio su gran sermón acerca de su segunda venida y el fin del mundo (Mat 24:3). El sufrimiento final de Jesús comenzó en un huerto sobre la falda del monte de los Olivos (Mat 26:30, 31), y su ascensión al cielo ocurrió en este memorable monte (Luk 24:50, 51; Act 1:9-12). El monte de los Olivos es uno de los más altos de Palestina, aunque tiene sólo unos 60 m más que el área del templo de Jerusalén, del que está separado por el valle del Cedrón (véase la fig 393). En un sentido más amplio, es en realidad un cordón montañoso que corre de norte a sur, con 3 cumbres principales: en el norte el “monte Scopus”, en el centro et-Túr, y en el sur el “monte de la Ofensa”. Sobre el monte Scopus (834 m), en el 70 d.C., Tito estableció su campamento para el asalto final a Jerusalén. Ahora están ubicados allí­ el Cementerio de Guerra Británico y parte de la Universidad Hebrea. La sección central del cordón, ahora llamada Jebel et-Tûr (a la que más apropiadamente corresponde el nombre de monte de los Olivos), está exactamente al este del área del templo de Jerusalén, y desde allí­ se tiene una vista excelente de la santa ciudad y el lugar donde estuvo el templo, ahora Haram esh-Sherîf. La cumbre central se subdivide en 3, que de norte a sur son: 1. Galilea (830 m), donde, de acuerdo con la tradición medieval, estuvieron los discí­pulos cuando les aparecieron los ángeles después de la ascensión (Act 1:12). 2. Ascensión (806 m), desde el cual, de acuerdo con una tradición que se remonta al s IV d.C., Jesús ascendió al cielo. 3. “La colina del profeta”, que recibió ese nombre por causa de varias tumbas excavadas en las rocas llamadas “las tumbas de los profetas”. La cumbre de más al sur es el monte de las Ofensas o la Destrucción (735 m), donde se dice que Salomón habí­a construido santuarios para los í­dolos de sus esposas paganas (1Ki 11:7, 8). Sobre el “monte de la Ascensión”, el mismo monte de los Olivos, se encuentra una mezquita sobre el lugar donde el emperador Constantino construyó la primera capilla de la Ascensión en el s IV d.C. La torre más alta sobre este monte es la del convento ruso, desde la cual se ve en todas direcciones una gran parte de Palestina, desde el Mar Mediterráneo en el oeste hasta los montes de Moab al este, y desde los montes de Samaria en el norte, hasta los montes del sur de Judá. En las faldas orientales del cordón del monte de los Olivos está la aldea de Betania, y del lado occidental, sobre la ladera oeste que da al valle del Cedrón, el sitio tradicional del Getsemaní­.* con muchos olivos. Grandes partes de la ladera oeste están cubiertas con tumbas judí­as (figs 239, 367). 367. El monte de los Olivos visto desde el muro oriental de la antigua ciudad de Jerusalén.

Fuente: Diccionario Bíblico Evangélico

(Denomi-nado cuesta del monte de los Olivos en 2Sa 15:30 y monte… de los Olivos en Act 1:12).

Su cumbre es aplanada, redondeada, con cuatro cimas identificables. Su nombre deriva de las plantaciones de olivos que la cubrí­an en la antigüedad.

Probablemente el huerto de Getsemaní­ estuviera ubicado cerca del pie del monte de los Olivos, en la ladera occidental sobre el Quedrón.

Aparentemente, en el NT el lugar era una zona de recreo para aquellos que deseaban escapar del calor de las calles de la ciudad, repletas de gente.

El monte, además de ser un lugar ventajoso desde el punto de vista táctico en tiempos de guerra, en tiempos de paz era una ruta de entrada a Jerusalén. Fue la ruta que tomó David cuando escapaba de Absalón al producirse la rebelión en el palacio (2Sa 15:30; 2Sa 16:1, 2Sa 16:13) y, significativamente, fue la ruta que siguió Cristo al entrar en Jerusalén el domingo de Ramos. Desde su cumbre Jesús vio la ciudad (Luk 19:41), y sus visitas al hogar de Marí­a, Marta y Lázaro seguramente lo hací­an pasar con frecuencia por ese lugar (Luk 21:37). Es posible que la higuera estéril que fuera utilizada como ejemplo objetivo en la impactante lección sobre la vida sin frutos, haya estado en las laderas de este monte (Mat 21:19). Allí­ también pronunció Jesús sus palabras apocalí­pticas, inspiradas sin duda por la visión desde lo alto del monte de la Jerusalén condenada (capí­tulos 24, 25).

Fuente: Diccionario Bíblico Mundo Hispano

El monte de los Olivos dista como un kilómetro de Jerusalén, al este. Su altura es de 800 m. sobre el nivel del mar. Tiene tres cimas: el monte Scopus, en la parte norte; la cima central y la cima meridional, que es el monte de los Olivos propiamente dicho. En la falda meridional está Betania, y en la oriental, Betfagé. En el monte de los Olivos se sitúa la ascensión de Jesucristo (Act 1,12), el lugar donde Jesucristo enseñó a orar a sus discí­pulos con el Padrenuestro (Mt 6,9-13; Lc 11,1-4), donde pronunció el discurso escatológico (Mt 24,1-51; Mc 13,1-37; Lc 21,5-36), donde solí­a retirarse el Señor (Lc 21,37; Jn 8,1), donde comenzó la marcha triunfal hacia Jerusalén (Mt 21,1; Mc 11,1; Lc 19,29; Jn 12,12), por donde pasaba la calzada romana de Jericó a Jerusalén; hacia la mitad de la pendiente occidental sitúa la tradición el “Dominus Flevit” (“el Señor lloró” sobre la ciudad de Jerusalén), y más abajo, lamido ya por el torrente Cedrón, está el huerto de Getsemaní­ (“lagar de aceite”), donde tuvo lugar la agoní­a del Señor (Mt 26,36-46; Mc 14,32-42). > Getsemaní­; Betfagé.

E. M. N.

FERNANDEZ RAMOS, Felipe (Dir.), Diccionario de Jesús de Nazaret, Editorial Monte Carmelo, Burbos, 2001

Fuente: Diccionario de Jesús de Nazaret

(Latín, Mons Olivertus)

Aparece también en las Biblias en inglés como el Monte de los Olivos (Mons olivarum), es el nombre aplicado a “la colina que está frente a Jerusalén” (1 Reyes 11,7), es decir, “al oriente de la ciudad” (Ezequiel 11,23), “más allá del torrente Cedrón” (2 Sam. 15,23.30), “el espacio de un camino sabático” de la ciudad (Hechos 1,12). Los pasajes de los Libros de los Reyes muestran la gran antigüedad del nombre, sin duda sugerido por los bosquecillos de olivos que florecieron allí (ver plantas en la Biblia, cuyos restos aún permanecen. En la Edad Media fue llamado por los escritores árabes: Tur ez-Zeitun, Tur Zeita o Jebel Tur Zeitun, de los cuales el nombre moderno, Jebel et-Tur parece ser una abreviatura.

El Monte de los Olivos no es tanto una colina sino una serie de colinas separadas por depresiones bajas. La cordillera incluye, de norte a sur, el Ras el-Musharif (Scopus, 2,686 pies sobre el nivel del mar), Ras el-Madbase (2,690 pies) y Ras et-Te la cah (2,663 pies); al sur de este último, entre la antigua y la nueva carretera de Jerusalén a Jericó, está el Jebel et-Tur, o el Monte de los Olivos propiamente dicho, que se levanta en tres cumbres llamadas por los cristianos, respectivamente: los Hombres de Galilea (Karem es-Sayyad, “la viña del cazador”, 2,732 pies), la Ascensión (donde se construyó el pueblo de Kafr et-Tur) y los Profetas, un espolón del anterior que le debe su nombre a las antiguas tumbas de roca conocidas como las Tumbas de los Profetas; al suroeste de la nueva carretera a Jericó, la cordillera termina en el Jebel Batn el-Hawa, llamado por los cristianos Monte de la Ofensa, donde la tradición ubica los santuarios idólatras de Salomón (2 Rey. 23,13).

El Monte de los Olivos ha sido escenario de muchos eventos famosos de la historia bíblica. En el tiempo de David había allí un lugar sagrado dedicado a Yahveh, cuya ubicación exacta no se conoce, pero era cerca de la carretera hacia el Jordán, posiblemente en la cumbre de la Karem es-Sayyad (2 Sam. 15,32). El sitio de la aldea de Bahurim (2 Sam. 3,16), estaba sin duda en el mismo camino. Ya hemos mencionado la tradición que apunta a la Jebel Batn el-Hawa como el lugar donde Salomón erigió sus santuarios idólatras destruidos por Josías (1 Rey. 11,7; 2 Rey. 23,13); esta identificación es apoyada por el Tárgum que sugiere en 2 Rey. 23,13, la variante: HR HMSCHH, “Monte de Aceite”, un buen sinónimo para el Monte de los Olivos, en lugar del tradicional “Monte de la Ofensa”, que no se encuentra en ningún otro lugar. En consecuencia, los santuarios idólatras estaban al lado sur del Monte de los Olivos propiamente. Por último sabemos a través de los rabinos judíos que el Monte del Aceite fue el lugar tradicional para el sacrificio de la vaca roja (Núm. 19; cf. Maimónides, “Tratado de la vaca roja”, 3,1).

Pero para los cristianos en particular el Monte de los Olivos es un lugar muy sagrado, porque durante los últimos días de la vida pública de Nuestro Señor, fue el lugar de refugio preferido del Salvador. En relación con eso varios puntos son señalados en los Evangelios: Betania, la casa de Lázaro y de Simón el Leproso (Mc. 14,3; Mt. 26,6); Betfagé, donde comenzó la procesión triunfal a Jerusalén (Mt. 21,1), identificado con alguna probabilidad por Federlin con las ruinas llamadas Habalat el-Amira o Kehf Abu Layan; el sitio de la capilla franciscana de Betfagé, cerca de una milla al oeste de El-Azariyeh, no está bien elegido; el lugar donde estaba la higuera maldecida por Nuestro Señor (Mt. 21,18-22; Mc. 11,12-14; 20-21); el lugar donde Jesús lloró sobre Jerusalén (Lc. 19,41); el sitio donde Él profetizó la destrucción del Templo, la ruina de la ciudad y el fin del mundo (Mt. 24,1 ss.); el Huerto de Getsemaní; por último, el lugar donde el Señor impartió su bendición de despedida a los Apóstoles y ascendió al cielo (Lc. 24,50-51). La piedad de las épocas cristianas ha tratado, con mayor o menor éxito, de localizar y consagrar todos estos lugares mediante la construcción de santuarios.

Bibliografía: THOMSON, The Land and the Book, I (Londres, 1881), 415 ss.; WARREN, Mount of Olives en HASTINGS, Dict. of the Bible, s.v.; FEDERLIN, Quelques localites anciennes situees sur la Montagne des Oliviers in La Terre sainte, 15 enero 1901, págs. 21 ss; HEIDET en VIGOUROUX, Dict. de la Bible, s.v. Oliviers (Mont des); LIEVIN DE HAMME, Guide-indicateur de la Terre Sainte (Jerusalén, 1887); NEUBAUER, La geographie du Talmud (París, 1868).

Fuente: . Souvay, Charles. “Mount Olivet.” The Catholic Encyclopedia. Vol. 11. New York: Robert Appleton Company, 1911. 11 Feb. 2012
http://www.newadvent.org/cathen/11244b.htm

Traducido por Luz María Hernández Medina.

Fuente: Enciclopedia Católica