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MONTE TABOR

MONTE TABOR

El monte Tabor se eleva hasta una altura de 562 ms. sobre el nivel del mar. Su cumbre redonda y empinada, y sus laderas matosas presentan un espectáculo admirable. Quedan unos cuantos encinos desparramados que nos recuerdan el hermosos bosque de encinos que una vez cubrió su cumbre. Visto de un lado presenta la forma de cono; de otro, la forma de una cúpula; y de otro la de un hemisferio. Ahora hay espesos matorrales sobre él, y hay mucha caza pequeña, como perdices, liebres y zorras. El monte está como a 16 Kms. al sudoeste del mar de Galilea, y 9 al sudoeste de Nazaret, en la frontera entre Zabulón y Neftalí­, al borde noreste del llano de Esdraelón.
Hay sobre y alrededor de Tabor muchas ruinas, que representan varios perí­odos de la historia. Antí­oco el Grande fundó la ciudad en 218 a. de J.C. y más tarde Josefo hizo que fuera fortificada. En el siglo VI d. de J.C., ya habí­an sido edificados tres templos en memoria de los tres tabernáculos que Pedro propuso en el dí­a de la transfiguración, que con poca evidencia una tradición dice que ocurrió allí­. Todaví­a se pueden ver porciones de un muro que rodeaba la cima, y un montón de piedras de un castillo que data de la edad media, que yace en el punto más alto de la meseta. Otras ruinas son el templo de los cruzados, una grande cripta subterránea, un bien preservado mosaico negro y blanco de un templo del Siglo IV o V y otros edificios.
Durante la última parte del siglo pasado las iglesias latinas y griegas construyeron grandes monasterios. Hay gente que todaví­a hace peregrinaciones a este lugar, especialmente para asistir a la fiesta de la transfiguración, que sin ningún fundamento, creen que sucedió allí­.
Aquí­ es donde Débora y Barac derrotaron a Sí­sara, Jueces 4; 6-16. Algunos de los guerreros de Israel fueron matados allí­, Jueces 8:18. Es alabado juntamente con Hermón, Salmo 89:12.
Los profetas se refieren a él, Jeremí­as 46:18; Oseas 5:1.

Fuente: Diccionario Geográfico de la Biblia

El nombre del Monte Tabor, «Hermón» , se presenta en el Antiguo Testamento de los Setenta, en Jeremías y Oseas como Itabyrion. Bajo esta última forma (Itabyrion o Atabyrion) aparece el nombre de este monte en los trabajos históricos de los ancianos. Los árabes le daban el nombre de Jebel et Tur (el monte de los montes), nombre que dan también a los Montes Garizim, Sinaí y de los Olivos. El monte Tabor se destaca entre los montes de Palestina por su pintoresca ubicación y sus hermosa silueta, por la sorprendente vegetación que recubre sus laderas de piedra caliza y por el esplendoroso panorama que se contempla desde su cima. Prácticamente aislado por todos sus flancos, su mole hemisférica asciende en un pico hasta una altura de 502,92 metros sobre la llanura de Esdraelón, con la que limita por el norte y por el este, unos ocho kilómetros al sureste de Nazaret. Alcanza una altura de 561,74 metros sobre el nivel del Mediterráneo y de 774,19 metros sobre el lago de Tiberíades, Josefo (Bell. Jud., IV, i, 8) le asigna una altura de treinta estadios o 5. 547,63 metros, pero, sin duda, utilizó la cifra de cuatro estadios (o 739,74 metros) que el amanuense debe haber cambiado por la de treinta estadios. La cima es una meseta oblonga de unos 914 metros de largo en dirección noroeste a sureste, por 304,80 metros de ancho. La atención se fija de inmediato en las masas gigantescas del Gran Hermón, hacia el noreste y luego los ojos se dirigen al Valle del Jordán, el Lago de Tiberíades y las cadenas montañosas del Hurón, el Basán y el Galaad. Hacia el sur se encuentran Naim y Endor al pie del Jebel Daby o el Monte Mora (Jueces, vii, 1), erróneamente identificado por Eusebio y San Jerónimo con el Pequeño Hermón (Ps. xli, 7); un poco más allá, se divisa el monte Gelbo. Hacia el oeste, la fértil llanura de Esdrelón se prolonga hasta el Monte Carmelo e innumerables sitios bíblicos e históricos hacen que la imaginación vuele al pasado.

El Monte Tabor es objeto de comparaciones poéticas por parte del salmista (Ps. lxxxviii, 13), el Profeta Jeremías (xlvi, 18), y el Profeta Oséas (v, 1). Este hermoso monte tuvo también un importante papel en la historia. Allí, la Profetisa Débora reunió en secreto a 10.000 israelitas bajo el mando de Barac, quienes luego arremetieron contra el ejército de Sisara, en el torrente de Cisón, obligándolo a huir (Jueces, vi, 2-vii, 18-19). Al momento de la repartición de la Tierra Prometida, el Tabor marcó el límite entre Isacar y Zabulón (Jos., xix, 22). Dentro de la tribu de Zabulón, pero cerca de Daberet, una ciudad de Isacar, el Libro de Josué(xix, 12) hace referencia a la ciudad de Ceselet-Tabor, que en hebreo significa «ladera del Tabor». I Par. (vi, 77) menciona también la ciudad de Zabulón, llamada simplemente Tabor y asignada a los Levitas descendientes de Merari. Ésta es la forma abreviada del nombre de la misma ciudad, y probablemente es la que figura como Dabour entre las ciudades galileas conquistadas por Ramsés II., según el «Papyrus Anastasii» (I, xxii, 2). Polybius (Hist., V, lxx, 6) cuenta que en el 218 A. C. Antíoco el Grade, valiéndose de una estratagema, capturó la ciudad de Atabirión en Galilea. La historia no la vuelve a mencionar, ni siquiera en relación con las sangrientas batallas que tuvieron lugar al pie del Monte Tabor, en el año 53 A. C. entre Alejandro, hijo de Aristóbulo, y Gabino, el teniente de Pompeya («Ant. Jud.», XIV, vi, 3; «Bell. Jud.», I, viii, 7). Sólo Eusebio vuelve a referirse a ella como «Dabira … un pueblo de los judíos en el Monte Tabor». («Onom.», ed. Klostermann, 78). Daberet (Jos., xix, 12; xxi, 28) corresponde, sin duda, a la actual Dabûriyé, ubicada al pie del Monte Tabor hacia el occidente.

A diez minutos de ascenso en dirección norte, desde Nazaret, se encuentran las ruinas de un lugar hebreo que los nativos llaman Khirbet Daboura (las ruinas de Daboura) o también Abu Amoûd (el padre de las columnas). En este lugar se encontraba la bíblica Ceselet-Tabor, o la Daboura de los egipcios, o la Atabirón de los griegos. Dominaba la ruta de las caravanas y los ejércitos. Durante la sublevación de los judíos contra los romanos, Josefo rodeó «la meseta del Tabor» con una muralla circunvalar de veintiséis estadios o 3,2 kilómetros de circunferencia, trabajo que terminó en cuarenta días. Formó así una especie de campamento amurallado en el que los rebeldes, perseguidos desde todos lados, buscaban refugio para organizar su último puesto de resistencia. Plácido, teniente de Vespasiano, arremetió contra ellos con un ejército de 600 hombres a caballo, mediante una estratagema los obligó a salir a la planicie y los derrotó. («Vita», 37; «Bell. Jud.», II, iv, xx, 6; i, 8). En el cuarto siglo de nuestra era, se reconoció el Monte Tabor como el sitio donde tuvo lugar la Transfiguración de Cristo, se convirtió entonces en lugar de peregrinación y en su cima se construyeron una basílica y varias iglesias y capillas. En 1101, los Monjes Benedictinos reconstruyeron los lugares sagrados y erigieron una abadía fortificada en la que resistieron múltiples embates de los sarracenos, pero después de la batalla de Hattin (1187), se vieron obligados a abandonar el monte. Melek el Adel construyó allí (1210-12) una enorme y sólida fortaleza que los Cruzados atacaron en vano en 1217; al año siguiente, Melek el Adel la mandó demoler. Ahora los Franciscanos y los monjes griegos cismáticos ocupan la meseta del Monte Tabor.

ROBINSON, Biblical Researtches in Palestine, III (Boston, 1841); Survey of W. Pal. Memoirs, (Londres, 1881); GUÉRIN, Description de la Palestine: Galilée (Paris, 1880); MEISTERMANN, Le mons Thabor (Paris, 1900).

BARNABAS MESISTERMAN
Transcrito por WGKofron
Agradecimientos al Padre John Hilkert, de Akron, Ohio
Traducido por Rosario Camacho-Koppel
www.catholicmedia.net

Fuente: Enciclopedia Católica