NOE

Su nacimiento, Gen 5:28-29; camina con Dios, Gen 6:9; construye el arca, Gen 6:11-22; levanta un altar, Gen 8:20-22; su pacto con Dios, Gen 9:8-17; su embriaguez, Gen 9:20-27; muere, Gen 9:28-29.
Isa 54:9 me será como en los días de N, cuando juré
Eze 14:14, 20 si estuviesen .. N, Daniel y Job_
Mat 24:37; Luk 17:26 como en los días de N, así
Heb 11:7 por la fe N, cuando fue advertido por
1Pe 3:20 la paciencia de Dios en los días de N
2Pe 2:5 si no perdonó al .. sino que guardó a N


Noé (heb. Nôaj, “descanso [reposo]” o “consuelo [consolación]”; gr. Noé). En Gen 5:29 se explica el nombre como si en hebreo estuviera relacionado con una palabra que suena parecida, nâjam, “consolar”; probablemente un juego de palabras que gustaba mucho a los antiguos. Antiguo patriarca, el 10º desde Adán (Gen 5:3-29;1Ch 1:1-4). Sus hijos pertenecieron a la última generación del perí­odo antediluviano, y, por medio de ellos, llegó a ser el padre de toda la raza humana que vivió y vive en la tierra después del diluvio. Fue hijo de Lamec, de la descendencia de Set, y, como su antepasado Enoc, fue un hombre que “caminó con Dios” (Gen 6:9). Tení­a unos 480 años cuando el Señor le anunció el diluvio venidero (6:3; cf 7:6) y le dio instrucciones de construir un barco en el que con su familia se pudiera salvar (6:13-21). Unos pocos años más tarde le nacieron 3 hijos (5:32), que con sus esposas fueron salvados en él (Gen 7:7, 13;1Pe 3:20). Pero Noé hizo más que sólo armar el arca para la salvación de su familia: fue “pregonero de justicia” (2Pe 2:5). Debió advertir a sus conciudadanos de la catástrofe pendiente, pero ninguno de los habitantes de esa perversa generación respondió con fe (cf 1Pe 3:20). Cuando la nave estuvo terminada, Dios ordenó a Noé que se embarcara en ella (Gen 6:22,7:5). También entraron animales limpios e inmundos por parejas (7:2-4, 8, 9, 14-16). El Señor mismo cerró la única puerta (v 16). Siete dí­as más tarde (v 10) comenzó el diluvio* que destruyó a todos los seres humanos y a todos los animales que habí­a sobre la tierra, excepto los del arca. Esta flotó sobre las aguas del diluvio durante 5 meses, y luego descansó “sobre los montes de Ararat” (Gen 8:4). Luego de casi 2 1/2 meses más, las aguas habí­an bajado lo suficiente como para que se pudieran ver las cumbres de las montañas (v 5). Más de un mes después, por medio de aves exploradoras enviadas con intervalos de 7 dí­as, Noé pudo descubrir cuándo la tierra ya estaba lo suficientemente seca como para poder salir del arca. Sin embargo, no salió de ella hasta que recibió la orden divina de hacerlo (vs 6-19). Una vez afuera, expresó su gratitud a Jehová por la salvación construyendo un altar y ofreciendo sacrificios sobre él. Dios aceptó su ofrenda e hizo un pacto con él (8:20-9:17). Algún tiempo más tarde, Noé plantó una viña, la 1ª después del diluvio, y se embriagó con su producto, un hecho que aparece en marcado contraste con su vida ejemplar registrada en otras partes. Mientras estaba en ese estado de estupor, se descubrió su desnudez, y Cam, el hijo menor (y probablemente también Canaán, su hijo), viéndolo así­ mostró falta de respeto, aparentemente con la publicación del hecho. Los otros 2 hijos cubrieron respetuosamente a su padre. Por esta acción de Cam, Noé más tarde pronunció una maldición profética sobre los descendientes de este hijo, por medio de Canaán, y una bendición para Jafet y Sem (Gen 9:20-27). Nada más se sabe de la vida del patriarca, excepto que vivió otros 3 1/2 siglos después del diluvio, llegando a la edad de 950 años (vs 28, 29). Ezequiel menciona a Noé con Job y Daniel como ejemplos de justicia (Eze 14:14, 20; véase la p 846 para un cuadro genealógico de los descendientes de Noé y una distribución geográfica de sus hijos según Gen_10 y 11). 846 CUADRO GENEALí“GICO DE LOS DESCENDIENTES DE NOE Según Génesis 10 y 11.

Fuente: Diccionario Bíblico Evangélico

último de los diez descendientes de Set; hijo de Lámec, nacido en los dí­as cuando la corrupción moral del mundo habí­a llegado a su colmo.

Es descrito como caballero justo que caminó con Dios Gn 6, 9. Fue escogido por Dios para comunicar sus designios en cuanto a la perversión del hombre y ofrecer un nuevo inicio del hombre, por lo que fue el héroe del ® diluvio, Gn 6-9.

Padre de Sem Cam y Jafet.

Diccionario Bí­blico Digital, Grupo C Service & Design Ltda., Colombia, 2003

Fuente: Diccionario Bíblico Digital

(heb., noah, descanso). Hijo de Lamec y décimo en la descendencia de Adán según la familia de Set (Gen 5:28-29). Le fue dado este nombre porque Lamec previó que a través de él Dios traerí­a consuelo a la raza humana y aliviarí­a en parte los efectos de la maldición del Edén. Noé se destacó por una justicia singular (Gen 6:1-13). A la edad de 480 años, 120 años antes del diluvio (Gen 6:3), Dios le advirtió que el mundo serí­a destruido por agua (Heb 11:7). En ese momento recibió instrucciones precisas para la construcción del arca (Gen 6:14-16). Mientras se dedicaba a esta colosal tarea, advertí­a a los hombres de su tiempo acerca de la inminente catástrofe (2Pe 2:5), en tanto que Dios en su longanimidad esperaba para que los hombres se arrepintieran (1Pe 3:20). Sus tres hijos, Sem, Cam y Jafet, le nacieron cuando ya tení­a 500 años de edad (Gen 5:32). Una semana antes del diluvio, Dios hizo entrar a Noé y a su familia en el arca, y de una manera sobrenatural dirigió también a los animales para que entraran. Una vez que estuvieron todos seguros dentro del arca, Dios cerró la puerta (Gen 7:16).

El diluvio llegó cuando Noé tení­a 600 años de edad. Las aguas fueron creciendo constantemente durante 40 dí­as; durante otros 110 dí­as mantuvieron su nivel por encima de las montañas, y luego, durante 221 dí­as, fueron descendiendo lo suficiente como para que Noé desembarcara en las montañas del Ararat (ver DILUVIO). A fin de determinar si era seguro desembarcar, Noé soltó primero un cuervo y luego una paloma a intervalos regulares (Gen 8:6-10). La rama de olivo fue para él una prueba de que estas plantas robustas ya habí­an comenzado a crecer en las partes altas de las montañas. Dios le ordenó desembarcar y Noé edificó un altar donde ofreció aves limpias como ofrenda quemada a Dios. El Señor prometió entonces que nunca enviarí­a otro diluvio universal, confirmándolo con la señal del arco iris (Gen 8:21-22; Gen 9:9-17). Dios bendijo a Noé y a su familia y les mandó multiplicarse y llenar la tierra (Gen 9:1). De aquí­ en adelante, los animales temerí­an al hombre y le servirí­an de alimento, exceptuando la sangre (Gen 9:2-4). Se instituyó el gobierno humano al establecerse la pena capital para los homicidas (Gen 9:5-6).

Noé plantó una viña, bebió hasta quedar ebrio y expuso vergonzosamente su desnudez en su tienda (Gen 9:20-21). Cam, probablemente siguiendo el ejemplo de su hijo Canaán, hizo mofa de Noé. A causa de esta acción repudiable, Canaán fue maldecido y Cam no recibió bendición (Gen 9:25-27). Por otra parte, Sem y Jafet demostraron el debido respeto para con su padre (Gen 9:23) y recibieron ricas bendiciones para sus descendientes. Después del diluvio, Noé vivió 350 años más, muriendo a los 950 (Gen 9:29).

Fuente: Diccionario Bíblico Mundo Hispano

(descanso).

Hombre justo que construyó al Arca y se salvó él y su familia, Ge.6-8. y con él, toda la humanidad.

El Arca es sí­mbolo de la Iglesia: No se salvaron del Diluvio los que sabí­an mucho, sino los que estaban en el Arca. Lo mismo al final de los tiempos, dice Jesús, se salvaran, no los que sepan mucho, sino los que estén en su Iglesia, Mat 24:37-38, Luc.l7: 26-27, 1Pe 3:20 : (Heb 11:7, 2Pe 2:5.

– Ascendiente de Jesus, Luc 3:36.

Diccionario Bí­blico Cristiano
Dr. J. Dominguez

http://biblia.com/diccionario/

Fuente: Diccionario Bíblico Cristiano

Hijo de †¢Lamec. Padre de †¢Sem, †¢Cam y †¢Jafet. El nombre de N. se relaciona con el vocablo hebreo niham, que significa †œaliviar, confortar† (Gen 5:29). Era †œvarón justo … perfecto en sus generaciones; con Dios caminó N.† (Gen 6:9). Cuando Dios decidió destruir a los seres vivientes con un †¢diluvio, lo advirtió a N., dándole instrucciones para construir un †¢arca. N. obedeció, salvándose así­ junto a su mujer, sus hijos y las esposas de éstos. †œ… pocas personas, es decir, ocho, fueron salvadas por agua† (1Pe 3:20). N. construyó el arca siguiendo las especificaciones de Dios, y éste trajo a ella, †œde todo lo que vive, de toda carne, dos de cada especie† (Gen 6:19), y cerró la puerta de la embarcación. †œHubo lluvia sobre la tierra cuarenta dí­as y cuarenta noches† (Gen 7:12). Después de esto, N. envió un cuervo y una paloma. Esta última no halló †œdonde sentar la planta de su pie, y volvió al arca† Más tarde volvió a enviarla, y regresó el ave con †œuna hoja de olivo en el pico†. Así­ N. †œentendió … que las aguas se habí­an retirado de sobre la tierra† (Gen 8:11). Al salir del arca N. †œedificó un altar a Jehovᆝ y ofreció holocaustos. Dios dio instrucciones a N. que involucran un pacto, según el cual todos los animales eran entregados a N. y sus descendientes para que les sirvieran para comer. Se prohibí­a comer la carne con su sangre. El matar un ser humano era algo que Dios demandarí­a (†œ… de mano del varón su hermano demandaré la vida del hombre† [Gen 9:5]). El mandato incluí­a la ratificación de lo dicho a †¢Adán y †¢Eva: †œMas vosotros fructificad y multiplicaos; procread abundantemente en la tierra, y multiplicaos en ella† (Gen 9:1-7). Como señal de ese pacto, Dios hizo el arco iris, diciendo que con él se recordarí­a la promesa de que no se volverí­a a exterminar con agua a los seres vivientes (Gen 9:11-16; Isa 54:9).

N. comenzó †œa labrar la tierra, y plantó una viña†. En la tradición hebrea se atribuye a N. la invención del arado, además del vino (†œ… y bebió del vino, y se embriagó†). La narración de la embriaguez de N. se narra de manera natural, como un hecho corriente, pero el aspecto negativo de ese hecho se deduce de las consecuencias. N. †œestaba descubierto en medio de su tienda† Cam †œvio la desnudez de su padre†, pero sus hermanos tomaron ropa y †œandando hacia atrás† cubrieron a N. Al despertar de su borrachera y saber lo ocurrido, N. emitió una maldición para la descendencia de Cam, y bendijo a Sem y a Jafet. N. murió siendo de †œnovecientos cincuenta años† (Gen 9:20-29).
figura de N. es considerada como un gran ejemplo de hombre justo, que por la fe agradó a Dios (Heb 11:7). En el libro de Ezequiel, Dios habla de tres hombres justos de la antigüedad: N., †¢Daniel y †¢Job (Eze 14:14). El Señor Jesús dijo que †œcomo en los dí­as de N., así­ será la venida del Hijo del Hombre. Porque como en los dí­as antes del diluvio estaban comiendo y bebiendo, casándose y dando en casamiento, hasta el dí­a en que N. entró en el arca, y no entendieron hasta que vino el diluvio y se los llevó a todos† (Mat 24:37-39; Luc 17:26-27). †¢Cam †¢Canaán. †¢Diluvio.

Fuente: Diccionario de la Biblia Cristiano

tip, BIOG PATR HOMB HOAT

ver, DILUVIO, CAM, CANAíN, SEM, JAFET

vet, = “descanso, tranquilidad”. Hijo de Lamec, descendiente de Set (Gn. 5:28-29). En base a las palabras de Lamec, el nombre de Noé significaba para él a la vez reposo y consolación: “Este nos aliviará (y’nahamênû) de nuestras obras y del trabajo de nuestras manos, a causa de la tierra que Jehová maldijo.” En efecto, en heb. es usual hacer juegos de palabras y de asonancias. No se nos dice nada más acerca de Noé hasta que llegó a los 500 años de edad, y que tuvo tres hijos, Sem, Cam y Jafet (Gn. 5:32). (a) El pregonero de justicia. Es así­ como Pedro designa a Noé (2 P. 2:5). Era justo, í­ntegro y caminaba con Dios, lo que le hací­a estar en acusado contraste con su generación impí­a y corrompida (Gn. 6:9; cfr. 5-6, 11-13). Mientras duraba la paciencia de Dios (1 P. 3:20) Noé predicaba a sus contemporáneos de diversas maneras: (A) Por el ejemplo de su vida limpia (cfr. Fil. 2:15); (B) por su “predicación”, por cuanto advirtió con toda claridad a los hombres de su generación, (C) por la construcción del arca, poseí­do de un temor reverente creyó en la santidad ultrajada de Dios y en lo inminente del juicio que se avecinaba (He. 11:7). Tomándose seriamente la Palabra del Señor, se aferró al único medio de salvación para él y los suyos. Habí­a en el arca lugar de sobra para muchas otras personas (si hubieran querido entrar), así­ como para los animales. Fue así­ que “por esa fe condenó al mundo” demostrando que los impí­os iban a morir, no por las aguas del Diluvio, sino por su indiferencia e incredulidad. En cuanto a Noé, vino a ser “heredero de la justicia que viene por la fe”. En efecto, por í­ntegro que fuera no era sin pecado (Ro. 3:10, 23, 24) y fue literalmente salvado por la fe. (b) Noé en el arca. Para los detalles y las confirmaciones del relato del diluvio véase DILUVIO. Es impresionante el comportamiento de Noé durante este perí­odo prolongado en el que su paciencia y fe son puestas a prueba. Tení­a 600 años cuando entró en el arca (Gn. 7:6). Dejó abierta la puerta aún siete dí­as y después el mismo Dios cerró la puerta tras él (Gn. 7:4, 7, 10, 16). No vemos en Noé ningún apresuramiento ni aturdimiento, él hizo “conforme a todo lo que Dios le mandó” (Gn. 6:22; 7:5, 9, 16) y su actitud expresa, lo mismo que su nombre, reposo y tranquilidad. Después de los largos meses del terrible cataclismo, Dios mostró que se acordaba de Noé (cfr. Gn. 8:1). De una manera tranquila y metódica, Noé examinó una solución, dejando salir al cuervo y hasta tres veces la paloma, para verificar de una manera factual el estado de la tierra (Gn. 8:6-12); a continuación abrió la cubierta del arca (Gn. 8:13). Sólo salió de ella, no obstante, en obediencia a una orden determinada de Dios (ocho semanas más tarde, ni antes ni después) con todos los suyos, y con los animales que se habí­an salvado (Gn. 8:15-19). (c) El pacto con Noé. De inmediato, el patriarca erigió un altar, ofreciendo a Dios sacrificios. “Sin derramamiento de sangre no se hace remisión” (He. 9:22), y es sobre la base del sacrificio que Jehová establece un pacto con Noé y sus descendientes (Gn. 8:20; 9:9). Los puntos esenciales de este pacto son: (A) Dios promete no volver a enviar jamás un diluvio de aguas sobre toda la tierra; los dí­as, las estaciones y las cosechas durarán tanto tiempo como la tierra (Gn. 8:21-22; 9:11, 15). Sin embargo, un dí­a los cielos y la tierra serán destruidos por fuego (2 P. 3:6-7, 10, 12). (B) Como con Adán en el pasado (Gn. 1:28), Noé y sus hijos recibieron la orden de ser fecundos y de multiplicarse y llenar la tierra (Gn. 9:1, 7). (C) Dios entregó en sus manos los animales, y les concedió su carne como alimento, en tanto que Adán, antes de la caí­da, era vegetariano (Gn. 9:2-3; 1:29). (D) Se da la prohibición general de comer sangre (Gn. 9:4; cfr. Lv. 17:10-11). (E) La vida humana queda protegida contra los animales y los mismos hombres (Gn. 9:5-6). Este texto instituye la pena de muerte por primera vez en el AT (cfr. Lv. 24:17, etc.; para el NT, cfr. Ro. 13:4). (F) Se da el arco iris como señal de este pacto perpetuo (Gn. 9:12-17). (d) La embriaguez de Noé. Noé labró la tierra y plantó una viña, siendo sorprendido por el efecto embriagador del vino. Sem y Jafet se comportaron hacia su padre con respeto filial. Pero Cam se comportó con una actitud indecorosa, que suscitó la cólera de Noé, y que atrajo sobre Canaán, hijo de Cam, una maldición profética (Gn. 9:20-27; cfr. Ex. 20:5-6). Para una consideración de esta maldición, y de por qué Noé maldijo a Canaán en lugar de a Cam, véanse CAM y CANAíN. (Véanse también SEM, JAFET.)

Fuente: Nuevo Diccionario Bíblico Ilustrado

[011]

Figura mí­tica que aparece en la Biblia como el último de los Patriarcas antediluvianos. Está relacionada luego con el diluvio, que arrasó la tierra como castigo a la corrupción en que habí­an caí­do los hombres. Sólo se salvó Noé en el Arca que Dios le mandó construir, llevando consigo sus tres hijos, Sem, Cam y Jafet y las tres mujeres de sus hijos.

De estas parejas se repobló la tierra dando las tres regiones del mundo antiguo: los semitas orientales, los camitas del sur y los jafetitas del norte. (Ver Patriarcas 3)

Pedro Chico González, Diccionario de Catequesis y Pedagogí­a Religiosa, Editorial Bruño, Lima, Perú 2006

Fuente: Diccionario de Catequesis y Pedagogía Religiosa

Hombre de fe perseverante en medio de las burlas. Hijo de Lamec (Gén 5,28). Fue un hombre justo y recto (Gén 6,9). Recibió de Dios la orden de construir un arca, donde él y su familia se libraron del diluvio, debido precisamente a su rectitud (Gén 6,20-22; Mt 24,37-39; Lc 17,2627). En acción de gracias construyó un altar (Gén 8,20-22), y Dios hizo con él un pacto de bendición (Gén 9,8-17). Fue de una gran longevidad (Gén 9,28-29). Salvado de entre una generación perversa, celebrado en el A. T. como uno de los mayores santos (Ez 14,14-20), es imagen del cristiano (1 Pe 3,20-21; 2 Pe 2,5) y como ideal del hombre de fe (Heb 11,7). Aparece en la genealogí­a de Jesucristo (Lc 3,36).

E. M. N.

FERNANDEZ RAMOS, Felipe (Dir.), Diccionario de Jesús de Nazaret, Editorial Monte Carmelo, Burbos, 2001

Fuente: Diccionario de Jesús de Nazaret

(heb. Nó·aj, probablemente: Descanso; Consolación).
Hijo de Lamec y décimo hombre en la lí­nea desde Adán por medio de Set. Nació en el año 2970 a. E.C., ciento veintiséis años después de la muerte de Adán. Cuando Lamec dio a su hijo el nombre de Noé, dijo: †œEste nos traerá consuelo aliviándonos de nuestro trabajo y del dolor de nuestras manos que resulta del suelo que Jehová ha maldecido†. (Gé 5:28-31.)

Exento de falta entre sus contemporáneos. El mundo en el que viví­a Noé habí­a degenerado. En aquellos dí­as, ciertos ángeles habí­an abandonado su propio y debido lugar de habitación y se habí­an casado con las hijas de los hombres, de modo que habí­an engendrado una raza de †œhombres de fama† que recrudecieron la violencia que llenaba la tierra (Gé 6:1-4; Jud 6), hasta †œque toda inclinación de los pensamientos del corazón [del hombre] era solamente mala todo el tiempo† y la tierra estuvo †œarruinada, porque toda carne habí­a arruinado su camino sobre la tierra†. (Gé 6:5, 11, 12.) No obstante, Noé evitó la corrupción, de suerte que la Palabra de Dios dice que era un †œhombre justo† que †œresultó exento de falta entre sus contemporáneos†œ y †œandaba con el Dios verdadero†. (Gé 6:8, 9.) De él se podí­a decir con toda propiedad que estaba †œexento de falta†, pues a diferencia de aquel mundo impí­o, satisfizo plenamente lo que Dios requirió de él. (Compárese con Gé 6:22; véase PERFECCIí“N.)

Jehová manifiesta su propósito de destruir aquel mundo. Jehová marcó un lí­mite de tiempo para la existencia de aquel mundo impí­o, diciendo: †œCiertamente no obrará mi espí­ritu para con el hombre por tiempo indefinido, ya que él también es carne. Por consiguiente, sus dí­as tendrán que llegar a ser ciento veinte años†. (Gé 6:3.) Esas palabras constituí­an un decreto judicial divino. Unos veinte años después nació el hijo primogénito de Noé (probablemente Jafet, 2470 a. E.C.), y el registro muestra que otro hijo, Sem, nació dos años más tarde. No se dice, sin embargo, cuándo nació Cam, pero los tres hijos habí­an crecido y se habí­an casado cuando Noé recibió las instrucciones divinas para construir un arca. Por consiguiente, es probable que solo faltasen cuarenta o cincuenta años para que llegase el Diluvio. (Gé 6:13-18.) Introducido en un pacto con Jehová (Gé 6:18) y ayudado por su familia, Noé emprendió el trabajo de constructor y †œpredicador de justicia†, y advirtió a aquella generación inicua de la inminente destrucción. (2Pe 2:5.)

Conservación de la vida a través del Diluvio. La gente no creí­a que Dios fuera a destruir aquel mundo inicuo. De modo que fue debido a su fe fuerte por lo que Noé hizo †œconforme a todo lo que le habí­a mandado Dios. Hizo precisamente así­†. (Gé 6:22.) Por su fe inquebrantable en Jehová, el escritor cristiano de la carta a los Hebreos lo incluyó entre aquellos que formaban parte de la †œtan grande nube de testigos†. Pablo dijo: †œPor fe Noé, habiéndosele dado advertencia divina de cosas todaví­a no contempladas, mostró temor piadoso y construyó un arca para la salvación de su casa; y por esta fe condenó al mundo, y llegó a ser heredero de la justicia que es según fe†. (Heb 11:7; 12:1.)
Siete dí­as antes de que las aguas del Diluvio empezasen a caer, Jehová le dio instrucciones a Noé para que introdujese a los animales en el arca. El séptimo dí­a de esa semana, †œentró Noé, y con él sus hijos, y su esposa, y las esposas de sus hijos, en el arca antes de que empezaran las aguas del diluvio. […] Después Jehová cerró tras él la puerta†. En ese mismo dí­a †œllegó el diluvio y los destruyó a todos†. (Gé 7:1-16; Lu 17:27.)
Por medio de los ocupantes del arca se mantuvo la continuidad de la vida humana y animal. Asimismo, también sobrevivió la adoración verdadera, y por medio de Noé y de su familia, Dios conservó la historia de la creación —junto con una cronologí­a que se remonta hasta la creación del hombre— y el lenguaje original (llamado posteriormente hebreo). Noé hizo un registro exacto de los acontecimientos importantes acaecidos durante su estancia en el arca. (Gé 7:11, 12, 24; 8:2-6, 10, 12-14.)

Las bendiciones postdiluvianas y el pacto del arco iris. Después de pasar aproximadamente un año en el arca, Noé y su familia salieron a una tierra que habí­a sido limpiada. El arca se habí­a posado en las montañas de la cordillera del Ararat. Debido al aprecio que sentí­a por la bondad amorosa de Jehová, su misericordia y mano protectora, Noé construyó un altar y ofreció †œalgunas de todas las bestias limpias y de todas las criaturas voladoras limpias† como sacrificio a Jehová. Dios quedó complacido por esta acción y le reveló a Noé que la tierra nunca más volverí­a a estar maldita, que no volverí­a a asestar un golpe a todo de la manera como lo habí­a hecho y que siempre habrí­a †œsiembra y cosecha, y frí­o y calor, y verano e invierno, y dí­a y noche†. (Gé 8:18-22.)
Jehová bendijo a los supervivientes del Diluvio y les mandó: †œSean fructí­feros y háganse muchos y llenen la tierra†. Luego dio nuevos decretos para su bienestar: 1) les permitió añadir la carne de los animales a su dieta; 2) puesto que el alma está en la sangre, esta no tení­a que comerse, y 3) se instituyó la pena capital regulada por la autoridad debidamente constituida. Esas leyes tení­an que ser obligatorias para toda la humanidad, pues esta desciende de los tres hijos de Noé. (Gé 1:28; 9:1-7; 10:32.)
Después de emitir esos decretos, Jehová procedió a decir: †œY en cuanto a mí­, aquí­ estoy estableciendo mi pacto con ustedes y con su prole después de ustedes, y con toda alma viviente que está con ustedes, entre aves, entre bestias y entre todas las criaturas vivientes de la tierra con ustedes, […]. Sí­, de veras establezco mi pacto con ustedes: Nunca más será cortada de la vida toda carne por aguas de un diluvio, y nunca más ocurrirá un diluvio para arruinar la tierra†. El arco iris permanece hasta este dí­a como †œseñal† o recordatorio de este pacto. (Gé 9:8-17; Isa 54:9.)

La embriaguez de Noé. Noé vivió trescientos cincuenta años después del Diluvio. El relato informa de manera franca y honrada: †œAhora bien, Noé comenzó a trabajar de labrador y procedió a plantar una viña. Y empezó a beber del vino y se embriagó, y así­ se desarropó en medio de su tienda†. (Gé 9:20, 21.) Este relato no indica que Noé fuese un borracho. La Biblia lo incluye para una mejor comprensión del suceso que siguió, un suceso que, por otra parte, tuvo un profundo efecto en la historia mundial. Antes del Diluvio, Noé no participó en el †˜beber†™ de aquella sociedad inicua, †˜beber†™ que debió llegar a extremos de borracheras estrepitosas. Estas cosas embotaron sus facultades mentales y sin duda contribuyeron a que pasasen por alto la advertencia de Dios, no haciendo caso †œhasta que vino el diluvio y los barrió a todos†. (Mt 24:38, 39; Lu 17:27.)
Mientras Noé estaba dormido en su tienda, Cam y tal vez también su hijo Canaán estuvieron implicados en alguna clase de falta de respeto a Noé. El relato bí­blico dice: †œPor fin Noé despertó de su vino y llegó a saber lo que le habí­a hecho su hijo menor†. Por lo general se ha entendido que el †œhijo menor† al que se refiere este pasaje era Cam. Sin embargo, esta expresión a veces también se usa en la Biblia con referencia a un nieto, en este caso, Canaán. En cualquier caso, Cam, el padre de Canaán, en lugar de cubrir inmediatamente la desnudez de Noé, como luego hicieron sus hermanos, fue a comentarlo con ellos. Cuando Noé se enteró de lo ocurrido, maldijo a Canaán y bendijo a Jehová el Dios de Sem. (Gé 9:20-27.)

Rebelión de Nemrod. Noé fue el primer patriarca de la sociedad postdiluviana. (Gé 10:1-32.) Sin embargo, durante su vida la religión falsa resurgió, entonces entre aquellos que estaban bajo el liderazgo de Nemrod, como puede verse en su intento rebelde de edificar †œuna torre con su cúspide en los cielos† por temor a ser dispersados †œpor toda la superficie de la tierra†. Esta acción contravení­a el mandato de Dios de †˜llenar la tierra†™ y también era una rebelión contra la posición de Noé como profeta de Dios. Noé murió aproximadamente dos años antes del nacimiento de Abrahán. Por lo tanto, llegó a ver el juicio de Jehová contra los edificadores de la Torre de Babel, así­ como la dispersión de esos rebeldes sobre la superficie de la Tierra. Como ni Noé ni Sem participaron en la construcción de la torre, su idioma no fue confundido, sino que continuaron hablando el lenguaje original del hombre, aquel que Dios le habí­a dado a Adán. (Gé 9:1, 28, 29; 11:1-9.)

Un modelo profético. Los profetas Isaí­as y Ezequiel, Jesucristo y los apóstoles Pedro y Pablo hablaron acerca de Noé, el siervo de Dios. Tanto Jesús como Pedro muestran que los dí­as de Noé sirvieron de modelo profético de †œla presencia del Hijo del hombre† y de un futuro †œdí­a del juicio y de la destrucción de los hombres impí­os†. Al conservar con vida a Noé y a su familia cuando destruyó aquel mundo inicuo, Jehová †˜poní­a para personas impí­as un modelo de cosas venideras†™. (2Pe 3:5-7; 2:5, 6; Isa 54:9; Eze 14:14, 20; Mt 24:37-39; Heb 11:7; 1Pe 3:20, 21.)

Fuente: Diccionario de la Biblia

El último de los diez patriarcas antediluvianos, y héroe del *diluvio. Era hijo de Lamec, quien tenía 182 (Pentateuco samaritano, 53; LXX, 188) años de edad cuando nació Noé (Gn. 5.28–29; Lc. 3.36).

a. Nombre

La etimología de este nombre, nōaḥ, es incierta, aunque muchos comentaristas lo relacionan con la raíz nwḥ, ‘descansar’. En Génesis (5.29) se lo asocia con el verbo nḥm (traducido “aliviar” en °vrv2 y “consolar” en °vm), con el que quizás se relaciona etimológicamente; aunque esto no es necesariamente indispensable según el texto. El elemento nḥm aparece en nombres personales amorreos y en el nombre Nahmizuli que figura en un fragmento hurrita de la épica de Gilgamés descubierto en Bogazkoy, la capital hitita en Asia Menor. La LXX registra la forma Nōe, como en español.

b. Vida y carácter

Noé fue hombre justo (Gn. 6.9, ṣaddı̂q), cuya justicia fue producto de su fe (He. 11.7, hē kata pistin dikaiosynē, lit. “la justicia conforme a la fe”), y disfrutó de íntima comunión con Dios, como lo indica la expresión “caminó con Dios” (Gn. 6.9). También se lo describe como sin falta entre sus contemporáneos (Gn. 6.9; “perfecto en sus generaciones”), los que habían descendido a un nivel moral muy bajo (Gn. 6.1–5, 11–13; Mt. 24.37–38; Lc. 17.26–27), y a ellos les pregonó justicia (2 P. 2.5), aunque sin éxito, como lo demostraron los acontecimientos subsiguientes. Lo mismo que los otros patriarcas primitivos, Noé fue bendecido con largura de años. Tenía 500 años de edad cuando nació su primer hijo (Gn. 5.32), 600 cuando sobrevino el *diluvio (Gn. 7.11), y falleció a la edad de 950 años (Gn. 9.28–29). Según la interpretación más aceptable de Gn. 6.3, juntamente con 1 P. 3.20, cuando Noé tenía 480 años de edad Dios le informó que iba a destruir al hombre de sobre la faz de la tierra, pero que daría un tiempo de gracia de 120 años, durante el cual Noé debía contruir un *arca, en el que habría de salvar a su familia más cercana, y a una selección representativa de animales (Gn. 6.13–22). Fue durante este lapso, probablemente, que Noé se dedicó a predicar, pero no hubo arrepentimiento, y llegó el *diluvio, que destruyó a todos excepto a Noé, sus tres hijos y las cuatro esposas (Gn. 7.7; 1 P. 3.20).

Después del diluvio Noé, quien probablemente había sido granjero hasta ese momento, plantó una viña (Gn. 9.20; “y Noé, el labrador, comenzó y plantó una viña …”, es la traducción que debe preferirse) y, embriagándose, se comportó de forma indecente en su tienda. *Cam, al ver a su padre desnudo, informó a sus dos hermanos, quienes lo cubrieron, pero es probable que Canaán, el hijo de Cam, hizo algo que se consideraba irrespetuoso a su abuelo, porque Noé, al despertar, lo maldijo (Gn. 9.20–27).

c. El pacto de Dios con Noé

El pacto que se menciona en Gn. 6.18 podría interpretarse como salvación para Noé a condición de que construyese el arca y posteriormente la ocupase, condiciones que fueron cumplidas por él (v. 22). Por otra parte, podría ser que este pasaje se refiera simplemente al pacto que Dios estableció con Noé después del diluvio, y que selló confiriendo un nuevo significado al arco iris (Gn. 9.9–17; cf. Is. 54.9). Las aspectos principales de este pacto son que fue instituido enteramente por Dios, que tenía alcance universal, pues era aplicable no solamente a Noé y su simiente después de él, sino a todo ser viviente, que era incondicional, y que era para siempre. En este pacto Dios dispuso, por su propia y libre benevolencia, nunca más destruir toda carne por medio de un diluvio.

d. Descendientes

Noé tuvo tres hijos, *Sem, *Cam, y *Jafet (Gn. 5.32; 9.18–19; 10.1), que nacieron antes del diluvio, y lo acompañaron en el arca. Se nos dice que después del diluvio, partiendo de ellos “fue llena toda la tierra (˒ereṣ)” (°vrv2, Gn. 9.19), o “se propagaron [los hombres] por toda la tierra” (°nbe). Sus descendientes se desparramaron por una amplia zona, y en la tabla de las *naciones de Gn. 10 se da cuenta de algunos de ellos.

e. Paralelos cuneiformes

En los relatos del *diluvio que han sido conservados en acádico el nombre del héroe es Utana-pistim, que corresponde al nombre Ziusuddu en un relato sum. de comienzos del 2º milenio a.C., que probablemente haya servido de base para las versiones acádicas. Aunque en la versión principal de la lista de reyes sumerios solamente se nombran ocho gobernantes antes del diluvio, a los cuales no pertenece Ziusuddu, otros textos mencionan diez gobernantes, de los cuales el décimo es Ziusuddu, a quien se le atribuye un reinado de 36.000 años. Lo mismo se encuentra en un relato más reciente en gr. escrito por el sacerdote bab. Beroso, cuyo héroe diluviano, Jisutros, es el décimo de sus gobernantes prediluvianos.

Bibliografía. °J. Murray, El pacto de gracia, 1976; W. Keller, Y la Biblia tenía razón, 1958, pp. 38–55; B. M. Ubach, “Noé”, °EBDM, t(t). V, cols. 539–540; G. von Rad, El libro del Génesis, 1977.

J. Murray, The Covenant of Grace, 1954, pp. 12–16; E. A. Speiser, Mesopotamian Origins, 1930, pp. 160–161; H. B. Huffmon, Amorite Personal Names in the Mari Texts, 1965, pp. 237–239; E. Laroche, Les noms des Hittites, 1966, pp. 125; T. Jacobsen, The Sumerian King List, 1939, pp. 76–77 y n. 34; F. F. Bruce, NIDNTT 2, pp. 681–683.

T.C.M.

Douglas, J. (2000). Nuevo diccionario Biblico : Primera Edicion. Miami: Sociedades Bíblicas Unidas.

Fuente: Nuevo Diccionario Bíblico

Hebreo Nôah, “descanso”; Griego Noah; Latín Noah

Noveno patriarca de la línea setita, nieto de Matusalén e hijo de Lámek, quien, con su familia, fue salvado del Diluvio y así se convirtió en el segundo padre de la raza humana (Gén. 5,25 – 9,29).

Recibió el nombre Noé debido a las esperanzas de su padre respecto a él. “Éste”, dijo Lámek al ponerle el nombre, “nos consolará de nuestros afanes y de la fatiga de nuestras manos por (o más correctamente “de”, es decir, “que viene de”) causa del suelo que maldijo Yahveh.” (Gén. 6,29). Muchos comentaristas consideran las palabras de Lámek como una expresión de la esperanza, o como una profecía, que el niño en cierto modo sería instrumental en remover la maldición pronunciada contra Adán (Gén. 3,17 ss). Otros, bastante caprichosamente, ven en ellas una referencia al futuro descubrimiento del vino por Noé, que alegra el corazón del hombre; mientras que otros, con mayor probabilidad, las toman como expresando meramente una esperanza natural de parte de Lámek de que su hijo se convertiría en el apoyo y comodidad de sus padres, y les permitiera disfrutar de descanso y paz en su vejez.
En medio de la corrupción general resultante del matrimonio de los “hijos de Dios” con “las hijas de los hombres” (Gén. 6,2ss), es decir, de los setitas con las mujeres cainitas, “Noé fue el hombre más justo y cabal de su tiempo” y caminó con Dios” (6,9). De ahí que cuando Dios decretó erradicar al hombre de la faz de la tierra, Noé “halló gracia ante el Señor”. Según la interpretación común de Génesis 6,3, Noé primero recibió un aviso divino de la inminente destrucción ciento veinte años antes de que ocurriera, o sea, cuando tenía cuatrocientos ochenta años (cf. 7,11); sin embargo, no parece que él recibiera en ese tiempo ningunos detalles sobre la naturaleza de la catástrofe.
Sus hijos Sem, Cam y Jafet le nacieron después que él alcanzó la edad de quinientos años (6,10). Éstos ya eran adultos y habían tomado esposas, cuando Dios le informó a Noé su intención de destruir al hombre con una inundación, y recibió instrucciones de construir un arca en la cual se salvarían él, su esposa, sus hijos, sus tres nueras y un macho y hembra de cada especie de animales y pájaros (6,13-21). Es imposible precisar cuánto tiempo antes del Diluvio se le impartió esta revelación a Noé; apenas puede haber sido más de setenta y cinco años (cf. 7,11), y probablemente fue considerablemente menos.
Noé anunció el juicio inminente y exhortó al arrepentimiento (2 Pedro 2,5), pero nadie prestó atención a sus palabras (Mt. 24,37ss.; Lc. 17,26.27; 1 Pedro 3,20), y cuando llegó el tiempo fatal, sólo la familia inmediata de Noé halló refugio en el arca. Siete días antes de que las aguas comenzaran a cubrir la tierra, se le ordenó a Noé entrar al arca con su mujer, sus hijos, nueras, y a tomar con él siete pares de todo animal puro, y dos pares de todo animal y pájaro impuro (7,1-4). Se ha objetado que, aunque se le conceda al codo el valor más liberal, el arca habría sido demasiado pequeña para albergar por lo menos dos pares de toda especie de animal y ave. Pero no habría dificultad si, como se acepta ahora generalmente, el Diluvio no fue geográficamente universal (vea Diluvio; Arca de Noé).
Después de salir del arca Noé construyó un altar, tomó de todos los animales y aves puros y ofreció un holocausto sobre él. Dios aceptó el sacrificio, e hizo una alianza con Noé, y a través de él con toda la humanidad: que Él no destruiría la tierra o aniquilaría al hombre con otro diluvio. El arcoiris sería la señal por todos los tiempos y un recuerdo de esta alianza. Luego renovó la bendición que había pronunciado sobre Adán (Gén. 1,28) y le confirmó el dominio sobre los animales que le había dado al hombre. En virtud de este dominio, el hombre podría usar a los animales como su alimento, pero la carne no debía ser comida con su sangre (8,20 – 9,17).
Noé ahora se dedicó a la agricultura y plantó un viñedo. Al no estar familiarizado con los efectos del vino de uvas fermentado, tomó de él excesivamente y se embriagó. Cam encontró a su padre yaciendo desnudo en su tienda, e hizo bromas sobre su condición ante sus hermanos; éstos cubrieron a Noé reverentemente con un manto. Al oir sobre lo ocurrido Noé maldijo a Canaán, como heredero de Cam, y bendijo a Sem y a Jafet.
Noé vivió trescientos cincuenta años más después del Diluvio y murió a la edad de novecientos cincuenta años (9,20-29). En los últimos libros de la Escritura se representa a Noé como modelo del hombre justo (Sir. 44,17; Ez. 14,14.20), y como ejemplo de fe (Hb. 11,7). Los Padres y la tradición lo consideran como el tipo y figura del Salvador, porque a través de él la raza humana fue salvada de la destrucción y reconciliada con Dios (Eclo. 44,17.18). Además, según él construyó el arca, el único medio de salvarse del Diluvio, así Cristo estableció la Iglesia, el único medio de salvación en el orden espiritual.
El relatobabilónico del Diluvio se asemeja cercanamente en muchos puntos al relato de la Biblia. Se han descubierto cuatro recensiones cuneiformes de él, de las cuales, sin embargo, tres son sólo fragmentos cortos. La historia completa se halla en la Epopeya de Gilgamés (Tableta 11) descubierta por G. Smith entre las ruinas de la biblioteca de Asurbanipal en 1872. Beroso da otra versión. En el poema de Gilgamés el héroe de la historia es Ut-napishtim (o Sit-napishti, como algunos lo traducen, apodado Atra-hasis “el muy listo”); en dos de los fragmentos él es llamado simplemente Atra-hasis, cuyo nombre se halla también en Beroso bajo la forma griega Xisuthros. La historia resumida es como sigue: Un concilio de los dioses resolvió destruir al hombre mediante una inundación. El dios Ea avisa a Ut-napishtim y le ordena construir un barco en el cual se salvarán él y la semilla de toda especie de vida. Ut-napishtim construye el barco (del cual, según una versión, Ea dibuja el plano en el suelo), y coloca en él a su familia, sus dependientes, artesanos y domésticos así como animales salvajes, tras lo cual cierra la puerta. La tormenta dura seis días; al séptimo día la inundación comienza a bajar. El barco, manejado por el timonel Puzur-Bel, toma tierra en el Monte Nisir. Después de siete días Ut-napishtim envía una paloma y a una golondrina, las cuales, al no hallar donde poner sus pies, regresan al arca, y luego envía un cuervo, el cual se alimenta de cadáveres y no regresa. Al salir del barco, Ut-napishtim ofrece un sacrificio a los dioses, quienes perciben el olor divino y se aglomeran como moscas alrededor del sacrificador. Él y su esposa son entonces admitidos entre los dioses. La historia relatada por Beroso se acerca más al relato bíblico. Debido a las notables semejanzas entre los dos, muchos sostienen que el relato bíblico se deriva del babilónico. Pero las diferencias son tantas y tan importantes que esta opinión debe ser considerada insostenible. La historia bíblica es una forma paralela e independiente de una tradición común.

Bibliografía: HUMMELAUER, Comm. in Gen. (París, 1895), 257 sqq.; HOBERG, Die Genesis (Friburgo, 1908), 74 ss.; SELBST, Handbuch zur bibl. Gesch. (Friburgo, 1910), 200 ss.; SKINNER, Critic. and Exeg. Comm. on Gen. (Nueva York, 1910), 133 ss.; DILLMANN, Genesis, tr., I (Edimburgo, 1897), 228 ss.; DHORME, Textes religieux assyro-babyl. (París, 1907), 100 ss.; VIGOUROUX, La bible et les decouv. mod., I (6ta ed., París, 1896), 309 ss.; SCHRADER, Die Keilinschrift. u. das A. T. (2da ed., Giessen, 1882), 55 ss.; JENSEN en SCHRADER, Keilinschriftl. Bibliothek, VI, I, (Berlín 1889-), 228 ss.; VIGOUROUX, Dicc. de la Biblia, s. VV. Ararat, Arche, y Noe; HILPRECHT, La versión más antigua del la historia del diluvio babilónico (Philadelphia, 1910).

Fuente: Bechtel, Florentine. “Noah.” The Catholic Encyclopedia. Vol. 11. New York: Robert Appleton Company, 1911.

http://www.newadvent.org/cathen/11088a.htm

Traducido por Luz María Hernández Medina.

Ver también

[1] El arca de Noé estaría en Turquía.

Selección de imágenes: José Gálvez Krüger

Fuente: Enciclopedia Católica