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NOVACIANO

NOVACIANO

[929] (+ 260?)
Presbí­tero de Roma, de la primera mitad del siglo III, sin que se puedan precisar las fechas. Ordenado sacerdote por el Papa Fabián, fue influyente en la Iglesia romana. Intercambió cartas con San Cipriano de Cartago sobre los lapsi o cristianos que habí­a apostatado ante el peligro de muerte en la persecución.

Escribió una obra teológica sobre «La Trinidad», enseñando la unidad de Dios y la trinidad de personas, pero «subordinando la Persona de Cristo a la del Padre. Por eso su sistema se llamó «subordinacionismo», manera sutil de negar la igualdad de las Personas divinas.

Parece que fue la elección del papa Cornelio (251), cargo al que él aspiraba, la causa de que rompiera con la autoridad y tratara de hacer una comunidad propia de signo rigorista. Rechazaba a los pecadores y a los apóstatas, a pesar de que en la demás Iglesias se les perdonaba si se arrepentí­an. De sus abundantes obras se han conservado dos: el libro de la Trinidad y un tratado titulado «Las comidas judaicas»

Fue excomulgado por un sí­nodo de 70 obispos, presididos por Cornelio, en otoño del 251. Pero él se empecinó en sus actitudes. Muy probablemente murió mártir en la persecución de Galo o de Valeriano hacia el 260.

Pedro Chico González, Diccionario de Catequesis y Pedagogí­a Religiosa, Editorial Bruño, Lima, Perú 2006

Fuente: Diccionario de Catequesis y Pedagogía Religiosa

Vida: De origen posiblemente frigio, parece ser que padeció de posesión diabólica, y estando siendo ayudado por varios exorcistas, recibió el bautismo ante la creencia de que se hallaba a punto de morir (HE, VI, 43). Posteriormente no recibirí­a la confirmación pero sí­ fue ordenado como sacerdote. Hací­a el 250 ya disfrutaba de una posición relevante dentro del clero romano. De hecho, se conocen dos cartas entre las de Cipriano de Cartago en que el clero de Roma coincide con éste en relación con el trato que debí­a darse a los lapsos, si bien retrasa la decisión hasta el momento en que se elija un nuevo obispo. Ambas cartas estaban firmadas por Novaciano — que demuestra en ellas ser un personaje nada corriente — y existe la posibilidad de que concibiera esperanzas de ser elegido como obispo de Roma. La elección de Cornelio en el 251 y la indulgencia de éste frente a los lapsos contribuyó a radicalizar la postura de Novaciano. Exigió que los apóstatas fueran excomulgados para siempre y provocó un cisma que, así­ parecen señalarlo las evidencias, arrancaba más de cuestiones personales que teológicas. El cisma de Novaciano logró adeptos desde España hasta Siria y su influencia persistió durante siglos, siendo sus seguidores autodenominados como †œcázaroi† (puros) y viéndose excomulgados por un sí­nodo que tuvo lugar en Roma. No sabemos más de la vida ulterior de Novaciano aunque algunas fuentes apuntan al hecho de que murió mártir durante la persecución de Valeriano. De hecho, una tumba, con el nombre de Novaciano mártir, descubierta en Roma en el verano de 1932, cuenta con buenas posibilidades de haber sido la suya.

Obras: Escribió un tratado Acerca de la Trinidad, tres obras contra los judí­os Acerca de la circuncisión, Acerca del sábado y Acerca de los alimentos judí­os, una obra Acerca de los espectáculos, otra Acerca de las ventajas de la castidad y tres cartas.

VIDAL MANZANARES, César, Diccionario de Patrí­stica, Verbo Divino, Madrid, 1992

Fuente: Diccionario de Patrística