OCULTISMO

Creencias esotéricas. Dependencia en fuerzas misteriosas u ocultas. Incluye una serie de prácticas como ® ADIVINACIí“N, ciertas formas de ® ESPIRITISMO, ® MAGIA, ® BRUJERíA, ® SATANISMO y otros grupos que promueven la sabidurí­a oriental de religiones como el ® HINDUISMO. Esta última vinculación es ciertamente discutible. Algunos atribuyen carácter ocultista a aspectos de la ® TEOSOFíA y de los ® ROSACRUCES, así­ como a la cábala judí­a (® KíBBALA) y el ® HERMETISMO.
El término, como se utiliza desde 1856, tiene cierta relación con la escuela francesa de ocultismo creada por Eliphas Leví­ (Alphonse Louis Constant), antiguo teólogo católico que definió el ocultismo y el ® ESOTERISMO como maneras de referirse a la misma realidad.

Fuente: Diccionario de Religiones Denominaciones y Sectas

Invocar poderes espirituales, no divinos, para obtener cosas que están por encima del poder de la naturaleza humana. Aquí­ están incluí­dos el satanismo, magia blanca y negra, espiritismo, teosofí­a, brujerí­a, divinación, astrologí­a. Ver «Espiritismo».

Diccionario Bí­blico Cristiano
Dr. J. Dominguez

http://biblia.com/diccionario/

Fuente: Diccionario Bíblico Cristiano

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Tendencia mitificadora que trata de descubrir y transmitir los conocimientos en cí­rculos reservados de adeptos. El ocultismo se relaciona con las prácticas rayanas en el espiritismo o el diabolismo. Se basaba en tiempos antiguos en la astrologí­a, alquimia, adivinación y magia. Al revivirse en los tiempos actuales, se pretende mezclar con los cultos demoní­acos y aprovechar los recursos de la electrónica e informática.

El motor de esta tendencia se halla en el morboso atractivo que parecen despertar algunos conocimientos o prácticas selectivas, no exentas de componentes económicos, sexuales y eróticos y, con frecuencia, pseudorreligiosos.

Se juega con la ingenuidad de muchos espí­ritus débiles o enfermizos y, so pretextos cientí­ficos, (estrellas, planetas, gemas, signos animales, exploraciones cósmicas, etc.) se logran relaciones de dominio interesado: aportaciones, compras, colaboraciones, entregas, etc. El ocultismo se ha dado en las civilizaciones antiguas como medio de dominio de las masas o de los poderes militares y económicos poseí­dos por espí­ritus ignorantes. Sacerdotes, hechiceros, adivinos, gurús, magos de todo tipo lo han alimentado para mantener su predominio y explotación de los fieles.

En los primeros tiempos cristianos se multiplicaron las corrientes gnósticas y maniqueas. En la Edad Media se incrementó el afán de la magia, en ambientes judí­os como el de la Cábala, o incluso entre cientí­ficos como Rogerio Bacon o Paracelso, que creyeron en fuerzas extraterrestres además de las terrenas por ellos estudiadas. Desde el Renacimiento se divulgaron los cultivadores de las energí­as parapsicológicas y el ocultismo llegó a su cumbre en los tiempos del Romanticismo. El médico austriaco del siglo XVIII Franz Anton Mesmer, iniciador de las técnicas clí­nicas basadas en el hipnotismo, ya avisaba del comienzo de una nueva época que intentarí­a dominar el Universo con el poder de la mente.

En el siglo XIX las formas del espiritismo ocultista promocionaron grupos como la «Sociedad Teosófica» (1875) y la «Orden Hermética» del Golden Dawn (1889), con participación de artistas, poetas e intelectuales en sus filas.

En los tiempos actuales se renovó la brujerí­a como sucedáneo religioso en espí­ritus incrédulos y las supercherí­as se mantuvieron en clima de secretismo o ocultismo para seguir manipulando a legiones de incautos.

Educar a las personas, sobre todo jóvenes, para desenmascarar explotaciones sectarias y manipuladoras es un deber de los educadores, dada la frecuencia de actividades en grupos marginales y los riesgos de infección ética e ideológica que todaví­a hoy mantienen.

Pedro Chico González, Diccionario de Catequesis y Pedagogí­a Religiosa, Editorial Bruño, Lima, Perú 2006

Fuente: Diccionario de Catequesis y Pedagogía Religiosa

(v. espiritismo, magia, sectas)

(ESQUERDA BIFET, Juan, Diccionario de la Evangelización, BAC, Madrid, 1998)

Fuente: Diccionario de Evangelización