La Biblia, sobre todo el Antiguo Testamento, es un libro espejo donde se reflejan casi todos los aspectos de la vida humana, entre ellos los diversos trabajos y faenas de la vida.
(1) Génesis. Primera división de oficios. Comienza con Caín y Abel, que representan los dos trabajos más significativos del campo: uno es agricultor, otro pastor; ambos se enfrentan y luchan por la supremacía (Gn 4,1-17). La Biblia presenta después los oficios vinculados a la línea de Caín, constructor de la primera ciudad, en cuyo entorno aparecen no sólo los pastores nómadas, sino también los músicos y los herreros (Gn 4,17-22).
(2) Eclesiástico. La supremacía de los escribas. Desde el siglo II a.C. se elevó en Israel una «casta» de sabios-escribas, que serán después los verdaderos representantes del judaismo entendido como «religión del libro» (de la Biblia*, la Misná, el Talmud…). «La sabiduría del escriba exige mucho tiempo y sólo el poco ocupado llega a sabio. ¿Cómo se hará sabio el que agarra el arado y se gloría en blandir la aguijada…? Tampoco podrá ser sabio el obrero y el artesano que trabajan día y noche… ni el herrero, colocado junto al yunque que mantiene su atención en trabajar el hierro, ni el alfarero, sentado a su trabajo, que hace girar el torno con sus pies… Todos los que así trabajan ponen su confianza en las manos y cada uno es sabio en su oficio. Sin ellos no podría edificarse una ciudad… Pero no se les busca para el consejo del pueblo, no sobresalen en la asamblea, ni se sientan en el estrato del tribunal, ni deliberan sobre la justa sentencia; ni destacan por su educación o discernimiento ni son autores de proverbios, aunque son ellos los que dan firmeza a la creación del mundo» (Eclo 38,24-34). Este pasaje ratifica la superioridad de una sabiduría vinculada a la organización de la sociedad, y en ese sentido puede dividir ya y distinguir dos tipos de trabajos: unos liberales (de hombres libres, que piensan y organizan con su mente la vida social) y otros serviles (de esclavos o gentes que trabajan con las manos). Esa división, más helenista que bíblica, ha determinado gran parte de la visión social de la cultura de Occidente, casi hasta nuestros días.
(3) Oficios y trabajos en el Evangelio. Jesús proviene del mundo de los trabajadores manuales, de tal forma que es un tectón (herrero, albañil o carpintero) y no un intelectual o escriba (cf. Mc 6,3). Jesús ha dejado su trabajo manual para anunciar la llegada del reino de Dios, pero sus parábolas y comparaciones evocan los diversos oficios del campo (de labradores, pastores y pescadores), con el trabajo de las mujeres de casa (amasar el pan), de los comerciantes y de los que administran la sociedad (reyes, sacerdotes), etc.
Cf. E. W. Stegemann y W. Stegemann, Historia social del cristianismo primitivo. Los inicios en el judaismo y las comunidades cristianas en el mundo mediterráneo, Verbo Divino, Estella 2001.
PIKAZA, Javier, Diccionario de la Biblia. Historia y Palabra, Verbo Divino, Navarra 2007
Fuente: Diccionario de la Biblia Historia y Palabra