Biblia

ORAL. EXPOSICION

ORAL. EXPOSICION

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La comunicación por la palabra salida de los labios y de la mente del que habla y recibida por los oí­dos y la mente del que oye y escucha, es connatural con la tarea catequí­stica. No lo es sólo por razones de í­ndole etimológica (catequizo, resonar por oral, en griego). Lo es también por ser la primera y radical forma de comunicación humana, que es la palabra oral. Con el tiempo esa palabra serí­a completada por otras formas de comunicación: el arte, las creencias, los ritos, las tradiciones, los signos escritos (pictográficos, ideográficos y fonográficos); luego por los demás lenguajes de comunicación artificial hasta los modernos vehí­culos tecnológicos. Debajo de todos estos diseños de comunicación se halla siempre la palabra natural: el sonido al que se asocia una significación.

La exposición oral dará un abanico amplio de lenguajes orales. Pero debajo de ellos hay el nexo de la palabra oral.

– Está debajo de la intercomunicación familiar: petición, información, exposición, proposición, mandato, conversación.

– Está en la entraña de la académica exposición: explicación, aclaración, profundización, precisión.

– Está en la misma palabra sacralizada por la referencia a una revelación divina (Dios también habló por los profetas y por su Hijo). Y está en la palabra consagrada y litúrgica, la homilí­a, la que sirve para transmitir los misterios divinos.

– Y hasta se convierte la palabra oral en «oración» o palabra dirigida a Dios como respuesta de la de él recibida.

Ante estos niveles, ámbitos, formas y contextos en que se encarna lo oral, lo que sale de la boca, los que se entregan a las tareas de educación de la fe deben reflexionar lo que vale la palabra oral para situarla, admirarla, respetarla y cultivarla en su tarea evangelizadora.

Pedro Chico González, Diccionario de Catequesis y Pedagogí­a Religiosa, Editorial Bruño, Lima, Perú 2006

Fuente: Diccionario de Catequesis y Pedagogía Religiosa