PARADOJA, PARADOJICO

Una paradoja es (1) una declaración que es contradictoria en sí misma, o (2) dos o más declaraciones que son mutuamente contradictorias, o (3) una declaración que contradice una posición comúnmente mantenida sobre la materia en cuestión.

Las paradojas pueden ser retóricas o lógicas. Una paradoja retórica es una figura que se usa para arrojar luz sobre un tema al desafiar la razón del otro e impresionarle. El NT contiene varios ejemplos efectivos del uso de la paradoja (p. ej., Mt. 5:39; 10:39; Jn. 11:24; 2 Co. 6:9, 10).

Las paradojas lógicas surgen del intento de la mente humana de unificar o coordinar la múltiples facetas de la experiencia. A causa de la diversidad y complejidad de la realidad y también a causa de las limitaciones de la razón humana finita y pecaminosa, los mejores esfuerzos del hombre por conocer la realidad lo llevan a la producción de verdades igualmente (o aparentemente) razonables y, sin embargo, irreconciliables (o aparentemente irreconciliables). En tales situaciones, el hombre puede estar cerca de la verdad cuando se adhiere a los dos extremos de la paradoja en lugar de preferir un extremo en perjuicio del otro.

La historia de la iglesia ha producido dos interpretaciones diferentes de la paradoja lógica. Una afirma que las paradojas son reales, de tal manera que lo que es realmente verdadero también contradice la correcta aplicación de las leyes del pensamiento humano. La otra posición afirma que las declaraciones paradójicas son contradicciones aparentes únicamente. A menudo, esta diferencia se resuelve a sí misma en una mera actitud psicológica diferente. El que adopta la primera interpretación de la paradoja está dispuesto a encontrar tranquilidad intelectual admitiendo elementos incoherentes que se encuentran sin resolver en su propio pensamiento. El que adopta la segunda opción cree que toda verdad debe estar en paz con las leyes del pensamiento humano (tales como la ley de la contradicción) y, por lo tanto, no encuentra descanso mental en las incoherencias.

El pensamiento medieval no era uniforme en torno a la paradoja, pero en su rechazo final de una verdad doble parece estar bastante lejos de aceptar que haya paradojas reales, inclinándose en favor de las paradojas aparentes. Martín Lutero se opuso a la escuela de Sorbona, la cual negaba que hubiese dobles verdades. Así Lutero en realidad salió en defensa de paradojas reales.

En la teología moderna, el concepto de la paradoja ha asumido un papel prominente en los escritos de Soeren Kierkegaard y sus seguidores del siglo veinte, Karl Barth, Reinhold Niebuhr y otros. El Dios infinito, eterno y escondido puede llegar al tiempo finito de la historia humana a través de hechos que pueden discernirse únicamente por fe y que, incluso entonces, aparecen necesariamente como paradojas lógicas.

Para los teístas del cualquier tiempo, por supuesto, una «separación» paradójica de las leyes de la lógica se entiende como provisional; una síntesis verdadera siempre se encontrará en la mente de Dios.

BIBLIOGRAFÍA

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Kenneth S. Kantzer

HDB Hastings’ Dictionary of the Bible

Harrison, E. F., Bromiley, G. W., & Henry, C. F. H. (2006). Diccionario de Teología (453). Grand Rapids, MI: Libros Desafío.

Fuente: Diccionario de Teología