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PASCUA DE JESUS

PASCUA DE JESUS

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Como buen judí­o Jesús celebraba la Pascua, fiesta central del judaí­smo en su tiempo. Tanto los datos más históricos como otros más teologizados (vg. Lc 2, 41 ss.) orientan en este sentido. No es sorprendente este hecho dada la importancia que en la religiosidad judí­a del tiempo tení­a la Pascua.

Dada la peculiar estructuración de los Evangelios Sinópticos, da la impresión de que Jesús sólo estuvo en Jerusalén para celebrar la Pascua en la que murió. Pero, en este punto, parecen históricamente más atendibles los datos del Cuarto Evangelio que habla de diferentes pascuas celebradas por Jesús en Jerusalén (Jn 2, 23; 4, 25; 5, 1; 11, 56; 12, 1.12…). Ello es más coherente con el ambiente religioso judí­o del momento, en el cual Jesús tomaba parte.

Parece que aprovechaba, al menos alguna vez, la congregación de judí­os con motivo de esa fiesta para anunciar su mensaje (cfr. Jn 2, 23; 4, 45; 12, 12 ss).

Por otra parte los acontecimientos de la ->muerte de Jesús guardan estrecha relación con la Pascua (cfr. Mc 14, 1-2 y par. Mt 26, 1 ss; Lc 22, 1-22; Jn 13, 1; Mc 15, 42; Mt 27, 62; Lc 23, 54; Jn 19, 14. 31. 42).

Entre ellos el que ofrece más ocasión para vincular la muerte de Jesús (y su resurrección) con la Pascua es la última Cena.

Se discute si está comida de despedida fue, estrictamente hablando, una cena pascual o no. Ciertamente los Sinópticos la presentan como cena pascual (Mc. 14, 12ss; Mt 26, 17ss; Lc 22, 7ss. 15) aun cuando, quizás, fuera celebrada la ví­spera de la Pascua o algunos dí­as antes. Juan, por su parte prefiere presentar la Pascua propiamente dicha al dí­a siguiente, el de la muerte de Jesús, por lo cual no hace tantas alusiones pascuales referidas a la última Cena, aunque la diferencia probablemente no sea tan grande en cuanto al sentido fundamental.

Es, como a menudo sucede, muy difí­cil hacerse cargo de las intenciones personales de Jesús, en concreto sobre si él se consideraba el nuevo cordero pascual inmolado y si ello se hace presente de algún modo en las palabras sobre el pan y el vino que aluden a su muerte en el contexto de la Pascua en beneficio y liberación de muchos. Y aún más complejo averiguar si relacionaba su muerte, la comida conmemorativa y la Pascua.

En cualquier caso es coherente con el resto de la vida de Jesús el que considerase su muerte como un acto que habrí­a de redundar en favor de la multitud, pues era un suceso consecuencia de su fidelidad a la misión que el Padre le habí­a encomendado.

Por otra parte de alguna forma poní­a en relación su muerte inminente con una comida de contexto pascual. De ahí­ que proporciona elementos para que la tradición posterior haga una cierta lectura pascual de la muerte y resurrección de Jesús, que ve anunciada y de alguna forma realizada en la celebración de la Cena del Señor.

El aspecto que predomina en las narraciones sinópticas no es que la Cena fuera una cena pascual, sino que el rito de la Pascua judí­a ha sido substituido para los cristianos por otra Pascua relacionada con la muerte y resurrección de Jesús, el nuevo Cordero Pascual. ->eucaristí­a; pascua cristiana.

Federico Pastor

FERNANDEZ RAMOS, Felipe (Dir.), Diccionario de Jesús de Nazaret, Editorial Monte Carmelo, Burbos, 2001

Fuente: Diccionario de Jesús de Nazaret