PIETISMO
Movimiento religioso dentro del luteranismo. Bajo la influencia de P.J. Spener y de seguidores con el gran prestigio intelectual y religioso de P. Gerhardt y A.H. Francke, muchos luteranos alemanes del siglo XVII entendieron que la iglesia estaba enfatizando demasiadas cuestiones como la escolástica luterana. A pesar de su ortodoxia esencial, destacaron la piedad, y de ahí el nombre de pietistas que recibieron.
La publicación de la obra de Spener Pia Desideria contribuyó a que el movimiento se extendiera grandemente. Los pietistas organizaron círculos devocionales para oración y estudio bíblico en toda Alemania. Los pietistas también hicieron énfasis en la obra misionera y en la educación teológica. El pietismo influyó mucho en grupos tan importantes como los hermanos moravos alemanes y la iglesia metodista en el Reino Unido. (® MORAVOS, HERMANOS; METODISTA, IGLESIA.)
A pesar de la oposición de algunos sectores ortodoxos, el pietismo se convirtió en parte esencial de las iglesias luteranas en Alemania (® LUTERANAS, IGLESIAS) y se extendió también a Escandinavia y otras regiones. Es impresionante el número de figuras destacadas en la filosofía y los estudios avanzados alemanes que descienden de familias profundamente pietistas.
Esta forma de piedad no debe confundirse con movimientos relativamente parecidos, pero que subestiman la importancia de la educación o se inclinan a algún tipo de extremismo en la adoración. El hecho de que en algunos ambientes se les califique de «pietistas», no los convierte en continuadores del movimiento específico que nos ocupa.
Fuente: Diccionario de Religiones Denominaciones y Sectas
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En sentido un tanto despectivo, exagerada actitud piadosa que domina el pensamiento y la conducta de forma absorbente, incluso con atrofia del propio juicio o y de la propia libertad.
También se denominó así a un movimiento religioso protestante, con muchas resonancias pedagógicas, que se desarrolló en Centroeuropa, sobre todo por influencia del pensador Jacobo Spenser (1635-1705). Se pretendió cultivar una religiosidad primitiva, afectiva y popular. Se orientó a hacia un rigorismo ético, rechazando placeres y diversiones y exigiendo una intensa vida de ascesis y oración. En algunos extremistas el movimiento se cultivaba la mística exaltativa, con visiones y profecías y sobre todo amenazas espirituales.
En los ambientes en que triunfó se organizaron escuelas pietistas, cuyo único fin era reprimir a los niños para que no pecaran. Hermann Francke (1663-1727) fue el pedagogo que exageró las ideas de Ratke y de Comenio. Creó una red de escuelas con una religiosas rayana en lo enfermizo, si bien es digno de reconocer la inquietud científica elevada que se tenía en las aulas, con el fin de mantener ocupados a los alumnos y evitar así sus deslices morales.
Pedro Chico González, Diccionario de Catequesis y Pedagogía Religiosa, Editorial Bruño, Lima, Perú 2006
Fuente: Diccionario de Catequesis y Pedagogía Religiosa
La palabra pietismo puede representar cualquier movimiento que intente renovar por medio de una moralidad rigurosa y una piedad personal a una comunidad en la que la religión se haya separado de la experiencia vivida.
Así por ejemplo, pueden denominarse con cierta justificación «pietistas» algunos movimientos como el puritanismo, el jansenismo o el metodismo. Pero más propiamente la palabra pietismo llegó poco a poco a designar una renovación en el ámbito del luteranismo alemán durante la última parte del siglo XVII y comienzos del XVIII, principalmente-bajo la influencia de Jakob Spener (1635-1705). Al final de la Guerra de los Treinta Años (1618-1648) la teología alemana tomó un carácter escolástico y apologético para contraponerse adecuadamente a la teología católica romana y a la teología calvinista, perdiendo así gran parte de su capacidad de inspirar una vida cristiana fervorosa. En reacción contra esto, Spener fundó sus collegia pietatis pequeños grupos, principalmente de personas laicas, que se encontraban para discutir las Escrituras, para compartir sus experiencias espirituales y para animarse mutuamente a una vida de fe más entusiástica. Los que frecuentaban estos collegia pietatis fueron llamados muy pronto pietistas, de donde tomó su nombre el movimiento.
El principio que guiaba al pietismo es que el cristianismo es una cuestión del corazón más que del entendimiento; en el fondo el amor es más importante que la ortodoxia. Spener publicó sus Pia desideria en 1675, sugiriendo las siguientes propuestas para la renovación de la Iglesia: más uso de la Escritura en la oración y en la discusión entre los cristianos; énfasis en la importancia del laicado: insistencia en que la fe ha de tener frutos prácticos en la vida cotidiana; formación de los ministros que tenga más en cuenta la piedad que las polémicas, y la edificación como objetivo principal de la predicación.
Uno de los discípulos de Spener , August Herman Francke (1663-1727), desarrolló la potencialidad social del movimiento pietista estableciendo diversas organizaciones caritativas en torno a la universidad de Halle. Nikolaus Ludwig von Zinzendorf (1700-1760), un alumno de Halle, se convirtió en el espíritu guía de un renacimiento de la Iglesia morava, en la que se han preservado hasta hoy los valores del movimiento pietista. John Wesley (17031791), el fundador de los metodistas (.7,), recibió la influencia de un discípulo de Zinzendorf y su conversión en 1738 tuvo lugar en un encuentro de oración con los hermanos moravos. Mientras que en general los comentaristas refieren que el pietismo fracasó en su intento de dar un nuevo vigor al luteranismo alemán, es preciso reconocer su influencia en la himnodia y en los movimientos de renovación de los siglos XVIII y XIX. El pietismo ejerció además una influencia ecuménica, en cuanto que exaltó un tipo de fervor cristiano que pasó a través de las demarcaciones confesionales.
W Henn
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PACOMIO, Luciano [et al.], Diccionario Teológico Enciclopédico, Verbo Divino, Navarra, 1995
Fuente: Diccionario Teológico Enciclopédico
La palabra p. es una designación general de un movimiento muy ramificado y de formas muy variadas dentro del > protestantismo. Sus orígenes se remontan a principios del siglo xvii. Su mayor importancia en la historia espiritual corresponde a la primera mitad del siglo xviii, pero sus efectos se dejan notar en los movimientos de vida cristiana del siglo xix y se extienden hasta nuestros días (Hermanos Bohemos [Hernutas], p. de Württemberg y del Rin). La -> reforma para el p. no es un acontecimiento ocurrido y consumado una sola vez en el pasado, que haya de entenderse institucionalmente. Es más bien un acontecer que se debe realizar constantemente en la Iglesia, si la soberanía de Cristo ha de ser una realidad viva. La idea fundamental de todas las tendencias pietistas es el ansia de praxis pietatis y de ejercitación en la bienaventuranza divina. La actividad espontánea y viviente de la subjetividad religiosa es para el p. el punto central del hecho histórico de la mediación de la salvación. En ella se concentra también el interés teológico. Esta manera de acentuar la subjetividad puede realizarse en las formas tradicionales de confesionalidad protestante; pero en el p. radical tiende a disolver la Iglesia.
El p. reformado tiene sus raíces en el puritanismo inglés del siglo xvii. John Bunyan (+ 1688, Pilgrim’s Progress) ve la actualización de la salvación en una «eclosión» psicológica que se puede fijar en el tiempo y que el cristiano debe experimentar como vivencia consciente. La idea puritana se propaga en los Países Bajos por obra de los predicadores expulsados de Inglaterra. Bajo J. Labadie se llega en 1669 a la primera segregación de círculos pietistas frente a la comunidad eclesiástica. En las figuras de Gerhard Tersteegen (+ 1769, númerosos cánticos religiosos), de Samuel Kollenbusch (+ 1803), de G.D. Krummacher (f 1837) y de H.F. Kohlbrügge (jf 1875) pervive el p. reformado.
El p. luterano alemán se manifiesta por primera vez en Pia desideria (1675) de Philipp Jakob Spener, que en seis proyectos de reforma esboza el programa clásico del p. Los collegia pietatis por él fundados condujeron pronto a tendencias separatistas, por lo cual fueron combatidos por la dirección oficial de la Iglesia.
La obra de Spener halló su continuación en el p. de Halle, principalmente en August Hermann Franke, discípulo de Spener. Como profesor de teología (1691) y fundador de un orfanato y colegio (1695), Franke logró ejercer un influjo de extraordinaria extensión en la vida eclesiástica, espiritual y social de su tiempo. Indirectamente el orfanato dejó una impronta en el espíritu del prusianismo, así como en no pocos re-presentantes del temprano -> idealismo alemán. Finalmente llegó a ser el primer centro para el fomento de las misiones protestantes entre infieles, de la difusión de la Biblia, de las misiones entre judíos, de la solicitud por la diáspora protestante en el sudeste de Europa y en Norteamérica. Gracias a Franke el p. alcanzó una concepción propia en pedagogía. Inspirado Franke en la experiencia de su conversión personal, concibió la educación de los niños bajo el punto de vista de orientarlos y guiarlos a la conversión.
Nikolaus Ludwig conde de Zinzendorf, salido del círculo de Halle, fundó la comunidad de Hermanos Hernutas, creando así una comunidad pietista autónoma. En ella se unían tradiciones prerreformistas con las influencias de Lutero, dando por resultado una configuración de la vida religiosa llena de fantasía (calendario festivo autónomo, organización de la comunidad en coros, etc.). También los Hernutas, con su intensidad de vida, alcanzaron gran importancia en la historia de la piedad protestante, y su influencia se extiende hasta nuestros días. En Württemberg el p. desarrolló una actividad intensa dentro de la organización eclesiástica entonces existente. En las figuras de J.A. Bengel y de Oetinger el p. integra en sí influencias místicas especulativas (Jakob Böhme, Swedenborg), dando origen a una piedad caracterizada por un realismo bíblico. Ese p. ejerció gran influjo en el idealismo alemán, y también en la teología protestante (-> protestantismo, B) del siglo xix (J.T. Beck, t 1878; Adolf Schlatter, i 1938).
Frente a estas corrientes, el p. radical sólo tuvo una eficacia pasajera, por razón de sus tendencias entusiásticas y contrarias a la Iglesia institucional. Sin embargo, puede ostentar una serie de notables personalidades, entre las que destaca principalmente Gottfried Arnold (+ 1714). Su Unparteiische Kirchen und Ketzerhistorie (Historia imparcial de la Iglesia y de las herejías [1699]) es el primer gran ensayo de presentar la historia de la Iglesia desde el Nuevo Testamento como historia de una progresiva decadencia de la vida cristiana.
En conjunto hay que ver el p. sobre el fondo de la gran evolución de la autocomprensión del hombre moderno en orden al descubrimiento de la sujetividad autónoma. El p. representa un conato en gran escala de aceptar esta evolución como una vuelta a las fuentes de la vida cristiana. El hombre que se va haciendo autónomo debe llegar a estructurar religiosamente su existencia en forma propia y personal, sin lastre de tradiciones, mediante una confrontación con la Biblia por la actualización vivencial de la situación de la comunidad primitiva. La concentración de la fe en la vida religiosa concretamente realizable y experimentable, sin duda ha desatado importantes energías morales y religiosas, y ha tenido notables efectos en la historia de la espiritualidad. El protestantismo debe al p. un fortalecimiento de las misiones, de la actividad caritativa, de la educación e instrucción religiosa y, consiguientemente, una intensificación de la piedad personal. Además, la disputa con la impaciencia y vitalidad del espíritu pietista comunicó a la inteligencia de la fe aquella movilidad que dio por primera vez a la teología oficial la posibilidad de enfrentarse en diálogo provechoso con la vida espiritual moderna de la era poscristiana. Sobre todo con la revivificación de la inteligencia de la Biblia el p. vino a ser el pionero de la moderna ciencia bíblica. Así contribuyó finalmente a reanimar los frentes confesionales, que habían caído en la inmovilidad. Cierto que el p., al subrayar la subjetividad autónoma a costa de la tradición, estaba expuesto constantemente al peligro de olvidar que la vida de fe se inicia históricamente. En todas sus formas late siempre el peligro de hacer de la sujetividad el punto de partida efectivo de la vida religiosa. De ese modo la referencia de la doctrina a la vida viene a convertirse en un pragmatismo religioso. El tener puesta la mirada en la conversión verificable del hombre, el destacar a los convertidos como una ecclesiola in ecclesia, hace problemática la idea de la gracia y lleva a que la comunidad de fe se convierta en una reunión independiente de individuos religiosos, y en el caso extremo empuja a la separación. Schleiermacher, heredero del p. y paladín del neoprotestantismo, sacó en forma típica las consecuencias para la inteligencia de la fe: la experiencia religiosa se convierte en criterio para decidir lo que todavía hay de valioso en la tradición. La ambivalencia del p. pone de manifiesto la tarea que por la experiencia de la subjetividad moderna se le plantea a la predicación de la fe.
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Wenzel Lohff
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Fuente: Sacramentum Mundi Enciclopedia Teológica
Los orígenes del pietismo se encuentran en el siglo XVII en Alemania, después de la Guerra de los Treinta Años y de un endurecimiento de la ortodoxia lo cual había robado mucho de su vitalidad evangélica a la iglesia. En estas circunstancias, P.J. Spener se empeñó en un avivamiento espiritual a través del programa anunciado en su Pia Desideria, en el que exhortaba en reuniones informales de oración, estudio bíblico y el nutrimiento de la vida cristiana dentro del marco de la doctrina ortodoxa y la lealtad. Rápidamente encontró apoyo entre personas de ambos bandos y pastores vecinos, igualmente se encontraron himnos apropiados para el programa en la labor de P. Gerhardt. La hostilidad del mundo teológico se dejó sentir cuando el discípulo de Spener, A.H. Francke, atacó los métodos de enseñanza y el curriculum en Leipzig; pero se encontró un hogar para los pietistas en la recientemente inaugurada Universidad de Halle. Aunque el pietismo nunca constituyó una escuela o movimiento organizado, ejerció una influencia increíble y extensa en el siglo XVIII e incluso en el siglo XIX. Incluso pensadores como Lessing y Kant fueron afectados por él. Tuvo una parte en el despertar de la literatura alemana. Además de su influencia en el luteranismo, encontró una expresión distintiva en la obra de los moravos y de Zinzendorf, contribuyendo así en el gran despertar de la evangelización mundial. A través de Juan Wesley, tuvo un poderoso efecto en el mundo de habla inglesa, e incluso en el día de hoy muchos rasgos del evangelicalismo derivan en gran parte del pietismo. También influyó en el desarrollo teológico, aunque en este sentido su contribución fue diferente de lo que Spener había anticipado, porque Halle llegó a ser uno de los primeros centros de crítica bíblica, y la efectiva concentración en la experiencia y la vida individual produjo en Schleiermacher, y sus sucesores, el subjetivismo o el centrismo en el hombre lo cual es una marca distintiva y persistente del neoprotestantismo liberal.
Geoffrey W. Bromiley
Harrison, E. F., Bromiley, G. W., & Henry, C. F. H. (2006). Diccionario de Teología (474). Grand Rapids, MI: Libros Desafío.
Fuente: Diccionario de Teología