PRESBITERIO

Presbiterio (gr. presbutérion, “una asamblea de ancianos”, “ancianí­a”). Grupo o asamblea de ancianos (1 Tit 4:14). Presbutérion se usa también en Luk 22:66 (“los ancianos del pueblo”) y Act 22:5 (“todos los ancianos”) con referencia al Sanedrí­n, un grupo de “ancianos” (Mat 27:1; 28:12; etc.). Los “ancianos” mencionados en Luk 7:3 eran probablemente los supervisores de la sinagoga judí­a local. La iglesia cristiana adoptó un plan de administración local similar al de la sinagoga judí­a (1 Tit 5:17, BJ; etc.). Véase Concilio.

Fuente: Diccionario Bíblico Evangélico

ver ANCIANOS

Fuente: Diccionario Bíblico Mundo Hispano

†¢Ancianos. †¢Obispos.

Fuente: Diccionario de la Biblia Cristiano

Obispo y presbí­teros una familia sacerdotal

En las Iglesia particulares fundadas por los Apóstoles, los “presbí­teros” formaban un senado o colegio juntamente con el Apóstol que las habí­a fundado o con el responsable (“obispo”) puesto por ellos. De algún modo, esta realidad aparece en muchos pasajes del Nuevo Testamento (con terminologí­a fluctuante), especialmente en las cartas paulinas a Timoteo y Tito (cfr. 1Tim 4,14). Las cartas de San Ignacio de Antioquí­a (de principios del s. II) describen esta realidad como normal y de origen divino-apostólico en todas las Iglesias particulares.

El misterio de la Iglesia comunión se manifiesta de modo especial en la comunión o fraternidad del Presbiterio, donde “los presbí­teros, constituidos por la Ordenación en el Orden del Presbiterado, están unidos todos entre sí­ por la í­ntima fraternidad sacramental” (PO 8). En la concelebración “se manifiesta apropiadamente la unidad del sacerdocio” (SC 57).

Obispo, presbí­teros y diáconos forman parte del Presbiterio, como colegio de ministros o servidores y signo colectivo de Cristo. Esta realidad eclesial es “una sola familia cuyo padre es el Obispo” (ChD 28), puesto que “los presbí­teros constituyen con sus obispos un solo Presbiterio” (LG 28). Este signo colectivo de Cristo Esposo tiene también sentido de desposorio con la Iglesia.

Signo eficaz-sacramental

Es “fraternidad sacramental” (PO 8), o “í­ntima fraternidad” exigida por sacramento el Orden (LG 28), signo eficaz de santificación y evangelización. Por esto, el Presbiterio es “mysterium” y “realidad sobrenatural” (PDV 74), que matiza la espiritualidad de sus componentes, en el sentido de pertenecer a una “familia sacerdotal” (ChD 28; PDV 74). Esta realidad de gracia, juntamente con el hecho de pertenecer a la Iglesia particular, es parte integrante de la espiritualidad del sacerdote ministro y comporta la corresponsabilidad y ayuda mutua en la vida espiritual, pastoral, intelectual, económica y personal (cfr. LG 28; PO 8).

La fraternidad del Presbiterio es “lugar privilegiado”, donde todo sacerdote (especialmente el diocesano o “secular”, por estar “incardinado”), puede “encontrar los medios especí­ficos de santificación y evangelización” (Directorio 27). Con la aportación de obispo y presbí­teros, hay que “hacer un proyecto y establecer un programa, capaces de estructurar la formación permanente… como una propuesta sistemática de contenidos, que se desarrolla por etapas y tiene modalidades precisas” PDV 79), para “sostener, de una manera real y eficaz, el ministerio y vida espiritual de los sacerdotes” (PDV 3). Entonces la fraternidad del Presbiterio será “un hecho evangelizador” (Puebla 663).

Un estilo de vida según los Apóstoles

No serí­a posible la comunidad del Presbiterio, sin la referencia explí­cita al obispo y sin la actuación del carisma episcopal (PDV 79). El obispo es el fundamento visible de la unidad en la Iglesia particular y en su Presbiterio (LG 23; cfr. PO 7-8), y es él principalmente quien debe “fomentar la santidad de sus clérigos, de los religiosos y de los laicos, de acuerdo con la peculiar vocación de cada uno” (ChD 15).

La construcción del Presbiterio, según el modelo de la “vida apostólica”, será el cauce normal para la potenciación de sus componentes en cuanto a la acción apostólica local y universal. Esta realidad de gracia será el motor de la Iglesia particular o diócesis misionera, así­ como el aliciente de vocaciones sacerdotales y el servicio que vitalice todas las demás instituciones religiosas y laicales de la diócesis.

Referencias Arciprestazgo, espiritualidad sacerdotal, formación permanente, Iglesia particular (diócesis misionera), vida apostólica.

Lectura de documentos LG 28; PO 8; ChD 28; PDV 74.

Bibliografí­a C. BERTOLA, Fraternidad sacerdotal (Madrid, Soc. Educ. Atenas, 1992); A. CATTANEO, Il Presbiterio della Chiesa particolare (Milano, Edit. Giuffré, 1993); J. ESQUERDA BIFET, Teologí­a de la Espiritualidad sacerdotal ( BAC, Madrid, 1991) cap. VI; V. FUSCO, Il presbiterio Fondazione biblico-teologica Asprenas 33 (1986) 5-36; J. LECUYER, Le Presbyterium, en Les prêtres (Paris, Cerf, 1968) 275 288; A. VILELA, La condition collégial des prêtres au III siècle (Paris, Beauchesne, 1971).

(ESQUERDA BIFET, Juan, Diccionario de la Evangelización, BAC, Madrid, 1998)

Fuente: Diccionario de Evangelización

presbuterion (presbutevrion, 4244), una asamblea de hombres entrados en años, ancianos. Denota: (a) el consejo o senado entre los judí­os (Luk 22:66 “los ancianos”, RVR77: “el consejo de ancianos”, VM: “la asamblea de los ancianos”, BBC: “el senado”; Act 22:5 “ancianos”, VM: “el cuerpo de ancianos”, VHA: “el consejo de ancianos”); (b) los ancianos o supervisores (obispos) en una iglesia local (1Ti 4:14 “el presbiterio”). Para sus funciones, véase ANCIANO, Nº 4. En (a) la referencia es al cuerpo conocido como el sanedrí­n (véase CONCILIO, Nº 1).

Fuente: Diccionario Vine Nuevo testamento

Vea el artículo SANTUARIO.

(N. de la T.) El Diccionario de la Real Academia Española define presbiterio como: Área del altar mayor hasta el pie de las gradas por donde se sube a él, que regularmente suele estar cercada con una reja o barandilla).

A la parte de la iglesia reservada para el alto clero se le conocía en la antigüedad por varios nombres, entre ellos presbyterium, debido a su ocupación durante las funciones litúrgicas por los sacerdotes vinculados a una iglesia, dispuestos en un semicírculo alrededor del obispo. El presbiterio también era conocido como apsis, exedra, concha, denominaciones referentes a su forma; bema por el hecho de que se elevaba sobre el nivel de la nave y, en consecuencia, se llegaba a él por una escalera de varios peldaños; tribuna debido a su localización y parecido general a un tribunal en las basílicas civiles donde los magistrados administraban justicia. En la Edad Media estos diversos nombres fueron en su mayoría remplazados por el término coro, que a su vez cedió al término moderno santuario.

El presbiterio estaba separado del resto de la iglesia por barandillas (cancelli). Eusebio, en su discurso de dedicación en Tiro (Hist. Ecl., X, IV), describe esta característica de la iglesia y sus objetos: “el Santo de los Santos, el altar”, explica, estaba encerrado con un enrejado de madera, trabajado con talla artística para hacerlo “inaccesible a la multitud”. En Constantinopla, como aparece en el episodio relatado por Teodoreto en el que los actores eran Teodosio el Grande y San Ambrosio, el emperador estaba acostumbrado a permanecer en el recinto del presbiterio durante la celebración de la liturgia, pero en Occidente esto no se permitía (Teodoreto, HE, V, 17). El Concilio in Trullo (canon LXIX), siguiendo una antigua tradición, específicamente excluye al emperador de la regla general de reservar el presbiterio para el clero. A partir de esta prohibición estricta en relación con los laicos el término adyta (inaccesible) comenzó a usarse para el presbiterio.

También se le llama presbiterio a un cuerpo de sacerdotes considerados en su conjunto. En los tiempos modernos a la casa del clero se le llama con frecuencia el presbiterio (presbytere).

Bibliografía: BINGHAM, Antiquities of the Christian Church, V. III, b. 8 (Oxford, 1855).

Fuente: Hassett, Maurice. “Presbytery.” The Catholic Encyclopedia. Vol. 12. New York: Robert Appleton Company, 1911. 4 Mar. 2012
http://www.newadvent.org/cathen/12395a.htm

Traducido por Luz María Hernández Medina

Fuente: Enciclopedia Católica