PUERTA

v. Camino, Dintel, Entrada
Gen 19:1 Lot estaba sentado a la p de Sodoma
Gen 22:17 tu descendencia poseerá las p de sus
Gen 28:17 lugar .. es casa de Dios, y p del cielo
Exo 12:23 pasará Jehová aquella p, y no dejará
Deu 11:20 las escribirás en los postes .. y en tus p
Jdg 16:3 tomando las p de la ciudad con sus dos
Neh 13:19 dije que se cerrasen las p, y ordené
Job 31:9 si estuve acechando a la p de mi prójimo
Job 31:32 el forastero .. mis p abría al caminante
Job 38:17 ¿te han sido descubiertas las p de la
Psa 24:7, 9 alzad, oh p, vuestras cabezas, y alzaos
Psa 84:10 escogería antes estar a la p de la casa
Psa 118:20 esta es p de Jehová; por ella entrarán
Psa 122:2 nuestros pies estuvieron dentro de tus p
Pro 5:8 aleja .. y no te acerques a la p de su casa
Pro 8:3 de las p, a la entrada de las p da voces
Pro 17:19 el que abre demasiado la p busca su ruina
Pro 26:14 como la p gira sobre sus quicios, así el
Pro 31:23 su marido es conocido en las p, cuando
Isa 26:2 abrid las p, y entrará la gente justa
Isa 26:20 anda, pueblo mío .. cierra tras ti tus p
Isa 45:2 quebrantaré p de bronce, y cerrojos de
Isa 60:11 tus p estarán de continuo abiertas; no se
Isa 60:18 tus muros llamarás .. a tus p Alabanza
Isa 62:10 pasad por las p; barred el camino al
Jer 7:2 a la p de la casa de Jehová, y proclama
Eze 8:8 cava .. y cavé en la pared, y he aquí una p
Mal 1:10 ¿quién .. hay de .. que cierre las p o
Mat 6:6 y cerrada la p, ora a tu Padre que está en
Mat 7:13 entrad por la p estrecha .. ancha es la p
Mat 16:18 las p del Hades no prevalecerán contra
Mat 24:33; Mar 13:29 que está cerca, a las p
Mat 25:10 entraron .. a las bodas; y se cerró la p
Mat 26:71 saliendo él a la p, le vio otra, y dijo
Luk 13:24 esforzaos a entrar por la p angosta
Joh 10:1 el que no entra por la p en el redil de las
Joh 10:9 yo soy la p; el que por mí entrare, será
Joh 18:16 mas Pedro estaba fuera, a la p. Salió
Joh 20:19 estando las p cerradas en el lugar donde
Act 3:2 a quien ponían .. a la p del templo que
Act 5:9 a la p los pies de los que han sepultado
Act 5:19 abriendo de noche las p de la cárcel y
Act 12:10 llegaron a la p .. que daba a la ciudad
Act 12:14 la cual .. de gozo no abrió la p, sino
Act 14:27 había abierto la p de la fe a los gentiles
Act 16:13 salimos fuera de la p, junto al río, donde
Act 16:26 al instante se abrieron todas las p
1Co 16:9 se me ha abierto p grande y eficaz, y las
2Co 2:12 aunque se me abrió p en el Señor
Col 4:3 para que el Señor nos abra p para la
Heb 13:12 también Jesús .. padeció fuera de la p
Jam 5:9 he aquí, el juez está delante de la p
Rev 3:8 he puesto delante de ti una p abierta, la
Rev 3:20 yo estoy a la p y llamo; si alguno oye
Rev 4:1 miré, y he aquí una p abierta en el cielo
Rev 21:12 con doce p, y en las p, doce ángeles
Rev 21:21 las doce p eran doce perlas; cada una
Rev 21:25 sus p nunca serán cerradas de día, pues
Rev 22:14 y para entrar por las p en la ciudad


Puerta (heb. shaar, el conjunto de la puerta y, la mayorí­a de las veces, refiriéndose a una de gran multitud; dal, propiamente la hoja de la puerta, que solí­a ser de madera y, a veces, enchapada de metal; delet, que junto con dal se refieren a las puertas menores, las de casas particulares; aram. tera y gr. thúra, por lo general se refieren a la puerta de una casa familar; gr. púl’, por lo general se refiere a la puerta monumental [del templo, la ciudad, el Hades, etc.]; pulon). 416. Una puerta antigua en el muro de la ciudad de Ugarit (Ras Shamra). Entrada, generalmente protegida, a una ciudad, un palacio o un templo. La puerta de una ciudad serví­a como atalaya (2Sa 18:24; 2Ki 9:17), punto para hacer negocios (2Ki 7:1), para tener audiencias (1Ki 22:10), transacciones legales (Gen 23:10, 18; Rth 4:1-11) y juzgar los casos y pronunciar sentencias (Deu 21:19-21; 22:13-21; Amo_958 5:10). Los lugares sin edificación cerca de las puertas dentro de las ciudades, eran sitios públicos de reunión y centros de vida comunitaria (Neh 8:1, 3). 417. Modelo de los fundamentos de la puerta de la ciudad de Tell en-Natsbeh, probablemente en la antigua Mizpa, del perí­odo de los reyes hebreos. La torre (izquierda) en el muro exterior tení­a una ranura para la barra de la puerta; nótese los asientos en la caseta del portero y en el exterior. Las excavaciones en Palestina muestran diferentes estructuras de puertas. Las de las ciudades más antiguas eran sencillas, no mucho más que aberturas en el muro que se cerraban con un portón (fig 416). Con la llegada del 2º milenio a.C. fueron más complejas y techadas. Se construí­an de uno a 4 pares de torres en la abertura para que su captura fuera lo más difí­cil posible. Durante ese milenio la mayorí­a de las ciudades tení­an una sola puerta, o a lo más 2, ya que tales brechas en los muros siempre eran puntos débiles en el sistema defensivo. Cuando se fortificaron y se hicieron más complejas sus estructuras su número también aumentó. Por ejemplo, Jerusalén tení­a 7 puertas en tiempos de los reyes de Judá. Las puertas de madera, sin duda cubiertas o reforzadas con bronce (fig 516), probablemente estaban dispuestas por pares, afirmadas a postes verticales; el extremo inferior de éstas giraban dentro de un encastre de piedra, mientras el extremo superior lo hací­a en uno metálico. Para asegurarlas se usaban vigas atravesadas y afirmadas en receso en los muros de las torres que estaban a cada lado de la puerta (Deu 3:5; 1Ki 4:13; 2Ch 8:5; 14:7). En Gezer, Meguido y Hazor se encontraron puertas casi idénticas (figs 495, 496). También son de un diseño y tamaño similar a las del templo de Ezequiel (Eze 40:6-19). La fig 417 es una maqueta que representa la puerta de la ciudad de Tell en-Natsbeh, del perí­odo de los reyes hebreos, como se la veí­a cuando fue excavada por W. F. Badé en 1932. El primer plano muestra el atrio de entrada con sus bancos de piedra. Entre las 2 torres a cada lado del pasadizo habí­a habitaciones que tení­an asientos de piedra enfrentados. La puerta tení­a unos 4,25 m de ancho. Las hojas giraban sobre pivotes con bases de piedra. Una piedra en el medio del pasadizo serví­a como tope para ellas. En la torre fortificada del este (izquierda en la ilustración) habí­a una ranura para la barra que se atravesaba sobre las hojas una vez cerrada la puerta. En este Diccionario se mencionan las siguientes puertas (véase bajo cada nombre las explicaciones correspondientes; agréguese “Puerta de/del/de la/de las/de los”): Benjamí­n, Efraí­n, Josué, Shur y Sodoma. A continuación de esta entrada véanse las siguientes: íngulo, Juicio, Muladar, Pescado, Cárcel, Fuente, Ovejas, Caballos, Tiestos, La Hermosa, Más Alta, Nueva, Oriental y Vieja. Puerta de Arriba. Véanse Puerta de las Ovejas; Puerta Más Alta.

Fuente: Diccionario Bíblico Evangélico

latí­n porta. Abertura para entrar y salir. Las ciudades amuralladas tení­an puertas, Gn 19, 1; 23, 10; 34, 20; Dt 3, 5; Rt 4, 1; las opuestas de las ciudades se cerraban por la noche, Jos 2, 5. Ante las puertas de las ciudades, fuera de sus muros, se encontraban los mercados, se proclamaban los edictos y se administraba justicia, Dt 17, 5; 21, 19; 22, 15/21/24; 25, 7; Jos 20, 4. Este término tiene un abundante uso metafórico en las Escrituras. La p. puede indicar, ciudad, ciudades, Gn 22, 17; 24, 60; Indica que se está próximo a un lugar, que un acontecimiento es inminente, un peligro, Gn 4, 7; Sal 107 (106), 18; Is 38, 10; St 5, 9; Mt 24, 33; Mc 13, 29. Los labios son las puertas de la boca, Si 28, 25; Mi 7, 5. La p. que se abre, es una metáfora empleada en el N. T. para indicar las posibilidades de la predicación apostólica, Hch 14, 27; 1 Co 16, 9; 2 Co 2, 12; Col 4, 3. La p. de la perdición es ancha, die Jesús, y angosta la de la salvación, Mt 7, 13; Jesús es la puerta del redil que da acceso a las ovejas, Jn 1, 7 y 9. Las puertas del mal, las del Hades, el infierno, †œTú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia, y las puertas del Hades no prevalecerán contra ella†, Mt 16, 18. Jesús †œtiene la llave de David: si él abre, nadie puede cerrar; si él cierra, nadie puede abrir†, Ap 3, 7; él toca la p. y si alguien lo oye y le abre, entrará y cenará con él, Ap 3, 20.

Jerusalén y el Templo tení­an muchas puertas y éstos son sus nombres: 1 Aguas, de las, Ne 3, 26; 8, 1/3/16; 12, 37. 2. íngulos, de los, Za 14, 10. 3. Benjamí­n, de, Jr 38, 7; Za 14, 10. 4. Caballos, de los, 2 Cro 23, 15; Ne 3, 28; Jr 31, 40. 5. Central, Jr 39, 3. 6. Efraí­m, de, 2 R 14, 13; 2 Cro 25, 23; Ne 8, 16; 12, 39. 7. íngulo, del, 2 R 14, 13; 2 Cro 25, 23; 26, 9; Jr 31, 38. 8. Fuente, de la, Ne 3, 15; 12, 37. 9. Fundación, de la, 2 Cro 23, 5. 10. Hermosa, Hch 3, 2 y 10. En esta p. los apóstoles Pedro y Juan sanaron a un hombre tullido de nacimiento. 11. Inspección, de la, Ne 3, 31. 12. Josué, de, 2 R 23, 8. 13. Muladar, del, Ne 2, 13; 3, 13-14; 12, 31. 14. Norte, del, 1 Cro 26, 14. 15. Nueva, Jr 36, 10. 16. Occidente, del, 1 Cro 26, 16. 17. Oriental, 1 Cro 26, 14; 2 Cro 31, 14; 18. Ovejas, de las, Ne 3, 1 y 32. 19. Peces, de los, 2 Cro 33, 14; Ne 3, 3; 12, 39; So 1, 10. 20. Prisión, de la, Ne 12, 39. 21. Rey, del, 1 Cro 9, 18. 22. Superior, 2 R 15, 35; 2 Cro 27, 3. 23. Sur, del, 1 Cro 26, 15. 24. Tejoletas, de la, o de la Alfarerí­a, Jr 19, 2. 25. Valle, del, 2 Cro 26, 9; Ne 2, 13 y 15; 3, 13. 26. Vieja, o del Barrio Nuevo, Ne 3, 6; en Ne 12, 39, se le llama de Efraí­m.

Diccionario Bí­blico Digital, Grupo C Service & Design Ltda., Colombia, 2003

Fuente: Diccionario Bíblico Digital

1. (Hebreos, pethah, abertura, portal, deleth, puerta; gr., thyra).

En tiempos antiguos las puertas se moví­an sobre pivotes que giraban en huecos arriba y abajo, y con frecuencia eran puertas dobles. En el NT se utiliza la palabra frecuentemente en sentido figurado, muchas veces en referencia a Cristo (Joh 10:1-2, Joh 10:7; Rev 3:20) y a veces a la oportunidad (Mat 25:10; Act 14:27; 1Co 16:9), la libertad y el poder (Col 4:3).
2. (Hebreos, generalmente sha†™ar, abertura; gr., pyle). La entrada a edificios, terrenos o ciudades cerradas. La gente del Medio Oriente iba a las puertas de la ciudad para asuntos legales, conversación, trueques y noticias (Psa 69:12). La entrada común consistí­a en puertas dobles revestidas de metal (Psa 107:16; Isa 45:2). Se quemaban fácilmante las puertas de madera sin revestimiento de hierro (Jdg 9:52; Neh 2:3, Neh 2:17).

Algunas puertas eran de bronce (Act 3:2); otras eran de piedra maciza (Isa 54:12; Rev 21:21).

Como los puntos más débiles de los muros de la ciudad, las puertes frecuentemente eran objeto de ataque enemigo (Jdg 5:8; 1Sa 23:7; Eze 21:15, Eze 21:22) y por lo tanto estaban flanqueadas por torres (2Sa 18:24, 2Sa 18:33; 2Ch 14:7; 2Ch 26:9). Poseer la puerta era poseer la ciudad (Gen 24:60). Se cerraban las puertas de noche y se volví­an a abrir por la mañana (Deu 3:5; Jos 2:5, Jos 2:7).

Se realizaban los mercados en la puerta y el artí­culo principal que se vendí­a allí­ frecuentemente daba su nombre a la puerta (Puerta de las Ovejas, Neh 3:1; Puerta del Pescado, Neh 3:3; Puerta de los Caballos, Neh 3:28). La puerta era el lugar donde se reuní­a la gente para oí­r un anuncio importante (2Ch 32:6; Jer 7:2; Jer 17:19-27) o la lectura de la ley (Neh 8:1, Neh 8:3) o donde los ancianos realizaban los asuntos legales (Deu 16:18; Deu 21:18-20; Jos 20:4; Rth 4:1-2, Rth 4:11). La puerta también era el lugar de audiencia del rey o el jefe (2Sa 19:8; 1Ki 22:10; Dan 2:48-49).

Figuradamente, las puertas se refieren a la gloria de una ciudad (Isa 3:26; Isa 14:31) o a la ciudad misma (Psa 87:2; Psa 122:2).

Fuente: Diccionario Bíblico Mundo Hispano

Las puertas de las antiguas ciudades amuralladas eran los lugares de reunión donde se realizaban los negocios importantes. En Tell-en-Nasbe (véase Mizpa) bancas de piedra a lo largo de las paredes que rodeaban la puerta proveí­an asientos para aquellos que tení­an negocios que efectuar (véase Rt. 4:1). Las puertas de la ciudad eran por lo general de madera (Neh. 2:8; véase 1:3; 2:13) reforzadas con bandas de cobre o cubiertas con placas de cobre.
El tipo de puertas salomónicas en Meguido, Hazor y Gezer eran elaboradas estructuras defensivas. En realidad, eran una serie de puertas que colgaban de pilares que salí­an de un lado de la pared La puerta exterior estaba protegida por una torre. Cuando las puertas de entrada se cerraban se aseguraban con una barra, algunas veces hecha de cobre. Las puertas mismas se construí­an para girar sobre pivotes centrales insertados en huecos de piedra.
Las casas excavadas en *Tell Beit Mirsim, en el perí­odo desde 2200 hasta 1600 a. de J.C. , dan evidencia de puertas pesadas pero muchas de ellas, desde el perí­odo de 900 hasta 600 a. de J.C. , no tení­an pivotes. Se puede conjeturar que en los difí­ciles tiempos anteriores, se necesitaron puertas resistentes, pero que con el establecimiento de la monarquí­a daví­dica (véase 1 S. 25:7–9) el orden fue restaurado y un simple colgante a la entrada era todo lo que se necesitaba como puerta en una vivienda. Lot tení­a una puerta fuerte en su casa en Sodoma, lo cual indica la necesidad de precauciones especiales allí­ (Gn. 19:9–11).

Fuente: Diccionario Bíblico Arqueológico

El término hebreo sha†™ar, traducido como p., señala a las entradas que permití­an el acceso a ciudades amuralladas. Poseer †œlas p. de los enemigos† equivale a vencerlos y controlarlos (Gen 22:17; Gen 24:60). Dependiendo de su tamaño e importancia, las ciudades por lo general tení­an varias p. A veces se construí­an torres junto a ellas. Uzí­as edificó †œtorres en Jerusalén, junto a la puerta del ángulo, y junto a la puerta del valle … y las fortificó† (2Cr 26:9). Cuando el muro era muy ancho, la entrada tení­a dos p., una exterior y otra interior. †œDavid estaba sentado entre las dos p.† cuando, tras la batalla con las fuerzas de Absalón, el atalaya anunció que vení­a un mensajero (2Sa 18:24). Las hojas de las p. eran de madera, a veces recubiertas con metal, y se aseguraban con cerrojos de hierro (†œPorque quebrantó las puertas de bronce y desmenuzó los cerrojos de hierro† [Sal 107:16; Isa 45:2]). Por la noche se cerraban las p. (Jos 2:5; Neh 7:3).

Junto a la p. de la ciudad habí­a una plaza, lugar muy importante para la vida social y económica. Las transacciones comerciales y aun muchos actos solemnes de gobierno se celebraban allí­. Serví­a también de mercado (2Re 7:1). Allí­ se sentaban los más prestigiosos de la ciudad (†œSu marido es conocido en las p., cuando se sienta con los ancianos de la tierra† [Pro 31:23]). †¢Booz fue †œa la p.† para realizar la transacción con el pariente de Elimelec mediante la cual obtuvo a Rut (Rut 4:1). Frente a la p. se ventilaban los asuntos legales. Unos padres que tuvieran a un †œhijo contumaz y rebelde† debí­an llevarlo †œante los ancianos de su ciudad, y a la puerta del lugar donde viva† para ser juzgado (Deu 21:19-20). Alguien que querí­a acogerse a una de las ciudades de refugio debí­a presentarse †œa la puerta de la ciudad† para explicar su caso a los ancianos (Jos 20:4). No quebrantar †œen la p. al afligido† significa no aplastarle en juicio (Pro 22:22).
utiliza la palabra como metáfora para señalar el acceso a alguna bendición o maldición de carácter espiritual. Así­, se habla de †œlas p. de la muerte† (Sal 9:13); las †œp. eternas† por las cuales pasa el Rey de gloria (Sal 24:7-10); †œlas p. de la justicia† y †œla p. de Jehovᆝ, por las cuales entran los justos (Sal 118:19-20).
Señor Jesús es †œla p. de la ovejas† y el que entra por él †œserá salvo† (Jua 10:1-9). También nos dice que hay que entrar †œpor la p. estrecha; porque ancha es la p., y espacioso el camino que lleva a la perdición … porque estrecha es la p…. que lleva a la vida…† (Mat 7:13-14). En la visión de Juan, la nueva Jerusalén tiene †œdoce p.; y en las p., doce ángeles, y nombres inscritos, que son los de las doce tribus de los hijos de Israel…† (Apo 21:12).

Fuente: Diccionario de la Biblia Cristiano

tip, CONS TIPO

ver, JERUSALEN

vet, (a) Las ciudades fortificadas y los palacios tení­an una o varias puertas que permití­an la entrada y salida de sus habitantes y que impedí­an, en caso necesario, la entrada al enemigo. Con frecuencia tení­an poderosas torres que las protegí­an (2 Cr. 26:9). A menudo, la puerta era una entrada monumental, embovedada, que atravesaba la torre. Se cruzaban grandes barras contra las puertas para hacerlas impenetrables (Dt. 3:5; 1 R. 4:13; 2 Cr. 8:5; 14:7). El término “puerta” significa asimismo el lugar más público de la ciudad, donde se trataban los asuntos (1 R. 22:10; 2 R. 7:1; Ez. 11:1), donde se llevaban a cabo las transacciones legales ante testigos (Gn. 23:10, 18; Rt. 4:1-11). Era el lugar en el que se examinaban y juzgaban los litigios (Dt. 21:19; 22:15; 25:7-9; Jb. 29:7; Am. 5:15). Las moradas aristocráticas tení­an portales (Lc. 16:20) que permití­an una exhibición de lujo (Pr. 17:19). El término heb. “deleth” designa el conjunto de la puerta que gira sobre sus goznes, así­ como la hoja móvil (Gn. 19:6; Jue. 3:23). El término “tsela” se emplea a propósito de los paneles móviles de un batiente (1 R. 6:34). En el Templo de Salomón, la puerta del santuario ocupaba, según parece, 1/4 del muro (1 R. 6:33). En el estado actual de nuestros conocimientos, la interpretación de este pasaje no es muy segura. La LXX y la Vulgata traducen “puerta cuadrangular”. Para la Puerta de las Ovejas, del Pescado, de la Fuente, véase JERUSALEN b, C. (b) “Puerta” se usa metafóricamente del medio de entrada a bendición. El Señor Jesucristo dijo: “Yo soy la puerta; el que por mí­ entrare, será salvo.” La salvación es sólo por medio de El (Jn. 10:9). También dijo que, como Pastor verdadero, El habí­a entrado en el redil por la puerta; esto es, que aunque era el Hijo de Dios, entró obedientemente a través de lo que Dios habí­a ordenado, siendo circuncidado, presentado en el Templo, y entrando además a formar parte del residuo mediante el bautismo (Jn. 10:1-9; cfr. Lc. 2:21-22; 3:21-22). Dios abrió “la puerta de la fe” a los gentiles mediante el ministerio de Pablo y Bernabé (Hch. 14:27). Las oportunidades para el servicio reciben el nombre de “puertas abiertas” (cfr. 1 Co. 16:9; 2 Co. 2:12; Col. 4:3; Ap. 3:8). En la Iglesia en su estado laodicense el Señor es presentado fuera de ella, pidiendo admisión, a fin de que algunos le oigan individualmente, con promesa de bendición a aquellos que le abran (Ap. 3:20).

Fuente: Nuevo Diccionario Bíblico Ilustrado

Las puertas de las casas, que solí­an ser bajas, eran ordinariamente de madera (Mc 1, 33; 2, 2; 11, 4; Lc 11, 7; 13, 24; Jn 18, 16); más amplias eran las de la sala ohabitación más grande de la casa (Mt 25, 10; Jn 20, 19. 26); las demás habitaciones tení­an también puertas (Mt 6, 6); en las casas grandes la puerta es un verdadero portal, lugar de reuniones (Mt 26, 71). Por “puerta de la ciudad” se entiende no sólo las grandes puertas que daban acceso a la misma, ordinariamente de madera revestidas de bronce, sino el espacio anterior a la puerta, que era una verdadera plaza, lugar de reuniones en la vida pública (Lc 7, 12; Act 9, 24; 12, 10; 14, 13; 16, 13; Heb 13, 12; Ap 22, 14). En los evangelios se habla de la puerta en sentido metafórico, para indicar que una situación preocupante está ya encima, a la puerta (Mt 24, 33; Mc 13, 29); para hablar de la entrada en el reino de los cielos (Mt 7, 13-14; 25, 10; Lc 13, 24); se habla del infierno y del cielo con espacios cerrados por puertas, cuyas llaves están en las manos de Dios (Mt 16, 18). Jesucristo mismo se compara a la puerta por donde han de entrar todos los hombres para conseguir la salvación (Jn 10, 7-9). San Juan contempla a la Jerusalén celeste con doce puertas, de cara a los cuatro puntos cardinales (tres a cada punto), sí­mbolo de que en el reino de los cielos no hay discriminación alguna, de que la llamada para entrar en él es universal y de que en él pueden entrar todos los hombres de todos los tiempos y de todas las geografí­as (Ap 21, 21-25). -> pastor.

E. M. N.

FERNANDEZ RAMOS, Felipe (Dir.), Diccionario de Jesús de Nazaret, Editorial Monte Carmelo, Burbos, 2001

Fuente: Diccionario de Jesús de Nazaret

Las ciudades antiguas de Oriente, en el entorno de Palestina, solí­an tener varios lugares de encuentro, entre ellos, el palacio real, el templo y la torre de defensa. El más importante para el pueblo era la puerta, como espacio abierto para el encuentro y la relación personal, lo mismo que para la administración de la justicia, pues allí­ solí­an reunirse los ancianos y/o jueces (cf. Prov 31,23). (1) Apocalipsis. La nueva Jerusalén tendrá doce puertas (pyIones) de piedras preciosas, que llevan los nombres de los patriarcas de Israel y de los apóstoles del Cordero (principio y culmen de la salvación) y están presididas por doce ángeles, signo de presencia y cuidado de Dios (Ap 21,12-21). Ellas siguen cumpliendo una función orientadora para los pueblos que quieran salvarse (21,24), pero no se cierran ni de dí­a ni de noche (21,25), pues no habrá peligro en ella (nadie puede amenazarla) y todos hallarán allí­ su plenitud y bienaventuranza (cf. 22,14). (2) La Biblia de los pórticos. Muchas de las puertas y pórticos de las grandes iglesias románicas contienen escenas del Apocalipsis y de otros libros de la Biblia, especialmente: el Cristo Vencedor (Pantokrator), los cuatro Vivientes (Tetramorfo) y los veinticuatro ancianos (música celeste), con los ángeles trompeteros, escenas de juicio… El Apocalipsis, representado así­ en los tí­mpanos de muchas puertas, puede interpretarse como guí­a de un camino purificador que lleva a la confesión de los pecados y a la transformación individual y comunitaria de los fieles. La misma arquitectura y escultura se vuelve catcquesis: interpretación del Libro, Biblia de los Pobres (de aquellos que no saben leer). Una de las más famosas puertas del Ap y uno de los más altos monumentos artí­sticos y teológicos de la historia de Occidente, es el Pórtico de la Gloria de Santiago de Compostela, que puede interpretarse como Puerta de la Biblia y en especial del Séptimo Sello del Apocalipsis.

Cf. D. Gómez Grisaleña, J. M. Dí­az Mozaz y X. Pikaza, Apocalipsis de Pancorbo. Visiones de Juan, La Muralla, Madrid 1992; F. Van der Meer, LApocalypse dans l†™art, Mercator, Amberes 1978.

PIKAZA, Javier, Diccionario de la Biblia. Historia y Palabra, Verbo Divino, Navarra 2007

Fuente: Diccionario de la Biblia Historia y Palabra

1. thura (quvra, 2374), puerta. Se utiliza: (a) literalmente (p.ej., Mat 6:6; 27.60); (b) metafóricamente, de Cristo (Joh 10:7,9); de la fe, por la aceptación del evangelio (Act 14:27); de oportunidades para la predicación y enseñanza de la Palabra de Dios (1Co 16:9; 2Co 2:12; Col 4:3; Rev 3:8); de entrada en el Reino de Dios (Mat 25:10; Luk 13:24,25); de la entrada de Cristo en el corazón arrepentido de un creyente (Rev 3:20); de la inminencia de la Segunda Venida de Cristo (Mat 24:33; Mc 13.29; cf. Jam 5:9); del acceso a la contemplación de visiones relacionadas con los propósitos de Dios (Rev 4:1). Se traduce “entrada” en Mat 27:60; Mc 16.3, en ambos casos de la entrada a un sepulcro. Véase ENTRADA. 2. pule (puvlh, 4439), portón, puerta. Se utiliza: (a) literalmente, de una puerta de gran tamaño, en los muros de una ciudad, palacio o templo (Luk 7:12, de Naí­n; los sepulcros se encontraban a extramuros de las ciudades; Act 3:10; 9.24; 12.10; Heb 13:12); (b) metafóricamente, de las puertas a las entradas de los caminos que conducen a la vida y a la destrucción (Mat 7:13,14); en TR aparece pule, portón, en lugar de thura, puerta, que aparece en los mss. más comúnmente aceptados, en Luk 13:24; de los portones del Hades (Mat 16:18), no habiendo nada que fuera considerado más fuerte que ellos. La importancia y poder de los portones hací­a que fueran considerados como sinónimos de poder. Por metonimia, se usaban las puertas para denotar a aquellos que junto a ellas ejercí­an el gobierno y administraban justicia.¶ 3. pulon (pulwvn, 4440), relacionado con Nº 2 (cf. con pilón, portada de los templos del antiguo Egipto), se utiliza de un portal, porche o vestí­bulo de una casa o palacio (Mat 26:71 “portal”, RVR77; RV, RVR: “puerta”). En el pasaje paralelo de Mc 14.69 se utiliza proaulion (véase ENTRADA, B, Nº 2), e indudablemente este es el sentido de pulon en Mat 26: También tiene este significado de portal o vestí­bulo en Luk 16:20; Act 10:17; 12.13, 14; luego, el portal o portón de una torre de una ciudad amurallada (Act 14:13; Rev 21:12,13,15,21; 22.14).¶ Notas: (1) Probatikos, que significa de ovejas, o perteneciente a ellas, denota una puerta de ovejas en Joh 5:2; véase OVEJAS (puerta de las); (2) la corrección conjetural que sugiere la idea de “inundaciones” en lugar de “puertas” en Mat 16:18 no tiene bases suficientes para poder ser aceptada.

Fuente: Diccionario Vine Nuevo testamento

La puerta abierta deja pasar, entrar y salir, permite la libre circulación; expresa la acogida (Job 31,32), una posibilidad ofrecida (lCor 16,9). Cerrada, impide el paso: protege (Jn 20,19) o expresa una negativa (Mt 25,10).

I. LA PUERTA DE LA CIUDAD. La ciudad guarda su entrada con una puerta monumental, fortificada, que protege contra los ataques del enemigo e introduce a los amigos: “el *extranjero que está dentro de las puertas” (Dt) participa de los privilegios de Israel. La puerta garantiza así­ la seguridad de los habitantes y permite a la ciudad constituirse en comunidad; junto a la puerta se concentra la vida de la ciudad : en este punto tienen lugar encuentros (Job 29,7; Sal 69,13), negocios comerciales (Rut 4,1-11), maniobras polí­ticas (2Sa 15,1-6) y sobre todo juicios (Job 5,4; 31,21; Prov 22,22; 24,7). Una ciudad sin puertas es una ciudad sin unidad ni paz.

La puerta se identifica, pues, en cierta manera con la ciudad, y la palabra puede designar a la ciudad misma (Dt 28,52-57) y hasta llega a connotar el *poder de la ciudad. Apoderarse de la puerta significa hacerse dueño de la ciudad (Gén 22,17); recibir sus llaves equivale a ser investido del poder (Is 22,22); las puertas del s”eol o de la muerte (Is 38, 10; Sal 107,18) designan la morada misteriosa a donde todo hombre es conducido, cuya entrada sólo Dios conoce (Job 38,17), de donde sólo Dios puede sacar (Sal 9,14).

*Jerusalén es la ciudad santa con puertas antiguas (Sal 24,7ss), a las que Yahveh ama particularmente (Sal 87) porque él mismo las ha consolidado (Sal 147,13). El peregrino que las franquea tiene la sensación de la unidad y de la paz (Sal 122).

II. LA PUERTA DEL CIELO. 1. AT. Cierto que Yahveh abre las puertas del cielo para enviar la lluvia, el maná (Sal 78,23) y toda clase de *bendiciones a la tierra (Mal 3,10); pero desde que se cerró el paraí­so el hombre no comunica ya familiarmente con Dios. El *culto es el que establece una relación entre los dos mundos, el divino y el terrestre: así­ Jacob habí­a reconocido en Betel “la puerta del cielo” (Gén 28,17); el peregrino que sube a la ciudad santa viene a franquear las puertas del templo para acercarse a Yahveh (Sal 110,4): “aquí­ está la puerta de Yahveh, los justos entrarán” (Sal 118, 20) por donde en otro tiempo entró el rey de’ gloria (Sal 24,7-10). Pero si Israel, aun pasando por esta puerta, no *busca a Yahveh, el *templo viene a ser inútil y, de rechazo, *Jerusalén pierde su razón de ser y su poder, dado que en la puerta no se dictan sentencias justas (Am 5,15; Zac 8,16). Es inútil fortificar la puerta, pues no garantizará la seguridad. Por lo tanto en los profetas la separación efectuada por la puerta viene a ser más espiritual. “Quitando el mal de en medio de ella” más bien que cerrando sus puertas a las *naciones, es como será santa la ciudad. Israel descubre que el hombre no puede subir al cielo; por eso pide a Dios en su oración que rasgue los cielos y descienda él mismo (Is 63,19).

2. NT. Jesús trae la respuesta; en su bautismo se abre el cielo y él mismo viene a ser la verdadera puerta del cielo bajada a la tierra (Jn 1,51; cf. Gén 28,17), la puerta que introduce en los pastos donde se ofrecen libremente los bienes divinos (Jn 10, 9), el único *mediador: por él se comunica Dios a los hombres, por él tienen los hombres acceso al Padre (Ef 2,18; Heb 10,19). Por haberse él apoderado de la llave de la *muerte y del *infierno (Ap 1,18), su Iglesia echará abajo las “puertas del Hades” y acogerá a los elegidos en el reino cuyas llaves ha recibido Pedro (Mt 16,18s). Pero si la puerta del reino es estrecha (Lc 13,24ss), Jesús tiene su llave, la llave de David (Ap 3,7). El cielo se abre a todo el que se abre por la fe (Act 14,27; Ef 3, 12), a quien abre a Jesús, que llama a la puerta (Ap 3,20).

Al final de lo$ tiempos coinciden ciudad y cielo. La *Jerusalén celestial tiene doce puertas; están siempre abiertas (Ap 21,12-25) y, sin embargo, hay seguridad total y perfecta justicia (Is 1,26; 26,1-5), el mal no entra ya en ella (Ap 21,27; 22,15); hay intercambio perfecto entre Dios y la humanidad: dones de Dios y ofrendas del hombre circulan libremente (Zac 2,8s; 14; Is 60,11; Ap 21,26; 22,14).

-> Mediador – Poder.

LEON-DUFOUR, Xavier, Vocabulario de Teologí­a Bí­blica, Herder, Barcelona, 2001

Fuente: Vocabulario de las Epístolas Paulinas

En el AT hay dos palabras hebreas para «puerta»: (1) peṯaḥ, que significa «abertura», «pasada»; (2) deleṯ, «puerta», esto es, el objeto que cierra la pasada. En el NT, zura sirve para estos dos significados (p. ej., Mt. 6:6; 27:60). Una descripción competente acerca de la construcción de las puertas en el Cercano Oriente se encuentra en HDCG. Zura se emplea figurativamente también en varias maneras: primero, significa «cercanía», a la puerta (Mt. 24:33; Mr. 13:29; Stg. 5:9); en segundo lugar, describe la entrada al reino de Dios, la puerta angosta (Lc. 13:24); en tercer lugar, simboliza la oportunidad o la factibilidad, una puerta abierta (Hch. 14:27; 1 Co. 16:9; 2 Co. 2:12; Col. 4:3; Ap. 3:8; cf. Os. 2:15, puerta de esperanza, que puede ser el origen de este significado); en cuarto lugar, describe a Cristo, la puerta de las ovejas (Jn. 10:7) la puerta del rebaño (Jn. 10:9); por último, señala la invitación amorosa de Cristo a los hombres (Ap. 3:20).

BIBLIOGRAFÍA

Arndt; B.R. Downer en ISBE; G.B. Eager en HDCG; B.E. Westcott, The Revelation of the Father, pp. 63–74.

David A. Hubbard

HDCG Hastings’ Dictionary of Christ and the Gospels

ISBE International Standard Bible Encyclopaedia

Harrison, E. F., Bromiley, G. W., & Henry, C. F. H. (2006). Diccionario de Teología (502). Grand Rapids, MI: Libros Desafío.

Fuente: Diccionario de Teología