RECOGIMIENTO
(v. oración, silencio)
(ESQUERDA BIFET, Juan, Diccionario de la Evangelización, BAC, Madrid, 1998)
Fuente: Diccionario de Evangelización
Cuando quieras encontrar a Dios, «entra en tu habitación, cierra la puerta y ora a tu Padre, que está en lo secreto; y tu Padre, que ve en lo secreto, te premiará». Jesús, con estas palabras sencillas, nos enseña un método: el secreto del recogimiento. Muchas veces experimentamos que, para vivir momentos de verdadera oración, es necesario un clima determinado. Debemos retirarnos a nuestro cuarto, apartarnos, no hablar con nadie ni escuchar a nadie: en una palabra, recogernos. Este término tiene un significado psicológico profundo, porque subraya que muchas veces nuestras fuerzas están dispersas. Hablamos, escuchamos, nos reímos, nos movemos, nos distraemos de mil maneras. La espiritualidad oriental —incluso fuera de la tradición cristiana— ha tratado ampliamente el tema del recogimiento. La imagen que los orientales suelen utilizar para expresarlo es la del tigre o la de la pantera, que antes de lanzarse sobre la presa se retrae en sí misma para recoger el máximo de su fuerza. Para encontrar a Dios, tenemos que retirar nues08 tras fuerzas dentro de nosotros y concentrarnos: sustraernos, por así decirlo, al exterior. En efecto, concentrarse significa tener un único centro: si conseguimos ponernos así ante el Señor, se desprenderá de nosotros una capacidad increíble. Nos encontraremos incluso distintos, con una lucidez y una claridad que jamás habíamos experimentado, y comprenderemos mejor la pregunta: «¿Quién soy yo?».
Carlo María Martini, Diccionario Espiritual, PPC, Madrid, 1997
Fuente: Diccionario Espiritual