Act 5:1-10.
Safira (gr. Sápfira o Sapféir’; transliteración del aram. Shappîra’, «hermosa [linda, bella]» o «zafiro»; el nombre aparece en los osarios gr. y aram. descubiertos en las cercanías de Jerusalén). Mujer de Ananías y quien se confabuló con éste en la venta de cierta propiedad aparentemente para beneficio de la iglesia. Fue cómplice voluntaria en el subterfugio de retener una parte del precio mientras entregaban a los apóstoles el resto como si fuera la totalidad. Pedro denunció esta fraudulenta conducta, a continuación de lo cual Safira cayó muerta, como había ocurrido con su esposo un poco antes (Act 5:1-11).
Fuente: Diccionario Bíblico Evangélico
mujer de Ananías, con quien se puso de acuerdo para tratar de engañar a los apóstoles, por codicia, a acusa de lo cual murió, igual que su marido, Hch 5, 1-10.
Diccionario Bíblico Digital, Grupo C Service & Design Ltda., Colombia, 2003
Fuente: Diccionario Bíblico Digital
(arameo, shappira†™, hermosa). Era la esposa de Ananías quien con su esposo cayó muerta porque mintieron a Dios (Act 5:1-10).
Fuente: Diccionario Bíblico Mundo Hispano
(hermosa).
Esposa de Ananías, que por mentir murió de repente a los pies de Pedro, Hec 5:1-10.
Diccionario Bíblico Cristiano
Dr. J. Dominguez
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Fuente: Diccionario Bíblico Cristiano
(Hermosa). Esposa de †¢Ananías, el personaje de la primitiva iglesia de Jerusalén que poco después de Pentecostés vendió una herencia y trató de engañar a los apóstoles al declarar el precio de la venta. Cuando Pedro le descubrió †œcayó y expiró†. Después llegó S. y Pedro le preguntó el precio de la venta. Ella mintió también y le pasó igual que a su marido (Hch 5:1-11).
Fuente: Diccionario de la Biblia Cristiano
tip, BIOG MUJE MUNT
vet, = «hermosa». Esposa de Ananías, que murió por haber mentido a Dios. Safira corrió idéntica suerte por haber participado en el mismo engaño (Hch. 5:1-10).
Fuente: Nuevo Diccionario Bíblico Ilustrado
Pero cierto hombre llamado Ananías, con Safira su mujer, vendió una heredad, y se quedó con parte del precio, sabiéndolo también su mujer. (Hechos 5:1, 2)
Léase Hechos 5:1-Il. Dios castigó a Safira con la muerte por haber colaborado con su esposo en un acto fraudulento. Lo ocurrido no parece que debería haber dado lugar a un resultado tan trágico. Vamos a considerar los hechos en conjunto.
Ananías y Safira, los dos se habían segregado del judaísmo y se habían adherido a los seguidores de Jesús. No eran meramente simpatizantes: vendieron una propiedad suya y entregaron a los apóstoles una buena parte de la venta, para beneficencia o necesidades de los apóstoles y la predicación. ¿Cómo pudo dar lugar a un castigo tan grave un acto de generosidad?
En la Iglesia de Jerusalén habíase formado un espíritu de cooperación extrema, que afectaba incluso a la entrega de las posesiones personales, para ministrar a las necesidades de los santos. Muchos vendían sus propiedades, casas, campos y entregaban el producto a los apóstoles. No es infrecuente al principio de movimientos o avivamientos que los seguidores muestren gran entusiasmo.
Es posible que Ananías y Safira eran bien conocidos, y también lo era el hecho de que tenían una propiedad. El retenerla, cuando los demás vendían las suyas, podía producir la impresión de egoísmo ante los demás fieles. Ananías y Safira querían asegurarse de mantener las apariencias y su reputación de piedad. Decidieron pues, vender la propiedad. Una vez vendida, de común acuerdo decidieron que, sin menoscabo para su reputación, iban a retener parte del producto de la venta. Es posible que no retuvieran mucho, pues de otro modo la discrepancia se habría hecho evidente.
Lo que vemos aquí esencialmente es que su acción no era motivada espiritualmente. Y al dar la apariencia de que entregaban todo lo obtenido de La venta, la acción adquiría el carácter de fraude a los ojos de los apóstoles, y una mentira ante los ojos de Dios. Era un verdadero sacrilegio.
No sabemos si Pedro se enteró del precio indirectamente o si le fue revelado por Dios. Pero su acusación fue fulminante:»¿No podías retenerlo todo para ti siendo tuya la propiedad? La mentira no es a los hombres sino a Dios que la has dicho.» Ananías expiró al oír estas palabras. A las tres horas más o menos, apareció Safira y cuando Pedro le preguntó a qué precio habían vendido la heredad; Safira, que se había puesto de acuerdo con su esposo, repitió la mentira. Safira «cayó a los pies de Pedro y expiró».
Preguntas Sugeridas Para Estudio Y Discusión
1. ¿Qué acción benéfica decidieron hacer Ananías y Safira?
2. ¿En qué forma frustró el diablo sus planes?
3. ¿En qué forma fue castigado este fraude?
Fuente: Mujeres de la Biblia
(de una voz aramea que significa: †œHermosa†).
Esposa de Ananías. Participó en una confabulación con su esposo que resultó en la muerte de ambos. Vendieron un campo de su propiedad y de manera hipócrita dieron a entender que entregaban a los apóstoles todo el dinero que habían obtenido por él, como estaban haciendo otros cristianos de Jerusalén para hacer frente a la emergencia surgida después del Pentecostés de 33 E.C.
El pecado de Ananías y Safira no consistió en no entregar la cantidad íntegra que habían cobrado por la venta del campo, sino en aducir mentirosamente que lo habían hecho, por lo visto con la intención de atraerse el parabién de los hombres, en lugar de hacer que la honra recayese sobre Dios y su contribución resultase en el bienestar de la congregación. El apóstol Pedro, dirigido por el espíritu santo, puso al descubierto el engaño y dijo al esposo: †œAnanías, ¿por qué te ha envalentonado Satanás a tratar con engaño al espíritu santo y a retener secretamente parte del precio del campo? Mientras permanecía contigo, ¿no permanecía tuyo?, y después que fue vendido, ¿no continuaba bajo tu control? ¿Por qué te propusiste un hecho de esta índole en tu corazón? No has tratado con engaño a los hombres, sino a Dios†. Al oír las palabras de Pedro, Ananías cayó y expiró.
Transcurridas unas tres horas, Safira se presentó y repitió la misma mentira. Luego Pedro le preguntó: †œ¿Por qué convinieron entre ustedes dos en poner a prueba el espíritu de Jehová?†. Como le había ocurrido a su esposo, Safira cayó y expiró. Este incidente le sirvió a la congregación de disciplina e indujo gran temor entre sus miembros, como sin duda también respeto y aprecio por el hecho de que Jehová moraba entre ellos en espíritu. (Hch 4:34, 35; 5:1-11; 1Co 3:16, 17; Ef 2:22; compárese con 1Ti 1:20.)
Fuente: Diccionario de la Biblia
(gr. sapfeira, trasliteración del
F.F.B.
Douglas, J. (2000). Nuevo diccionario Biblico : Primera Edicion. Miami: Sociedades Bíblicas Unidas.
Fuente: Nuevo Diccionario Bíblico