SECULARISMO / SECULARIZACION

De saeculum en contraposición a religio, para indicar la diferencia entre el mundo de Dios y el mundo sin Dios y una pérdida progresiva del papel polí­tico-cultural de la Iglesia. Para la filosofí­a, la secularización es una categorí­a hermenéutica de la modernidad: por un lado, la secularización de la teologí­a cristiana de la historia en la filosofí­a moderna sitúa a la humanidad como sujeto de la historia en lugar de Dios (K. LOwith); por otro, la autoafirmación y emancipación del hombre legitima a la modernidad como tiempo nuevo (H. Blumenberg). No se trata ya de la metáfora de una metamorfosis secular de las ideas teológicas, sino de la expropiación radical que sanciona un corte entre lo sagrado y lo profano, en un «desencanto del mundo» y en una «regionalización» de la «existencia» (M. Weber).

Sociológicamente, la secularización determina en los procesos de modernización y de tecnologización una grieta de sentido que provoca la experiencia de la indiferencia, la pérdida del fundamento, la inutilidad de la religión.

La teologí­a interpreta la secularización como cifra de la ausencia de Dios en la modalidad de su manifestación. D Bonhoeffer habla de la edad adulta dei mundo, cuya historia es distinta de la historia de- Dios. Esta realidad es una «oportunidad» para la fe, que tiene que abandonar al Deus-ex-machi,.la para fiarse del Dios de la cruz. En F. Gogarten la secularización es «la mundanidad del mundo» como proceso que surge de la fe: la intervención de Dios ofrece al hombre la experiencia de la libertad respecto al mundo. De aquí­ el ví­nculo irrompible entre fe y secularización (Sakularisierung) y secularismo (Sakularismus), expresión esta última de la mala comprensión por parte del hombre de la mundanidad, experimentada como cerrazón a la Trascendencia en una autonomí­a soteriológica. Para H. Cox, la ciudad secular no es incompatible con las instancias de la fe cristiana, va que responsabiliza al hombre en un proyecto profano al lado del proyecto de Dios: la («teologí­a radical» o de la «muerte de Dios» rompe con una concepción metafí­sica de Dios, cuyo eclipse anuncia un Dios diferente en el futuro y proclama el » evangelio del ateí­smó cristiano «, exponente de una nueva humanidad.

Para la teologí­a católica, la fenomenologí­a de la secularización traza una nueva hermenéutica de la relación fe-mundo. La tesis de fondo es la siguiente: el proceso de secularización guarda relación con la idea bí­blica de creación y con la eliminación de aquella división que se ha realizado en Cristo entre lo sagrado y lo profano. E. Schillebeeckx habla de cristianización de lo profano como asunción de la realidad del mundo en relación con Dios; K. Rahner subraya la secularización como laicización, en la que el mundo se desacraliza: J. B. Metz habla de la mundanización, caracterizada por la dinámica creación-redención. La secularización aparece como un locus theologicus complejo: a una reivindicación de autonomí­a ontológica y epistemológica (secularización) se contrapone la pretensión de independencia absoluta y de indiferencia por lo Trascendente (secularismo).
C Dotolo

Bibl.: P. S, Vanzan, Secularización. en DTI, 1V 271-286; K. Rahner Secularización y ateismo, Madrid 1970; C. Duquoc, Ambiguedad de las teologí­as de la secularización, DDB, Bilbao 1974; J B. Metz, Feologia del mundo, Sí­gueme, Salamanca 1971; E. Schillebeeckx, Dios, futuro del hombre, sí­gueme, Salamanca 1971; F. Gogarten, Destino y esperanzas del mundo moderno, La secularización como problema teológico, Madrid 1971 .

PACOMIO, Luciano [et al.], Diccionario Teológico Enciclopédico, Verbo Divino, Navarra, 1995

Fuente: Diccionario Teológico Enciclopédico