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STABAT MATER

STABAT MATER

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Himno litúrgico en forma de secuencia que se entona en la fiesta de los Dolores de Ntra. Sra. Se le atribuye a Jacopone de Todi del siglo XIII. Además de ser uno de los más populares entre los himnos marianos, fue objeto de diversas composiciones musicales de autores célebres: Palestrina, Pergolesi, Boccherini, Scarlatti, Rossini. (Ver Marianas. Plegarias)

Pedro Chico González, Diccionario de Catequesis y Pedagogí­a Religiosa, Editorial Bruño, Lima, Perú 2006

Fuente: Diccionario de Catequesis y Pedagogía Religiosa

Nuestra Señora de los Ángeles. Obra de Francisco Romero Zafra Nuestra Señora de la Concepción. Obra de Francisco Romero Zafra María Santísima de la Victoria.Bollullos. Obra de Farncsico Romero Zafra María Santísima de la Victoria.Bollullos. Obra de Farncsico Romero Zafra Virgen del divino consuelo, Lucena, Córdoba. Obra de Francisco Romero Zafra Nuestra Señora de los Desamparados. Obra de Francisco Romero Zafra Nuestra Señora de la Salud y esperanza. Obra de Francisco Romero Zafra Virgen del Refugio, Málaga. Obra de Francisco Romero Zafra Nuestra Señora del Mayor dolor y consuelo.Bailén.Obra de Francisco Romero Zafra Virgen del Rocío. Obra de Francisco Romero ZafraLas primeras palabras de dos himnos paralelos, uno de los cuales (Stabat Mater Dolorosa) está en uso litúrgico, mientras el otro (Stabat Mater Speciosa) no lo está. Ambos celebran las emociones de Nuestra Señora en la Cruz y en el Pesebre—Calvario y Belén—respectivamente y que pueden ser convenientemente diferenciados por la tercera palabra, (Dolorosa, Speciosa). La Speciosa contiene trece estrofas (dobles) de seis líneas; la Dolorosa, diez. En otros aspectos los dos himnos tienen un perfecto paralelismo de frases, como se puede ver por la primera estrofa:
Stabat mater dolorosa
Stabat mater speciosa
Juxta crucem lacrimosa
Juxta Gaudiosa foenum
Dum filius pendebat
Dum jacebat filius

La cuestión sobre cuál es el original y cuál la imitación será discutido más abajo en la sección “La Speciosa”.

La “Dolorosa”

EN LATIN

EN ESPAÑOL

1

Stabat Mater dolorosa

Estaba la Madre dolorosa

juxta crucem lacrimosa,

junto a la Cruz llorosa

dum pendebat filius.

en que pendía su Hijo.

Cuyus animam gementem

Su alma gimiente,

contristantem et dolentem

contristada y doliente

pertransivit gladius

atravesó la espada.

2

O quam tristis et afflicta

¡Oh, cuán triste y afligida

fuit illa benedicta

estuvo aquella bendita

Mater unigeniti.

Madre del Unigénito.

Quae moerebat et dolebat.

Languidecía y se dolía

Pia Mater, cum videbat

la piadosa Madre que veía

Nati poenas incliti

las penas de su excelso Hijo.

3

Quis est homo qui non fleret,

¿Qué hombre no lloraría

Matrem Christi si videret

si a la Madre de Cristo viera

In tanto supplicio?

en tanto suplicio?

Quis non posset contristari,

¿Quién no se entristecería

Piam matrem contemplari

a la Madre contemplando

Dolentem cum filio?

a su doliente Hijo?

4

Pro peccatis suae gentis

Por los pecados de su gente

vidit Jesum in tormentis

vio a Jesús en los tormentos

Et flagellis subditum.

y doblegado por los azotes.

Vidit suum dulcem natum

Vio a su dulce Hijo

Morientem desolatum

muriendo desolado

Dum emisit spiritum.

al entregar su Espíritu.

5

Eia mater, fons amoris,

Ea, Madre, fuente de amor,

Me sentire vim doloris

házme sentir tu dolor,

Fac, ut tecum lugeam.

contigo quiero llorar.

Fac ut ardeat cor meum

Haz que mi corazón arda

In amando Christum Deum,

en el amor de mi Dios

Ut sibi complaceam.

y en cumplir su voluntad.

6

Sancta mater, istud agas,

Santa Madre, yo te ruego

Crucifixi fige plagas

que me traspases las llagas

Cordi meo valide.

del Crucificado en el corazón.

Tui nati vulnerati

De tu Hijo malherido

Iam dignati pro me pati,

que por mí tanto sufrió

Poenas mecum divide!

reparte conmigo las penas

7

Fac me vere tecum flere,

Déjame llorar contigo

Crucifixo condolere,

condolerme por tu Hijo

Donec ego vixero.

mientras yo esté vivo.

Juxta crucem tecum stare

Junto a la Cruz contigo estar

et me tibi sociare

y contigo asociarme

In planctu desidero.

en el lanto es mi deseo.

8

Virgo virginum praeclara,

Virgen de Vírgenes preclara

Mihi iam non sis amara,

no te amargues ya conmigo

Fac me tecum plangere.

déjame llorar contigo.

Fac ut portem Christi mortem,

Haz que llore la muerte de Cristo

Passionis fac sortem

házme socio de su Pasión,

Et plagas recolere.

haz que me quede con sus llagas.

9

Fac me plagis vulnerari,

Haz que me hieran sus llagas

fac me cruce inebriari

haz que con la Cruz me embriague

et cruore Filii.,

y con la Sangre de tu Hijo.

Flammis ne urar succensus

Para que no me queme en las llamas

Per te virgo, sim defensus

defiéndeme tú, Virgen santa,

In die judicii.

en el día del juicio.

10

Christe, cum sit hinc exire,

Cuando, Cristo, haya de irme,

da per matrem me venire

concédeme que tu Madre me guíe

ad palmam victoriae

a la palma de la victoria.

Quando corpus morietur

Y cuando mi cuerpo muera,

Fac ut animae donetur

haz que a mi alma se conceda

Paradisi gloria.

del Paraíso la gloria.

Amen.

Amén.

El himno era bien conocido por todos al final del siglo XIV. Georgius Stella, canciller de Génova (m. 1420), en sus «Annales Genuenses», dice que lo usaban los flagelantes en 1388 y otros historiadores señalan su uso más tarde en el mismo siglo. En Provenza, cerca de 1399, los “Albati “ o “Bianchi” lo cantaban durante sus nueve días de procesiones. “La Iglesia no recibió el himno de los herejes, sino que los herejes despojaron a la Iglesia de esa secuencia” (Daniel, «Thesaurus Hymnologicus», II, 140). Si la misma cuestionable atribución a Jacopone da Todi fuera correcta, el himno probablemente hubiera salido de las casas franciscanas a las de otros cuerpos religiosos y al uso popular. Se encuentra en varios Misales europeos (pero no ingleses) del siglo XV, y no fue introducido al Breviario Romano y Misal hasta 1727. (Fiesta de los Siete Dolores de la Virgen asignada al viernes después del Domingo de Pasión. La fiesta de septiembre del mismo nombre emplea otros himnos en el oficio del breviario). En el breviario se divide en tres partes: en vísperas, «Stabat Mater dolorosa»; en maitines, «Sancta Mater, istud agas»; en laudes, «Virgo virginum praeclara».

]]La autoría del himno se ha atribuido al Papa San Gregorio I (Magno) (m. 604), San Bernardo de Claraval (m.1153), Papa Inocencio III (m. 1216), San Buenaventura (m.1274), Jacopone da Todi (m. 1306), Papa Juan XXII (m. 1334), Papa Gregorio XI (m.1378), de las que sólo son probables las de Inocencio III y Jacopone. El Papa Benedicto XIV da por hecho que es de Inocencio III y cita tres autoridades; Mone en sus notas y Hurter en su “Vida” también la atribuyen al mismo gran pontífice, Duffield lo rechaza expresamente en su «Latin Hymn Writers and their Hymns», y Mearns, en Julian «Dictionary of Hymnology», cuestiona la atribución. También Gregorovius se la niega al Papa “del gran y frío intelecto”, pero por la misma razón podría cuestionar la atribución de los himnos de Corpus Christi, llenos de calidez y dulzura devocional, a la rigurosa mente escolática de Santo Tomás de Aquino. Sin embargo, hace referencia a un manuscrito del siglo XIV que contiene poemas de Jacopone en el que se le adjudica el Stabat. Los argumentos a favor de Jacopone no son satisfactorios. Mientras sus himnos, escritos en el dialecto de la Umbría son populares y merecen respeto, algunos de los himnos latinos que se le adscriben no son ciertamente suyos, y es dudoso que alguna vez escribiera alguno o algo mejor que imitaciones de himnos latinos.

Ha surgido una gran literatura respecto al himno. Los protestantes comparten con los católicos una profunda, y a menudo elogiosamente expresada, admiración por su patetismo, su viveza de la descripción, su dulzura y unción devocional, su combinación de flujo rítmico sencillo, con exquisita doble rima y forma estrofa acabada. Daniel la llama “la reina de las secuencias” (op. cit., V, 59) y le dedica mucho espacio en su alabanza (II, 136-138). El Dr. Philip Schaff (en «Literature and Poetry», 191), dice: “El secreto del poder del “Mater Dolorosa” está en la intensidad del sentimiento con el que el poeta se identifica con este tema y en la suave llorosa melodía del ritmo y rima en latín, que no se puede trasladar a ningún otro idioma”. El Dr. Coles, médico, dedica un largo “Proemio” a su propia traducción, a hacer su propia valoración del himno; piensa que es “poderoso en su patetismo, más allá de todo lo que se ha escrito”. Mezclada con su alabanza hay una muy fuerte denuncia de su “mariolatría”. Schaff también señala la objeción protestante usual, pero contesta gentilmente a sus correligionarios, concluyendo con el recordatorio que los católicos “no rezan a María como dadora de la merced deseada, sino sólo como intercesora, pensando que es más probable convencer a su Hijo gracias a ella que por cualquier pobre pecador sin ayuda en la tierra”. Este afecto de los protestantes por este himno ha resultado en muchas traducciones. Dean Trench, sin embargo, lo excluyó de su «Sacred Latin Poetry», y Saintsbury, en «The Flourishing of Romance» (p. 77, nota al calce), califica esta exclusión como “un toque de mojigatería ortodoxa”. Hay más de setenta traducciones totales o parciales sólo al inglés, siendo la de Caswall la más extensamente usada en los himnarios. Entre las traducciones están las de McCarthy, de Vere y el Padre Tabb.

Debido a su carácter vívidamente lírico y épico, el himno ha recibido muchísimos arreglos musicales: Hay cuatro muy conocidos arreglos para canto llano, cuya forma auténtica se encuentra en el Gradual Vaticano (1908). Josquin Deprés (s. XV) escribió un “Stabat Mater” tan elaborado como cualquiera de sus “muy altamente desarrolladas Misas” (Rockstro). Su gran esfuerzo se distancia del inmortal par de arreglos de Palestrina. Respecto al “Stabat “de Pergolesi el poeta alemán Tieck confesó: “ tuve que volverme para ocultar mis lágrimas, especialmente en el ‘Vidit suum dulcem natum'». El Stabat de Haydn se considera “un tesoro de melodía grácil y refinada”. Hay en la larga lista nombres menos familiares como Steffani, Clari, Astorga, Winter, Raimondi, Vito, Lanza, Neukomm. Rossini había escrito su “Guillermo Tell” antes de ensayar tan abusado Stabat. Aunque ciertamente no se adapta para el uso litúrgico, el Padre Taunton (History and Growth of Church Music, 78-9) la defiende; y Rockstro, rehusando discutir la cuestión de si su belleza sensual encaja en el tema, piensa que “los críticos que lo juzgan con dureza y los diletantes que lo oyen impasibles… deben estar endurecidos por la pedantería o carentes de cualquier clase de oído musical”. La larga lista se puede cerrar con Dvorak quien, en sus originales frases musicales, volvió a mostrar la perenne frescura del tema.

La “Speciosa”

Una edición de los poemas italianos de Jacopone da Todi publicada en Brescia en 1495 contenían ambos Stabat, pero la “Speciosa” cayó casi en completo olvido hasta que Ozanam la transcribió de un manuscrito del siglo XV en la Biblioteca Nacional para sus «Poètes Franciscains en Italie au Treizième siècle», Paris, 1852. Pensaba que Jacopone había compuesto ambos Stabat al mismo tiempo y señalaba sobre la “Dolorosa” que “esta incomparable obra hubiera sido más que suficiente para la gloria de Jacopone”; reconocía que había renunciado a traducir la Speciosa en verso y concluía presentando ambos himnos en prosa simple, porque “siento que se me escapan el intraducible encanto del lenguaje, de la melodía y de la antigua originalidad.” El himnólogo anglicano Dr. J. M. Neale introdujo la Speciosa el mundo angloparlante en 1886 y se la atribuyó a Jacopone. El Dr. Schaff disiente: “Es improbable: un poeta no habría escrito una parodia sobre un poema propio”. Notando el estilo no determinado y la rima imperfecta de la Speciosa, Neale creyó que era la obra de un aprendiz dando que adaptaba su pluma a la obra de un verso latino—en cuyo caso debía haber precedido a la Dolorosa, que es una pieza perfecta. Sin embargo, Schaff señala que las palabras iniciales de la Dolorosa se tomaron prestadas de la Vulgata latina (Juan 19,25) “con referencia a María en la Cruz, pero no en el pesebre” y además, que la sexta línea «Pertransivit gladius», puede haber sugerido la misma línea de la Speciosa «Pertransivit jubilus», pero no viceversa. Coles duda de “un simultáneo nacimiento, y hasta de un parentesco común”. En su “Ensayo sobre Ritos y Ceremonias Menores” el cardenal Wiseman se fijó en el paralelismo de los contrastes de los dos poemas—similaridad de forma y frase y completa antítesis del tema y pensamiento. Finalmente ha de decirse que la gran tosquedad de la Speciosa puede deberse a copistas descuidados.

Bibliografía

KAYSER, Beiträge zur Geschichte und Erklärung der ältesten Kirchenhymnen, II (Paderborn, 1886), 110 – 192, da el texto de ambos Stabats con variantes y muchos comentarios. HENRY, The Two Stabats, en Amer. Cath. Quarterly Rev. (enero de 1903), 68 – 89 y (abril de 1903), 291 – 309, textos y traducciones, comentario sobre autoría y “mariolatría”, y comparación de traducciones; COLES, Stabat Mater (Dolorosa) (2da. ed., Nueva York, 1868); IDEM, Stabat Mater (Speciosa) (Nueva York, 1868); JULIAN, Dict. of Hymnology (2da. ed., Londres, 1907), 1081 – 84, 1590, 1706. A sus entradas se debe añadir HENRY (según arriba); TABB en Catholic News (Nueva York, 7 de abril de 1906), In the Shadow of the Rood; MCKENZIE en The Beacon (Boston, 7 de mayo de 1887); Stood the Virgin Mother Weeping, y otros anotados en HENRY, loc. cit.; BAGSHAWE, Breviary Hymns and Missal Sequences (Londres, 1900), 109, The Mother in deep sorrow stood; DONAHOE en Early Christian Hymns (Nueva York, 1908), 197, Waiting by the cross atoning; una buena versión, quizás por un católico, reimpresa en The Catholic World (abril de 1870) del The Democratic Magazine de treinta años atrás: Brokenhearted, lo, and tearful. El mismo número de The Catholic World tiene una trad. al griego por MAYER. VICTORI en Coecilia (Strasburg, Dic. 1909) analiza el Christus de FRANZ LISZT (la Speciosa, 182 – 5; la Dolorosa, 196 – 200); SHIPLEY añade otras en Amer. Eccl. Review, XII (1895), 453. PACHEU, L’Auteur du ‘Stabat in Revue du Clergé Français (marzo 1904), 163 – 75, piensa que el autor es, con toda probabilidad, Jacopone, y que la Speciosa no es suya, sino probablemente la obra de algún humanista del siglo XV. D’UDENHOUT, Le ‘Stabat Mater Speciosa’ de Jacopone da Todi, in Etudes Franciscaines (agosto 1909) 140 – 8. SHIPLEY, Annus Sanctus (Londres, 1884), da las traducciones de MCCARTHY, DE VERE, y AYLWARD. Hay una traducción anónima de la Speciosa (Joy her tender breast expanding), citada del The Catholic Magazine en The Rosary of the Blessed Virgin Mary (Londres, s. d.), 62. DREVES, Analecta hymnica (Leipzig, 1888), da muchos poemas basados en la Dolorosa, e.g. XXIV, 127; 150; 122 (de un Breviario dominico, siglo XV); vea también II, 53, y VIII, 55 – 56, para ilustraciones de los siglos XIV y XV. HUSENBETH, Missal for the Use of the Laity (nueva ed., Londres, 1906), 234 – 6, da el texto en latín una nueva traducción. El texto latino en muchos lugares es diferente al del Misal Romano (aunque el prefacio declara que el libro “se hallará estrictamente conforme al Misal Romano, según usado por la autoridad en este país”—sc. Inglaterra). El texto en latín incluye la línea “Inflammatus et accensus», la cual no está en el texto del Misal Romano, sino que se halla en el de Rossino, e incluso en el Stabat Mater de Liszt. Para información respecto a la línea, cf. KAYSER, HENRY, opp. cit., o MONE, Lateinishche Hymnen des Mittelalters, II, 148, al final. El texto típico y oficial del Gradual VAticano (1908) es el mismo que el del Misal Romano.

Fuente: Henry, Hugh. «Stabat Mater.» The Catholic Encyclopedia. Vol. 14. New York: Robert Appleton Company, 1912.

http://www.newadvent.org/cathen/14239b.htm

Traducido por Pedro Royo. L H M

Selección de Imágenes: José Gálvez Krüger.

Las esculturas son obra del notable imaginero español Francisco Romero Zafra

Fuente: Enciclopedia Católica