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Vulgarmente es uno de los cinco sentido corporales. Fisiológicamente se recoge en este sentido un amplio abanico de percepciones que van desde la presión hasta la temperatura, desde la postura o posición hasta el movimiento, desde las sensaciones orgánicas hasta la de dolor, desde equilibrio hasta la orientación. Todas ellas se sitúan en diversos elementos receptores que los fisiólogos se empeñan en descubrir y valorar.
Por eso el concepto tacto supone cierta complejidad y el uso de este sentido en la formación de la persona implica aprendizajes de lenguajes complejos que van desde el ritmo a la escritura, desde la horizontalidad hasta la perspectiva.
Pedro Chico González, Diccionario de Catequesis y Pedagogía Religiosa, Editorial Bruño, Lima, Perú 2006
Fuente: Diccionario de Catequesis y Pedagogía Religiosa