UNIVERSALIDAD
La Biblia supone desde su primera página (Gn 1-3) que sólo existe una humanidad, que desciende de Adam (Adán-Eva: el ser humano). Por ir en contra de esa unidad, la división y lucha entre hombres y pueblos aparece como expresión y consecuencia de pecado. Fiel a su visión del origen, la Biblia postula para el tiempo final la concordia y paz* entre todos los hombres. Esa esperanza de unidad final se puede entender de dos maneras. (1) En general, los judíos piensan que aún no ha llegado el tiempo de la concordia universal, de manera que los pueblos deben mantener sus diferencias y distinciones, hasta que lleguen los tiempos mesiánicos. (2) En contra de eso, reinterpretando el mensaje de Jesús sobre el reino* de Dios, los cristianos afirman que Jesús ha vivido y ha muerto a favor de la humanidad, de manera que todos pueden unirse, formando una misma comunidad de redimidos, es decir, de hombres y mujeres que se comunican entre sí gratuitamente la vida. Así lo supone el mensaje de Jesús, así lo ha desarrollado la teología de Pablo.
PIKAZA, Javier, Diccionario de la Biblia. Historia y Palabra, Verbo Divino, Navarra 2007
Fuente: Diccionario de la Biblia Historia y Palabra