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VATICINIO

VATICINIO

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Anuncio adivinador o predicción de un acontecimiento venidero. Es acción o práctica que atrae a los adivinos y se fomenta por la curiosidad de los supersticiosos y la ingenuidad de los crédulos. No cabe duda de que determinados hechos pueden ser «vaticinados» o predichos con determinado í­ndice de probabilidad en función del cálculo lógico o intuitivo. Pero ningún vaticinio puede ser realizado con seguridad cuando está dependiente a causas libres, incluso cuando se formulan profecí­as pretendidamente religiosas o motivadas por fuerzas espirituales.

Pedro Chico González, Diccionario de Catequesis y Pedagogí­a Religiosa, Editorial Bruño, Lima, Perú 2006

Fuente: Diccionario de Catequesis y Pedagogía Religiosa

Se entiende por vaticinio la predicción de acontecimientos futuros que lleva a cabo un sujeto en virtud de una inspiración divina o por una capacidad propia. Las religiones antiguas y mistéricas recurren con frecuencia al vaticinio, aunque éste se presenta de manera ambigua y confusa. Se daban diversas formas a través de las cuales se realizaba el vaticinio: en Mesopotamia, por ejemplo, se practicaba la hepatoscopia; en Grecia, el oráculo proclamado por el «mantis», es decir, por la persona clarividente capaz de predecir el futuro. Es famoso el vaticinio de la Sibila cumana: » Ibis redibis non morieris in bello», que juega con la acentuación que se dé al «non» en la interpretación. El vaticinio es emitido por el «vate», que pretende hablar bajo una verdadera o presunta posesión de un espí­ritu.

En la apologética de los manuales se confundí­a por ello el vaticinio con la profecí­a. Un estudio bí­blico renovado ha permitido percibir mejor un género distinto en la profecí­a y el vaticinio. La profecí­a bí­blica puede contener un vaticinio, pero no necesariamente; de todas formas, el que lo emite no puede identificarse con el «mantis» griego.

También se habla de vaticinium ex eventu para indicar que se ha elaborado una predicción a partir del hecho que va se habí­a anticipado. En este sentido algunos exegetas interpretan algunos trozos del Antiguo y del Nuevo Testamento (cf. Mc 13,14).

R. Fisichella

Bibl.: E. Ancilli, Visión y revelación, en DE, III, 608-61 2; A. González, Profétas verdaderos, profétas falsos, Salamanca 1976; J. L, Crenshaw Los falsos profétas, Bilbao 1986; K. Rahner, Visiones y profecí­as, Dinor, Pamplona 1956; A, Neher, La esencia del profétismo, Sí­gueme, Salamanca 1975.

PACOMIO, Luciano [et al.], Diccionario Teológico Enciclopédico, Verbo Divino, Navarra, 1995

Fuente: Diccionario Teológico Enciclopédico