VIENTOS

En hebreo viento es generalmente ruah, traducido también aliento, espí­ritu; en gr. anemos es siempre viento; pneuma, aliento, viento, espí­ritu (Joh 3:8); pnoe, viento (Act 2:2; Act 27:40).

Dios causa los vientos y él los creó (Gen 8:1; Exo 10:13; Num 11:31; Psa 107:25; Psa 135:7; Psa 147:18; Jer 10:13; Jon 1:4). Los cuatro vientos son lí­mites de distancia o dirección (Jer 49:36; Eze 37:9; Dan 7:2; Dan 8:8; Dan 11:4; Zec 2:6; Mat 24:31; Rev 7:1). De las direcciones cardinales, el viento oriental es mencionado más a menudo (Gen 41:6, Gen 41:23, Gen 41:27; Exo 10:13; Exo 14:21; Job 15:2; Job 27:21; Job 38:24; Psa 48:7; Psa 78:26; Isa 27:8; Jer 18:17; Eze 17:10; Eze 19:12; Eze 27:26; Hos 12:1; Hos 13:15; Jon 4:8; Hab 1:9). A veces es tormentoso, hace naufragar naves, seca las plantas. El viento norte trae lluvia (Pro 25:23), refresca (Cantar de los Son 4:16), o es tormentoso (Eze 1:4). El viento sur es apacible, ayuda al crecimiento (Job 37:17; Psa 78:26; Cantar de los Son 4:16). El viento occidental se llevó la plaga de langostas (Exo 10:19). Los vientos trajeron tormentas notables (1Ki 18:45; 1Ki 19:11; Job 1:19; Mat 8:26-27; Mat 14:24, Mat 14:32; Act 27:4, Act 27:7, Act 27:14-15). En Hechos se nombran los siguientes vientos: el viento del sur (gr., notos, Act 27:13; Act 28:13), el del noroeste (choros, Act 27:12), el viento del sudoeste (lips, Act 27:12) y el del noroeste (euraquilón, Act 27:14). El viento arrebata el tamo, la paja (Job 21:18; Psa 1:4; Psa 35:5; Psa 83:13; Isa 17:13; Isa 41:16; Jer 13:24; Dan 2:35); cumple las órdenes de Dios (Psa 104:4; Psa 148:8); revela la debilidad, transitoriedad, inutilidad (Job 15:2; Psa 18:42; Psa 78:39; Psa 103:16; Pro 11:29; Pro 25:14; Ecc 5:16; Ecc 11:4; Isa 7:2; Isa 26:18; Isa 41:29; Jer 5:13; Jer 22:22; Jer 49:32); despeja el firmamento (Job 37:21); lleva los barcos (Jam 3:4). Eliseo promete agua sin viento (2Ki 3:17). Dios se remonta sobre las alas del viento (2Sa 11:22; Psa 104:3). La circulación del viento es reconocida (Ecc 1:6). El viento tiene un efecto secador (Isa 11:15; Jer 4:11-12). Los prí­ncipes han de ser escondederos contra el viento (Isa 32:2).

El viento tiene un efecto observable sobre la vida animal (Jer 2:24).

Ezequiel esparció cabellos al viento para simbolizar el esparcimiento del pueblo (Eze 5:2, Eze 5:10, Eze 5:12; Eze 12:14; Eze 17:21). Los vientos pueden ser fuertes y destructivos (Jer 51:16; Eze 13:11, Eze 13:13; Hos 4:19; Hos 13:15). El viento puede representar la insensatez y sus turbaciones resultantes (Hos 8:7). Dios controla la fuerza del viento (Job 28:25). Los creyentes son advertidos contra malos vientos de falsa doctrina (Eph 4:14; Jud 1:12).

Fuente: Diccionario Bíblico Mundo Hispano