VIRGEN

v. Doncella, Joven
Lev 21:14 tomará de su pueblo una v por mujer
Deu 22:17 diciendo: No he hallado v a tu hija
1Ki 1:2 busquen para mi señor el rey una joven v
Est 2:2 busquen para el rey jóvenes v de buen
Job 31:1 ¿cómo, pues, había yo de mirar a una v?
Isa 7:14 he aquí que la v concebirá, y dará a luz
Isa 62:5 pues como el joven se desposa con la v
Jer 2:32 ¿se olvida la v de su atavío, o la
Jer 14:17 es quebrantada la v hija de mi pueblo
Lam 2:13 ¿a quién te compararé .. oh v hija de
Amo 5:2 cayó la v .. no podrá levantarse ya más
Mat 1:23 una v concebirá y dará a luz un hijo
Mat 25:1 el reino de los .. será semejante a diez v
Luk 1:27 a una v desposada con un varón que se
1Co 7:25 cuanto a las v no tengo mandamiento
1Co 7:36 es impropio para su hija v que pase ya
2Co 11:2 presentaros como una v pura a Cristo
Rev 14:4 que no se contaminaron .. pues son v


latí­n, virgine. Se entiende por v. la joven adolescente soltera que no ha conocido varón. La virginidad entendida como castidad, celibato, continencia no gozaba de mucha estima en los tiempos veterotestamentarios. A la virginidad se le da importancia antes del matrimonio, como se puede leer en las prescripciones legales del A. T. : †œLa mujer inculpada justamente por su marido de no haberla encontrado virgen al consumar el matrimonio deberá ser lapidada por los hombres de su ciudad hasta que muera†, Dt 22, 13-21. †œSi un hombre seduce a una virgen no desposada, y se acuesta con ella, pagará la dote, y se casará con ella. Y si el padre de ella no quiere dársela, el seductor pagará el dinero de la dote de las ví­rgenes†, Ex 22, 15; 16. El sumo sacerdote sólo podí­a casarse con una v. de su linaje para no profanar su descendencia, Lv 21, 13; 15. En Ez 44, 22, se exige que los sacerdotes tomen por esposa en todo caso una †œvirgen de la raza de Israel†.

Si la virginidad prematrimonial era el ideal no casarse y permanecer virgen, era un oprobio. Aún en tiempos recientes, en muchos textos rabí­nicos se lee que †œun hombre no casado no es verdaderamente un hombre†. Cuando el juez Jefté se disponí­a a sacrificar a su hija en cumplimiento de un voto, ésta le pidió permiso a su padre para andar durante dos meses por las montañas y llorar su virginidad con sus compañeras, ya que morirí­a sin haber conocido varón sin dejar prole, Jc 11, 37; 39. †œAsirán siete mujeres a un hombre en aquel dí­a diciendo: Nuestro pan comeremos y con nuestras túnicas nos vestiremos. Tan sólo déjanos llevar tu nombre, quita nuestro oprobio†, Is 4, 1.

En el N. T. la virginidad adquiere otra dimensión totalmente opuesta a la concepción veterotestamentaria. Jesucristo invita a la continencia a quienes quieran dedicarse exclusivamente al servicio del Reino de Dios, †œhay eunucos que se hicieron tales a sí­ mismos por el Reino de los Cielos†, Mt 19, 12. El apóstol Pablo también recomienda la v. al hombre y a la mujer, permanecer solteros, para estar libres de preocupaciones en el servicio cristiano, 2 Co 7, 24-40.

Marí­a la madre de Jesús, se mantuvo v. antes del parto, en el parto y después del parto. El anuncio del ángel Gabriel a Marí­a: †œvas a concebir en el seno y vas a dar a luz un hijo a quien pondrás por nombre Jesús†, Lc 1, 31. Marí­a se turba con el anuncio, pues no ha conocido varón; el ángel le responde que la concepción será virginal: †œEl Espí­ritu Santo vendrá sobre ti y el poder del Altí­simo te cubrirá con su sombra†; igualmente, el parto será virginal: †œpor eso el que ha de nacer será santo y se le llamará Hijo de Dios†, Lc 1, 35.

En la parábola de las diez ví­rgenes que figura en el Discurso escatológico, éstas representan a los cristianos que esperan a Cristo, el esposo, y deben estar siempre preparados y vigilantes, con la lámpara a punto, pues puede llegar tarde, en la noche, Mt 25, 1; 13.

Diccionario Bí­blico Digital, Grupo C Service & Design Ltda., Colombia, 2003

Fuente: Diccionario Bíblico Digital

†™Almah se halla ocho veces, cuatro en singular (Gen 24:43; Exo 2:8; Pro 30:19; Isa 7:14) y cuatro en plural (tí­tulo de Salmo 46; Isa 68:25; Cantar de los Son 1:3; Son 6:8). En tres pasajes (Gen 24:43; Exo 2:8; Cantar de los Son 6:8; probablemente Pro 30:19) la joven o muchacha es incuestionablemente una virgen. Hasta aquí­, entonces, almah es una virgen.

Mirando ahora a bethulah, y haciendo a un lado usos metafóricos (tales como referencias a ciudades y tribus, p. ej., Isa 37:22), hay 14 casos no seguros (p. ej., Deu 32:25) que agrupan muchachas y jóvenes varones simplemente como jóvenes, sin implicar mayormente que las muchachas jóvenes eran casadas o solteras, o que los jóvenes varones sean solteros. Hay 21 casos en que las muchachas con seguridad son ví­rgenes (p. ej. , Exo 22:16; Jdg 19:24). En tres casos bethulah era ampliada, diciendo que ella nunca habí­a tenido relación sexual (Gen 24:16; Lev 21:3; Jdg 21:12). En comparación, almah nunca es calificada o ampliada.

Génesis 24 es el único pasaje en que las palabras aparecen de modo que permitan comparación. El siervo de Abraham usa el término na†™arah (Gen 24:14). En el v. 16 Rebeca llega y, sabiendo sólo lo que sus ojos le dicen, ella es descrita como mujer (na†™arah), como de edad casadera(bethulah), pero soltera (a quien ningún hombre habí­a conocido). Si bethulah significaba necesariamente soltera, no necesitarí­a definición. Pero en el v. 43 el siervo, narrando todo lo sucedido, describe a Rebeca simplemente como †™almah, es decir, usando la palabra como sumario de todo lo que él ahora sabe: mujer, casadera y soltera.

Esta conclusión tiene gran peso sobre el uso de parthenos en el NT, especialmente como aparece en Mat 1:23, y sobre el nacimiento virginal del Señor Jesucristo. Ver NACIMIENTO VIRGINAL.

Fuente: Diccionario Bíblico Mundo Hispano

ver, UGARIT

vet, Alguien que no ha tenido nunca relaciones sexuales; este término se usa generalmente de mujeres. Es traducción de dos términos heb. y un gr. (a) Heb. “b’thûlãh”, de una raí­z que significa “separada”, que viví­a guardada en casa de su padre. De ahí­ que por lo general significa virgen, desposada o no (Gn. 24:16; Dt. 22:23, etc.); sin embargo, en Jl. 1:8 se refiere a una joven casada. En textos aram. posteriores, su equivalente se refiere a una mujer casada. (b) Heb, “‘almãh”. Este término se traduce “virgen”, “moza” o “doncella”. Es el que aparece en Is. 7:14 en relación con la profecí­a de Emanuel. Ha sido objeto de muchas controversias. La postura “modernista” de que sólo significa “muchacha” o “mujer joven” es insostenible, a pesar de su difusión. En relación con la señal de Isaí­as, “‘almãh” es precisamente el término a emplear, por las siguientes razones: (A) De todo el contexto del AT se desprende que “‘almãh” siempre se refiere a una “doncella”, “moza”, o, en todo caso, “mujer soltera”, nunca unida legí­timamente a marido. (B) Ello queda confirmado por la literatura ugarí­tica (véase UGARIT), en la que “glmt”, el término equivalente en ugarí­tico, nunca se usa de mujeres casadas, sino siempre de “mozas” o solteras (véase E. J. Young, “The Book of Isaiah”, Wm. Eerdmans, 1978, vol. 1, p. 287). (C) Hay un solo pasaje bí­blico en el que “‘almãh” puede denotar a una muchacha inmoral, pero no casada (Pr. 30:19). (D) No hay ninguna otra palabra que se pueda usar con mayor propiedad para significar una mujer no unida a un hombre, pues “yaldah” sólo se refiere a niñas, “na’rah” es aplicable a todas las mujeres, y “b’thûlãh”, que según algunos exegetas habrí­a sido el término más adecuado, no sirve tampoco al no significar uní­vocamente una virgen (véase [a]). “‘Almãh” es el único término heb. que significa inequí­vocamente una mujer soltera. En Is. 7:14 se afirma una señal del Señor: que una “‘almãh” concebirí­a y tendrí­a un hijo. Ahora bien, todo el contexto bí­blico impide que ello deba entenderse como un acto inmoral de una mujer soltera. Esta señal se refiere evidentemente a la concepción contraí­da por una mujer soltera y pura. Es evidente que los traductores de la LXX lo entendieron así­ mismo cuando, mucho antes de la vida de Jesucristo, tradujeron este pasaje en este sentido. (c) Gr. “parthenos”, término gr. que significa estrictamente “virgen”, el término elegido por los traductores de la LXX como equivalente de “‘almãh” en el contexto de Is. 7:14; en el NT se usa de la virgen Marí­a (Mt. 1:23, citando Is. 7:14; Lc. 1:27, de Marí­a en el relato de la Anunciación). Además de su uso normal, se emplea también como sinónimo de devoción y fidelidad a Cristo (2 Co. 11:2).

Fuente: Nuevo Diccionario Bíblico Ilustrado

[450]

Persona que no ha tenido relación sexual completa, sea hombre o mujer, y que por lo tanto tiene algo todaví­a sin romper o estrenar. Por eso se aplica metafóricamente a la tierra, al aceite, a las montañas, al mar, cuando no han sido sembradas o explotadas por nadie.

El concepto es pues puramente fisiológico, sin que implique ningún mérito o dignidad. La persona virgen en unos pueblos es considerada como algo sagrado, como eran miradas las vestales romanas.

Y en otros ambientes se la mira como portadora de una insuficiencia o carencia, la fecundidad, como aconteció a la hija de Jefté cuando fue ofrecida sacrificialmente por su padre después de llorar por los montes su virginidad. (Jue. 11.37)

Pedro Chico González, Diccionario de Catequesis y Pedagogí­a Religiosa, Editorial Bruño, Lima, Perú 2006

Fuente: Diccionario de Catequesis y Pedagogía Religiosa

->Marí­a

FERNANDEZ RAMOS, Felipe (Dir.), Diccionario de Jesús de Nazaret, Editorial Monte Carmelo, Burbos, 2001

Fuente: Diccionario de Jesús de Nazaret

La palabra hebrea bethu·láh aplica a una mujer que nunca ha estado unida a un hombre en matrimonio ni ha tenido relaciones sexuales. (Gé 24:16; Dt 32:25; Jue 21:12; 1Re 1:2; Est 2:2, 3, 17; Lam 1:18; 2:21.) Sin embargo, el término griego par·thé·nos puede aplicar tanto a mujeres como a hombres solteros. (Mt 25:1-12; Lu 1:27; Hch 21:9; 1Co 7:25, 36-38.)
Según la Ley, un hombre que seducí­a a una virgen que no estaba comprometida tení­a que darle a su padre 50 siclos de plata (110 dólares [E.U.A.]) y casarse con ella (si su padre lo consentí­a), y no se le permití­a divorciarse de ella en †œtodos sus dí­as†. (Ex 22:16, 17; Dt 22:28, 29.) Pero como se consideraba que una virgen comprometida ya pertenecí­a a un esposo, tení­a que ser lapidada si no gritaba cuando intentaban violarla. No gritar indicaba que daba su consentimiento, y, por lo tanto, la convertí­a en adúltera. (Dt 22:23, 24; compárese con Mt 1:18, 19.) El que se considerara que una virgen comprometida pertenecí­a a un esposo explica también por qué Joel 1:8 habla de la †œvirgen† que plañe por †œel dueño de su juventud†.
Ya que los que retienen su virginidad disfrutan de una mayor libertad en el servicio del Señor, el apóstol Pablo recomendó la solterí­a como el mejor proceder para los cristianos que tuvieran autodominio. (1Co 7:25-35.) Sin embargo, aconsejó a los que no lo tuvieran: †œSi alguno piensa que se está portando impropiamente para con su virginidad, si esta ha pasado la flor de la juventud, y esa es la manera como debe efectuarse, que haga lo que quiera; no peca. Que se casen†. (1Co 7:36.)
La palabra griega que se traduce †œvirginidad† en 1 Corintios 7:36-38 significa literalmente †œvirgen†. Por esta razón se ha propuesto la idea de que Pablo estaba hablando en cuanto a la responsabilidad de un padre o un guardián de una hija casadera. Por ello, la traducción de Antonio Fuentes Mendiola dice: †œPero si alguno piensa que falta contra su hija doncella por dejar pasar su edad, y que debe casarla, haga lo que quiera: no peca; que la case†. Otro punto de vista es que este texto aplica al hombre que está decidiendo si debe casarse con su prometida. Por eso, La Biblia interconfesional lee: †œEs posible que alguno, debido al ardor desbordante de su edad, piense que está propasándose con su novia y que conviene actuar en consecuencia. Que se casen, si es lo que desea; ningún pecado hay en ello†.
Sin embargo, por lo que el contexto indica, no se hace referencia a una muchacha virgen, sino a la propia virginidad de la persona. Un comentarista señaló respecto a esta explicación: †œ†˜El Apóstol no quiere decir una virgen, sino el †œestado de virginidad† o celibato, sea un hombre o una mujer†™. Esta última opinión parece ser el verdadero sentido de las palabras del Apóstol†. (Comentario de la Santa Biblia, de Adam Clarke, 1988, vol. 3, pág. 401. Véase también la obra Matthew Henry†™s Commentary on the Whole Bible, 1976, vol. 3, pág. 1036.) Como la palabra griega par·thé·nos aplica también a hombres solteros, es procedente y parece encajar mejor con el contexto el que la Traducción del Nuevo Mundo y las versiones inglesas de J. B. Rotherham y de J. N. Darby utilicen el término †œvirginidad†.

Virginidad espiritual. Tal como el sumo sacerdote en Israel solo podí­a tomar como esposa a una virgen (Le 21:10, 13, 14; compárese con Eze 44:22), igualmente el gran Sumo Sacerdote, Jesucristo, solo debe tener una †œvirgen† como su †œesposa† espiritual celestial. (Rev 21:9; Heb 7:26; compárese con Ef 5:25-30.) Por lo tanto, el apóstol Pablo estaba profundamente preocupado por la pureza de la congregación corintia, y deseaba presentarla †œcual virgen casta al Cristo†. (2Co 11:2-6.) La esposa de Cristo está compuesta de 144.000 personas ungidas por espí­ritu que individualmente mantienen su †˜virginidad†™ permaneciendo separadas del mundo y manteniéndose puras en sentido moral y doctrinal. (Rev 14:1, 4; compárese con 1Co 5:9-13; 6:15-20; Snt 4:4; 2Jn 8-11.)

Profecí­a mesiánica. Aunque la palabra hebrea para †œvirgen† es bethu·láh, en Isaí­as 7:14 aparece otro término (`al·máh): †œÂ¡Miren! La doncella [ha·`al·máh] misma realmente quedará encinta, y va a dar a luz un hijo, y ciertamente le pondrá por nombre Emmanuel†. La palabra `al·máh significa †œdoncella†, y puede aplicar a una virgen o a una muchacha que no lo es. Se aplica a †œla doncella† Rebeca antes de casarse cuando también se la llamó †œvirgen† (bethu·láh). (Gé 24:16, 43.) Bajo inspiración divina, Mateo utilizó la palabra griega par·thé·nos (virgen) al mostrar que Isaí­as 7:14 tuvo su cumplimiento final en el nacimiento virginal de Jesús, el Mesí­as. Tanto Mateo como Lucas muestran claramente que la madre de Jesús, Marí­a, era una virgen que quedó encinta por obra del espí­ritu santo de Dios. (Mt 1:18-25; Lu 1:26-35.)

Ciudades, lugares y pueblos. El término †œvirgen† se utiliza a menudo con relación a ciudades, lugares o pueblos. Se hace referencia a la †œvirgen† o †œvirgen hija† de †œmi pueblo† (Jer 14:17), de Israel (Jer 31:4, 21; Am 5:2), de Judá (Lam 1:15), de Sión (2Re 19:21; Lam 2:13), de Egipto (Jer 46:11), de Babilonia (Isa 47:1) y de Sidón (Isa 23:12). Parece ser que el sentido de este uso figurado es que los pueblos o lugares así­ llamados no habí­an sido tomados ni violados por conquistadores extranjeros, o bien que en un tiempo eran independientes como una virgen.

Fuente: Diccionario de la Biblia

parthenos (parqevno”, 3933) virgen, célibe. Se emplea en Mat 1:23 “virgen”; 25.1: “ví­rgenes”; v. 7: “ví­rgenes”; v. 11: “ví­rgenes”; Luk 1:27, dos veces: “virgen”; Act 21:9 “doncellas”; 1 Cor 7.25, ví­rgenes”; v. 28: “doncella”; v. 34, dos veces: “doncella”; v. 36: “hija virgen”; v. 37: “hija virgen”; v. 38, en los mss. más comúnmente aceptados: “hija virgen” (VM; término omitido en TR); 2 Cor 11.2: “virgen”; Rev 14:4 “ví­rgenes” (en género masculino).¶ Con respecto a Mat 1:23, se trata de una cita de la LXX de Isa 7:14, que traduce la palabra hebrea almah como parthenos (virgen). Acerca del significado de almah y su traducción se pueden transcribir las siguientes observaciones: “”He aquí­ que la virgen concebirá”. ¿Podemos decir quién es esta virgen? Isaí­as emplea el artí­culo determinado al hablar de ella. Podrí­a parecer así­ que se tratara de una virgen bien conocida, cuya identidad reconocerí­an todos. Y, en realidad, algunos han supuesto que esto era así­. Gressmann, por ejemplo, mantení­a que en el antiguo Israel existí­a una extendida creencia de que una virgen concreta darí­a a luz un hijo. Pero en el Antiguo Testamento hay solo otra referencia explí­cita a la madre del Mesí­as, y se encuentra en Mic 5:3 “Pero los dejará hasta el tiempo que dé a luz la que ha de dar luz”. Aquí­ no aparece el artí­culo determinado. “Es más natural mantener que el artí­culo determinado se emplea con la palabra almah en un sentido genérico, y que sirve para designar a alguna persona concreta desconocida. El propósito de Isaí­as es distinguir la almah de cualquier otra clase de mujer. Es como si viniera a decir: “No es una mujer vieja ni casada la que ve en visión, ni una esposa ni una muchacha, necesariamente, sino una almah”. “De entrada, se puede afirmar con seguridad que la palabra almah nunca se emplea de una mujer casada. Por lo menos uno de los pasajes en que se emplea pone en claro que puede utilizarse para designar a una que es verdaderamente virgen (Gen 24:43). Rebeca es llamada almah, pero además se la designa como bethulah, y de ella se dice que ningún hombre la habí­a conocido. En un pasaje (Pro 30:19) la palabra almah puede tener referencia a una muchacha inmoral pero no indica una muchacha casada. Quizá el equivalente más cercano en castellano sea la palabra doncella, que en su sentido propio no se emplea para designar a una mujer casada. Pero incluso este término puede no ser el exacto equivalente de almah, porque en tanto que doncella también puede hacer referencia a una sirvienta doméstica, casada o no, almah nunca tiene tal sentido. Por esta razón lo más prudente, después de todo, es traducir almah como virgen. “Particularmente notables lo son las referencias extrabí­blicas. En los textos procedentes de Ugarit se emplea el término glmt de una mujer soltera. En particular, podemos señalar las frases: tld, btl (t hl glmt tld b (n “En ugarí­tico la palabra glmt nunca se emplea de una mujer casada. [Nota: No es exacto decir, como lo hace Coppens (La Profétie de la Almah, Bruges: Parí­s, 1952, p. 24), que lm se aplica a Ashirat, la hija y esposa de El. La palabra que se emplea para Ashirat es lm, p.ej., att.il. att.il. wllmh (52.42) y también bt.il bt.il. wlmh (52.45,46). Cf. Ugaritic Manual, de Gordon, 1955, p. 144. La expresión bglmt es difí­cil. Puede significar “hijo de Galmat, la diosa”, y servir así­ como nombre propio. Se emplea también como paralelo de zlmt, que puede significar “oscuridad”. Cf. Canaanite Myths and Legends, de Driver, 1956, p. 101. En todo caso la palabra no constituye ninguna objeción al argumento anteriormente expuesto.] “A la luz de la repetida afirmación de que almah puede denotar una mujer joven, una muchacha joven, buena o mala, casada o soltera [véase, p.ej., la nota al pie en el pasaje correspondiente de la Biblia de Jerusalén; cf. asimismo la versión Dios Habla Hoy, que traduce “joven”, con nota que afirma “según el texto hebreo”, y la versión de Schökel y Mateos, “joven”], es interesante preguntar por qué se eligió este término en particular para designar a la madre del Mesí­as. Es evidente que la palabra yaldah no serí­a apropiada, porque se emplea solo de niñas. Tampoco es apropiada la palabra naarah, porque se puede aplicar indiscriminadamente a cualquier mujer. Esta palabra es de sentido tan general que Isaí­as no la hubiera encontrado apropiada, a no ser que hubiera querido expresar el pensamiento de que “una joven” iba a tener un hijo. “Se ha dicho con frecuencia que si el profeta hubiera querido designar a la madre como virgen, tení­a a su disposición la palabra bethulah. A primera vista esta parecerí­a una palabra perfecta para el caso; pero con un examen más atento resulta muy insatisfactoria. Es cierto que bethulah puede referirse a una virgen, pero también puede referirse a una virgen desposada (bethulah melorasah). En Deuteronomio las leyes ponen en claro que la traición al estado de desposorio era tan aborrecible como el adulterio, y conllevaba la pena de muerte. En Jl 1.8, la bethulah es evidentemente una mujer casada, y en tardí­os textos arameos de encantamientos, el equivalente arameo de bethulah se refiere a una mujer casada. Si Isaí­as hubiera empleado esta palabra bethulah, nos hubiera dejado en confusión. No hubiéramos sabido qué era exactamente lo que tení­a en mente. ¿Habrí­a estado refiriéndose a una que era verdaderamente una virgen, o a una que estaba desposada, o a una que ya habí­a conocido marido? A la luz de estas consideraciones, parece que la elección de la palabra almah fue deliberada. Parece que es la única palabra que significa una mujer soltera. Ninguna otra palabra hebrea disponible indicarí­a con claridad que aquella a la que El designa no estaba casada. Ninguna de estas otras palabras hubiera indicado un nacimiento insólito. Solo almah pone en claro que la madre no estaba casada. “Si, ello no obstante, la madre es una mujer no casada, surge una cuestión. ¿Era el hijo ilegí­timo, o no? Si el hijo fuera ilegí­timo, ¿serí­a un nacimiento así­ una señal? Todo el contexto, en verdad todo el contexto bí­blico, elimina esta posibilidad. Por otra parte, si la madre fuera una mujer honesta, entonces el nacimiento estarí­a fuera de lo ordinario, un nacimiento inusual. La madre es a la vez no casada y honesta. Cuando se comprende este hecho, se hace evidente que hay solo una mujer de la que se pueda afirmar esto: Marí­a, la madre del Señor” (E. J. Young, The Book of Isaiah, Wm. B. Eerdmans Pub. Co., Grand Rapids, 1965, 1978, vol. I, p. 286-289). El mismo hecho de que la traducción de almah en la LXX sea parhenos, constituye una evidencia adicional de cuál era el significado de la palabra hebrea almah y de cuál era, en este contexto, su sentido preciso. Con respecto a las traducciones posteriores del AT hebreo al griego, vale la siguiente observación: “Las otras versiones griegas de Isaí­as la traducen por “una joven”; pero debe recordarse que los cristianos comenzaron temprano a emplear este pasaje contra los judí­os, y que de los tres traductores Aquila era judí­o, Teodocio era judí­o o hereje, y Sí­maco era ebionita (judaizante), lo cual hace que su traducción sea sospechosa” (J. A. Broadus, El Evangelio según Mateo, Casa Bautista de Publicaciones, El Paso, 1959, p. 171). Véase DONCELLA, Nº 2.

Fuente: Diccionario Vine Nuevo testamento

El heb. heṯûlâ proviene de una raíz que significa “separar” y es la palabra común para una mujer que nunca ha tenido relaciones sexuales (gr. parthenos). Metafóricamente se usa en relación con naciones y nombres de lugares, p. ej. la virgen de Israel (Jer. 18.13; 31.4, 21; Am. 5.2); la virgen hija de Sión (Is. 37.22); Judá (Lm. 1.15); Sidón (Is. 23.12); Babilonia (Is. 47.1); Egipto (Jer. 46.11). ˓almâ deriva de una raíz que significa “sexualmente maduro”, y se refiere a una mujer en edad de casarse que todavía no ha tenido hijos, aunque puede estar casada. Aparece siete veces y se traduce “doncella” (Gn. 24.43; Ex. 2.8; Sal. 68.25; Pr. 30.19; Cnt. 1.3; 6.8), y en Is. 7.14 “virgen”. Generalmente el equivalente gr. es neunis, ‘mujer joven’, pero en Gn. 24.43 (para Rebeca) y en Is. 7.14 se usa parthenos. En consecuencia, el pasaje de Isaías se ha considerado desde los tiempos primitivos del cristianismo como profecía del nacimiento *virginal de Cristo (Mt. 1.23).

Es probable que el significado básico de la señal de Isaías para Acaz sea que en menos de nueve meses (siguiendo a °bj, “encinta y va a dar a luz”) la corriente cambiaría de tal modo que a un niño se le daría el nombre de Emanuel, “Dios con nosotros”. La interpretación mesiánica se basa en la coincidencia del nombre Emanuel, que expresaba muy bien la creencia de los primeros cristianos en la deidad de Cristo, y la traducción de la LXX, “la virgen (hē parthenos) quedará encinta y dará a luz un hijo”, que es una versión legítima de las palabras hebreas pero que agrega a la señal dada a Acaz la inferencia de que la madre de Emanuel era una mujer concreta que en el momento de escribir todavía era virgen (e. d. que dentro de por lo menos nueve meses a un hijo se lo llamaría Emanuel). Queda abierta así la puerta para que Mateo y la igesia primitiva vean una notable correspondencia verbal con lo que ocurrió en el nacimiento de Jesucristo. Para un estudio más completo de este pasaje, y un punto de vista diferente, véase * Emanuel.

Bibliografía. °R. E. Brown, El nacimiento del Mesías, 1982; J. B. Bauer, “Virginidad”, °DTB, 1967, cols. 1059–1063; Bergman, Ringgren, Tsevat, “Doncella, virgen”, °DTAT, 1978, t(t). I, cols. 888–893; O. Becker, “Doncella”, °DTNT, t(t). III, pp. 127ss.

R. E. Brown, The Birth of the Messiah, 1977; G. Delling, TDNT 5, pp. 826–837; O. Becker, C. Brown, NIDNTT 3, pp. 1071–1073; H. A. Hoffner, TDOT 1, pp. 287–291. Sobre las variadas explicaciones en torno a la enseñanza de Pablo sobre las vírgenes en 1 Co. 7.25–38, véase L. Morris, I Corinthians, TNTC, 1958; F. F. Bruce, 1 & 2 Corinthians, NCB, 1971. (* Matrimonio )

J.B.Tr.

Douglas, J. (2000). Nuevo diccionario Biblico : Primera Edicion. Miami: Sociedades Bíblicas Unidas.

Fuente: Nuevo Diccionario Bíblico