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ZORRILLA, JOSE

ZORRILLA, JOSE

[967](1817-1893)

Poeta y dramaturgo español, original de Valladolid, donde habí­a nacido y que pasó la vida literaria en Madrid.

Fue escritor romántico y muy prolí­fico, pues publicó cuarenta obras, sobre todo de historias nacionales. Se dio a conocer en el entierro de Mariano José de Larra donde leyó en 1837, como homenaje, el poema «A la memoria del joven literato don Mariano José Larra», el cual empezó diciendo: «Ese vago clamor que rasga el viento es la voz funeral de una campana: vano remedo del postrer lamento de un cadáver sombrí­o y macilento que en sucio polvo dormirá mañana».

A partir de ese momento siempre triunfó en lo literario y vivió con estrecheces económicas por su carácter dilapidador.

Elegido miembro de la Real Academia Española en 1848 leyó su discursó de investidura en verso. En 1850 se trasladó a Francia y en 1855 a México, donde fue elegido director del Teatro Nacional por el emperador Maximiliano.

En 1866 regresó a España y vivió en la pobreza hasta que obtuvo una pequeña pensión del Gobierno. En 1889 fue coronado como poeta en Granada por el duque de Rivas.

Su popularidad fue siempre grande, a pesar de su figura endeble. El estilo romántico y cautivador de Zorrilla quedó reflejado en sus poemas y en sus leyendas, géneros propios de la época y popularmente muy apreciados. Destacó más en la épica, con largos poemas narrativos como el relato «A buen juez mejor testigo inspirado en la leyenda toledana del Cristo de la Vega. El poema a Granada, un canto a la civilización árabe, fue su obra más perfecta y la que mejor reflejó su erudición histórica.

Su lí­rica quedó sobre todo en «Cantos del trovador», serie de leyendas españolas escritas en verso, en Recuerdos y fantasí­as», en «La azucena silvestre y en «El cantar del romero»
Como autor dramático consiguió el favor del público sin restricciones siguiendo los esquemas teatrales del siglo de Oro español y dominando la intriga.

Entre sus principales dramas figuran «El puñal del godo», «Don Juan Tenorio», «Más vale llegar a tiempo que rondar un año», «El rey loco», «La creación y el diluvio universal», «Traidor, inconfeso y mártir».

Las ideas religiosas y morales de Zorrilla, dignas para un análisis formativo con personas que piensan, están diseminadas en su obra. Tal ves sea el drama de «Don Juan Tenorio» donde más reflejadas quedan. Satanismo, ultratumba, inmoralidad, honestidad, libertinaje y, al final de todo, un acto de contrición, se arrepienta por sus pecados, se mezclan con una maestrí­a que ha hecho inmortal a esta obra y ha dado al autor más fama que todas las demás.

Ha tenido esta obra el mérito de reflejar el sentir popular ante el bien y el mal, el castigo eterno y la salvación, la maldad y el arrepentimiento. Lo dice el genial Zorrila en versos como éstos: …que si es verdad que un punto de contrición da al alma la salvación de toda una eternidad, yo, santo Dios, creo en ti… En el acto anterior habí­a escrito blasfemias como ésta: Llamé al cielo y no me oyó, pues que sus puertas me cierra, de mis pasos en la tierra responda el cielo, no yo.»
Con todo, es bueno recordar los versos religiosos que con frecuencia deshojó en medio de su vida de aventuras, de gloria y de indigencias. Algunos son admirables, como el poema mariano «Marí­a», la leyenda «A buen juez, mejor testigo», o el poema a la muerte de Maximiliano, su protector en México, que tituló «El drama del alma». Otros los recogió en su «Album religioso». Y también los reflejó en dramas como «Para verdades el tiempo y para justicia Dios»

Pedro Chico González, Diccionario de Catequesis y Pedagogí­a Religiosa, Editorial Bruño, Lima, Perú 2006

Fuente: Diccionario de Catequesis y Pedagogía Religiosa