Por: Sylvain Dorient
Recuerda el folletín ocasionado por la resolución Estrela durante el año 2013, aquella “resolución sobre la salud y los derechos sexuales y reproductivos” denunciada por la Manif pour Tous y por la iniciativa europea Uno de nosotros. Entre otras cuestiones polémicas, reclamaba que el acceso al aborto fuera reconocido como un “derecho fundamental” en toda Europa.
Esa resolución fue rechazada en dos ocasiones por el Parlamento Europeo, el 23 de octubre y el 11 de diciembre de 2013.
Otro informe menos mediatizado, Zuber, también fue rechazado con una mayoría de sólo nueve votos. Esencialmente, Zuber preveía, como Estrela, luchar a favor de una educación contra los estereotipos hombre/mujer y apoyar la “interrupción voluntaria del embarazo”.
Esta vez es el eurodiputado belga Marc Tarabella, del grupo de la Alianza progresista de los socialistas y demócratas, quien maniobra con un informe que contiene una propuesta de resolución.
Este informe se someterá a la votación del conjunto de los eurodiputados el 9 de marzo de 2015, e “insiste en el hecho de que las mujeres deben tener el control de sus derechos sexuales y reproductivos, entre otras cosas gracias a un fácil acceso a la anticoncepción y al aborto [···] e “invita a los Estados miembros y a la Comisión a tomar medidas”.
La “europeización” de las cuestiones éticas
Como con el informe Estrela, los opositores se preparan denunciando la falta de respeto al principio de subsidiariedad, según el cual la cuestión del aborto entra dentro de la competencia de los Estados.
Estos informes van todos en la dirección de una centralización europea de las cuestiones éticas, una centralización que se extiende incluso a las familias, ya que una parte de los informes Estrela y Zuber estaba dedicada a la educación en la igualdad de género.
En el pasado, la fuerza de impacto de la iniciativa Uno de nosotros jugó contra Estrela. El movimiento reunió 2 millones de votos: ¡la mayor petición de la historia europea! Esta vez una petición vuelve a recoger las firmas de los opositores.
Las instancias europeas no están condenadas a ser confiscadas por los que quieren extender el derecho al aborto o incluso el infanticidio neonatal, como lo pide una nueva petición dirigida al Consejo de Europa.