“…EL ESPÍRITU DE DIOS SE MOVÍA…” (Génesis 1:2b)
3 Pasos para avanzar con Dios
Servimos a un Dios que se mueve. Está siempre en movimiento. En Génesis leemos: “En el principio… el Espíritu de Dios se movía” (Génesis1:1,2b).
La pregunta es: ¿Lo haces tú con Él? Unos científicos realizaron un experimento con una ameba. La colocaron en un ambiente libre de presiones. Las condiciones eran ideales; no tenía que hacer ningún tipo de adaptación y, sin embargo, murió. ¿Por qué? Porque necesitamos cambios y desafíos tanto como el agua y el alimento. ¡La comodidad puede matarnos! Dios se mueve. Si quieres moverte con Él, tendrás que:
(1) Estar dispuesto a olvidar tu comodidad de siempre
(2) Dejar tus ideas preconcebidas acerca de cómo se deben hacer las cosas
(3) Prepararte para nuevos desafíos y metas de crecimiento en tu camino
Los discípulos dejaron todo para caminar con Alguien que ni siquiera habían empezado a entender. Habían soñado con un Mesías que establecería un reino y vencería a Roma; por eso la crucifixión rompió sus esquemas. La resurrección creó problemas también, porque ahora tenían que predicar un evangelio polémico que les podía costar la vida.
Cuando decides seguir a Jesús, pierdes el derecho a saber:
(a) Cuánto te va a cambiar
(b) Cuánto te va a costar
(c) Hasta qué punto te va a cambiar.
A veces los discípulos estaban desconcertados con Jesús. Cuando caminaba sobre las aguas, dijeron: “Es un fantasma”; cuando comía con ellos en la orilla, dijeron: “Es un hombre”. Cuando decidas seguir a Jesús, seguirle de veras, prepárate para cambiar radicalmente y que tu fe sea puesta a prueba. En otras palabras, ¡prepárate para avanzar con Dios!